Desaliento

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Desanimo

desánimo

Un sentido de infelicidad que surge de la pérdida de confianza en sus propias habilidades, en la confiabilidad de Dios o en el poder del evangelio. El desánimo puede ocurrir en la vida cristiana, especialmente cuando hay resistencia al evangelio o en momentos de fracaso personal. Las Escrituras proveen fortalecimiento para aquellos que experimentan desánimo.

desánimo

Un sentido de infelicidad que surge de la pérdida de confianza en sus propias habilidades, en la confiabilidad de Dios o en el poder del evangelio. El desánimo puede ocurrir en la vida cristiana, especialmente cuando hay resistencia al evangelio o en momentos de fracaso personal. Las Escrituras proveen fortalecimiento para aquellos que experimentan desánimo.

La experiencia de desánimo

Job 3:20–26 Ver también Nm 21:4–5 los israelitas en el desierto; Jos 2:8–11 los cananeos y Rahab; 1 Sm 17:10–11 los israelitas y Goliat; 2 Re 19:26 El juicio de Dios sobre Senaquerib; Job 5:6–7; Sal 38:1–14; Pr 1:26–27 La Sabiduría habla al pecador; Ec 2:17–20 el desánimo del Maestro; Is 21:2–4; Jr 45:3 a Baruc; Ez 21:7 juicio de Dios sobre Israel; Zac 10:2; 2 Co 1:8–9 Pablo

Oración en el desánimo

Sal 42:5–11 Ver también Dt 26:6–7; 2 Sm 22:7 David; 2 Cr 20:9 Josafat; Neh 9:32; Sal 31:9–12; Is 38:14 Ezequías; Jr 8:18–19; Jon 2:1–2

Resistencia en el desánimo

Is 42:3–4 Ver también 2 Co 6:4–10 Pablo; 2 Tes 1:4; He 10:32; 12:3; Ap 2:3 concerniente a la iglesia en Efeso

Desánimo por desobediencia

Jr 8:9 Ver también 1 Sm 28:15–18; Job 15:24–25 Elifaz de Job; Sof 1:17

Desánimo y disciplina

He 12:5–7 Ver también Jue 2:14–15; Is 26:16

Efectos del desánimo

Pr 17:22 Ver también Éx 6:9 los israelitas en Egipto; 2 Sm 4:1; Esd 4:4 la reconstrucción del templo; Job 4:5; Pr 15:13; 18:14

Resistiendo el desánimo

Dt 1:21 Ver también Jos 1:9; 8:1; 1 Sm 17:32 David tranquilizando a Saúl sobre Goliat; 1 Cr 22:13 David a Salomón; 2 Cr 32:7 Ezequías; Jr 51:46; Lc 18:1; Jn 14:1; Gl 6:9; Ef 3:13; 2 Ti 4:5

Ayuda de Dios en el desánimo

Ro 8:35–39 Ver también Dt 31:6,8,23; Jos 1:9; 1 Cr 28:20; 2 Cr 20:15,17; Sal 34:18; Is 40:29–31; 61:1; Lc 4:18; Jr 30:10; Jn 16:33; 2 Co 7:6 Pablo

Advertencias de no desanimar a otros

Los israelitas se desanimaron al momento de entrar en la tierra prometida Abd 12 Ver también Dt 1:28 por los espías; Nm 32:7 por los hijos de Gad y los hijos de Rubén

Advertencias generales sobre no desanimar a otros Sal 109:16; Zac 10:2; Hch 15:19 Jacobo advierte contra desanimar a los gentiles; Col 3:21

La necesidad de levantar al desanimado

He 13:3 Ver también Job 6:14; Jr 8:21; Ro 12:15; Stg 1:27

desánimo

Un sentido de infelicidad que surge de la pérdida de confianza en sus propias habilidades, en la confiabilidad de Dios o en el poder del evangelio. El desánimo puede ocurrir en la vida cristiana, especialmente cuando hay resistencia al evangelio o en momentos de fracaso personal. Las Escrituras proveen fortalecimiento para aquellos que experimentan desánimo.

La experiencia de desánimo

Job 3:20–26 Ver también Nm 21:4–5 los israelitas en el desierto; Jos 2:8–11 los cananeos y Rahab; 1 Sm 17:10–11 los israelitas y Goliat; 2 Re 19:26 El juicio de Dios sobre Senaquerib; Job 5:6–7; Sal 38:1–14; Pr 1:26–27 La Sabiduría habla al pecador; Ec 2:17–20 el desánimo del Maestro; Is 21:2–4; Jr 45:3 a Baruc; Ez 21:7 juicio de Dios sobre Israel; Zac 10:2; 2 Co 1:8–9 Pablo

Oración en el desánimo

Sal 42:5–11 Ver también Dt 26:6–7; 2 Sm 22:7 David; 2 Cr 20:9 Josafat; Neh 9:32; Sal 31:9–12; Is 38:14 Ezequías; Jr 8:18–19; Jon 2:1–2

Resistencia en el desánimo

Is 42:3–4 Ver también 2 Co 6:4–10 Pablo; 2 Tes 1:4; He 10:32; 12:3; Ap 2:3 concerniente a la iglesia en Efeso

Desánimo por desobediencia

Jr 8:9 Ver también 1 Sm 28:15–18; Job 15:24–25 Elifaz de Job; Sof 1:17

Desánimo y disciplina

He 12:5–7 Ver también Jue 2:14–15; Is 26:16

Efectos del desánimo

Pr 17:22 Ver también Éx 6:9 los israelitas en Egipto; 2 Sm 4:1; Esd 4:4 la reconstrucción del templo; Job 4:5; Pr 15:13; 18:14

Resistiendo el desánimo

Dt 1:21 Ver también Jos 1:9; 8:1; 1 Sm 17:32 David tranquilizando a Saúl sobre Goliat; 1 Cr 22:13 David a Salomón; 2 Cr 32:7 Ezequías; Jr 51:46; Lc 18:1; Jn 14:1; Gl 6:9; Ef 3:13; 2 Ti 4:5

Ayuda de Dios en el desánimo

Ro 8:35–39 Ver también Dt 31:6,8,23; Jos 1:9; 1 Cr 28:20; 2 Cr 20:15,17; Sal 34:18; Is 40:29–31; 61:1; Lc 4:18; Jr 30:10; Jn 16:33; 2 Co 7:6 Pablo

Advertencias de no desanimar a otros

Los israelitas se desanimaron al momento de entrar en la tierra prometida Abd 12 Ver también Dt 1:28 por los espías; Nm 32:7 por los hijos de Gad y los hijos de Rubén

Advertencias generales sobre no desanimar a otros Sal 109:16; Zac 10:2; Hch 15:19 Jacobo advierte contra desanimar a los gentiles; Col 3:21

La necesidad de levantar al desanimado

He 13:3 Ver también Job 6:14; Jr 8:21; Ro 12:15; Stg 1:27

desánimo

Un sentido de infelicidad que surge de la pérdida de confianza en sus propias habilidades, en la confiabilidad de Dios o en el poder del evangelio. El desánimo puede ocurrir en la vida cristiana, especialmente cuando hay resistencia al evangelio o en momentos de fracaso personal. Las Escrituras proveen fortalecimiento para aquellos que experimentan desánimo.

La experiencia de desánimo

Job 3:20–26 Ver también Nm 21:4–5 los israelitas en el desierto; Jos 2:8–11 los cananeos y Rahab; 1 Sm 17:10–11 los israelitas y Goliat; 2 Re 19:26 El juicio de Dios sobre Senaquerib; Job 5:6–7; Sal 38:1–14; Pr 1:26–27 La Sabiduría habla al pecador; Ec 2:17–20 el desánimo del Maestro; Is 21:2–4; Jr 45:3 a Baruc; Ez 21:7 juicio de Dios sobre Israel; Zac 10:2; 2 Co 1:8–9 Pablo

La experiencia de desánimo
La experiencia de desánimo
Ver también los israelitas en el desierto; los cananeos y Rahab; los israelitas y Goliat; El juicio de Dios sobre Senaquerib; ; ; La Sabiduría habla al pecador; el desánimo del Maestro; ; Baruc; juicio de Dios sobre Israel; ; Pablo
Zacarías 10.2 LBLA
Porque los terafines hablan iniquidad, y los adivinos ven visiones mentirosas, y cuentan sueños falsos; en vano dan consuelo. Por tanto, el pueblo vaga como ovejas, está afligido porque no hay pastor.
2 Corintios 1.8–9 LBLA
Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia, porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
Ezequiel 21.7 LBLA
Y cuando te digan: “¿Por qué gimes?”, dirás: “Por la noticia que viene, todo corazón desfallecerá, toda mano se debilitará, todo espíritu se apagará y toda rodilla flaqueará. He aquí, viene y sucederá”—declara el Señor Dios.
Isaías 21.2–4 LBLA
Una visión dura me ha sido mostrada: el pérfido obra pérfidamente, y el destructor destruye. Sube, Elam; sitia, Media. He puesto fin a todo gemir que ella ha causado. Por esta razón mis lomos están llenos de angustia; dolores se han apoderado de mí como dolores de mujer de parto. Estoy tan confundido que no oigo, tan aterrado que no veo. Desvaría mi mente, el espanto me sobrecoge; el anochecer que anhelaba se me convirtió en terror.
Jeremías 45.3a LBLA
“Tú dijiste: ‘¡Ay, infeliz de mí!, porque el Señor ha añadido tristeza a mi dolor. Cansado estoy de gemir y no he hallado reposo.’ ”
Eclesiastés 2.17–20 LBLA
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. Asimismo aborrecí todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol, el cual tendré que dejar al hombre que vendrá después de mí. ¿Y quién sabe si será sabio o necio? Sin embargo, él tendrá dominio sobre todo el fruto de mi trabajo con que me afané obrando sabiamente bajo el sol. También esto es vanidad. Por tanto me desesperé en gran manera por todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol.
Eclesiastés 2.17–20 LBLA
Y aborrecí la vida, porque me era penosa la obra que se hace bajo el sol, pues todo es vanidad y correr tras el viento. Asimismo aborrecí todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol, el cual tendré que dejar al hombre que vendrá después de mí. ¿Y quién sabe si será sabio o necio? Sin embargo, él tendrá dominio sobre todo el fruto de mi trabajo con que me afané obrando sabiamente bajo el sol. También esto es vanidad. Por tanto me desesperé en gran manera por todo el fruto de mi trabajo con que me había afanado bajo el sol.
Job 5.6–7 LBLA
Porque la aflicción no viene del polvo, ni brota el infortunio de la tierra; porque el hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba.
Salmo 38.1–14 LBLA
Señor, no me reprendas en tu enojo, ni me castigues en tu furor. Porque tus saetas se han clavado en mí, y sobre mí ha descendido tu mano. Nada hay sano en mi carne a causa de tu indignación; en mis huesos no hay salud a causa de mi pecado. Porque mis iniquidades han sobrepasado mi cabeza; como pesada carga, pesan mucho para mí. Mis llagas hieden y supuran. A causa de mi necedad, estoy encorvado y abatido en gran manera, y ando sombrío todo el día. Porque mis lomos están inflamados de fiebre, y nada hay sano en mi carne. Estoy entumecido y abatido en gran manera; gimo a causa de la agitación de mi corazón. Señor, todo mi anhelo está delante de ti, y mi suspiro no te es oculto. Palpita mi corazón, mis fuerzas me abandonan, y aun la luz de mis ojos se ha ido de mí. Mis amigos y mis compañeros se mantienen lejos de mi plaga, y mis parientes se mantienen a distancia. Los que buscan mi vida me tienden lazos; los que procuran mi mal hablan de mi destrucción, y traman traición todo el día. Mas yo, como el sordo, no oigo; soy como el mudo que no abre la boca. Sí, soy como el hombre que no oye, y en cuya boca no hay réplica.
Proverbios 1.26–27 LBLA
también yo me reiré de vuestra calamidad, me burlaré cuando sobrevenga lo que teméis, cuando venga como tormenta lo que teméis, y vuestra calamidad sobrevenga como torbellino, cuando vengan sobre vosotros tribulación y angustia.
Job 5.6–7 LBLA
Porque la aflicción no viene del polvo, ni brota el infortunio de la tierra; porque el hombre nace para la aflicción, como las chispas vuelan hacia arriba.
2º Reyes 19.26 LBLA
“Sus habitantes, faltos de fuerzas, fueron desalentados y humillados; vinieron a ser como la vegetación del campo y como la hierba verde, como la hierba en los techos que se quema antes de que haya crecido.
1º Samuel 17.10–11 LBLA
De nuevo el filisteo dijo: Hoy desafío a las filas de Israel; dadme un hombre para que luchemos mano a mano. Cuando Saúl y todo Israel oyeron estas palabras del filisteo, se acobardaron y tuvieron gran temor.
Josué 2.8–11 LBLA
Y antes que se acostaran, ella subió al terrado donde ellos estaban, y dijo a los hombres: Sé que el Señor os ha dado la tierra, y que el terror vuestro ha caído sobre nosotros, y que todos los habitantes de la tierra se han acobardado ante vosotros. Porque hemos oído cómo el Señor secó el agua del mar Rojo delante de vosotros cuando salisteis de Egipto, y de lo que hicisteis a los dos reyes de los amorreos que estaban al otro lado del Jordán, a Sehón y a Og, a quienes destruisteis por completo. Y cuando lo oímos, se acobardó nuestro corazón, no quedando ya valor en hombre alguno por causa de vosotros; porque el Señor vuestro Dios, El es Dios arriba en los cielos y abajo en la tierra.
Números 21.4–5 LBLA
Partieron del monte de Hor, por el camino del mar Rojo, para rodear la tierra de Edom, y el pueblo se impacientó por causa del viaje. Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este alimento tan miserable.
Job 3.20–26 LBLA
¿Por qué se da luz al que sufre, y vida al amargado de alma; a los que ansían la muerte, pero no llega, y cavan por ella más que por tesoros; que se alegran sobremanera, y se regocijan cuando encuentran el sepulcro? ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado? Porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me aterroriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación.
Job 3.20–26 LBLA
¿Por qué se da luz al que sufre, y vida al amargado de alma; a los que ansían la muerte, pero no llega, y cavan por ella más que por tesoros; que se alegran sobremanera, y se regocijan cuando encuentran el sepulcro? ¿Por qué dar luz al hombre cuyo camino está escondido, y a quien Dios ha cercado? Porque al ver mi alimento salen mis gemidos, y mis clamores se derraman como agua. Pues lo que temo viene sobre mí, y lo que me aterroriza me sucede. No tengo reposo ni estoy tranquilo, no descanso, sino que me viene turbación.
Oración en el desánimo
Ver también ; David; Josafat; ; ; Ezequías; ;
2º Crónicas 20.9 LBLA
“Si viene mal sobre nosotros, espada, juicio, pestilencia o hambre, nos presentaremos delante de esta casa y delante de ti (porque tu nombre está en esta casa), y clamaremos a ti en nuestra angustia, y tú oirás y nos salvarás.”
Salmo 42.5–11 LBLA
¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez por la salvación de su presencia. Dios mío, mi alma está en mí deprimida; por eso me acuerdo de ti desde la tierra del Jordán, y desde las cumbres del Hermón, desde el monte Mizar. Un abismo llama a otro abismo a la voz de tus cascadas; todas tus ondas y tus olas han pasado sobre mí. De día mandará el Señor su misericordia, y de noche su cántico estará conmigo; elevaré una oración al Dios de mi vida. A Dios, mi roca, diré: ¿Por qué me has olvidado? ¿Por qué ando sombrío por la opresión del enemigo? Como quien quebranta mis huesos, mis adversarios me afrentan, mientras me dicen todo el día: ¿Dónde está tu Dios? ¿Por qué te abates, alma mía, y por qué te turbas dentro de mí? Espera en Dios, pues he de alabarle otra vez. ¡El es la salvación de mi ser, y mi Dios!
Resistencia en el desánimo
Ver también Pablo; ; ; ; concerniente a la iglesia en Efeso
Isaías 42.3–4 LBLA
No quebrará la caña cascada, ni apagará el pabilo mortecino; con fidelidad traerá justicia. No se desanimará ni desfallecerá hasta que haya establecido en la tierra la justicia, y su ley esperarán las costas.
2 Corintios 6.4–10 LBLA
sino que en todo nos recomendamos a nosotros mismos como ministros de Dios, en mucha perseverancia, en aflicciones, en privaciones, en angustias, en azotes, en cárceles, en tumultos, en trabajos, en desvelos, en ayunos, en pureza, en conocimiento, en paciencia, en bondad, en el Espíritu Santo, en amor sincero, en la palabra de verdad, en el poder de Dios; por armas de justicia para la derecha y para la izquierda; en honra y en deshonra, en mala fama y en buena fama; como impostores, pero veraces; como desconocidos, pero bien conocidos; como moribundos, y he aquí, vivimos; como castigados, pero no condenados a muerte; como entristecidos, mas siempre gozosos; como pobres, pero enriqueciendo a muchos; como no teniendo nada, aunque poseyéndolo todo.
2 Tesalonicenses 1.4 LBLA
de manera que nosotros mismos hablamos con orgullo de vosotros entre las iglesias de Dios, por vuestra perseverancia y fe en medio de todas las persecuciones y aflicciones que soportáis.
Hebreos 10.32 LBLA
Pero recordad los días pasados, cuando después de haber sido iluminados, soportasteis una gran lucha de padecimientos;
Hebreos 12.3 LBLA
Considerad, pues, a aquel que soportó tal hostilidad de los pecadores contra sí mismo, para que no os canséis ni os desaniméis en vuestro corazón.
Apocalipsis 2.3 LBLA
‘Tienes perseverancia, y has sufrido por mi nombre y no has desmayado.
Desánimo por desobediencia
Ver también ; Elifaz de Job;
Jeremías 8.9 LBLA
‘Los sabios son avergonzados, están abatidos y atrapados; he aquí, ellos han desechado la palabra del Señor, ¿y qué clase de sabiduría tienen?
1º Samuel 28.15–18 LBLA
Entonces Samuel dijo a Saúl: ¿Por qué me has perturbado haciéndome subir? Y Saúl respondió: Estoy en gran angustia, pues los filisteos hacen guerra contra mí; Dios se ha apartado de mí y ya no me responde ni por los profetas ni por sueños; por esto te he llamado, para que me reveles lo que debo hacer. Y Samuel dijo: ¿Entonces, por qué me preguntas a mí, ya que el Señor se ha apartado de ti y se ha hecho tu enemigo? El Señor ha hecho conforme a lo que dijo por medio de mí; y el Señor ha arrancado el reino de tu mano, y se lo ha dado a tu prójimo, a David. Porque tú no obedeciste al Señor, ni llevaste a cabo su gran ira contra Amalec, el Señor te ha hecho esto hoy.
Job 15.24–25 LBLA
La ansiedad y la angustia lo aterran, lo dominan como rey dispuesto para el ataque; porque él ha extendido su mano contra Dios, y se porta con soberbia contra el Todopoderoso.
Sofonías 1.17 LBLA
Traeré angustia sobre los hombres, y andarán como ciegos, porque han pecado contra el Señor; su sangre será derramada como polvo, y su carne como estiércol.
Desánimo y disciplina
Ver también ;
Hebreos 12.5–7 LBLA
además, habéis olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige: Hijo mio, no tengas en poco la disciplina del Señor, ni te desanimes al ser reprendido por El; porque el Señor al que ama, disciplina, y azota a todo el que recibe por hijo. Es para vuestra corrección que sufrís; Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo hay a quien su padre no discipline?
Jueces 2.14–15 LBLA
Y se encendió la ira del Señor contra Israel, y los entregó en manos de salteadores que los saquearon; y los vendió en mano de sus enemigos de alrededor, y ya no pudieron hacer frente a sus enemigos. Por dondequiera que iban, la mano del Señor estaba contra ellos para mal, tal como el Señor había dicho y como el Señor les había jurado, y se angustiaron en gran manera.
Isaías 26.16 LBLA
Oh Señor, en la angustia te buscaron; apenas susurraban una oración, cuando tu castigo estaba sobre ellos.
Efectos del desánimo
Ver también los israelitas en Egipto; ; reconstrucción del templo; ; ;
Proverbios 17.22 LBLA
El corazón alegre es buena medicina, pero el espíritu quebrantado seca los huesos.
Éxodo 6.9 LBLA
De esta manera habló Moisés a los hijos de Israel, pero ellos no escucharon a Moisés a causa del desaliento y de la dura servidumbre.
2º Samuel 4.1 LBLA
Cuando oyó Is-boset, hijo de Saúl, que Abner había sido muerto en Hebrón, se amedrentó, y todo Israel se turbó.
Esdras 4.4la LBLA
Entonces el pueblo de aquella tierra se puso a desanimar al pueblo de Judá, y a atemorizarlos para que dejaran de edificar;
Job 4.5 LBLA
Pero ahora que te ha llegado a ti, te impacientas; te toca a ti, y te desalientas.
Proverbios 15.13 LBLA
El corazón gozoso alegra el rostro, pero en la tristeza del corazón se quebranta el espíritu.
Proverbios 18.14 LBLA
El espíritu del hombre puede soportar su enfermedad, pero el espíritu quebrantado, ¿quién lo puede sobrellevar?
Resistiendo el desánimo
Ver también ; ; David tranquilizando a Saúl sobre Goliat; David a Salomón; Ezequías; ; ; ; ; ;
Deuteronomio 1.21 LBLA
“Mira, Israel, el Señor tu Dios ha puesto la tierra delante de ti; sube, toma posesión de ella, como el Señor, el Dios de tus padres, te ha dicho. No temas ni te acobardes.”
Josué 1.9 LBLA
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
Josué 8.1 LBLA
Entonces el Señor dijo a Josué: No temas ni te acobardes. Toma contigo a todo el pueblo de guerra y levántate, sube a Hai; mira, he entregado en tu mano al rey de Hai, su pueblo, su ciudad y su tierra.
1º Samuel 17.32 LBLA
Y dijo David a Saúl: No se desaliente el corazón de nadie a causa de él; tu siervo irá y peleará con este filisteo.
1º Crónicas 22.13 LBLA
Entonces prosperarás, si te cuidas de observar los estatutos y ordenanzas que el Señor ordenó a Moisés para Israel. Esfuérzate y sé valiente, no temas ni te acobardes.
2º Crónicas 32.7 LBLA
Sed fuertes y valientes; no temáis ni os acobardéis a causa del rey de Asiria, ni a causa de toda la multitud que está con él, porque el que está con nosotros es más poderoso que el que está con él.
Jeremías 51.46 LBLA
Y que no desmaye vuestro corazón, ni temáis al rumor que se oirá en la tierra; porque el rumor vendrá un año, y después otro rumor en otro año, y habrá violencia en la tierra con gobernante contra gobernante.
Lucas 18.1 LBLA
Y les refería Jesús una parábola para enseñarles que ellos debían orar en todo tiempo, y no desfallecer,
Juan 14.1 LBLA
No se turbe vuestro corazón; creed en Dios, creed también en mí.
Gálatas 6.9 LBLA
Y no nos cansemos de hacer el bien, pues a su tiempo, si no nos cansamos, segaremos.
Efesios 3.13 LBLA
Ruego, por tanto, que no desmayéis a causa de mis tribulaciones por vosotros, porque son vuestra gloria).
2 Timoteo 4.5 LBLA
Pero tú, sé sobrio en todas las cosas, sufre penalidades, haz el trabajo de un evangelista, cumple tu ministerio.
Ayuda de Dios en el desánimo
Ver también ,,; ; ; ,; ; ; ; ; ; ; Pablo
Romanos 8.35–39 LBLA
¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? Tal como está escrito: Por causa tuya somos puestos a muerte todo el dia; somos considerados como ovejas para el matadero. Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. Porque estoy convencido de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni lo presente, ni lo por venir, ni los poderes, ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
Deuteronomio 31.6 LBLA
Sed firmes y valientes, no temáis ni os aterroricéis ante ellos, porque el Señor tu Dios es el que va contigo; no te dejará ni te desamparará.
Deuteronomio 31.8 LBLA
El Señor irá delante de ti; El estará contigo, no te dejará ni te desamparará; no temas ni te acobardes.
Deuteronomio 31.23 LBLA
Entonces El nombró a Josué, hijo de Nun, y le dijo: Sé fuerte y valiente, pues tú llevarás a los hijos de Israel a la tierra que les he jurado, y yo estaré contigo.
Josué 1.9 LBLA
¿No te lo he ordenado yo? ¡Sé fuerte y valiente! No temas ni te acobardes, porque el Señor tu Dios estará contigo dondequiera que vayas.
1º Crónicas 28.20 LBLA
Entonces David dijo a su hijo Salomón: Esfuérzate, sé valiente y haz la obra; no temas ni te acobardes, porque el Señor Dios, mi Dios, está contigo. El no te fallará ni te abandonará, hasta que toda la obra del servicio de la casa del Señor sea acabada.
2º Crónicas 20.15 LBLA
y dijo: Prestad atención, todo Judá, habitantes de Jerusalén y tú, rey Josafat: así os dice el Señor: “No temáis, ni os acobardéis delante de esta gran multitud, porque la batalla no es vuestra, sino de Dios.
2º Crónicas 20.17 LBLA
“No necesitáis pelear en esta batalla; apostaos y estad quietos, y ved la salvación del Señor con vosotros, oh Judá y Jerusalén.” No temáis ni os acobardéis; salid mañana al encuentro de ellos porque el Señor está con vosotros.
Salmo 34.18 LBLA
Cercano está el Señor a los quebrantados de corazón, y salva a los abatidos de espíritu.
Isaías 40.29–31 LBLA
El da fuerzas al fatigado, y al que no tiene fuerzas, aumenta el vigor. Aun los mancebos se fatigan y se cansan, y los jóvenes tropiezan y vacilan, pero los que esperan en el Señor renovarán sus fuerzas; se remontarán con alas como las águilas, correrán y no se cansarán, caminarán y no se fatigarán.
Isaías 61.1 LBLA
El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros;
Lucas 4.18 LBLA
El Espiritu del Señor esta sobre mi, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperacion de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos;
Jeremías 30.10 LBLA
“Así que tú no temas, siervo mío Jacob”—declara el Señor “ni te atemorices, Israel; porque he aquí, te salvaré de lugar remoto, y a tu descendencia de la tierra de su cautiverio. Y volverá Jacob, y estará tranquilo y seguro, y nadie lo atemorizará.
Juan 16.33 LBLA
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tenéis tribulación; pero confiad, yo he vencido al mundo.
2 Corintios 7.6 LBLA
Pero Dios, que consuela a los deprimidos, nos consoló con la llegada de Tito;
Advertencias de no desanimar a otros
Los israelitas se desanimaron al momento de entrar en la tierra prometida Ver también por los espías; por los hijos de Gad y los hijos de Rubén
Abdías 12 LBLA
No te alegres en el día de tu hermano, en el día de su exterminio; no te alegres de los hijos de Judá en el día de su destrucción; sí, no te jactes en el día de su angustia.
Deuteronomio 1.28 LBLA
“¿Adónde subiremos? Nuestros hermanos nos han atemorizado, diciendo: ‘El pueblo es más grande y más alto que nosotros; las ciudades son grandes y fortificadas hasta el cielo. Y además vimos allí a los hijos de Anac.’ ”
Números 32.7 LBLA
¿Por qué desalentáis a los hijos de Israel a fin de que no pasen a la tierra que el Señor les ha dado?
Advertencias generales sobre no desanimar a otros ; ; Jacobo advierte contra desanimar a los gentiles;
Salmo 109.16 LBLA
porque él no se acordó de mostrar misericordia, sino que persiguió al afligido, al necesitado y al de corazón decaído para matarlos.
Zacarías 10.2 LBLA
Porque los terafines hablan iniquidad, y los adivinos ven visiones mentirosas, y cuentan sueños falsos; en vano dan consuelo. Por tanto, el pueblo vaga como ovejas, está afligido porque no hay pastor.
Hechos de los Apóstoles 15.19 LBLA
Por tanto, yo juzgo que no molestemos a los que de entre los gentiles se convierten a Dios,
Colosenses 3.21 LBLA
Padres, no exasperéis a vuestros hijos, para que no se desalienten.
La necesidad de levantar al desanimado
Ver también ; ; ;
Hebreos 13.3 LBLA
Acordaos de los presos, como si estuvierais presos con ellos, y de los maltratados, puesto que también vosotros estáis en el cuerpo.
Job 6.14 LBLA
Para el abatido, debe haber compasión de parte de su amigo; no sea que abandone el temor del Todopoderoso.
Jeremías 8.21 LBLA
Por el quebrantamiento de la hija de mi pueblo estoy quebrantado; ando enlutado, el espanto se ha apoderado de mí.
Romanos 12.15 LBLA
Gozaos con los que se gozan y llorad con los que lloran.
Santiago 1.27 LBLA
La religión pura y sin mácula delante de nuestro Dios y Padre es ésta: visitar a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y guardarse sin mancha del mundo.

resistencia

La habilidad de perseverar en una tarea o llamado. El cristiano está llamado a resistir al enfrentar pruebas y oposición, y su resistencia trae recompensas espirituales.

La resistencia es un sello de la verdadera profesión cristiana
pp Ver también ;
Mateo 10.22 LBLA
Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.
Marcos 13.13 LBLA
Y seréis odiados de todos por causa de mi nombre, pero el que persevere hasta el fin, ése será salvo.
Lucas 9.62 LBLA
Pero Jesús le dijo: Nadie, que después de poner la mano en el arado mira atrás, es apto para el reino de Dios.
Hechos de los Apóstoles 20.24 LBLA
Pero en ninguna manera estimo mi vida como valiosa para mí mismo, a fin de poder terminar mi carrera y el ministerio que recibí del Señor Jesús, para dar testimonio solemnemente del evangelio de la gracia de Dios.
2 Timoteo 2.12 LBLA
si perseveramos, también reinaremos con El; si le negamos, El también nos negará;
La resistencia cristiana se origina en Dios
Ver también ; ;
Romanos 15.5 LBLA
Y que el Dios de la paciencia y del consuelo os conceda tener el mismo sentir los unos para con los otros conforme a Cristo Jesús,
2 Corintios 1.8–9 LBLA
Porque no queremos que ignoréis, hermanos, acerca de nuestra aflicción sufrida en Asia, porque fuimos abrumados sobremanera, más allá de nuestras fuerzas, de modo que hasta perdimos la esperanza de salir con vida. De hecho, dentro de nosotros mismos ya teníamos la sentencia de muerte, a fin de que no confiáramos en nosotros mismos, sino en Dios que resucita a los muertos,
Colosenses 1.10–11 LBLA
para que andéis como es digno del Señor, agradándole en todo, dando fruto en toda buena obra y creciendo en el conocimiento de Dios; fortalecidos con todo poder según la potencia de su gloria, para obtener toda perseverancia y paciencia, con gozo
2 Tesalonicenses 3.5 LBLA
Que el Señor dirija vuestros corazones hacia el amor de Dios y hacia la perseverancia de Cristo.
La resistencia cristiana involucra estar firmes
; Ver también ; ; ; ;
1 Corintios 15.58 LBLA
Por tanto, mis amados hermanos, estad firmes, constantes, abundando siempre en la obra del Señor, sabiendo que vuestro trabajo en el Señor no es en vano.
Filipenses 1.27 LBLA
Solamente comportaos de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que ya sea que vaya a veros, o que permanezca ausente, pueda oír que vosotros estáis firmes en un mismo espíritu, luchando unánimes por la fe del evangelio;
Los resultados de la resistencia
Salvación ; Ver también ; ; ; ;
Hebreos 10.36 LBLA
Porque tenéis necesidad de paciencia, para que cuando hayáis hecho la voluntad de Dios, obtengáis la promesa.
Santiago 1.12 LBLA
Bienaventurado el hombre que persevera bajo la prueba, porque una vez que ha sido aprobado, recibirá la corona de la vida que el Señor ha prometido a los que le aman.
Protección Ver también
Apocalipsis 3.10 LBLA
‘Porque has guardado la palabra de mi perseverancia, yo también te guardaré de la hora de la prueba, esa hora que está por venir sobre todo el mundo para probar a los que habitan sobre la tierra.
Fruto espiritual Ver también ;
Santiago 1.4 LBLA
y que la paciencia ha de tener su perfecto resultado, para que seáis perfectos y completos, sin que os falte nada.
Ánimo por otros Ver también ; ;
2 Corintios 1.6 LBLA
Pero si somos atribulados, es para vuestro consuelo y salvación; o si somos consolados, es para vuestro consuelo, que obra al soportar las mismas aflicciones que nosotros también sufrimos.
Ejemplos de resistencia
; ; ; ; ; ;
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