Sermón sin título (7)

Jeremías 2.12–13 NVI

12 ¡Espántense, cielos, ante esto! ¡Tiemblen y queden horrorizados! —afirma el Señor—. 13 »Dos son los pecados que ha cometido mi pueblo: Me han abandonado a mí, fuente de agua viva, y han cavado sus propias cisternas, cisternas rotas que no retienen agua.

Jeremías 2.11–12 RVR60

11 ¿Acaso alguna nación ha cambiado sus dioses, aunque ellos no son dioses? Sin embargo, mi pueblo ha trocado su gloria por lo que no aprovecha. 12 Espantaos, cielos, sobre esto, y horrorizaos; desolaos en gran manera, dijo Jehová.

A lo largo de la historia humano si ha existido un pueblo que ha sido advertido en multiples ocasiones por parte de Dios ha sido el pueblo de Israel. No obstante, la mayor parte de las veces Israel ignoró las advertencias de Dios y en vez de escuchar a Dios se apresuraban más y más para caer en el abismo. ver Imagen de abismo

El problema de Israel es que no quisieron admitir ni abandonar su pecado. Y por supuesto Dios los castigó.

Por lo general, a nadie le gusta que le llamen la atención cuando anda mal, menos que lo disciplinen. En cambio, las personas reaccionan defendiéndose hasta con enojo. Lamentablemente, nos hemos olvidado de recibir la amonestación con gratitud.

El pueblo israelita actuó de la misma manera ante las amonestaciones recibidas por parte del profeta Jeremías a quien se la había encomendado la misión de llamar al pueblo de Dios al arrepentimiento, no obstante el pueblo no hizo caso. Y tristemente adoptaron costumbres paganas que los llevó a la desobediencia.

Sin embargo, Dios que es rico en misericordia y que no quiere que nadie perezca había enviado al profeta Jeremías para llamarlos al arrepentimiento pero el pueblo no hizo caso. Al contrario, reaccionaron con enojo y continuaron por su camino alejándose más y más de Dios.

Ahora bien, Dios se encargo de siempre detallar el pecado de ellos pero nunca se volvieron a Dios, y a Dios no le quedo más opción que traer juicio sobre aquellos que no se arrepienten.

Dios por medio del profeta detallo el pecado del pueblo y señalo el juicio venidero sino se arrepentían.

Rafael Porter, Estudios Bı́blicos ELA: Más vale prevenir (Jeremı́as y Lamentaciones) (Puebla, Pue., Mexico: Ediciones las Americas, A.C., 1990), 26.

Es importante estudiar con cuidado el primer mensaje porque los demás son parecidos. Si lo hacemos bien, nos dará una mejor idea del contenido de los demás.

Rafael Porter, Estudios Bı́blicos ELA: Más vale prevenir (Jeremı́as y Lamentaciones) (Puebla, Pue., Mexico: Ediciones las Americas, A.C., 1990), 26.

DIOS AMA A SU PUEBLO A PESAR DE SU REBELION E INFIDELIDAD

Jeremías 2.1–3 RVR60

1 Vino a mí palabra de Jehová, diciendo: 2 Anda y clama a los oídos de Jerusalén, diciendo: Así dice Jehová: Me he acordado de ti, de la fidelidad de tu juventud, del amor de tu desposorio, cuando andabas en pos de mí en el desierto, en tierra no sembrada. 3 Santo era Israel a Jehová, primicias de sus nuevos frutos. Todos los que le devoraban eran culpables; mal venía sobre ellos, dice Jehová.

DE SU REBELION E INFIDELIDAD

La fidelidad de la juventud 2:1–3

Un reciente estudio publicado en American Political Science Review reveló cuáles son las siete ciudades más liberales de Estados Unidos. La investigación, realizada por los profesores Chris Warshaw del Instituto Tecnológico de Massachusetts y Chris Tausanovitch de la Universidad de California en Los Ángeles, ubicó a San Francisco en el primer lugar de la lista.

Warshaw y Tausanovitch afirman que el estudio, que usó las respuestas de 275 mil estadounidenses, se enfocó en políticas para ubicar a las ciudades como las más liberales y conservadoras. De acuerdo a los investigadores, la ciudad de San Francisco (California) fue convirtiéndose en un punto liberal gracias a los marineros, homosexuales y soldados que regresaban de la II Guerra Mundial y se establecieron en el área de la bahía.

Dios llamó a Israel para ser su pueblo escogido. Lo distinguió estableciendo una relación especial con ellos, misma que el autor compara con el casamiento. Observe las palabras que describen cómo era al principio.

La luna de miel fue bonita; todo empezó bien. Israel estaba enamorada de su novio: sólo pensaba en él, seguía sus pasos por donde quiera que la guiara y se reservaba sólo para él. El la dirigió a través del desierto y la protegió de todos sus enemigos. En otras palabras, era un matrimonio ideal.

El alejamiento 2:4–8

¿Qué pasó con la comunión de que gozaban? A pesar del principio idílico, el matrimonio se volvió amargo. ¿Qué sucedió para que se arruinara algo tan hermoso? ¿Quién cambió (5–6a)?

Dios permanecía igual, siempre demostrando su amor y lealtad hacia la nación. Continuaba guiándola, derramando bendiciones sobre ella y protegiéndola.

Sin embargo, Israel quería actuar como los pueblos que la rodeaban y estableció alianzas con ellos. Al adorar a otros dioses se hizo adúltera. Llegó a tal grado, que aun los sacerdotes se habían alejado del Altísimo. Los escribas no lo reconocían y los líderes del pueblo se rebelaron abiertamente contra él. Los profetas se convirtieron en voceros de Baal. La situación era triste (v. 8).

La acusación 2:9–13

Debido a su infidelidad, Dios se enojó con Israel y decidió presentarlos ante su tribunal para demostrarles que no tenían derecho a comportarse así (v. 9). Aun los incrédulos eran mejores que ellos, que eran los escogidos.

Jeremías los reta a que viajen al occidente y al oriente para ver si se encuentra cosa semejante (10). ¿Qué nación abandona sus dioses para seguir a otros? ¡Nadie hace tal cosa! Sin embargo, los únicos que conocían al Dios viviente, lo había dejado. El les había provisto de todo, pero ellos se alejaron deliberadamente e hicieron sus propios dioses. Este razonamiento demuestra la locura de su infidelidad. Por lo tanto, quedarían vacíos como cisternas rotas (11–13).

Rafael Porter, Estudios Bı́blicos ELA: Más vale prevenir (Jeremı́as y Lamentaciones) (Puebla, Pue., Mexico: Ediciones las Americas, A.C., 1990), 27–28.