Quiero ser guiado por Dios
Quiero ser guiado por Dios • Sermon • Submitted
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· 96 viewsTodos anhelamos ser guiados Dios, pero habrán ruidos o distractores que nos hacen tomar decisiones en lugar de escuchar su voz.
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Quiero ser guiado por Dios
Quiero ser guiado por Dios
Todos los días estamos tomando cientos de desiciones, dentro de esas decisiones, hay algunas que son cruciales porque determinarán el rumbo de nuestra vida.
14 Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.
El ruido que no nos deja escuchar la voz de Dios
El ruido que no nos deja escuchar la voz de Dios
2 Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.
Entonces envió Jezabel a Elías un mensajero, diciendo: Así me hagan los dioses, y aun me añadan, si mañana a estas horas yo no he puesto tu persona como la de uno de ellos.
El enemigo envía mensajeros amenazantes para quitarnos la paz.
Cuando precisamos dirección, la voz de un mensajero puede ser un alivio, la pregunta es de quien trae el mensaje.
El miedo
El miedo
3 Viendo, pues, el peligro, se levantó y se fue para salvar su vida, y vino a Beerseba, que está en Judá, y dejó allí a su criado.
Tomamos decisiones impulsados por el miedo, como una reacción natural de protección.
En otras ocaciones Elías esperó la orden de Dios en cada paso que dio (, ; , ), pero ahora su temor le llevó a la impaciencia y esta a la desobediencia ().
2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
8 Vino luego a él palabra de Jehová, diciendo:
2 Y vino a él palabra de Jehová, diciendo:
Beerseba es la cobertura de la misericordia de Dios para los nuestros, cuando hemos tomado decisiones con la motivación incorrecta.
Cuando una amenaza nos motiva a tomar decisiones, buscamos un lugar seguro donde resguardar a los nuestros, buscamos nuestro Pozo del Juramento. Allí Dios mostró a •Agar “una fuente de agua” con la cual salvó a su hijo •Ismael, que moría de sed (). Luego Abraham cavó un pozo, y juró •Abimelec que así había sido (). Por eso le pusieron el nombre de B., lo cual fue confirmado más tarde por Isaac (). Algunos, sin embargo, traducen “Pozo de los Siete”.
19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
19 Entonces Dios le abrió los ojos, y vio una fuente de agua; y fue y llenó el odre de agua, y dio de beber al muchacho.
Tanto Abraham como •Isaac vivieron allí un buen tiempo (; ). Desde B. •Jacob comenzó su viaje a •Harán en busca de sus familiares () y cuando fue viejo inició su viaje a Egipto para encontrarse con José ().
4 Y él se fue por el desierto un día de camino, y vino y se sentó debajo de un enebro; y deseando morirse, dijo: Basta ya, oh Jehová, quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres.
Hay desiertos en la vida que son resultados de seguir nuestras emociones y no necesariamente la voz de Dios.
Esto era demasiado para Elías y con las emociones acumuladas y el cuerpo cansado, optó por abandonar el ministerio que Jehová le había encomendado y dejarse morir. “Quítame la vida, pues no soy yo mejor que mis padres” . Elías había olvidado las lecciones que Dios le había enseñado en Querit, Sarepta y el monte Carmelo. Su mirada estaba puesta en sus circunstancias en vez de ponerla en el Señor. Su oración de que no era mejor que sus padres (19:4) sugiere que no había tenido mayor éxito que sus antecesores en erradicar de Israel la adoración a Baal. Cansado en extremo y desanimado, Elías se acostó y se quedó dormido.
270 Km Panama-Santiago. 320 Km. Panama-Tole. 590 Km. Panama-punta arena CR.
«¡Quítame la vida!» Moisés elevó esta oración en un momento de gran desaliento () y también Jonás (). Elías tenía sus ojos puestos en sí mismo y lo que hizo (o no hizo), en vez de mirar al Señor.
Cuando caminamos en el desierto que nosotros elegimos por nuestras decisiones, nos encontramos con los Enebros.
7574. רֶתֶם rétem; o
רֹתֶם rótem; de 7573; escoba (por sus cerdas como postes):—enebro.
RETAMA Arbusto de abundantes ramas que crece en parajes desérticos y terrenos salinos. Casi no tiene hojas. La palabra tiene origen hebreo. Jeremías compara al “varón que confía en el hombre” con la r., mientras que el “que confía en Jehová” es “como árbol plantado junto a las aguas” (; ).
6 Será como la retama en el desierto, y no verá cuando viene el bien, sino que morará en los sequedales en el desierto, en tierra despoblada y deshabitada.
7 Bendito el varón que confía en Jehová, y cuya confianza es Jehová. 8 Porque será como el árbol plantado junto a las aguas, que junto a la corriente echará sus raíces, y no verá cuando viene el calor, sino que su hoja estará verde; y en el año de sequía no se fatigará, ni dejará de dar fruto.
5 Y echándose debajo del enebro, se quedó dormido; y he aquí luego un ángel le tocó, y le dijo: Levántate, come.
Cuando hemos perdido toda esperanza, Dios esta ahí para decirnos: Levántate y come. Ánimo y sustento.
Con cuánta gracia el Señor refresca a su siervo. El Señor sabía que Elías necesitaba alimento y descanso, así como un despertamiento espiritual.
6 Entonces él miró, y he aquí a su cabecera una torta cocida sobre las ascuas, y una vasija de agua; y comió y bebió, y volvió a dormirse.
7 Y volviendo el ángel de Jehová la segunda vez, lo tocó, diciendo: Levántate y come, porque largo camino te resta.
8 Se levantó, pues, y comió y bebió; y fortalecido con aquella comida caminó cuarenta días y cuarenta noches hasta Horeb, el monte de Dios.
Dios había estado con Elías siempre, a pesar de su decisión, el había caminado 1 día en el desierto con sus fuerzas y estaba exhausto, ahora había sido sustentado por el ángel de Jehová y el camina 40 días y 40 noches. Un número de prueba.
Si hemos tomado decisiones que nos llevan a un desierto agotador, hasta el punto de claudicar al propósito que Dios nos ha dado, Dios nos tocará para redireccionarnos a Horeb.
9 Y allí se metió en una cueva, donde pasó la noche. Y vino a él palabra de Jehová, el cual le dijo: ¿Qué haces aquí, Elías?
¿Qué haces aquí, Elías?
¿estoy dónde debo estar? ¿A dónde me llama Dios, dónde está mi obra, y dónde puedo ser útil?
10 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
¿Cuál es mi excusa?
11 El le dijo: Sal fuera, y ponte en el monte delante de Jehová. Y he aquí Jehová que pasaba, y un grande y poderoso viento que rompía los montes, y quebraba las peñas delante de Jehová; pero Jehová no estaba en el viento. Y tras el viento un terremoto; pero Jehová no estaba en el terremoto.
12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
La demostración del poder de Dios a Elías le brindaba una respuesta a su indignación.
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5 Y la muchedumbre de tus enemigos será como polvo menudo, y la multitud de los fuertes como tamo que pasa; y será repentinamente, en un momento.
6 Por Jehová de los ejércitos serás visitada con truenos, con terremotos y con gran ruido, con torbellino y tempestad, y llama de fuego consumidor.
Los elementos que se manifiestan a Elías demuestran las herramientas de juicio de Dios contra sus enemigos.
12 Y tras el terremoto un fuego; pero Jehová no estaba en el fuego. Y tras el fuego un silbo apacible y delicado.
(RVR60)
13 Y cuando lo oyó Elías, cubrió su rostro con su manto, y salió, y se puso a la puerta de la cueva. Y he aquí vino a él una voz, diciendo: ¿Qué haces aquí, Elías? 14 El respondió: He sentido un vivo celo por Jehová Dios de los ejércitos; porque los hijos de Israel han dejado tu pacto, han derribado tus altares, y han matado a espada a tus profetas; y sólo yo he quedado, y me buscan para quitarme la vida.
15 Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria.
16 A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar.
15 Y le dijo Jehová: Ve, vuélvete por tu camino, por el desierto de Damasco; y llegarás, y ungirás a Hazael por rey de Siria. 16 A Jehú hijo de Nimsi ungirás por rey sobre Israel; y a Eliseo hijo de Safat, de Abel-mehola, ungirás para que sea profeta en tu lugar. 17 Y el que escapare de la espada de Hazael, Jehú lo matará; y el que escapare de la espada de Jehú, Eliseo lo matará. 18 Y yo haré que queden en Israel siete mil, cuyas rodillas no se doblaron ante Baal, y cuyas bocas no lo besaron.
Un silbo apacible y delicado.
El silbo apacible… Juan Wesley