Venid a las aguas
Lo que necesitamos está al alcance de nuestra mano, es cuestión de la actitud interna.
Venid a las aguas
Dios dijo:
«Todos los que tengan sed
vengan a beber agua;
y los que no tengan dinero
vengan y lleven trigo, vino y leche
sin pagar nada.
2 ¡Óiganme bien,
y comerán una comida
buena y deliciosa!
No vale la pena ganar dinero
y gastarlo en comidas
que no quitan el hambre.
3 »¡Vengan a mí
y presten atención;
obedézcanme y vivirán!
Yo me uniré a ustedes para siempre,
y así cumpliré las promesas
que hice a mi amado rey David.
1. La tontería de los hombres
2. Un buen consejo de Dios
Por eso te aconsejo que compres de mí lo que de veras te hará rico. Porque lo que yo doy es de mucho valor, como el oro que se refina en el fuego. Si no quieres pasar la vergüenza de estar desnudo, acepta la ropa blanca que yo te doy, para que te cubras con ella, y las gotas medicinales para tus ojos. Sólo así podrás ver.
’Yo estoy a tu puerta, y llamo;
si oyes mi voz y me abres,
entraré en tu casa
y cenaré contigo.
Vengan a mí todos los pueblos
que habitan en lugares lejanos.
Yo los salvaré,
porque yo soy Dios y no hay otro.
3. Lo que Dios nos ofrece
14 pero el que beba del agua que yo doy nunca más tendrá sed. Porque esa agua es como un manantial del que brota vida eterna.
5 Luego echó agua en una palangana, y comenzó a enjuagar los pies de sus discípulos y a secárselos con la toalla.
2 Más bien, busquen todo lo que sea bueno y que ayude a su espíritu, así como los niños recién nacidos buscan ansiosos la leche de su madre. Si lo hacen así, serán mejores cristianos y Dios los salvará,
»Por fin comprendió lo tonto que había sido, y pensó: “En la finca de mi padre los trabajadores tienen toda la comida que desean, y yo aquí me estoy muriendo de hambre.
35 Jesús les dijo:
—Yo soy el pan que da vida. El que confía en mí nunca más volverá a tener hambre;
«Este vino es mi sangre, derramada en favor de ustedes. Con ella, Dios hace con ustedes un nuevo pacto.