Maldito (Gálatas XII)

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Gálatas 3.1–13 NTV
1 ¡Ay gálatas tontos! ¿Quién los ha hechizado? Pues el significado de la muerte de Jesucristo se les explicó con tanta claridad como si lo hubieran visto morir en la cruz. 2 Déjenme hacerles una pregunta: ¿recibieron al Espíritu Santo por obedecer la ley de Moisés? ¡Claro que no! Recibieron al Espíritu porque creyeron el mensaje que escucharon acerca de Cristo. 3 ¿Será posible que sean tan tontos? Después de haber comenzado a vivir la vida cristiana en el Espíritu, ¿por qué ahora tratan de ser perfectos mediante sus propios esfuerzos? 4 ¿Acaso han pasado por tantas experiencias en vano? ¡No puede ser que no les hayan servido para nada! 5 Vuelvo a preguntarles: ¿acaso Dios les da al Espíritu Santo y hace milagros entre ustedes porque obedecen la ley? ¡Por supuesto que no! Es porque creen el mensaje que oyeron acerca de Cristo. 6 Del mismo modo, «Abraham le creyó a Dios, y Dios lo consideró justo debido a su fe». 7 Así que los verdaderos hijos de Abraham son los que ponen su fe en Dios. 8 Es más, las Escrituras previeron este tiempo en el que Dios declararía justos a los gentiles por causa de su fe. Dios anunció esa Buena Noticia a Abraham hace tiempo, cuando le dijo: «Todas las naciones serán bendecidas por medio de ti». 9 Así que todos los que ponen su fe en Cristo participan de la misma bendición que recibió Abraham por causa de su fe. 10 Sin embargo, los que dependen de la ley para hacerse justos ante Dios están bajo la maldición de Dios, porque las Escrituras dicen: «Maldito es todo el que no cumple ni obedece cada uno de los mandatos que están escritos en el libro de la ley de Dios». 11 Queda claro, entonces, que nadie puede hacerse justo ante Dios por tratar de cumplir la ley, ya que las Escrituras dicen: «Es por medio de la fe que el justo tiene vida». 12 El camino de la fe es muy diferente del camino de la ley, que dice: «Es mediante la obediencia a la ley que una persona tiene vida». 13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero».
Galatas

Bajo Maldición

Esta “maldición” tiene dos aspectos. Teológicamente, cualquiera que diga: Puedo ser salvo por obedecer la ley debe entonces estar preparado para realmente examinar lo que la ley ordena.
Para amar a Dios completamente, tendríamos que obedecer la ley completamente.
Para ser bendecidos por Dios, en vez de ser maldecidos por Él, tendríamos que examinar la ley y satisfacer cada una de sus demandas. Y eso no se puede hacer.
Santiago 2.10–11 LBLA
10 Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos. 11 Pues el que dijo: No cometas adulterio, también dijo: No mates. Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley.
LBLA10 Porque cualquiera que guarda toda la ley, pero tropieza en un punto, se ha hecho culpable de todos. 11 Pues el que dijo: No cometas adulterio, también dijo: No mates. Ahora bien, si tú no cometes adulterio, pero matas, te has convertido en transgresor de la ley.
Por lo menos, intentar salvarte por obras te llevará a una profunda ansiedad e inseguridad; porque nunca puedes estar seguro de estar viviendo lo suficientemente conforme con tus estándares, cualesquiera que estos puedan ser.
Esto te hace más sensible a la crítica, te hace envidioso e intimidado por otros que brillan más que tú.
Te pones nervioso y te vuelves tímido (porque no estás seguro si das la talla) o te vuelves arrogante y presumido (porque tú mismo te estás tratando de convencer que sí das la talla).
Sea como sea, vives con un sentimiento de maldición y condenación.
La maldición removida ¿Por qué podemos, entonces, escapar de la maldición y disfrutar la bendición prometida a las naciones (v 8)?
Por supuesto, por lo que hizo Jesús. Él nos llevó a la bendición “al hacerse maldición por nosotros” Pablo cita : “Cualquiera que es colgado de un árbol está bajo la maldición”.
Deuteronomio 21.23 NTV
23 el cuerpo no debe quedar allí colgado toda la noche. Habrá que enterrarlo ese mismo día, porque todo el que ha sido colgado es maldito a los ojos de Dios. De esa manera, evitarás que se contamine la tierra que el Señor tu Dios te da como preciada posesión.
Pues bien, ¿cuál era el verdadero propósito de la ley?
deuten
Dios dio su ley para que el hombre—que es hijo de ira por naturaleza, y por tanto bajo la maldición , tal como lo declara claramente
Deuteronomio 27.26 LBLA
26 “Maldito el que no confirme las palabras de esta ley, poniéndolas por obra.” Y todo el pueblo dirá: “Amén.”
Juan 3.36 NTV
36 Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.
; —pudiera recordar no sólo que su obligación es de vivir en perfecta armonía con esta ley (), sino también su inhabilidad total de poder cumplir esta obligación ().
—pudiera recordar no sólo que su obligación es de vivir en perfecta armonía con esta ley
Levítico 19.2 NTV
2 «Da las siguientes instrucciones a toda la comunidad de Israel. Sé santo porque yo, el Señor tu Dios, soy santo:
sino también su inhabilidad total de poder cumplir esta obligación
, sino también su inhabilidad total de poder cumplir esta obligación ().
Romanos 7.24 NTV
24 ¡Soy un pobre desgraciado! ¿Quién me libertará de esta vida dominada por el pecado y la muerte?
De esta forma la ley le serviría como un ayo o custodio para conducir al pecador a Cristo
Gálatas 3.24 NTV
24 Dicho de otra manera, la ley fue nuestra tutora hasta que vino Cristo; nos protegió hasta que se nos declarara justos ante Dios por medio de la fe.
; cf. ), a fin de que, siendo salvo por gracia, pueda vivir una vida de gratitud, por lo menos en principio.
Romanos 7.25 NTV
25 ¡Gracias a Dios! La respuesta está en Jesucristo nuestro Señor. Así que ya ven: en mi mente de verdad quiero obedecer la ley de Dios, pero a causa de mi naturaleza pecaminosa, soy esclavo del pecado.
a fin de que, siendo salvo por gracia, pueda vivir una vida de gratitud, por lo menos en principio.
), a fin de que, siendo salvo por gracia, pueda vivir una vida de gratitud, por lo menos en principio.
Esa vida es una de libertad en armonía con la ley de Dios
Gálatas 5.13–14 NTV
13 Pues ustedes, mis hermanos, han sido llamados a vivir en libertad; pero no usen esa libertad para satisfacer los deseos de la naturaleza pecaminosa. Al contrario, usen la libertad para servirse unos a otros por amor. 14 Pues toda la ley puede resumirse en un solo mandato: «Ama a tu prójimo como a ti mismo»,
-) Pero los judaizantes estaban corrompiendo este verdadero propósito de la ley. Confiaban en las obras de la ley como un medio de salvación. En esa base fallarían para siempre, y , cuando se interpreta según el sistema legalista, pronuncia sobre ellos la fuerte e inmitigable maldición de Dios; sí, maldición, no bendición. La ley condena, produce ira (; , ).
Pero los judaizantes estaban corrompiendo este verdadero propósito de la ley. Confiaban en las obras de la ley como un medio de salvación. En esa base fallarían para siempre, y , cuando se interpreta según el sistema legalista, pronuncia sobre ellos la fuerte e inmitigable maldición de Dios; sí, maldición, no bendición. La ley condena, produce ira (; , ).
LBLA23 su cuerpo no colgará del árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el Señor tu Dios te da en heredad.
Cuando una persona era ejecutada en el Antiguo Testamento, por lo general era apedreada.
LBLA23 su cuerpo no colgará del árbol toda la noche, sino que ciertamente lo enterrarás el mismo día (pues el colgado es maldito de Dios), para que no contamines la tierra que el Señor tu Dios te da en heredad.
Después el cuerpo se colgaba en un árbol como símbolo del rechazo divino.
No es que el hombre fuera maldito por ser colgado, sino que, más bien, era colgado como una señal de su maldición.
Cuando una persona era ejecutada en el Antiguo Testamento, por lo general era apedreada. Después el cuerpo se colgaba en un árbol como símbolo del rechazo divino. No es que el hombre fuera maldito por ser colgado, sino que, más bien, era colgado como una señal de su maldición. Pablo hace la conexión con Cristo, cuya ejecución fue en un madero para mostrar que Él experimentó la maldición del rechazo divino.
Pablo hace la conexión con Cristo, cuya ejecución fue en un madero para mostrar que Él experimentó la maldición del rechazo divino.
Gálatas 3.13–14 LBLA
13 Cristo nos redimió de la maldición de la ley, habiéndose hecho maldición por nosotros (porque escrito está: Maldito todo el que cuelga de un madero), 14 a fin de que en Cristo Jesús la bendición de Abraham viniera a los gentiles, para que recibiéramos la promesa del Espíritu mediante la fe.
galatas 3.13-14
galatas 3.13-14
Cristo nos compró y liberó de la maldición de la ley. Cristo nos redimio de la sentencia de condenación que la ley pronunció sobre nosotros, y también del castigo de la muerte eterna que ella exigió
NTV13 Pero Cristo nos ha rescatado de la maldición dictada en la ley. Cuando fue colgado en la cruz, cargó sobre sí la maldición de nuestras fechorías. Pues está escrito: «Maldito todo el que es colgado en un madero». 14 Mediante Cristo Jesús, Dios bendijo a los gentiles con la misma bendición que le prometió a Abraham, a fin de que los creyentes pudiéramos recibir por medio de la fe al Espíritu Santo prometido.
Génesis 2.17 NTV
17 excepto del árbol del conocimiento del bien y del mal. Si comes de su fruto, sin duda morirás».
Romanos 5.12 NTV
12 Cuando Adán pecó, el pecado entró en el mundo. El pecado de Adán introdujo la muerte, de modo que la muerte se extendió a todos, porque todos pecaron.
; , ; ; ; ; ). Nos rescató por el pago de un rescate (), siendo el precio del rescate su propia sangre (; ; ; cf. , ). Llegó a ser maldición, estoes, “un maldito”, por nosotros.
Cristo nos compró y liberó de la maldición de la ley. Cristo nos redimio de la sentencia de condenación que la ley pronunció sobre nosotros, y también del castigo de la muerte eterna que ella exigió (; , ; ; ; ; ). Nos rescató por el pago de un rescate (), siendo el precio del rescate su propia sangre (; ; ; cf. , ). Llegó a ser maldición, estoes, “un maldito”, por nosotros.
Juan 3.36 NTV
36 Los que creen en el Hijo de Dios tienen vida eterna. Los que no obedecen al Hijo nunca tendrán vida eterna, sino que permanecen bajo la ira del juicio de Dios.
Nos rescató por el pago de un rescate , siendo el precio del rescate su propia sangre
1 Corintios 6.20 NTV
20 porque Dios los compró a un alto precio. Por lo tanto, honren a Dios con su cuerpo.
1 Corintios 7.23 NTV
23 Dios pagó un alto precio por ustedes, así que no se dejen esclavizar por el mundo.
; , ; ; ; ; ). Nos rescató por el pago de un rescate (), siendo el precio del rescate su propia sangre (; ; ; cf. , ). Llegó a ser maldición, estoes, “un maldito”, por nosotros.
1 corintios
Apocalipsis 5.9 NTV
9 Y cantaban un nuevo canto con las siguientes palabras: «Tú eres digno de tomar el rollo y de romper los sellos y abrirlo. Pues tú fuiste sacrificado y tu sangre pagó el rescate para Dios de gente de todo pueblo, tribu, lengua y nación.
ap
1 Pedro 1.18–19 NTV
18 Pues ustedes saben que Dios pagó un rescate para salvarlos de la vida vacía que heredaron de sus antepasados. Y el rescate que él pagó no consistió simplemente en oro o plata 19 sino que fue la preciosa sangre de Cristo, el Cordero de Dios, que no tiene pecado ni mancha.
Ahí, Él nos liberó (“nos rescató”) de la maldición de la ley, llevándola por nosotros. La palabra “por” significa “a favor de” o “en lugar de”; Jesús fue nuestro sustituto. Él recibió la maldición que nosotros nos ganamos (v 13), para que nosotros recibiéramos la bendición que Él ganó (v 14). Nuestros pecados y nuestra maldición se le dan o se le imputan a Él; Su justicia y bendición y Su Espíritu se nos imputan a nosotros. Es una imputación doble. Observa que Pablo no solo dice que Jesús nos redimió “tomando una maldición” sino “al hacerse maldición”. Esto es paralelo a
, ). Llegó a ser maldición, estoes, “un maldito”, por nosotros.
Llegó a ser maldición, esto es, “un maldito”, por nosotros.
Por cierto, es difícil imaginar al Cristo majestuoso como siendo maldito. ¡Cómo!,
¿Cristo anatema? ¿Cómo nos atreveremos a decir semejante cosa en vista de ?
1 Corintios 12.3 NVI
3 Por eso les advierto que nadie que esté hablando por el Espíritu de Dios puede maldecir a Jesús; ni nadie puede decir: «Jesús es el Señor» sino por el Espíritu Santo.
Esto se complica cuando se toma en cuenta que generalmente—y justamente—siempre asociamos la maldición con el pecado, pero Cristo no tuvo pecado
Isaías 53.9 NTV
9 Él no había hecho nada malo, y jamás había engañado a nadie. Pero fue enterrado como un criminal; fue puesto en la tumba de un hombre rico.
; ; ; ).
Juan 8.46 NTV
46 ¿Quién de ustedes puede, con toda sinceridad, acusarme de pecado? Y si les digo la verdad, ¿por qué, entonces, no me creen?
; ; ).
2 Corintios 5.21 NTV
21 Pues Dios hizo que Cristo, quien nunca pecó, fuera la ofrenda por nuestro pecado, para que nosotros pudiéramos estar en una relación correcta con Dios por medio de Cristo.
; ).
).
1 Pedro 2.22 NTV
22 Él nunca pecó y jamás engañó a nadie.
La única solución la dan las preciosas palabras de : “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”; cf. también vv. 10–12.
Isaías 53.6 NTV
6 Todos nosotros nos hemos extraviado como ovejas; hemos dejado los caminos de Dios para seguir los nuestros. Sin embargo, el Señor puso sobre él los pecados de todos nosotros.
Isaías 53.10–12 NTV
10 Formaba parte del buen plan del Señor aplastarlo y causarle dolor. Sin embargo, cuando su vida sea entregada en ofrenda por el pecado, tendrá muchos descendientes. Disfrutará de una larga vida, y en sus manos el buen plan del Señor prosperará. 11 Cuando vea todo lo que se logró mediante su angustia, quedará satisfecho. Y a causa de lo que sufrió mi siervo justo hará posible que muchos sean contados entre los justos, porque él cargará con todos los pecados de ellos. 12 Yo le rendiré los honores de un soldado victorioso, porque se expuso a la muerte. Fue contado entre los rebeldes. Cargó con los pecados de muchos e intercedió por los transgresores.
De modo que la maldición de Cristo fue de carácter vicario, lo hizo como sustituto: “Aquel que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, a fin de que lleguemos a ser justicia de Dios en él”
De modo que la maldición de Cristo fue de carácter vicario, lo hizo como sustituto: “Aquel que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, a fin de que lleguemos a ser justicia de Dios en él”
2 Corintios 5.21 LBLA
21 Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
).
De modo que la maldición de Cristo fue de carácter vicario, lo hizo como sustituto: “Aquel que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, a fin de que lleguemos a ser justicia de Dios en él” ().
Por cierto, es difícil imaginar al Cristo majestuoso como siendo maldito. ¡Cómo!, ¿Cristo anatema? ¿Cómo nos atreveremos a decir semejante cosa en vista de ? Esto se complica cuando se toma en cuenta que generalmente—y justamente—siempre asociamos la maldición con el pecado, pero Cristo no tuvo pecado (; ; ; ). La única solución la dan las preciosas palabras de : “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”; cf. también vv. 10–12. De modo que la maldición de Cristo fue de carácter vicario, lo hizo como sustituto: “Aquel que no conoció pecado fue hecho pecado por nosotros, a fin de que lleguemos a ser justicia de Dios en él” ().Ahí, Él nos liberó (“nos rescató”) de la maldición de la ley, llevándola por nosotros. La palabra “por” significa “a favor de” o “en lugar de”; Jesús fue nuestro sustituto. Él recibió la maldición que nosotros nos ganamos (v 13), para que nosotros recibiéramos la bendición que Él ganó (v 14). Nuestros pecados y nuestra maldición se le dan o se le imputan a Él; Su justicia y bendición y Su Espíritu se nos imputan a nosotros. Es una imputación doble. Observa que Pablo no solo dice que Jesús nos redimió “tomando una maldición” sino “al hacerse maldición”. Esto es paralelo a
LBLA21 Al que no conoció pecado, le hizo pecado por nosotros, para que fuéramos hechos justicia de Dios en El.
Jesús fue tratado como si Él fuera un pecador; fue tratado como el responsable de todo aquello por lo que una persona malvada sería responsable. Si Jesús se volvió un pecador por nosotros, entonces nosotros llegamos a ser justos de la misma manera. Si para Él tomar la maldición quiere decir que Dios lo trató como un pecador, entonces para nosotros recibir la bendición quiere decir que Dios nos ve como si fuéramos completamente justos y perfectos. La salvación significa mucho más que perdón. No es que solo nos hizo un borrón y cuenta nueva; llegamos a ser perfectos a la vista de Dios. Y permanecemos perfectos a la vista de Dios. No empezamos confiando en la muerte de Cristo para quitarnos maldición y darnos bendición, para después seguir “con esfuerzos humanos”, como si ahora debiéramos ganar la bendición progresivamente. Seguimos adelante como empezamos, derritiendo y moldeando nuestros corazones por conocer y confiar en Cristo crucificado. Nunca avanzamos mas allá del evangelio –jamás podremos. ¡Es todo lo que necesitamos!
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