El armagedón
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· 139 viewsLa batalla del Armagedon sera producida cuando Cristo Venga, todo lo demas es solo el preparativo para la batalla
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Handout
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INTRODUCCIÓN
INTRODUCCIÓN
A causa de que la sexta plaga de contiene referencias específicas a determinados sitios geográficos “Eufrates y Armagedón”, se le concedió mayor atención que a las plagas precedentes que se refieren de un modo más general a las úlceras, la sangre, el calor y la oscuridad.
Ante el gran interés en estas referencias geográficas, se debiera examinar con mayor detalle la ubicación y la imaginería veterotestamentaria de la que surgen.
referencias específicas a determinados sitios geográficos “Eufrates y Armagedón”, se le
I. LA BABLIONIA HISTÓRICA Y EL EUFRATES
I. LA BABLIONIA HISTÓRICA Y EL EUFRATES
concedió mayor atención que a las plagas precedentes que se refieren de un modo más
general a las úlceras, la sangre, el calor y la oscuridad. Ante el gran interés en estas
A. El río Eufrates, mencionado en el versículo 12, es bien conocido y no hay problemas en identificar lo que representa.
referencias geográficas, se debiera examinar con mayor detalle la ubicación y la
El curso del río nos conduce a la ciudad de Babilonia, y la referencia al secamiento de sus aguas nos remonta a un evento histórico en los tiempos del Antiguo Testamento, cuando la súbita reducción de su caudal contribuyó a la caída militar de Babilonia.
imaginería veterotestamentaria de la que surgen.
Los ejércitos de Media y de Persia, en el este, marcharon para conquistar Babilonia en el mes de Tisri (Octubre) del año 539 AC, e ingresaron a la ciudad caminando por el lecho del Eufrates.
I. LA BABLIONIA HISTÓRICA Y EL EUFRATES
A. El río Eufrates, mencionado en el versículo 12, es bien conocido y no hay problemas en
B. Según Herodoto (Los nueve libros de la historia, Madrid, Hyspamérica, 1982, págs. 72- 74), los persas desviaron el Eufrates en canales que habían cavado y, de este modo, consiguieron entrar a la ciudad por el lecho del río.
identificar lo que representa. El curso del río nos conduce a la ciudad de Babilonia, y la
Si bien los persas posiblemente pudieron controlar la ciudad de Babilonia por este medio, Es improbable que hubieran desarrollado el gran proyecto de ingeniería hidráulica que describe Herodoto.
referencia al secamiento de sus aguas nos remonta a un evento histórico en los tiempos
Las fechas de la Crónica de Nabonido arguyen en contra de un proyecto de esta magnitud.
Ciro atacó al ejército babilónico en Opis, en el Tigris, a principios de Tisri (acerca de la descripción, véase A. L. Oppen heim, "Babyionian and Assyrian and Historical Texts", 2 ANET [Ancient Near Eastern Texts], Pág. 306). Luego cayó Sippar, el 14 de Tisri, y dos días después una división de las tropas de Ciro conquistó Babilonia.
del Antiguo Testamento, cuando la súbita reducción de su caudal contribuyó a la caída
militar de Babilonia. Los ejércitos de Media y de Persia, en el este, marcharon para
C. No sólo las fechas vinculadas con esta campaña indican que los persas no se preocuparon por desarrollar un esquema tan elaborado como el que pinta Herodoto, sino que el mes en que ocurrió demuestra que tal estratagema era innecesaria.
conquistar Babilonia en el mes de Tisri (Octubre) del año 539 AC, e ingresaron a la
La corriente del Eufrates está en su mayor reflujo en Tisri, por lo que la misma naturaleza preparó la ruta del río para que los persas ingresaran en la ciudad.
ciudad caminando por el lecho del Eufrates.
De este modo, un rey del este “Ciro” penetró victorioso en Babilonia gracias a la bajante de las aguas del Eufrates.
B. Según Herodoto (Los nueve libros de la historia, Madrid, Hyspamérica, 1982, págs. 72-
74), los persas desviaron el Eufrates en canales que habían cavado y, de este modo,
Este episodio condujo a la liberación del pueblo de Dios, porque Ciro fue, el que permitió que los judíos en el exilio regresaran a su tierra ()
consiguieron entrar a la ciudad por el lecho del río. Si bien los persas posiblemente
pudieron controlar la ciudad de Babilonia por este medio, es improbable que hubieran
D. Todos estos eventos fueron descriptos proféticamente en .
desarrollado el gran proyecto de ingeniería hidráulica que describe Herodoto. Las
En estos textos, Yahwéh habló a las aguas y benefició a Ciro: “¡Sécate! Yo desecaré tus ríos” (, BJ).
fechas de la Crónica de Nabonido arguyen en contra de un proyecto de esta magnitud.
Por lo tanto, la caída no se produjo gracias a la ingeniería persa, sino por el decreto del Dios que ejerce la soberanía sobre la naturaleza.
Ciro atacó al ejército babilónico en Opis, en el Tigris, a principios de Tisri (acerca de la
En estos eventos Ciro actuó como agente de Yahwéh, y por esta razón se designó como el pastor ungido por Yahwéh.
descripción, véase A. L. Oppen heim, "Babyionian and Assyrian and Historical Texts",
Dios también prometió “abrir delante de él las puertas, y las puertas no se cerrarán... quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos” (, ).
2
Ciro su pastor
ANET [Ancient Near Eastern Texts], Pág. 306). Luego cayó Sippar, el 14 de Tisri, y dos
E. Nunca se determinó cómo se abrieron las puertas que daban al río.
días después una división de las tropas de Ciro conquistó Babilonia.
A causa de que Nabonido era un rey impopular en Babilonia, se conjeturó que hubo conspiradores dentro de la ciudad que abrieron las puertas a los conquistadores. Otra posibilidad puede ser la perspectiva que se ofrece en , , por lo que el interrogante podría ser si la misma mano que escribió en la pared del palacio, en la misma noche que cayó Babilonia (, ), abrió las puertas de la ciudad a los persas.
C. No sólo las fechas vinculadas con esta campaña indican que los persas no se
preocuparon por desarrollar un esquema tan elaborado como el que pinta Herodoto,
F. Cuando se considera la analogía de con el histórico secamiento del río Eufrates, aparece un hecho medular: la fraseología de Apocalipsis se refiere a la venida de una figura mesiánica que, en virtud de su victoria, liberará al pueblo de Dios.
sino que el mes en que ocurrió demuestra que tal estratagema era innecesaria. La
corriente del Eufrates está en su mayor reflujo en Tisri, por lo que la misma naturaleza
II. LAS AGUAS Y EL MONTE DE MEGUIDO
II. LAS AGUAS Y EL MONTE DE MEGUIDO
preparó la ruta del río para que los persas ingresaran en la ciudad. De este modo, un
rey del este “Ciro” penetró victorioso en Babilonia gracias a la bajante de las aguas del
A. El pasaje que se refiere a la sexta plaga no describe una batalla, sólo muestra los preparativos para ella.
Eufrates. Este episodio condujo a la liberación del pueblo de Dios, porque Ciro fue, el
En los aprestos para la próxima batalla del “gran día del Dios Todopoderoso” (), se reúnen las fuerzas de una triple coalición maligna en el lugar que en hebreo se llama Armagedón" ().
Para preparar todo para su batalla, está derramando las Plagas y de forma especial presenta este lenguaje del secamiento del rio Eufrates
que permitió que los judíos en el exilio regresaran a su tierra ()
En los aprestos para la próxima batalla del “gran día del Dios Todopoderoso” (), se reúnen las fuerzas de una triple coalición maligna en el lugar que en 3 hebreo se llama Armagedón" (). En el pasaje que se refiere al comienzo de la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aquí y la que se emplea en el caso del secamiento del Eufrates. B. El río que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el Eufrates, sino el Cisón. A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que está ubicada junto al Eufrates en Mesopotamia. Esta mezcla de metáforas históricas pareciera ser intencional, y debería comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran día del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga. Esto mismo debería advertir al comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco de entidades políticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte. C. La analogía profética o la lección que se extrae de este marco histórico del Armagedón sólo puede determinarse luego de que se precise cuál es el lugar al que se refiere. Lamentablemente, esto no ha sido fácil, y hubo grandes discrepancias entre los comentadores bíblicos, como lo dice G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedón' es difícil de interpretar; el equivalente hebreo sería har-megidon “el monte de Meguido”. El problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de Galilea y el Mediterráneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraelón). D. Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel. En Meguido, Débora y Barak derrotaron al cananeo Jabin (); Jehú mató a Ocozías (; véase además ; ). No es claro por qué Juan se refiere al Monte Meguido. R. H. Charles dice que “en la literatura hebrea no hay una interpretación convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedón el lugar de la batalla final entre los poderes del mal y del reino de Dios” (G. E. Ladd, A. Commentary on the Revelatión of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], Pág. 216). E. Una atención más estrecha a la geografía de Palestina hubiera ayudado a evitar la trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el valle denominado Jezreel o Esdraelón. La ciudad no es la que da el nombre al valle, y tampoco recibe su nombre por el valle en que está ubicada. Sin embargo, es posible identificar diferentes aspectos de la topografía de los alrededores de las ciudades antiguas denominándolas según el nombre de la ciudad -práctica muy común en hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construcción lingüística concatenada 4 expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de , que ubica el campo de batalla donde las fuerzas de Jabin y Sísera encontraron a las de Débora y Barak en la vecindad de las “aguas de Meguido”. F. ¿Cuáles son las “aguas de Meguido”? Un vistazo fugaz a la topografía del Valle de Jezreel y una lectura al canto de Débora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraelón, y el curso de agua que recorría el valle, y también Meguido, era el Wadi Cisón. En verdad, la identificación del “torrente de Cisón” con “las aguas de Meguido” se establece claramente en Cántico de Débora (compare con 5: 19) G. El punto aquí es que Yawéh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la naturaleza para que sirvan a sus propósitos, trajo la tormenta de lluvia que anegó el Cisón y lo desbordó. La lluvia y el río desbordado transformaron el valle de Jezreel en un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las “aguas de Meguido”. H. Por analogía con este marco histórico y con la cadena constructiva del genitivo posesivo, “las aguas de Meguido” y el “monte de Meguido” debieran estar cerca de la ciudad. Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los geógrafos modernos de Palestina denominan comúnmente como la cadena montañosa del Carmelo. Sin embargo, la Biblia no utiliza jamás esta terminología específica. La referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en dieciséis de ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como “monte” o “montañas”. En tres de las dieciséis veces se lo compara poéticamente con Basán y Transjordania (; 9 y ), y en una ocasión se lo compara con Sarón, la planicie que se extiende hacia el sur () I. En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre están en singular: “el monte de Carmelo” o “Monte Carmelo” (nunca “los montes de Carmelo”). Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elías (, ), y otras dos surgen de la narración referente a Ellas (; ). Así como la expresión “las aguas de Meguido” se refiere al río que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce con otro nombre - Wadi Cisón-, también el “monte de Meguido”, bien podría identificarse con la montaña vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el Monte Carmelo. Sobre la base de esta proximidad geográfica, así como la analogía 5 histórica y textual, “el monte de Meguidó(n)” en puede identificarse con el Monte Carmelo. III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON A. El monte de Meguido, en , no sólo podría identificarse con el Monte Carmelo desde una perspectiva geográfica, sino que también se podría establecer una conexión histórica. Así como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una batalla histórica en tiempos de Ciro, por la que se conquistó Babilonia, y así como la batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla específica y famosa en el valle de Jezreel, así también el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histórica famosa en la Escritura: La batalla entre Elías y los profetas de Baal (). B. Esta batalla no se libró empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue un conflicto intensamente espiritual. Esta es la batalla de la que puede extraerse la imagen de la cual depende “la batalla de Armagedón” en Apocalipsis. Todos los principales elementos posteriores tienen un paralelismo con en una forma histórica concreta. C. Sí el dragón de representa el poder del estado civil de un modo u otro, entonces ese poder lo representó Acab en el conflicto del Monte Carmelo. Sí la bestia de está vinculada con la de y con la mujer impura de , como una manifestación de religión apóstata, entonces ese elemento lo representó Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (véase además la referencia a Jezabel en ). D. Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con : 1, no estuvo presente en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculcó el culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte. El tercer elemento que une sus fuerzas al monte Meguido, según , sería el falso profeta. Esta es la primera vez que la expresión “falso profeta” aparece en el libro de Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo, allí había 850 de ellos (). (Elías, como puede notarse, salió del este, desde Tisbe en Galaad). 6 E. Finalmente, el fuego que descendió de Dios y consumió el sacrificio de Elías y todo lo que lo rodeaba, terminó con la contienda sobre el Monte Carmelo. Los profetas de Baal fueron pasados por la espada en el Wadi Cisón. Una vez más, debe enfatizarse que la sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, sólo los preparativos para la contienda. El dragón, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a reunirse en el Monte de Meguido, así como Elías citó a Acab y a todo Israel en el monte Carmelo para librar la contienda. F. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en . Esta es la batalla de Armagedón, o más apropiadamente, la “batalla del gran día del ¡Dios Todopoderoso” (). Esta batalla se peleará cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Señor de Señores junto con su ejército de huestes celestiales. Y la victoria se alcanzará de un modo similar, por el fuego que caerá y consumirá a la bestia y al falso profeta (), y por la espada que terminará con sus seguidores (vers. 21). Esta espada utilizada como en los tiempos de Elías, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21). CONCLUSIÓN: Sobre la base de la analogía con el marco histórico del Antiguo Testamento que proporcionan las imágenes de , este conflicto final debiera ser fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archí enemigo, “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (). El desafío para el pueblo de Dios en ese tiempo será el que confrontó Elías cuando oró ante la asamblea: “Jehová Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. (1 Rey. 36, 37). Y la respuesta de fidelidad en ese tiempo encontrará una expresión adecuada en la aclamación de la asamblea reunida en el Carmelo: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. (vers. 39).
En el pasaje que se refiere al comienzo de la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aquí y la que se emplea en el caso del secamiento del Eufrates.
D. Todos estos eventos fueron descriptos proféticamente en . En estos
textos, Yahwéh habló a las aguas y benefició a Ciro: “¡Sécate! Yo desecaré tus ríos” (Isa.
B. El río que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el Eufrates, sino el Cisón.
44: 27, BJ). Por lo tanto, la caída no se produjo gracias a la ingeniería persa, sino por el
A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que está ubicada junto al Eufrates en Mesopotamia.
decreto del Dios que ejerce la soberanía sobre la naturaleza. En estos eventos Ciro
actuó como agente de Yahwéh, y por esta razón se designó como el pastor ungido por
Esta mezcla de metáforas históricas pareciera ser intencional, y debería comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran día del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga.
Yahwéh. Dios también prometió “abrir delante de él las puertas, y las puertas no se
cerrarán... quebrantaré puertas de bronce, y cerrojos de hierro haré pedazos” (:
Esto mismo debería advertir al comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco de entidades políticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte.
1, 2).
E. Nunca se determinó cómo se abrieron las puertas que daban al río. A causa de que
C. La analogía profética o la lección que se extrae de este marco histórico del Armagedón sólo puede determinarse luego de que se precise cuál es el lugar al que se refiere.
Nabonido era un rey impopular en Babilonia, se conjeturó que hubo conspiradores
dentro de la ciudad que abrieron las puertas a los conquistadores. Otra posibilidad
En los aprestos para la próxima batalla del “gran día del Dios Todopoderoso” (), se reúnen las fuerzas de una triple coalición maligna en el lugar que en 3 hebreo se llama Armagedón" (). En el pasaje que se refiere al comienzo de la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aquí y la que se emplea en el caso del secamiento del Eufrates. B. El río que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el Eufrates, sino el Cisón. A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que está ubicada junto al Eufrates en Mesopotamia. Esta mezcla de metáforas históricas pareciera ser intencional, y debería comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran día del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga. Esto mismo debería advertir al comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco de entidades políticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte. C. La analogía profética o la lección que se extrae de este marco histórico del Armagedón sólo puede determinarse luego de que se precise cuál es el lugar al que se refiere. Lamentablemente, esto no ha sido fácil, y hubo grandes discrepancias entre los comentadores bíblicos, como lo dice G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedón' es difícil de interpretar; el equivalente hebreo sería har-megidon “el monte de Meguido”. El problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de Galilea y el Mediterráneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraelón). D. Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel. En Meguido, Débora y Barak derrotaron al cananeo Jabin (); Jehú mató a Ocozías (; véase además ; ). No es claro por qué Juan se refiere al Monte Meguido. R. H. Charles dice que “en la literatura hebrea no hay una interpretación convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedón el lugar de la batalla final entre los poderes del mal y del reino de Dios” (G. E. Ladd, A. Commentary on the Revelatión of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], Pág. 216). E. Una atención más estrecha a la geografía de Palestina hubiera ayudado a evitar la trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el valle denominado Jezreel o Esdraelón. La ciudad no es la que da el nombre al valle, y tampoco recibe su nombre por el valle en que está ubicada. Sin embargo, es posible identificar diferentes aspectos de la topografía de los alrededores de las ciudades antiguas denominándolas según el nombre de la ciudad -práctica muy común en hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construcción lingüística concatenada 4 expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de , que ubica el campo de batalla donde las fuerzas de Jabin y Sísera encontraron a las de Débora y Barak en la vecindad de las “aguas de Meguido”. F. ¿Cuáles son las “aguas de Meguido”? Un vistazo fugaz a la topografía del Valle de Jezreel y una lectura al canto de Débora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraelón, y el curso de agua que recorría el valle, y también Meguido, era el Wadi Cisón. En verdad, la identificación del “torrente de Cisón” con “las aguas de Meguido” se establece claramente en Cántico de Débora (compare con 5: 19) G. El punto aquí es que Yawéh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la naturaleza para que sirvan a sus propósitos, trajo la tormenta de lluvia que anegó el Cisón y lo desbordó. La lluvia y el río desbordado transformaron el valle de Jezreel en un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las “aguas de Meguido”. H. Por analogía con este marco histórico y con la cadena constructiva del genitivo posesivo, “las aguas de Meguido” y el “monte de Meguido” debieran estar cerca de la ciudad. Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los geógrafos modernos de Palestina denominan comúnmente como la cadena montañosa del Carmelo. Sin embargo, la Biblia no utiliza jamás esta terminología específica. La referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en dieciséis de ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como “monte” o “montañas”. En tres de las dieciséis veces se lo compara poéticamente con Basán y Transjordania (; 9 y ), y en una ocasión se lo compara con Sarón, la planicie que se extiende hacia el sur () I. En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre están en singular: “el monte de Carmelo” o “Monte Carmelo” (nunca “los montes de Carmelo”). Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elías (, ), y otras dos surgen de la narración referente a Ellas (; ). Así como la expresión “las aguas de Meguido” se refiere al río que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce con otro nombre - Wadi Cisón-, también el “monte de Meguido”, bien podría identificarse con la montaña vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el Monte Carmelo. Sobre la base de esta proximidad geográfica, así como la analogía 5 histórica y textual, “el monte de Meguidó(n)” en puede identificarse con el Monte Carmelo. III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON A. El monte de Meguido, en , no sólo podría identificarse con el Monte Carmelo desde una perspectiva geográfica, sino que también se podría establecer una conexión histórica. Así como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una batalla histórica en tiempos de Ciro, por la que se conquistó Babilonia, y así como la batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla específica y famosa en el valle de Jezreel, así también el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histórica famosa en la Escritura: La batalla entre Elías y los profetas de Baal (). B. Esta batalla no se libró empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue un conflicto intensamente espiritual. Esta es la batalla de la que puede extraerse la imagen de la cual depende “la batalla de Armagedón” en Apocalipsis. Todos los principales elementos posteriores tienen un paralelismo con en una forma histórica concreta. C. Sí el dragón de representa el poder del estado civil de un modo u otro, entonces ese poder lo representó Acab en el conflicto del Monte Carmelo. Sí la bestia de está vinculada con la de y con la mujer impura de , como una manifestación de religión apóstata, entonces ese elemento lo representó Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (véase además la referencia a Jezabel en ). D. Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con : 1, no estuvo presente en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculcó el culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte. El tercer elemento que une sus fuerzas al monte Meguido, según , sería el falso profeta. Esta es la primera vez que la expresión “falso profeta” aparece en el libro de Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo, allí había 850 de ellos (). (Elías, como puede notarse, salió del este, desde Tisbe en Galaad). 6 E. Finalmente, el fuego que descendió de Dios y consumió el sacrificio de Elías y todo lo que lo rodeaba, terminó con la contienda sobre el Monte Carmelo. Los profetas de Baal fueron pasados por la espada en el Wadi Cisón. Una vez más, debe enfatizarse que la sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, sólo los preparativos para la contienda. El dragón, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a reunirse en el Monte de Meguido, así como Elías citó a Acab y a todo Israel en el monte Carmelo para librar la contienda. F. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en . Esta es la batalla de Armagedón, o más apropiadamente, la “batalla del gran día del ¡Dios Todopoderoso” (). Esta batalla se peleará cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Señor de Señores junto con su ejército de huestes celestiales. Y la victoria se alcanzará de un modo similar, por el fuego que caerá y consumirá a la bestia y al falso profeta (), y por la espada que terminará con sus seguidores (vers. 21). Esta espada utilizada como en los tiempos de Elías, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21). CONCLUSIÓN: Sobre la base de la analogía con el marco histórico del Antiguo Testamento que proporcionan las imágenes de , este conflicto final debiera ser fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archí enemigo, “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (). El desafío para el pueblo de Dios en ese tiempo será el que confrontó Elías cuando oró ante la asamblea: “Jehová Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. (1 Rey. 36, 37). Y la respuesta de fidelidad en ese tiempo encontrará una expresión adecuada en la aclamación de la asamblea reunida en el Carmelo: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. (vers. 39).
Lamentablemente, esto no ha sido fácil, y hubo grandes discrepancias entre los comentadores bíblicos, como lo dice
puede ser la perspectiva que se ofrece en , , por lo que el interrogante
podría ser si la misma mano que escribió en la pared del palacio, en la misma noche
G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedón' es difícil de interpretar; el equivalente hebreo sería har-megidon “el monte de Meguido”.
que cayó Babilonia (, ), abrió las puertas de la ciudad a los persas.
F. Cuando se considera la analogía de con el histórico secamiento del
El problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de Galilea y el Mediterráneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraelón).
río Eufrates, aparece un hecho medular: la fraseología de Apocalipsis se refiere a la
venida de una figura mesiánica que, en virtud de su victoria, liberará al pueblo de Dios.
D. Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel.
II. LAS AGUAS Y EL MONTE DE MEGUIDO
A. El pasaje que se refiere a la sexta plaga no describe una batalla, sólo los preparativos
En Meguido, Débora y Barak derrotaron al cananeo Jabin (); Jehú mató a Ocozías (; véase además ; ).
para ella. En los aprestos para la próxima batalla del “gran día del Dios Todopoderoso”
(), se reúnen las fuerzas de una triple coalición maligna en el lugar que en
En los aprestos para la próxima batalla del “gran día del Dios Todopoderoso” (), se reúnen las fuerzas de una triple coalición maligna en el lugar que en 3 hebreo se llama Armagedón" (). En el pasaje que se refiere al comienzo de la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aquí y la que se emplea en el caso del secamiento del Eufrates. B. El río que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el Eufrates, sino el Cisón. A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que está ubicada junto al Eufrates en Mesopotamia. Esta mezcla de metáforas históricas pareciera ser intencional, y debería comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran día del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga. Esto mismo debería advertir al comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco de entidades políticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte. C. La analogía profética o la lección que se extrae de este marco histórico del Armagedón sólo puede determinarse luego de que se precise cuál es el lugar al que se refiere. Lamentablemente, esto no ha sido fácil, y hubo grandes discrepancias entre los comentadores bíblicos, como lo dice G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedón' es difícil de interpretar; el equivalente hebreo sería har-megidon “el monte de Meguido”. El problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de Galilea y el Mediterráneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraelón). D. Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel. En Meguido, Débora y Barak derrotaron al cananeo Jabin (); Jehú mató a Ocozías (; véase además ; ). No es claro por qué Juan se refiere al Monte Meguido. R. H. Charles dice que “en la literatura hebrea no hay una interpretación convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedón el lugar de la batalla final entre los poderes del mal y del reino de Dios” (G. E. Ladd, A. Commentary on the Revelatión of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], Pág. 216). E. Una atención más estrecha a la geografía de Palestina hubiera ayudado a evitar la trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el valle denominado Jezreel o Esdraelón. La ciudad no es la que da el nombre al valle, y tampoco recibe su nombre por el valle en que está ubicada. Sin embargo, es posible identificar diferentes aspectos de la topografía de los alrededores de las ciudades antiguas denominándolas según el nombre de la ciudad -práctica muy común en hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construcción lingüística concatenada 4 expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de , que ubica el campo de batalla donde las fuerzas de Jabin y Sísera encontraron a las de Débora y Barak en la vecindad de las “aguas de Meguido”. F. ¿Cuáles son las “aguas de Meguido”? Un vistazo fugaz a la topografía del Valle de Jezreel y una lectura al canto de Débora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraelón, y el curso de agua que recorría el valle, y también Meguido, era el Wadi Cisón. En verdad, la identificación del “torrente de Cisón” con “las aguas de Meguido” se establece claramente en Cántico de Débora (compare con 5: 19) G. El punto aquí es que Yawéh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la naturaleza para que sirvan a sus propósitos, trajo la tormenta de lluvia que anegó el Cisón y lo desbordó. La lluvia y el río desbordado transformaron el valle de Jezreel en un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las “aguas de Meguido”. H. Por analogía con este marco histórico y con la cadena constructiva del genitivo posesivo, “las aguas de Meguido” y el “monte de Meguido” debieran estar cerca de la ciudad. Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los geógrafos modernos de Palestina denominan comúnmente como la cadena montañosa del Carmelo. Sin embargo, la Biblia no utiliza jamás esta terminología específica. La referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en dieciséis de ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como “monte” o “montañas”. En tres de las dieciséis veces se lo compara poéticamente con Basán y Transjordania (; 9 y ), y en una ocasión se lo compara con Sarón, la planicie que se extiende hacia el sur () I. En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre están en singular: “el monte de Carmelo” o “Monte Carmelo” (nunca “los montes de Carmelo”). Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elías (, ), y otras dos surgen de la narración referente a Ellas (; ). Así como la expresión “las aguas de Meguido” se refiere al río que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce con otro nombre - Wadi Cisón-, también el “monte de Meguido”, bien podría identificarse con la montaña vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el Monte Carmelo. Sobre la base de esta proximidad geográfica, así como la analogía 5 histórica y textual, “el monte de Meguidó(n)” en puede identificarse con el Monte Carmelo. III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON A. El monte de Meguido, en , no sólo podría identificarse con el Monte Carmelo desde una perspectiva geográfica, sino que también se podría establecer una conexión histórica. Así como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una batalla histórica en tiempos de Ciro, por la que se conquistó Babilonia, y así como la batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla específica y famosa en el valle de Jezreel, así también el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histórica famosa en la Escritura: La batalla entre Elías y los profetas de Baal (). B. Esta batalla no se libró empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue un conflicto intensamente espiritual. Esta es la batalla de la que puede extraerse la imagen de la cual depende “la batalla de Armagedón” en Apocalipsis. Todos los principales elementos posteriores tienen un paralelismo con en una forma histórica concreta. C. Sí el dragón de representa el poder del estado civil de un modo u otro, entonces ese poder lo representó Acab en el conflicto del Monte Carmelo. Sí la bestia de está vinculada con la de y con la mujer impura de , como una manifestación de religión apóstata, entonces ese elemento lo representó Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (véase además la referencia a Jezabel en ). D. Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con : 1, no estuvo presente en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculcó el culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte. El tercer elemento que une sus fuerzas al monte Meguido, según , sería el falso profeta. Esta es la primera vez que la expresión “falso profeta” aparece en el libro de Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo, allí había 850 de ellos (). (Elías, como puede notarse, salió del este, desde Tisbe en Galaad). 6 E. Finalmente, el fuego que descendió de Dios y consumió el sacrificio de Elías y todo lo que lo rodeaba, terminó con la contienda sobre el Monte Carmelo. Los profetas de Baal fueron pasados por la espada en el Wadi Cisón. Una vez más, debe enfatizarse que la sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, sólo los preparativos para la contienda. El dragón, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a reunirse en el Monte de Meguido, así como Elías citó a Acab y a todo Israel en el monte Carmelo para librar la contienda. F. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en . Esta es la batalla de Armagedón, o más apropiadamente, la “batalla del gran día del ¡Dios Todopoderoso” (). Esta batalla se peleará cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Señor de Señores junto con su ejército de huestes celestiales. Y la victoria se alcanzará de un modo similar, por el fuego que caerá y consumirá a la bestia y al falso profeta (), y por la espada que terminará con sus seguidores (vers. 21). Esta espada utilizada como en los tiempos de Elías, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21). CONCLUSIÓN: Sobre la base de la analogía con el marco histórico del Antiguo Testamento que proporcionan las imágenes de , este conflicto final debiera ser fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archí enemigo, “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” (). El desafío para el pueblo de Dios en ese tiempo será el que confrontó Elías cuando oró ante la asamblea: “Jehová Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. (1 Rey. 36, 37). Y la respuesta de fidelidad en ese tiempo encontrará una expresión adecuada en la aclamación de la asamblea reunida en el Carmelo: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. (vers. 39).
No es claro por qué Juan se refiere al Monte Meguido.
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hebreo se llama Armagedón" (). En el pasaje que se refiere al comienzo de
R. H. Charles dice que “en la literatura hebrea no hay una interpretación convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedón el lugar de la batalla final entre los poderes del mal y del reino de Dios” (G. E. Ladd, A. Commentary on the Revelatión of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], Pág. 216).
la plaga, debe observarse la diferencia entre la figura revelada aquí y la que se emplea
en el caso del secamiento del Eufrates.
E. Una atención más estrecha a la geografía de Palestina hubiera ayudado a evitar la trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el valle denominado Jezreel o Esdraelón.
B. El río que desciende por el valle de Jezreel y pasa junto a Meguido hacia el mar, no es el
Eufrates, sino el Cisón. A su vez, es Babilonia, y no Meguido, la ciudad que está ubicada
La ciudad no es la que da el nombre al valle, y tampoco recibe su nombre por el valle en que está ubicada. Sin embargo, es posible identificar diferentes aspectos de la topografía de los alrededores de las ciudades antiguas denominándolas según el nombre de la ciudad -práctica muy común en hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construcción lingüística concatenada expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de , que ubica el campo de batalla donde las fuerzas de Jabin y Sísera encontraron a las de Débora y Barak en la vecindad de las “aguas de Meguido”.
junto al Eufrates en Mesopotamia. Esta mezcla de metáforas históricas pareciera ser
intencional, y debería comunicarnos algo acerca de la naturaleza de la batalla del gran
F. ¿Cuáles son las “aguas de Meguido”?
Un vistazo fugaz a la topografía del Valle de Jezreel y una lectura al canto de Débora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraelón, y el curso de agua que recorría el valle, y también Meguido, era el Wadi Cisón. En verdad, la identificación del “torrente de Cisón” con “las aguas de Meguido” se establece claramente en Cántico de Débora (compare con 5: 19)
día del Dios Todopoderoso que sigue a esta plaga. Esto mismo debería advertir al
comentador contra el excesivo literalismo de interpretar estas referencias en un marco
G. El punto aquí es que Yawéh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la naturaleza para que sirvan a sus propósitos, trajo la tormenta de lluvia que anegó el Cisón y lo desbordó. La lluvia y el río desbordado transformaron el valle de Jezreel en un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las “aguas de Meguido”.
de entidades políticas actuales en el Medio Oriente o en otra parte.
C. La analogía profética o la lección que se extrae de este marco histórico del Armagedón
H. Por analogía con este marco histórico y con la cadena constructiva del genitivo posesivo, “las aguas de Meguido” y el “monte de Meguido” debieran estar cerca de la ciudad.
Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los geógrafos modernos de Palestina denominan comúnmente como la cadena montañosa del Carmelo.
sólo puede determinarse luego de que se precise cuál es el lugar al que se refiere.
Lamentablemente, esto no ha sido fácil, y hubo grandes discrepancias entre los
Sin embargo, la Biblia no utiliza jamás esta terminología específica.
comentadores bíblicos, como lo dice G. E. Ladd: "El vocablo 'Armagedón' es difícil de
interpretar; el equivalente hebreo sería har-megidon “el monte de Meguido”. El
La referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en dieciséis de ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como “monte” o “montañas”.
problema es que Meguido no es un monte, sino una llanura ubicada entre el Mar de
Galilea y el Mediterráneo, es parte del Valle de Jezreel (Esdraelón).
En tres de las dieciséis veces se lo compara poéticamente con Basán y Transjordania (; 9 y ), y en una ocasión se lo compara con Sarón, la planicie que se extiende hacia el sur ()
D. Fue un famoso campo de batalla en la historia de Israel. En Meguido, Débora y Barak
derrotaron al cananeo Jabin (); Jehú mató a Ocozías (; véase
I. En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre están en singular: “el monte de Carmelo” o “Monte Carmelo” (nunca “los montes de Carmelo”).
además ; ). No es claro por qué Juan se refiere al Monte
Meguido. R. H. Charles dice que “en la literatura hebrea no hay una interpretación
Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elías (, )
Y otras dos surgen de la narración referente a Ellas (; ).
Así como la expresión “las aguas de Meguido” se refiere al río que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce con otro nombre - Wadi Cisón-, también el “monte de Meguido”, bien podría identificarse con la montaña vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el Monte Carmelo.
Sobre la base de esta proximidad geográfica, así como la analogía histórica y textual, “el monte de Meguidó(n)” en puede identificarse con el Monte Carmelo.
convincente que aclare esta frase... Pero cualquiera sea la procedencia del nombre, lo
Qué Sucedió en el Monte Carmelo?
evidente es que Juan menciona con el nombre de Armagedón el lugar de la batalla final
III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON
III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON
entre los poderes del mal y del reino de Dios” (G. E. Ladd, A. Commentary on the
Revelatión of John, [Grand Rapids, Mich., 1972], Pág. 216).
A. El monte de Meguido, en , no sólo podría identificarse con el Monte Carmelo desde una perspectiva geográfica, sino que también se podría establecer una conexión histórica. Así como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una batalla histórica en tiempos de Ciro, por la que se conquistó Babilonia, y así como la batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla específica y famosa en el valle de Jezreel, así también el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histórica famosa en la Escritura:
Como fue La batalla entre Elías y los profetas de Baal (). ?
E. Una atención más estrecha a la geografía de Palestina hubiera ayudado a evitar la
trampa en la que cayeron Lad y otros comentadores. Si bien Meguido no era un monte
B. Esta batalla no se libró empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue un conflicto intensamente espiritual.
Esta es la batalla de la que puede extraerse la imagen de la cual depende “la batalla de Armagedón” en Apocalipsis.
Todos los principales elementos posteriores tienen un paralelismo con en una forma histórica concreta.
ni tampoco una planicie, era una ciudad. Como tal, estaba ubicada en la llanura o en el
Paralelismo
Paralelismo
valle denominado Jezreel o Esdraelón. La ciudad no es la que da el nombre al valle, y
C. Sí el dragón de representa el poder del estado civil de un modo u otro, entonces ese poder lo representó Acab en el conflicto del Monte Carmelo.
Sí la bestia de está vinculada con la de y con la mujer impura de , como una manifestación de religión apóstata, entonces ese elemento lo representó Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (véase además la referencia a Jezabel en ).
tampoco recibe su nombre por el valle en que está ubicada. Sin embargo, es posible
identificar diferentes aspectos de la topografía de los alrededores de las ciudades
D. Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con : 1, no estuvo presente en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculcó el culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte.
El tercer elemento que une sus fuerzas al monte Meguido, según , sería el falso profeta. Esta es la primera vez que la expresión “falso profeta” aparece en el libro de Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo, allí había 850 de ellos (). (Elías, como puede notarse, salió del este, desde Tisbe en Galaad).
antiguas denominándolas según el nombre de la ciudad -práctica muy común en
El falso profeta es el protestantismo apostata, representado por los falsos profetas de Baal
hebreo-, y cuando se lo hace se emplea una construcción lingüística concatenada
E. Finalmente, el fuego que descendió de Dios y consumió el sacrificio de Elías y todo lo que lo rodeaba, terminó con la contienda sobre el Monte Carmelo.
Los profetas de Baal fueron pasados por la espada en el Wadi Cisón. Una vez más, debe enfatizarse que
la sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, sólo los preparativos para la contienda.
El dragón, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a reunirse en el Monte de Meguido, así como Elías citó a Acab y a todo Israel en el monte Carmelo para librar la contienda.
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expresada por un genitivo posesivo. Este es el caso de , que ubica el campo
F. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en .
Esta es la batalla de Armagedón, o más apropiadamente, la “batalla del gran día del ¡Dios Todopoderoso” ().
Esta batalla se peleará cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Señor de Señores junto con su ejército de huestes celestiales.
Y la victoria se alcanzará de un modo similar, por el fuego que caerá y consumirá a la bestia y al falso profeta (), y por la espada que terminará con sus seguidores (vers. 21).
Esta espada utilizada como en los tiempos de Elías, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21).
de batalla donde las fuerzas de Jabin y Sísera encontraron a las de Débora y Barak en la
vecindad de las “aguas de Meguido”.
CONCLUSIÓN
CONCLUSIÓN
Sobre la base de la analogía con el marco histórico del Antiguo Testamento que proporcionan las imágenes de , este conflicto final debiera ser fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archí enemigo, “el gran dragón, la serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero” ().
F. ¿Cuáles son las “aguas de Meguido”? Un vistazo fugaz a la topografía del Valle de Jezreel
y una lectura al canto de Débora, es suficiente para identificarlos. Meguido estaba
El desafío para el pueblo de Dios en ese tiempo será el que confrontó Elías cuando oró ante la asamblea
“Jehová Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. (1 Rey. 36, 37).
ubicada en el sector sur de la llanura de Esdraelón, y el curso de agua que recorría el
valle, y también Meguido, era el Wadi Cisón. En verdad, la identificación del “torrente
Y la respuesta de fidelidad en ese tiempo encontrará una expresión adecuada en la aclamación de la asamblea reunida en el Carmelo: (vers. 39).
de Cisón” con “las aguas de Meguido” se establece claramente en Cántico de Débora
Todos exclamaran
(compare con 5: 19)
“¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”.
G. El punto aquí es que Yawéh, el Dios que lo controla todo y emplea los elementos de la
naturaleza para que sirvan a sus propósitos, trajo la tormenta de lluvia que anegó el
Cisón y lo desbordó. La lluvia y el río desbordado transformaron el valle de Jezreel en
un lodazal donde los carros cananeos se empantanaron y no pudieron maniobrar. De
este modo, Dios le dio a su pueblo una gran victoria junto a las “aguas de Meguido”.
H. Por analogía con este marco histórico y con la cadena constructiva del genitivo
posesivo, “las aguas de Meguido” y el “monte de Meguido” debieran estar cerca de la
ciudad. Meguido estaba ubicada al pie de la falda norte de la zona a la que los geógrafos
modernos de Palestina denominan comúnmente como la cadena montañosa del
Carmelo. Sin embargo, la Biblia no utiliza jamás esta terminología específica. La
referencia al Carmelo aparece veinte veces en el Antiguo Testamento, y en dieciséis de
ellas aparece como un nombre de lugar sin estar conectado con un determinativo como
“monte” o “montañas”. En tres de las dieciséis veces se lo compara poéticamente con
Basán y Transjordania (; 9 y ), y en una ocasión se lo
compara con Sarón, la planicie que se extiende hacia el sur ()
I. En cuatro ocasiones se identifica al Carmelo con determinativos, que siempre están en
singular: “el monte de Carmelo” o “Monte Carmelo” (nunca “los montes de Carmelo”).
Dos de estas referencias relatan la experiencia de Elías (, ), y otras dos
surgen de la narración referente a Ellas (; ). Así como la expresión “las
aguas de Meguido” se refiere al río que corre junto a Meguido, pero al que se lo conoce
con otro nombre - Wadi Cisón-, también el “monte de Meguido”, bien podría
identificarse con la montaña vecina a Meguido, aunque se la conoce con otro nombre: el
Monte Carmelo. Sobre la base de esta proximidad geográfica, así como la analogía
5
histórica y textual, “el monte de Meguidó(n)” en puede identificarse
con el Monte Carmelo.
III. LA ANTIGUA BATALLA EN EL MONTE DE MEGUIDO Y LA ANALOGÍA CON
A. El monte de Meguido, en , no sólo podría identificarse con el Monte
Carmelo desde una perspectiva geográfica, sino que también se podría establecer una
conexión histórica. Así como la imagen del secamiento del Eufrates se extrae de una
batalla histórica en tiempos de Ciro, por la que se conquistó Babilonia, y así como la
batalla junto a las aguas de Meguido se refiere a una batalla específica y famosa en el
valle de Jezreel, así también el Monte Carmelo fue el sitio de otra batalla histórica
famosa en la Escritura: La batalla entre Elías y los profetas de Baal ().
B. Esta batalla no se libró empleando la fuerza de las armas, sino que, por el contrario, fue
un conflicto intensamente espiritual. Esta es la batalla de la que puede extraerse la
imagen de la cual depende “la batalla de Armagedón” en Apocalipsis. Todos los
principales elementos posteriores tienen un paralelismo con en una forma
histórica concreta.
C. Sí el dragón de representa el poder del estado civil de un modo u
otro, entonces ese poder lo representó Acab en el conflicto del Monte Carmelo. Sí la
bestia de está vinculada con la de y con la mujer
impura de , como una manifestación de religión apóstata, entonces
ese elemento lo representó Jezabel en el encuentro en el monte Carmelo (véase además
la referencia a Jezabel en ).
D. Por supuesto, se admite que Jezabel, de acuerdo con : 1, no estuvo presente
en la lucha, aunque fue ella la que, como princesa fenicia y reina de Israel, inculcó el
culto a Baal en la urdimbre y la trama de la vida del reino del norte. El tercer elemento
que une sus fuerzas al monte Meguido, según , sería el falso profeta.
Esta es la primera vez que la expresión “falso profeta” aparece en el libro de
Apocalipsis. Los falsos profetas fueron claramente representados en el monte Carmelo,
allí había 850 de ellos (). (Elías, como puede notarse, salió del este, desde
Tisbe en Galaad).
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E. Finalmente, el fuego que descendió de Dios y consumió el sacrificio de Elías y todo lo
que lo rodeaba, terminó con la contienda sobre el Monte Carmelo. Los profetas de Baal
fueron pasados por la espada en el Wadi Cisón. Una vez más, debe enfatizarse que la
sexta plaga no describe la lucha real de una batalla, sólo los preparativos para la
contienda. El dragón, la bestia y el falso profeta llaman a todos sus seguidores a
reunirse en el Monte de Meguido, así como Elías citó a Acab y a todo Israel en el monte
Carmelo para librar la contienda.
F. Sin embargo, la batalla que se prepara en el transcurso de la sexta plaga se libra en
. Esta es la batalla de Armagedón, o más apropiadamente, la
“batalla del gran día del ¡Dios Todopoderoso” (). Esta batalla se peleará
cuando Cristo venga del cielo como Rey de Reyes y Señor de Señores junto con su
ejército de huestes celestiales. Y la victoria se alcanzará de un modo similar, por el
fuego que caerá y consumirá a la bestia y al falso profeta (), y por la espada
que terminará con sus seguidores (vers. 21). Esta espada utilizada como en los tiempos
de Elías, es la espada que sale de la boca del Rey de Reyes (vers. 15, 21).
CONCLUSIÓN: Sobre la base de la analogía con el marco histórico del Antiguo Testamento
que proporcionan las imágenes de , este conflicto final debiera ser
fundamental y esencialmente un conflicto espiritual, en el que los principales
contendientes son seres sobrenaturales: Cristo y su archí enemigo, “el gran dragón, la
serpiente antigua, que se llama diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero”
().
El desafío para el pueblo de Dios en ese tiempo será el que confrontó Elías cuando oró
ante la asamblea: “Jehová Dios de Abrahán, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que
tú eres Dios en Israel,... para que conozca este pueblo que tú, oh Jehová, eres el Dios, y
que tú vuelves a ti el corazón de ellos”. (1 Rey. 36, 37). Y la respuesta de fidelidad en ese
tiempo encontrará una expresión adecuada en la aclamación de la asamblea reunida en el
Carmelo: “¡Jehová es el Dios, Jehová es el Dios!”. (vers. 39).