La mejor Navidad de todas.
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¿Cuál fue tu mejor Navidad?
Todos recordamos alguna Navidad que fue especial en nuestra vida. Quizás fue cuando recibimos el regalo que tanto anhelabamos, o quizás aquella en que no faltó ningún miembro de la familia, o aquella que pasaste por primera vez con tu novio(a) o la primera con tu cónyuge.
Lucas 2:1-7
La mejor Navidad de todas...
Fue un nacimiento predeterminado.
Fue un nacimiento predeterminado.
Luke 2:7
Y dio a luz a su Hijo primogénito; Lo envolvió en pañales y Lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
Fue un nacimiento predeterminado.
Fue un nacimiento predeterminado.
El lugar estaba determinado.
El lugar estaba determinado.
Aún sin darse cuenta el emperador romano fue una de las piezas del ajedrez de la humanidad que el soberano Dios movió para llevar a cabo su plan redentor.
¡No! No fue una coincidencia que el César Augusto ordenara un censo en todos los dominios romanos.
Tal censo “obligó” a los súbditos judíos José y María a que fueran de Nazaret, su hogar, a Belén, su ciudad natal para inscribirse. Dios moviendo esas otras piezas para dar inicio a esa jugada que terminaría en el jaque mate de su enemigo Lucifer.
Entre 700-735 años atrás, Dios ya había anunciado el lugar de esa Navidad por medio de uno de sus profetas, casi desconocido, llamado Miqueas. Dios había dicho:
Mic 5:2
Pero tú, Belén (Casa del Pan) Efrata, Aunque eres pequeña entre las familias de Judá, De ti Me saldrá el que ha de ser gobernante en Israel. Y sus orígenes son desde tiempos antiguos, Desde los días de la eternidad.
Los expertos en la Ley probablemente conocían dicha profecía, pero la gente sencilla, como José y María, seguramente la ignoraban.
El día y la hora estaban determinados.
El día y la hora estaban determinados.
Sucedió que mientras estaban ellos allí, se cumplieron los días de su alumbramiento.
Hace 2000 años, no había abundancia de médicos; y los que había no tenía el adelanto científico para predecir con exactitud el día del nacimiento de una criatura. Estoy seguro que María ni siquiera fue examinada por algún doctor. ¡Que pruebas de embarazo ni pastillas prenatales! La única prueba era un vientre en crecimiento y la desaparición del período menstrual.
Ni siquiera los médicos modernos pueden predecir el día en un bebé nacera; siempre te dicen que puede ser dos semanas antes o dos semanas después de la fecha calculada.
Por lo tanto el “sucedió que mientras estaban allí” no se puede tomar como una coincidencia. Dios lo había planeado todo para que la criatura, Dios hecho hombre, viniera a este mundo en el día y momento exacto, ni un minuto más ni un minuto menos.
Fue un nacimiento humilde.
Fue un nacimiento humilde.
Y dio a luz a su Hijo primogénito; Lo envolvió en pañales y Lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el mesón.
En cuna humilde.
En cuna humilde.
Debido a los Nacimientos (Nativity sets) que estamos acostumbrados a ver, creemos que el Señor nació en un establo, con paredes y techo, como los que vemos en las granjas americanas. La realidad es que nació en un corral, que probablemente tenía una cueva, rodeado de animales, y en una caja de piedra usada para poner el forraje para los animales.
¡Que irónico! El Creador del Universo vino a nacer en “cuna humilde”, tan humilde que ni siquiera los más pobres de nuestro tiempo nacen así.
No hubo lugar para Él.
No hubo lugar para Él.
El mesón era el lugar donde los viajeros podían descansar bajo techo y alimentar a su camello, su caballo, o su burro. No era un hotel o una pensión como las conocemos hoy en día.
El censo seguramente trajo a muchas personas de las diferentes regiones y la aldea no estaba preparada para recibir a tantos. Al ir a mesón, no fueron recibidos, no había lugar para ellos.
Como un niño, Jesús quizas fue rechazado por otros niños porque Él era un niño diferente y no participaba en las maldades de ellos.
El rechazo no fue algo que molestó a Jesús en sus tres años de ministerio. Rechazado por los religiosos, por los políticos, y por muchos pecadores.
Es también irónico que han pasado un poco más de 2000 años y la oposición y rechazo a Cristo ha aumentado.
Muchos religiosos todavía celebran el nacimiento de aquel del cual saben, pero que no conocen.
Fue un nacimiento rodeado de gozo.
Fue un nacimiento rodeado de gozo.
“os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo” 10
Gozo para los padres.
Gozo para los padres.
A pesar del dolor que traer un bebé al mundo conlleva siempre es un gozo verlo nacer. Para María se había cumplido lo que el ángel le anunció nueve meses atrás. La espera había llegado a su fin. Los movimientos frágiles del niño la hacía olvidar todo dolor.
Para José, aunque no era el padre biológico sino el padre legal, la llegada del niño representaba su primer heredero, su compañero, su amigo: el varoncito que todo padre desea.
Gozo para todo el pueblo.
Gozo para todo el pueblo.
“os ha nacido hoy… un Salvador, que es Cristo el Señor.” 11
Más de 400 años habían pasado desde la muerte del profeta Zacarías. Durante ese tiempo el pueblo judío sido esclavizado por los persas, los griegos, y, en ese momento, por los romanos.
El pueblo anhelaba un Salvador, del yugo político, pero sin darse cuenta que lo que necesitaban era un Salvador del yugo del pecado.
Su nombre sería Jesús, porque Él salvaría a su pueblo de sus pecados.
Con música celestial que glorificaba a Dios.
Con música celestial que glorificaba a Dios.
La música no podía faltar, pero venía de un coro angelical que glorifcaba a Dios.
“una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan a Dios...” 13
“una multitud de los ejércitos celestiales, que alababan a Dios...” 13
No hubo un “Feliz Navidad”, mucho menos salsa, mariachi, rap, regaeton, etc. No hubo baile ni borrachera, no hubo uvas. Si hubo regalos, unos días después, pero no para los padres ni los amigos, sino que fueron para el nacido rey. Esa fue la mejor navidad de todas.
¿Cómo la celebrarás tú?