El Regalo de Dios
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EL REGALO DE DIOS
EL REGALO DE DIOS
1 Sin embargo, ese tiempo de oscuridad y de desesperación no durará para siempre. La tierra de Zabulón y de Neftalí será humillada, pero habrá un tiempo en el futuro cuando Galilea de los gentiles, que se encuentra junto al camino que va del Jordán al mar, será llena de gloria.
2 El pueblo que camina en oscuridad
verá una gran luz.
Para aquellos que viven en una tierra de densa oscuridad,
brillará una luz.
3 Harás que crezca la nación de Israel,
y sus habitantes se alegrarán.
Se alegrarán ante ti
como la gente se goza en la cosecha,
y como los guerreros cuando se dividen el botín.
4 Pues tú quebrantarás el yugo de su esclavitud
y levantarás la pesada carga de sus hombros.
Romperás la vara del opresor,
tal como lo hiciste cuando destruiste al ejército de Madián.
5 Las botas de los guerreros
y los uniformes manchados de sangre por la guerra
serán quemados;
serán combustible para el fuego.
6 Pues nos ha nacido un niño,
un hijo se nos ha dado;
el gobierno descansará sobre sus hombros,
y será llamado:
Consejero Maravilloso, Dios Poderoso,
Padre Eterno, Príncipe de Paz.
7 Su gobierno y la paz
nunca tendrán fin.
Reinará con imparcialidad y justicia desde el trono de su antepasado David
por toda la eternidad.
¡El ferviente compromiso del Señor de los Ejércitos Celestiales
hará que esto suceda!
)
INTRODUCCIÓN: la venida de Cristo anunciada en este capítulo se produjo (v. 7) tal como indica el principio del mismo. Israel había estado algunos años en turbulencia por las guerras de los Macabeos con Antíoco y como dice el refrán—«a río revuelto, ganancia de pescadores»—, los romanos se aprovecharon de la situación para invadir el país e imponer su paz, pero a costa de sangre y sacrificios. El quebrantamiento del yugo que Israel esperaba (v. 4) es, como muchas profecías de fecha dilatoria, a causa del plan de Dios de salvar a los gentiles en un mundo que necesitaba siglos para ser evangelizado, pero la luz vino en aquellos días (v. 2) y con ella la más profunda alegría. Pero no en la forma que Israel esperaba, porque para Dios el tiempo tiene poca importancia: Esta luz y esta alegría serán efectivas y completas en los días del Milenio, cuando el niño de Belén será Rey de toda la Tierra …
I. La clase del regalo
«Un niño nacido»: cada niño que nace es un tesoro de posibilidades, porque lleva la simiente humana en estado latente, pero Jesucristo es el único nacido en el mundo que participaba de la naturaleza divina, «encerraba el Infinito en un débil niño».
II. Para quién es el regalo
La expresión «nos» sólo se dice de uno nacido en la familia.
Notemos que el ángel de Belén dijo: «Os», pues Jesús no nació para los ángeles, sino para los hombres …
1. Es un don especialísimo de Dios: no el resultado de una ley biológica, sino algo totalmente especial y diferente. Dios lo dio no sólo a Israel, sino a toda la humanidad.
2. El apóstol Pablo lo llama «un don inefable» (que no se puede expresar con palabras), y así es según la portentosa descripción de esta profecía.
III. La grandeza del regalo
Ésta se desprende de los nombres que se le aplican …
1. Admirable: etimológicamente significa «digno de ser mirado»:
a) En su persona: los ángeles desde siglos deseaban mirarlo ().
b) Los pastores «corren».
c) Los magos vienen de lejos.
d) Las multitudes se apretujaban.
e) Nosotros lo daríamos todo por verle.
2. Consejero: ¡Qué valor tiene cada «yo os digo» de Jesús! La humanidad y la conciencia recta tienen que reconocer que es lo mejor. El mundo sólo necesita dejarse aconsejar por Él. Tomémosle nosotros como Consejero.
3. Dios fuerte: lo fue por sus milagros. Lo será cuando aparezca. Nadie ha podido decir: «Yo y el Padre una cosa somos».
4. Padre Eterno: los judíos no pueden comprender esta tremenda expresión porque no creen en la Trinidad, pero los cristianos lo entendemos. Fray Luis de Granada distinguía: «Observad que no dice eterno Padre, sino Padre eterno, en el sentido de que puede engendrar hijos constantemente por la fe» ().
5. Príncipe de paz: los ángeles miraban lejos en cuanto a las consecuencias de su nacimiento. Las inmediatas eran: «No paz, sino espada». Su lealtad a Él ha traído muchas persecuciones y luchas, pero Él es el eterno Príncipe de Paz, solamente que dos mil años es un tiempo muy corto para la historia del mundo y más aún del universo.
IV. La recepción del regalo
1. Humanamente fue muy pobre: nació en el establo de un mesón, pero estaba profetizado que nacería en Belén y el instrumento escogido por Dios para traerlo al mundo quedaba en Nazaret. Cuando Dios quiere, aun los gobernantes impíos hacen leyes según sus propósitos, pensando cumplir su realísima voluntad, pero están cumpliendo la de Dios.
2. Y en Belén no había sitio en el mesón: como si los seres celestiales no pudiesen tolerar una recepción tan fría, llaman a los únicos que por su rudeza no desdeñaran acudir al pesebre.
CONCLUSIÓN: Jesús ya no es un niño en un establo, aunque así lo expresamos en los himnos navideños. Es el Rey de reyes y Señor de señores, y por su espíritu es Dios eterno del universo, tal como lo expresa esta profecía. ¿Cómo lo recibiremos? Por fe, reconociéndole como nuestro bendito Salvador y Señor.