Kidner comenta atinadamente: “El perezoso vive en su mundo de deseo, que es su substituto del trabajo. Ello puede arruinarlo materialmente (25) y aprisionarlo espiritualmente (26), porque no puede ni dominarse a sí mismo ni escapar.” En contraste con el perezoso está el justo, hombre de trabajo y liberalidad; tiene suficiente para sí y algo para compartir con otros.
Wolf, E. C. (2010). El Libro de los PROVERBIOS. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Literatura Poética y Sapiencial (Tomo 3) (p. 526). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.