Redefiniendo la Navidad
La Navidad es la encarnación del Eterno Cristo. Es la luz de la creación exhibida en lo natural y visible.
La única manera de poder entender la “navidad” es poder comprender quién fue el que nació en Belén. No puede existir “Navidad” sin Cristo.
Hemos reducido la manifestación de un evento eterno a la satisfacción de los deseos terrenales.
No era un niño lo que nacería en Belén, sino la encarnación de Dios mismo
En otras palabras, Dios tomó forma de hombre, para que tu y yo pudiéramos tomar su forma.
El nacimiento de Jesucristo es mucho más que un drama en navidad, es la máxima expresión de amor incondicional y de gracia registrada en la escrituras.
1En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios. 2Este era en el principio con Dios. 3Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho. 4En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
Y aquel Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros...
La eternidad se metió en lo temporero para que lo temporero entrara en lo eterno.
34 Entonces la nube cubrió el tabernáculo, y la gloria del SEÑOR llenó el tabernáculo. 35 Moisés no podía entrar en el tabernáculo, porque la nube se había posado allí, y la gloria del SEÑOR llenaba el tabernáculo.
36 Cada vez que la nube se levantaba del tabernáculo, el pueblo de Israel se ponía en marcha y la seguía. 37 Pero si la nube no se levantaba, ellos permanecían donde estaban hasta que la nube se elevaba. 38 Durante el día, la nube del SEÑOR quedaba en el aire sobre el tabernáculo y, durante la noche, resplandecía fuego dentro de ella, de modo que toda la familia de Israel podía ver la nube. Eso mismo ocurrió durante todos sus viajes.