FUERA EL TEMOR

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TEMORES

1 Juan 4.18 RVR60
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.
Juan 16.33 RVR60
Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
Salmo 27.1–14 RVR60
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme? Cuando se juntaron contra mí los malignos, mis angustiadores y mis enemigos, Para comer mis carnes, ellos tropezaron y cayeron. Aunque un ejército acampe contra mí, No temerá mi corazón; Aunque contra mí se levante guerra, Yo estaré confiado. Una cosa he demandado a Jehová, ésta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida, Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo. Porque él me esconderá en su tabernáculo en el día del mal; Me ocultará en lo reservado de su morada; Sobre una roca me pondrá en alto. Luego levantará mi cabeza sobre mis enemigos que me rodean, Y yo sacrificaré en su tabernáculo sacrificios de júbilo; Cantaré y entonaré alabanzas a Jehová. Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. Aunque mi padre y mi madre me dejaran, Con todo, Jehová me recogerá. Enséñame, oh Jehová, tu camino, Y guíame por senda de rectitud A causa de mis enemigos. No me entregues a la voluntad de mis enemigos; Porque se han levantado contra mí testigos falsos, y los que respiran crueldad. Hubiera yo desmayado, si no creyese que veré la bondad de Jehová En la tierra de los vivientes. Aguarda a Jehová; Esfuérzate, y aliéntese tu corazón; Sí, espera a Jehová.
Salmo 27:
INTRODUCCIÓN:

LIBRES DE TEMOR

(Salmo 27:1–14)

INTRODUCCIÓN: hay muchas personas constantemente dominadas por el temor. Hay temores sanos y temores nocivos. El temor sano se llama también precaución, pero el temor nocivo es siempre un mal y una pérdida. El creyente, miembro de la raza humana, puede estar sujeto a ambos temores. Consideremos el primero por lo útil que puede ser:

1. Temor sano: el cirujano teme dañar a su paciente. El piloto en cometer un error en el manejo de su avión. El orador o escritor en equivocar sus conceptos; aun estos temores sanos pueden ser aminorados y quitados por medio de la fe (Sal. 34:4, 5).

2. Temor nocivo: pero hay temores infundados, de los que Dios quiere vernos totalmente libres, y es lo que nos enseña este salmo. Durante la lectura de la Palabra de Dios, podemos escuchar repetidamente la exhortación de «no temas» (véase Gn. 26:24; Dt. 31:8; Jos. 1:9; Sal. 27:1; Is. 35:4, 41:10, 43:1).

3. Tipos de temores a vencer:

a) Temor al fracaso: este temor inhabilita para muchas cosas buenas. Hay que pedir a Dios que nos dé juicio y visión para entender cuándo el temor al fracaso puede ser justificado y cuándo es un ardid de Satanás.

b) Temor al peligro: hay personas que temen viajar en barco o avión por haber conocido a alguien que sufrió un accidente o pereció en él. Tales temores tienen muchas veces por motivo la falta de fe.

c) Temor al futuro: muchas personas, al envejecer, temen cómo han de vivir o lo que sucederá cuando sus hijos abandonen el hogar. David había encontrado un recurso muy eficaz contra el temor (Sal. 56:3) y esta misma experiencia es la que hizo Pablo y muchos otros servidores de Dios.

d) El temor a la muerte: este temor es común a la naturaleza humana y los creyentes pueden ser inevitablemente sujetos a él (He. 2:15), pero las promesas de Cristo y las afirmaciones de Pablo en 2 Co. 5 pueden ahuyentar este temor.

4. Resultados del temor:

a) Debilita la salud (véase Job 4).

b) Paraliza la voluntad.

c) Produce el fracaso espiritual: quita la paz, la alegría, la serenidad y el poder de dar testimonio. El creyente asustado por cualesquiera motivos está vencido. El apóstol decía: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».

5. Modos de desarraigar el temor:

a) Persuádase de una vez para siempre que la voluntad de Dios es que seamos libres de temor (véase Mr. 4:35–41).

b) Asegúrese de que usted tiene el deseo de ser librado de temor, pues hay quienes no quieren ser libres; parecen sentir placer en hablar de su mala salud, de los malos tiempos que les rodean para no enfrentarse con responsabilidades (véase Jn. 5:5).

c) Haga una decisión acerca de sus temores. En vez de esconderlos sáquelos a la luz, pero no por el placer morboso de hacer partícipes a otros, sino con el propósito de vencerlos. Escríbalos y piense en la manera de suprimirlos.

d) Pida a Dios que quite sus temores, confiando en que Él obrará, si alguno llegara a cumplirse (Sal. 34:4).

· hay muchas personas constantemente dominadas por el temor.
· Hay temores sanos y temores nocivos.
· El temor sano se llama también precaución,
· pero el temor nocivo es siempre un mal y una pérdida.
· El creyente, miembro de la raza humana, puede estar sujeto a ambos temores.
· Consideremos el primero por lo útil que puede ser:
1. Temor sano:
· el cirujano teme dañar a su paciente.
· El piloto en cometer un error en el manejo de su avión.
· El orador o escritor en equivocar sus conceptos;
· aun estos temores sanos pueden ser aminorados y quitados por medio de la fe (, ).
2. Temor nocivo:
· pero hay temores infundados, de los que Dios quiere vernos totalmente libres,
· y es lo que nos enseña este salmo. Durante la lectura de la Palabra de Dios, podemos escuchar repetidamente la exhortación de «no temas»
Génesis 26.24 RVR60
Y se le apareció Jehová aquella noche, y le dijo: Yo soy el Dios de Abraham tu padre; no temas, porque yo estoy contigo, y te bendeciré, y multiplicaré tu descendencia por amor de Abraham mi siervo.
Genesis
Deuteronomio 31.8 RVR60
Y Jehová va delante de ti; él estará contigo, no te dejará, ni te desamparará; no temas ni te intimides.
Deuter
Josué 1.9 RVR60
Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.
Josue
Salmo 27.1 RVR60
Jehová es mi luz y mi salvación; ¿de quién temeré? Jehová es la fortaleza de mi vida; ¿de quién he de atemorizarme?
Salmo 27:1
Isaías 35.4 RVR60
Decid a los de corazón apocado: Esforzaos, no temáis; he aquí que vuestro Dios viene con retribución, con pago; Dios mismo vendrá, y os salvará.
Isaías 41.10 RVR60
No temas, porque yo estoy contigo; no desmayes, porque yo soy tu Dios que te esfuerzo; siempre te ayudaré, siempre te sustentaré con la diestra de mi justicia.
Isaias
Isaías 43.1 RVR60
Ahora, así dice Jehová, Creador tuyo, oh Jacob, y Formador tuyo, oh Israel: No temas, porque yo te redimí; te puse nombre, mío eres tú.
Isaias 43:1
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3. Tipos de temores a vencer:
a) Temor al fracaso: este temor inhabilita para muchas cosas buenas. Hay que pedir a Dios que nos dé juicio y visión para entender cuándo el temor al fracaso puede ser justificado y cuándo es un ardid de Satanás.
b) Temor al peligro: hay personas que temen viajar en barco o avión por haber conocido a alguien que sufrió un accidente o pereció en él. Tales temores tienen muchas veces por motivo la falta de fe.
c) Temor al futuro: muchas personas, al envejecer, temen cómo han de vivir o lo que sucederá cuando sus hijos abandonen el hogar. David había encontrado un recurso muy eficaz contra el temor () y esta misma experiencia es la que hizo Pablo y muchos otros servidores de Dios.
d) El temor a la muerte: este temor es común a la naturaleza humana y los creyentes pueden ser inevitablemente sujetos a él (), pero las promesas de Cristo y las afirmaciones de Pablo en pueden ahuyentar este temor.
Salmo 65.3 RVR60
Las iniquidades prevalecen contra mí; Mas nuestras rebeliones tú las perdonarás.
Salmo
2 Corintios 5 RVR60
Porque sabemos que si nuestra morada terrestre, este tabernáculo, se deshiciere, tenemos de Dios un edificio, una casa no hecha de manos, eterna, en los cielos.Y por esto también gemimos, deseando ser revestidos de aquella nuestra habitación celestial;pues así seremos hallados vestidos, y no desnudos.Porque asimismo los que estamos en este tabernáculo gemimos con angustia; porque no quisiéramos ser desnudados, sino revestidos, para que lo mortal sea absorbido por la vida.Mas el que nos hizo para esto mismo es Dios, quien nos ha dado las arras del Espíritu. Así que vivimos confiados siempre, y sabiendo que entre tanto que estamos en el cuerpo, estamos ausentes del Señor (porque por fe andamos, no por vista); pero confiamos, y más quisiéramos estar ausentes del cuerpo, y presentes al Señor. Por tanto procuramos también, o ausentes o presentes, serle agradables. Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Conociendo, pues, el temor del Señor, persuadimos a los hombres; pero a Dios le es manifiesto lo que somos; y espero que también lo sea a vuestras conciencias.No nos recomendamos, pues, otra vez a vosotros, sino os damos ocasión de gloriaros por nosotros, para que tengáis con qué responder a los que se glorían en las apariencias y no en el corazón.Porque si estamos locos, es para Dios; y si somos cuerdos, es para vosotros.Porque el amor de Cristo nos constriñe, pensando esto: que si uno murió por todos, luego todos murieron;y por todos murió, para que los que viven, ya no vivan para sí, sino para aquel que murió y resucitó por ellos. De manera que nosotros de aquí en adelante a nadie conocemos según la carne; y aun si a Cristo conocimos según la carne, ya no lo conocemos así. De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Hebreos 2.15 RVR60
y librar a todos los que por el temor de la muerte estaban durante toda la vida sujetos a servidumbre.
2 Corintios 2
4. Resultados del temor:
Job 4 RVR60
Entonces respondió Elifaz temanita, y dijo: Si probáremos a hablarte, te será molesto; Pero ¿quién podrá detener las palabras? He aquí, tú enseñabas a muchos, Y fortalecías las manos débiles; Al que tropezaba enderezaban tus palabras, Y esforzabas las rodillas que decaían. Mas ahora que el mal ha venido sobre ti, te desalientas; Y cuando ha llegado hasta ti, te turbas. ¿No es tu temor a Dios tu confianza? ¿No es tu esperanza la integridad de tus caminos? Recapacita ahora; ¿qué inocente se ha perdido? Y ¿en dónde han sido destruidos los rectos? Como yo he visto, los que aran iniquidad Y siembran injuria, la siegan. Perecen por el aliento de Dios, Y por el soplo de su ira son consumidos. Los rugidos del león, y los bramidos del rugiente, Y los dientes de los leoncillos son quebrantados. El león viejo perece por falta de presa, Y los hijos de la leona se dispersan. El asunto también me era a mí oculto; Mas mi oído ha percibido algo de ello. En imaginaciones de visiones nocturnas, Cuando el sueño cae sobre los hombres, Me sobrevino un espanto y un temblor, Que estremeció todos mis huesos; Y al pasar un espíritu por delante de mí, Hizo que se erizara el pelo de mi cuerpo. Paróse delante de mis ojos un fantasma, Cuyo rostro yo no conocí, Y quedo, oí que decía: ¿Será el hombre más justo que Dios? ¿Será el varón más limpio que el que lo hizo? He aquí, en sus siervos no confía, Y notó necedad en sus ángeles; ¡Cuánto más en los que habitan en casas de barro, Cuyos cimientos están en el polvo, Y que serán quebrantados por la polilla! De la mañana a la tarde son destruidos, Y se pierden para siempre, sin haber quien repare en ello. Su hermosura, ¿no se pierde con ellos mismos? Y mueren sin haber adquirido sabiduría.
Job 4
a) Debilita la salud (véase ).
b) Paraliza la voluntad.
c) Produce el fracaso espiritual:
· quita la paz,
· la alegría,
· la serenidad y el poder de dar testimonio.
· El creyente asustado por cualesquiera motivos está vencido.
· El apóstol decía: «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece».
FALSA ENSEÑANZA DEL TEMOR
Job 3.25 RVR60
Porque el temor que me espantaba me ha venido, Y me ha acontecido lo que yo temía.
Job 3:25
No hace falta especular sobre si los temores de Job dieron lugar a este dilema.
Lo anterior del relato aclara que la tragedia tuvo su origen en la iniciativa de Satanás,
no en las vacilaciones o temores de y (1.6–12; 2.1–7).
Sin embargo, Job reconoce sus temores, una tendencia innata a nuestra condición humana.
Ellos no reflejan su incomprensión de la naturaleza de Dios, sino su comprensión de lo impredecible del devenir humano.
5. Modos de desarraigar el temor:
a) Persuádase de una vez para siempre que la voluntad de Dios es que seamos libres de temor (véase ).
b) Asegúrese de que usted tiene el deseo de ser librado de temor, pues hay quienes no quieren ser libres; parecen sentir placer en hablar de su mala salud, de los malos tiempos que les rodean para no enfrentarse con responsabilidades (véase ).
c) Haga una decisión acerca de sus temores. En vez de esconderlos sáquelos a la luz, pero no por el placer morboso de hacer partícipes a otros, sino con el propósito de vencerlos. Escríbalos y piense en la manera de suprimirlos.
d) Pida a Dios que quite sus temores, confiando en que Él obrará, si alguno llegara a cumplirse ().
Marcos 4.35–41 RVR60
Aquel día, cuando llegó la noche, les dijo: Pasemos al otro lado. Y despidiendo a la multitud, le tomaron como estaba, en la barca; y había también con él otras barcas. Pero se levantó una gran tempestad de viento, y echaba las olas en la barca, de tal manera que ya se anegaba. Y él estaba en la popa, durmiendo sobre un cabezal; y le despertaron, y le dijeron: Maestro, ¿no tienes cuidado que perecemos? Y levantándose, reprendió al viento, y dijo al mar: Calla, enmudece. Y cesó el viento, y se hizo grande bonanza. Y les dijo: ¿Por qué estáis así amedrentados? ¿Cómo no tenéis fe? Entonces temieron con gran temor, y se decían el uno al otro: ¿Quién es éste, que aun el viento y el mar le obedecen?
Juan 5.5 RVR60
Y había allí un hombre que hacía treinta y ocho años que estaba enfermo.
Salmo 34:4
Salmo 34.4 RVR60
Busqué a Jehová, y él me oyó, Y me libró de todos mis temores.
100 Claves biblicas para consejería Enfrente los temores que lo paralizan

“Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo”. (Juan 16:33)

el verdadero Amor
1 Juan 4.18 RVR60
En el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor; porque el temor lleva en sí castigo. De donde el que teme, no ha sido perfeccionado en el amor.

Amor perfecto

Es evidente que el amor al que Juan alude es nuestro amor a Dios. La frase “el perfecto amor echa fu,era el temor” explica lo que Juan quiere significar con el perfeccionamiento del amor. Es un amor que no tiene ni duda ni temor, sino que se reclina lleno de seguridad sobre el pecho del Señor, que confía en las horas más oscuras sin que su fe tenga el menor tambaleo, que aun en el día de juicio se erguirá con confianza en medio del tumulto y de la ruina de un mundo a punto de ser disuelto y que entonces pedirá su debido lugar en la amistad del Juez que se sienta sobre el trono.

Es evidente que el amor al que Juan alude es nuestro amor a Dios.
La frase “el perfecto amor echa fu,era el temor” explica lo que Juan quiere significar con el perfeccionamiento del amor.
Es un amor que no tiene ni duda ni temor, sino que se reclina lleno de seguridad sobre el pecho del Señor, que confía en las horas más oscuras sin que su fe tenga el menor tambaleo, que aun en el día de juicio se erguirá con confianza en medio del tumulto y de la ruina de un mundo a punto de ser disuelto y que entonces pedirá su debido lugar en la amistad del Juez que se sienta sobre el trono.
Tienes el amor que echa fuera el temor?
Tienes al que tiene el control de las cosas?
Tienes al que resucito del los muertos a Jesucristo?
Si dios con nosotros quien contra nosotros
Romanos 8.31–33 RVR60
¿Qué, pues, diremos a esto? Si Dios es por nosotros, ¿quién contra nosotros? El que no escatimó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también con él todas las cosas? ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
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