10 Plagas sobre Egipto
Dios no comparte su Gloria. Hace lo que sea necesario por su pueblo. Manifiesta su poder, y da testimonio de que todos los elementos de la creación están bajo su autoridad.
Un aspecto a señalar de las diez plagas es que aunque algunas de ellas, en sí, existen en la naturaleza, presentan unas características notables: (1) Su intensidad era desconocida. (2) Fueron anunciadas de antemano. (3) Se hizo separación entre los egipcios y los israelitas. (4) Aunque los hechiceros pudieron imitar las dos primeras plagas, no pudieron librar a Egipto de ellas; de hecho ellos mismos las sufrieron. (5) Por medio de estas plagas cayó el juicio no sólo sobre Egipto, sino también sobre sus dioses: el gran dios Nilo quedó contaminado; el mismo Faraón, que era considerado como divino, humillado; las ranas contaminaron los templos, y finalmente, el sol, el mayor de los dioses de Egipto, se sumió en las tinieblas.
Las diez plagas dejaron sumidas a Egipto en la mayor de las devastaciones. La posterior persecución de los israelitas por parte de Faraón y su ejército provocó la pérdida de las fuerzas armadas egipcias y del mismo Faraón en el mar Rojo (véase EGIPTO, I, historia, VI, 6). Egipto quedó así postrado e inerme frente a la invasión de los hicsos, que se apoderaron del país en unas circunstancias totalmente favorables (véase HICSOS) después de la derrota sufrida ante los israelitas en Refidim (Éx. 17:8–16; para la identidad de Amalec con los hicsos, véase HICSOS).