JUICIOS EN LA SEGUNDA VENIDA
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JUICIOS EN LA SEGUNDA VENIDA
JUICIOS EN LA SEGUNDA VENIDA
CAPITULO XXIV
LOS JUICIOS RELACIONADOS CON EL SEGUNDO ADVENIMIENTO
Las Escrituras predicen un juicio venidero de Dios sobre todos los hombres. Tal era la expectativa del salmista cuando escribió:
... Porque vino a juzgar la tierra. Juzgará al mundo con justicia, y a los pueblos con su verdad (Sal_96:13).
Pablo verifica esta misma verdad diciendo:
Por cuanto ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia, por aquel varón a quien designó, dando fe a todos con haberle levantado de los muertos (Hch_17:31).
El asunto del juicio es muy amplio en la Palabra de Dios y abarca tales juicios como el juicio de la cruz (Jua_5:24; Rom_8:1; 2Co_5:21; Gál_3:13; Heb_9:26-28; Heb_10:10, Heb_10:14-17); el juicio para el creyente cristiano por medio del castigo (1Co_11:31-32; Heb_12:5-11); el juicio propio del creyente a sí mismo (1Jn_1:9; 1Co_11:31; Sal_32:1-6; Sal_51:1-19); el juicio de las obras del creyente ante el tribunal de Cristo (Rom_14:10; 1Co_3:11-15; 1Co_4:5; 2Co_5:10). Con excepción del último juicio mencionado, que ya se ha considerado, estos juicios no están relacionados con el programa escatológico de Dios. Es necesario considerar cuatro juicios que tienen implicaciones escatológicas: el juicio de Dios contra la nación de Israel (Eze_20:37-38; Zac_13:8-9; el juicio de Dios contra las naciones (Mat_25:31-46; Isa_34:1-2; Joe_3:11-16); el juicio de Dios contra los ángeles caídos (Jue_1:6) y el juicio del eran trono blanco (Apo_20:11-15)!
I. ÉL JUICIO DE DIOS CONTRA LA NACIÓN DE ISRAEL
Las Escrituras enseñan que el programa futuro de juicios comenzará con un juicio contra la nación de Israel. A ellos se les prometió, mediante los pactos, un reino sobre el cual el Mesías, el hijo de David, reinaría. Antes de que este reinado pueda ser constituido, cuando El regrese personalmente a la tierra, tiene que haber un juicio contra Israel, para determinar quienes son los que entrarán a este reino, por cuanto claramente se revela que "no todos los que descienden de Israel son israelitas" (Rom_9:6).
A. El tiempo del juicio. La indicación más clara del tiempo del juicio contra Israel se nos da en la cronología de los eventos profetizados por el Señor en y 25. Como previamente se ha reseñado, estos capítulos nos dan la cronología como sigue:
(1) el período de la tribulación (Mat_24:4-26);
(2) el segundo advenimiento del Mesías a la tierra (Mat_24:27-30);
(3) la reunión de Israel (Mat_24:31);
(4) el juicio contra Israel (Mat_25:1-30);
(5) el juicio contra los gentiles (Mat_25:31-46),
(6) el reino que ha de seguir. En esta cronología de eventos desarrollada cuidadosamente, el juicio contra Israel seguirá al segundo advenimiento de Cristo a la tierra y la consiguiente reunión de Israel como nación.
B. El lugar del juicio. Por cuanto Israel es un pueblo terrenal, este juicio debe ocurrir en la tierra, después del regreso físico del Señor (Zac_14:4). No puede espiritualizarse y hacer que se refiera a un juicio contra las almas en la muerte o alguna cosa semejante. Puesto que el Señor estará en la tierra, el juicio tiene que ser donde El esté. Ezequiel dice:
Y os sacaré de entre los pueblos, y os reuniré de las tierras en que estáis esparcidos, con mano fuerte y brazo extendido, y enojo derramado; y os traeré al desierto de los pueblos, y allí litigaré con vosotros cara a cara. Como litigué con vuestros padres en el desierto de la tierra de Egipto, así litigaré con vosotros, dice Jehová el Señor. Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí; de la tierra de sus peregrinaciones los sacaré, mas a la
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tierra de Israel no entrarán; y sabréis que yo soy Jehová (Eze_20:34-38).
Según esta referencia parece que el juicio tendrá lugar en las fronteras de la tierra como cuando cayó el juicio divino sobre los israelitas en Cades-Barnea, tiempo en el cual no se permitió a los rebeldes entrar a la tierra. De la misma manera aquí, este juicio impedirá a cualesquiera rebeldes entrar a la tierra en aquel día.
C. Los que serán juzgados. Es evidente en este pasaje de Ezequiel que acabamos de citar, así como en los numerosos pasajes que tratan de la restauración de Israel, que este juicio será contra todo el Israel vivo, todos los cuales serán reunidos y juzgados. En Mat_25:1-30 se vislumbra un juicio contra toda la nación. El Israel resucitado debe ser examinado para las recompensas y esto sin duda se hará en conexión con la resurrección de Israel en la segunda venida de Cristo. Sin embargo, el Israel resucitado no participará en este juicio.
D. La base del juicio. Ya se ha indicado, mediante el estudio de Mat_25:1-30, que Dios juzgará a Israel para separar a los salvos de los no salvos.
Las obras del individuo serán sometidas a juicio. Ezequiel dice esto claramente:
Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se revelaron contra mí (Eze_20:37-38).
Malaquías lo describe aún más:
¿Y quién podrá soportar el tiempo de su venida? ¿o quién podrá estar en pie cuando él se manifieste? Porque él es como fuego purificador, y como jabón de lavadores. Y se sentará para afinar y limpiar la plata; porque limpiará a los hijos de Leví, los afinará como a oro y como a plata, y traerán a Jehová ofrenda en justicia
Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra los hechiceros y adúlteros, contra los que juran mentira, y los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero, no teniendo temor de mí, dice Jehová de los ejércitos (Mal_3:2-3-5).
Las acciones de cada uno claramente revelarán la condición espiritual del corazón en este juicio, que ha de separar a los salvos de los no salvos.
E. El resultado del juicio. Habrá un resultado doble de este juicio:
(1) Primero, los no salvos serán cortados de la tierra. "... a la tierra de Israel no entrarán" (Eze_20:38); "Y al siervo inútil echadle en las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes" (Mat_25:30). Así que los no salvos serán destruidos antes que comience la era milenaria.
(2) En segundo lugar los salvos serán admitidos en la bendición milenaria.
... os haré entrar en los vínculos del pacto (Eze_20:37). Y luego todo Israel será salvo, como está escrito: Vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la impiedad, Y este será mi pacto con ellos, cuando yo quite sus pecados (Rom_11:26-27).
De esa manera Dios va a reunir a la nación de Israel, en la segunda venida de Cristo, y a separar a los salvos de los no salvos. Los no salvos serán cortados y los salvos serán introducidos al milenio que El instituirá para cumplir sus pactos.
II. EL JUICIO CONTRA LOS GENTILES
A. El tiempo del juicio. En la cronología de y 25 el juicio contra los gentiles (Mat_25:31-46) sucede inmediatamente después del juicio contra Israel. Este juicio ocurre después del segundo advenimiento de Cristo a la tierra. Joel dice:
Porque he aquí que en aquellos días, y en aquel tiempo en que haré volver la cautividad de Judá y de Jerusalén, reuniré a todas las naciones, y las haré descender al valle de Josafat, y allí entraré en juicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a
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quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra (Joe_3:1-2).
El profeta revela que este juicio contra los gentiles tendrá lugar en el mismo tiempo en que el Señor restaure la nación de Israel a su tierra, que será en la segunda venida. Por lo tanto, este juicio debe producirse en el tiempo del segundó advenimiento de Cristo, después de la reunión y del juicio de Israel. Debe preceder a la institución del milenio, por cuanto los que reciban fallo favorable en este juicio serán introducidos en ese reino (Mat_25:34).
B. El lugar del juicio. Por cuanto este juicio sigue al segundo advenimiento, debe ser un evento que tendrá lugar en la tierra. No se puede decir que tendrá lugar en el estado eterno. Peters dice:
Así como no hay ninguna declaración de que algunas de estas naciones se levantaran de los muertos, tampoco hay ninguna declaración acerca de que una parte de ellas descenderán del cielo para ser juzgadas; el lenguaje, siempre que ninguna teoría previa ejerza influencia sobre él, simplemente describe a naciones aquí en la tierra, reunidas de
alguna manera, en tiempo del segundo advenimiento de Cristo.1
Joe_3:2 declara que este juicio tendrá lugar en el "valle de Josafat".
Esta localidad no es fácil determinarla. Algunos sostienen que es sinónimo del "valle de Beraca" (2Cr_20:26) donde Josafat venció a los Moabitas y a los Amonitas, victoria que dio al lugar un nuevo nombre. Bewer, sin embargo, dice:
Es cierto que nuestro autor no tenía en mente el valle de Beraca que estaba relacionado con la victoria de Josafat sobre los moabitas, los amonitas, y los meunitas del monte de Seir, 2Cr_20:20-28. No sólo su nombre, sino también su distancia están en su contra. No se sabe que hubiese un valle cerca de Jerusalén que llevase el nombre de Josafat en tiempos
antiguos.2
Otros sostienen que ocurrirá en el valle de Cedrón que está en las afueras de Jerusalén. Sin
embargo,
Es bien conocido que hay una profunda hondonada que actualmente lleva este nombre muy cerca en las afueras de Jerusalén, que separa la ciudad santa del monte de los Olivos. Pero es probable que el nombre solo se le haya dado en virtud de esta profecía, y que no fuese llamada así cuando Joel habló, ni aún siglos después, ya que tenemos que ir hasta el
siglo cuatro de la era cristiana antes de que fuese así designada.3
Quizá la solución en cuanto al lugar del juicio se da en Zac_14:4, donde se nos dice que al
regreso del Señor al monte de los Olivos se abrirá un gran valle.
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del monte se apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur (Zac_14:4).
Un valle que no existe hoy, será creado en el tiempo del segundo advenimiento de Cristo. Puesto que el nombre Josafat significa "Jehová juzga", puede ser que el valle que se abra en las afueras de Jerusalén lleve ese nombre debido al trascendental evento que ha de efectuarse allí.
C. Los sujetos que serán sometidos a juicio. Se observará que los que serán sometidos a este juicio serán individuos vivos, y que los muertos no resucitarán para someterse a él. Peters dice:
La pregunta que tenemos delante es ésta: ¿La expresión "todas las naciones" incluye a "los muertos", o solamente a las naciones vivas? Al decidir este punto tenemos los siguientes:
(1) Nada se dice de los muertos. Los que dicen que éstos se incluyen, lo infieren del hecho de que este pasaje lo sincronizan -erróneamente-con Apo_20:11-15.
(2) La palabra que se tradujo naciones, de acuerdo con el testimonio uniforme de críticos y doctos, nunca se usa para designar a los muertos, a menos que ésta sea una excepción
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solitaria.
(3) La palabra se emplea para indicar naciones vivas, existentes, y casi exclusivamente para las naciones gentiles.
(4) El Espíritu nos da abundantes testimonios de que precisamente tal reunión de naciones vivas se llevará a efecto justamente antes que comience la era milenaria y de que habrá tanto un advenimiento como un juicio ...
(6) Los juicios nacionales son derramados solamente sobre naciones vivas, existentes, y no sobre los muertos que están libres de cualquiera organización a la cual corresponda la idea de nación o estado ...
(7) Así como no hay ninguna declaración de que algunas de estas naciones se levantaron de los muertos, tampoco hay ninguna declaración acerca de que parte de ellas descenderá del
cielo para ser juzgada. . .4
De acuerdo con la concordancia de Strong, la palabra nación (ethnos) se tradujo dos veces "pueblo", cinco veces "pagano", sesenta y cuatro veces "nación", y noventa y tres veces "gentiles". Entonces debe entenderse que el juicio será contra los gentiles vivos en la segunda venida de Cristo.
D. La base del juicio. La base sobre la cual se hará este juicio será el trato que den las naciones a un grupo llamado "mis hermanos".
Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis.
Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis (Mat_25:40, Mat_25:45).
Se observará, según Joe_3:2, que Israel es el centro mismo de todo el programa de juicios: "Reuniré a todas las naciones... y allí entraré enjuicio con ellas a causa de mi pueblo, y de Israel mi heredad, a quien ellas esparcieron entre las naciones, y repartieron mi tierra".
La profecía de Isaías parece reducir esta referencia a Israel, sólo a los testigos creyentes, pues menciona el ministerio de un grupo específico. El escribe:
Y pondré entre ellos señal, y enviaré de los escapados de ellos a las naciones, a Tarsis, a Fut y Lud que disparan arco, a Tubal y a Javán, a las costas lejanas que no oyeron de mí, ni vieron mi gloria; y publicarán mi gloria entre las naciones. Y traerán a todos vuestros hermanos de entre todas las naciones, por ofrenda a Jehová, en caballos, en mulos y en camellos, a mi santo monte de Jerusalén, dice Jehová, al modo que los hijos de Israel traen la ofrenda en utencilios limpios a la casa de Jehová Isa_66:19-20).
De acuerdo con el Libro de Apocalipsis, Dios sellará un remanente creyente, los 144.000, al principio del período de la tribulación. Ellos serán un remanente que dará testimonio durante todo ese período y los frutos de su ministerio se describen en Apo_7:9-17, donde se ve una gran multitud que ha sido redimida. Los "hermanos" son evidentemente los mismos testigos creyentes del período de la tribulación.
Este juicio debe ser para determinar la condición espiritual de aquellos que serán juzgados. Para determinar si el que es juzgado es salvo o no. Una ojeada rápida al pasaje parece indicar que éste será un juicio que se basará en las obras, y que el resultado dependerá de las obras de los que sean juzgados. Pero la observación más detenida no apoya esta conclusión.
(1) Primero, es un principio aceptado en la Escritura que un hombre nunca se salva por las obras, por cuanto en ninguna parte se ofrece la salvación en base a las obras. Mat_25:46 dice: "E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna". Vemos así que el destino eterno de las gentes que aparecen ante el juicio se estaba decidiendo. No podría ser un juicio de las obras, por cuanto el destino eterno nunca se decide sobre esa base, sino en base a la aceptación o rechazamiento de la obra de Cristo por nosotros.
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(2) Además, los que alimentaron, dieron de beber, vistieron y visitaron a los "hermanos" fueron llamados justos. Si éste fuera un juicio de las obras, deben haber sido constituidos justos en base a lo que hicieron. Eso sería contrario a la enseñanza de la Escritura.
Durante el período del ministerio de los hermanos, "será predicado este evangelio del reino en todo el mundo, para testimonio a todas las naciones" (Mat_24:14). Se ha demostrado, previamente, que este evangelio del reino envuelve la predicación de la muerte y de la sangre de Cristo, como camino de la salvación. Tal evangelio será el que estos hermanos estarán proclamando. Los gentiles, en este juicio, serán recibidos o rechazados en base a su aceptación o rechazamiento del evangelio que predicarán los hermanos. Los que hayan aceptado su Evangelio, habrán aceptado al mensajero, y los que hayan rechazado su Evangelio habrán rechazado al mensajero. El Señor dijo: "Si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos" (Mat_18:3). Este evangelio del reino requiere una fe personal y el nuevo nacimiento. Esa fe y ese nuevo nacimiento serán mejor evidenciados por las obras que ellos hayan hecho. Peters dice:
El Salvador, por lo tanto, de acuerdo con la analogía general de la Escritura sobre la materia, declara que cuando El venga con sus santos en gloria para establecer su reino, entre las naciones, los que exhibieron una fe viva por medio de obras activas de simpatía y
asistencia heredarán -junto con los que les precedieron- (esto es, serán reyes en) el reino.5 Gaebelein similarmente escribe:
Algunas de las naciones recibirán su testimonio. Ellas creerán al Evangelio del reino, ese último gran testimonio. Ellas manifestarán la genuinidad de su fe por sus obras. Los predicadores que irán por todas partes serán perseguidos y odiados por otros, sufrirán, padecerán hambre, y algunos serán echados en prisión. Estas naciones que crean su testimonio manifestarán su fe dándoles de comer, cubriéndolos, visitándolos en la prisión, y mostrándoles amor. El caso de Rahab se puede tomar como una prefigura típica. Ella creyó. Era tiempo en que el juicio se acumulaba sobre Jericó (tipo del mundo). "Por la fe Rahab la ramera no pereció juntamente con los desobedientes, habiendo recibido a los espías en paz". Y otra vez está escrito de ella: "Asimismo también Rahab la ramera, ¿no fue justificada por obras, cuando recibió a los mensajeros y los envió por otro camino? " Ella tenía fe y la puso de manifiesto por sus obras. Y así estas naciones creerán a los mensajeros
y los tratarán con bondad. La gracia así los cubre porque creyeron.6
De esa manera se concluye que estos gentiles serán juzgados en base a sus obras para determinar si son salvos o se pierden, por haber recibido o rechazado la predicación del Evangelio del remanente durante el período de la tribulación.
Una cuestión relacionada con todas estas consideraciones es si las naciones serán juzgadas sobre una base nacional o sobre una base individual. Hay una gran divergencia de opiniones sobre este asunto. Sin embargo, varias consideraciones parecen apoyar el punto de vista de que los que serán juzgados en este juicio, serán juzgados, no en sus unidades nacionales, sino más bien como individuos.
(1) Las naciones serán juzgadas en base a la recepción o rechazamiento del mensaje del Evangelio del reino. Cualquier mensaje que se dé, demanda respuesta personal. Por cuanto este mensaje requiere fe y un resultante nuevo nacimiento, los que sean juzgados en razón de su respuesta al mensaje, deben ser juzgados sobre una base personal, según su respuesta individual. Apo_7:9-17 revela que una gran multitud ha salido de la tribulación y que "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero". Ellos sólo podrán ser salvos como individuos.
(2) Si este juicio fuera sobre una base nacional debería permitírsele a naciones enteras entrar al milenio. Así, por cuanto ninguna nación está compuesta de personas todas salvas, entrarían personas no salvas al milenio. La Escritura enseña que ninguna persona que no sea salva entrará al milenio (Jua_3:3-Mat_18:3; Jer_31:33-34; Eze_20:37-38; Zac_13:9; Mat_25:30, Mat_25:46). Así que éste debe ser un juicio individual para determinar el hecho de la salvación.
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(3) Si éste fuera un juicio nacional, debería basarse en las obras, por cuanto las naciones no pueden creer. Esto introduciría en la Escritura un nuevo método de salvación basado en las obras. Puesto que no se puede mostrar en ninguna parte de la Escritura que a una persona le sea dada vida eterna en base a las obras, éste debe ser un juicio individual.
(4) Todos los demás juicios del programa de Dios son individuales. Ninguna otra parte de este programa jamás se ha interpretado de otra manera, sino individualmente, y por lo tanto, esta interpretación estaría en armonía con todo el programa.
(5) Otras referencias paralelas al juicio del fin de esta era, en relación con el segundo advenimiento de Cristo, parecen indicar juicios individuales.
Dejad crecer juntamente lo uno y lo otro hasta la siega; y al tiempo de la siega yo diré a los segadores: Recoged primero la cizaña, y atadla en manojos para quemarla: pero recoged el trigo en mi granero (Mat_13:30).
Asimismo el reino de los cielos es semejante a una red, que echada en el mar, recoge de toda clase de peces: y una vez llena, la sacan a la orilla; y sentados, recogen lo bueno en cestas, y lo malo echan fuera. Así será el fin del siglo (mundo): saldrán los ángeles, y apartarán a los malos de entre los justos, y los echaran en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes (Mat_13:47-50).
... He aquí, vino el Señor con sus santas decenas de millares para hacer juicio contra todos, y dejar convictos a todos los impíos de todas sus obras impías que han hecho impíamente, y de todas las cosas duras que los pecadores impíos han hablado contra él (Jue_1:14-15).
En cada uno de estos casos, que describen este mismo proceso de juicio, al separar a los perdidos de los salvos antes del milenio, se realiza un juicio individual. Nadie interpreta estos pasajes nacionalmente. Debe concluirse que igualmente describe este mismo juicio individual.
Se podría preguntar si el término las naciones podría usarse adecuadamente para individuos. La palabra se usa en relación con individuos en Mat_6:31-32; Mat_12:21; Mat_20:19; Mat_28:19; Hch_11:18; Hch_15:3; Hch_26:20. Por lo tanto, puesto que se usa para individuos en otros pasajes, también podría usarse así en Mat_25:31.
E. El resultado del juicio. Habrá un resultado doble del juicio contra las gentiles.
(1) A los que se les haya designado el sitio a la mano derecha del Rey se les hará la invitación: "Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo" (Mat_25:34).
(2) A los que se les haya designado el sitio a la mano izquierda del Rey se les pronunciará la sentencia: "Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles" (Mat_25:41). Un grupo será introducido al reino para ser subditos del Rey, mientras que el otro grupo será excluido del reino y lanzado al lago de fuego. Este grupo de gentiles que será introducido al reino cumple las profecías (Dan_7:14; Isa_55:5; Miq_4:2) que declaran que un gran grupo de gentiles será sojuzgado bajo el reinado del Rey, aun cuando éste sea el reino de Israel.
III. EL JUICIO CONTRA LOS ANGELES CAÍDOS
A. El tiempo del juicio. Judas revela el hecho de que los ángeles serán sometidos a juicio.
Y a los ángeles que no guardaron su dignidad, sino que abandonaron su propia morada, los ha guardado bajo oscuridad, en prisiones eternas, para el juicio del gran día (Jue_1:6).
El elemento tiempo está en las palabras "gran día". Este debe ser el día del Señor, en el cual todos los juicios se cumplirán. Estos ángeles evidentemente estarán asociados con Satanás en su juicio, que ha de preceder al juicio del gran trono blanco (Apo_20:10). Se concluye, pues, que los ángeles caídos serán juzgados después que la era milenaria haya terminado, pero antes del juicio del gran trono blanco.
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B. El lugar del juicio. La Escritura guarda silencio en cuanto al lugar en el cual este juicio se llevará a efecto. Sin embargo, por cuanto es un juicio de seres angelicales, parecería lógico suponer que tenga lugar en las regiones o esferas angelicales. Por cuanto el que los juzga es Rey en las mismas esferas en las cuales se centraron sus actividades, la escena de sus actividades puede llegar a ser la escena de su juicio.
C. Los sujetos que serán sometidos a juicio. Pedro dice claramente que todos los ángeles caídos serán incluidos en este juicio.
Porque si Dios no perdonó a los ángeles que pecaron, sino que arrojándolos al infierno los entregó a prisiones de oscuridad, para ser reservados al juicio . . . (2Pe_2:4).
D. La base del juicio. El juicio se hará contra los ángeles caídos por el solo pecado de seguir a Satanás en su rebelión contra Dios (Isa_14:12-17; Eze_28:12-19).
E. El resultado del juicio. Todos aquellos a quienes se imparta este juicio serán lanzados al lago de fuego para siempre.
Y el diablo que los engañaba fue lanzado en el lago de fuego y azufre, donde estaban la bestia y el falso profeta; y serán atormentados día y noche por los siglos de los siglos (Apo_20:10).
IV. EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO
Este juicio del gran trono blanco (Apo_20:11-15) bien podría llamarse el "juicio final". Constituye la terminación del programa de resurrección y de juicio de Dios.
A. El tiempo del juicio. Se indica claramente que este juicio sucederá después de la expiración del reino milenario de Cristo.
Pero los otros muertos no volvieron a vivir hasta que se cumplieron mil años,
Y vi a los muertos, grandes y pequeños, de pie ante Dios; y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras. Y el mar entregó los muertos que había en él; y la muerte y el Hades entregaron los muertos que había en ellos; y fueron juzgados cada uno según sus obras (Apo_20:5 ; Apo_20:12-13).
B. El lugar del juicio. Este juicio ocurrirá, no en el cielo, ni en la tierra, sino en alguna parte entre los dos.
Y vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él, de delante del cual huyeron la tierra y el cielo, y ningún lugar se encontró para ellos (Apo_20:11).
C. Los sujetos que serán sometidos a juicio. Es evidente, según el pasaje mismo, que este juicio es un juicio de los llamados "muertos". Se ha demostrado previamente que el programa de resurrección de los salvos había terminado antes que comenzara el milenio. Los únicos que fueron dejados sin resucitar fueron los muertos no salvos. Estos deben ser, pues, los que serán
sometidos al juicio. Peters dice:
El Juicio de Apo_20:11-15, después de los mil años, no es para las naciones vivas, sino preeminentemente contra los muertos. Sólo los muertos se mencionan, y quienquiera que le agregue a esto naciones vivas (para poder justificar un juicio universal) muy ciertamente le está añadiendo a la profecía. Precisamente, tal juicio se requiere para completar en sus debidas proporciones lo que de otra manera faltaría, el orden del procedimiento divino en la administración de la justicia; porque con razón se consideraría como un grave defecto en nuestro sistema de fe si no tuviésemos tal profecía acerca del juicio de los muertos al final
de la era milenaria. Con ella, tenemos un todo consonante.7
D. La base del juicio. Este juicio, contrario al mal concepto popular, no será para determinar si
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aquellos que estarán ante ese tribunal serán salvos o no. Todos los salvos habrán sido salvos y habrán entrado en su estado eterno. Los que serán bendecidos eternamente habrán entrado en su bendición. Este es más bien un juicio contra las malas obras de los no salvos. La sentencia de la "segunda muerte" habrá caído sobre ellos.
... y los libros fueron abiertos, y otro libro fue abierto, el cual es el libro de la vida; y fueron juzgados los muertos por las cosas que estaban escritas en los libros, según sus obras (Apo_20:12).
Como en el juicio de los gentiles las obras demostraron fe o falta de fe, así, en este caso, las obras demostrarán la ausencia de vida. Que habrá grados de castigo para estos no salvos se sugiere en otras Escrituras (Luc_12:47-48).
Pero la sentencia de la segunda muerte será pronunciada para todos. La primera muerte era aquella muerte espiritual que se experimentó en Adán. Esta segunda muerte será la confirmación que hará eterna esa separación de Dios que la primera muerte envolvía.
E. El resultado del juicio. El resultado de este juicio se ve muy claro en Apo_20:15. "Y el que no se halló inscrito en el libro de la vida fue lanzado en el lago de fuego". La separación de Dios es el destino eterno de los no salvos.
Parecería que aun el observador superficial podría ver que la Palabra de Dios no se puede usar para sostener la idea de un juicio general, cuando hay no menos de ocho juicios diferentes que se mencionan en la Escritura, cada uno con un tiempo, un lugar, unos sujetos, una base y un resultado diferentes. Aquellos que proponen tal juicio general identifican el juicio contra los gentiles (Mat_25:31-46) con el juicio del gran trono blanco (Apo_20:11-15). Hay un número de distinciones entre estos dos juicios que hacen imposible que sean el mismo juicio. En Mateo, no hay ninguna resurrección antes del juicio, sino solo una reunión de sus elegidos (Mat_24:31); mientras que en Apocalipsis hay una resurrección de todos los malos. En Mateo, el juicio es contra naciones vivas, mientras que en Apocalipsis es contra los muertos. En Mateo, las naciones son juzgadas, pero en Apocalipsis el juicio no podría ser de entidades nacionales, por cuanto el cielo y la tierra han huido y, puesto que las naciones son confinadas a la tierra, no podría describir el mismo evento. En Mateo, el juicio es en la tierra, pero en Apocalipsis el cielo y la tierra han huido. En Mateo no hay libros que presentar para consulta, mientras que en Apocalipsis los libros fueron abiertos, el libro de la vida fue presentado, y los que no fueron hallados en él fueron lanzados en el infierno. En Mateo, el juicio ocurre al regreso de Cristo a la tierra, pero en Apocalipsis ocurre después de la expiración de mil años de presencia de Cristo en la tierra. En Mateo aparecen dos clases: los justos y los malos; pero en Apocalipsis solo aparecen los malos. En Mateo algunos entraron al reino y algunos fueron sentenciados al castigo, pero en Apocalipsis ninguno entra en la bendición, sino que todos van al castigo eterno. En Mateo, el juez se sienta en el "trono de su gloria" (Mat_25:31); pero en Apocalipsis, El se sienta en el "gran trono blanco". En Mateo, la base del juicio es el trato para con los hermanos, mientras que en Apocalipsis el juicio se basa en sus malas obras. En Mateo, la venida de Cristo precede, pero en Apocalipsis no se menciona ninguna venida, ya que Cristo ha estado en la tierra durante el milenio. En Mateo se mencionan el Hijo del Hombre, tres clases de hombres (ovejas, cabritos y hermanos) y ángeles; pero en Apocalipsis sólo aparecen Dios y una clase de hombres. En Mateo se pronuncia la sentencia y se hace la separación antes que se conozca la causa del juicio, pero en Apocalipsis no hay un juicio sino hasta después de un cuidadoso examen de los libros. En Mateo no hay ninguna era milenaria precedente, pero encontramos a los que tuvieron hambre y sed, estuvieron desnudos, fueron forasteros, estuvieron enfermos, en prisión; pero en Apocalipsis, una era milenaria precedió al evento (Apo_20:5). Estas consideraciones parecen suficientes para sostener la afirmación de que 'éstos no son uno y el mismo juicio, sino dos partes separadas del programa de juicios de Dios.
El segundo advenimiento de Cristo es un evento concluyente en el programa de Dios. Es concluyente en el trato con el mal, pues Satanás será atado y la justicia será manifestada. Es concluyente en el programa de los juicios pues todo enemigo viviente del programa de Dios será
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juzgado. Es concluí yente en el programa de Dios para con la tierra, pues la tierra podrá regocijarse por el cese de la maldición. Es concluyente en el programa de la resurrección, pues todos los justos serán levantados para compartir la gloria de Dios. Es concluyente en el programa de manifestación de la soberanía divina, pues el Hijo se manifestará en gloria en su reino. Tal evento no se puede minimizar ni erradicar de su justo lugar en el programa de Dios para las edades.