ADORACION EN EL MILENIO

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LA ADORACION EN EL MILENIO

CAPITULO XXX
LA ADORACIÓN EN EL MILENIO
La teocracia restaurada se caracterizará por la adoración que se le dará a Jesucristo (Isa_12:1-6; Isa_25:1-12 -Isa_26:1-19; Isa_56:7; Isa_61:10-11; Isa_66:23; Jer_33:11 ; Jer_33:18 , Jer_33:21-22; Eze_20:40-41; ; Zac_6:12-15; Zac_8:20-23; Zac_14:16-21) "Vendrán todos a adorar delante de mí, dice Jehová" (Isa_66:23).
I. EL TEMPLO EN EL MILENIO
Una gran parte de la profecía de Ezequiel () está dedicada al templo; su estructura, su sacerdocio, sus ritos, y su ministerio. Varios puntos de vista se han presentado con respecto a esta importante profecía Gray reseña estos puntos:
Hay cinco interpretaciones de estos capítulos:
(1) Algunos creen que describen el templo de Jerusalén antes del cautiverio babilónico, y que tienen el propósito de preservar una memoria de él. Pero la objeción es que tal monumento es innecesario pues se encuentra en los registros de Reyes y Crónicas; además, la descripción no es verdadera por cuanto en muchos pormenores no concuerda con el contenido de los libros mencionados.
(2) Algunos creen que estos capítulos describen el templo de Jerusalén después del regreso de los setenta años en Babilonia, pero esto no puede ser, porque hay más señales de contraste que de semejanza entre el templo que se describe en estos pasajes y aquél.
(3) Algunos creen que describen el templo ideal que los judíos deberían haber construido después del regreso de los setenta años de exilio, y el cual jamás construyeron. Pero esto rebaja el carácter de la divina Palabra. ¿Por qué había de pronunciarse esta profecía en Ezequiel si jamás se iba a cumplir?
(4) Algunos creen que este templo de Ezequiel simboliza las bendiciones espirituales de la Iglesia de la era presente. Pero esto parece improbable, porque aún aquellos que sostienen esta teoría no pueden explicar el simbolismo del cual hablan. Ademas, aun como simbolismo omite varios rasgos importantes del cristianismo, tales como la expiación y la intercesión del sumo sacerdote.
(5) El último punto es el que presentamos en los comentarios precedentes, de que tenemos aquí una predicción del templo que será construido en la era milenaria. Esta parece una consecuencia
apropiada e inteligente de las profecías precedentes.1 J.Dwight Pentecost Página 342
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Aunque los puntos de Gray presentados arriba contienen su propia refutación, Gaebelein contesta más ampliamente los puntos no literales. Con respecto al punto de vista que considera que estos capítulos de la profecía de Ezequiel se cumplieron mediante el regreso del remanente de Babilonia, él escribe:
El templo que el remanente construyó no corresponde en ninguna manera con la magnífica estructura que Ezequiel vio en su visión. La verdad es que, si este templo es un edificio literal (como seguramente lo es) todavía no ha sido erigido. Además, definidamente se declara que la gloria de Jehová regresó al templo e hizo allí su morada; la misma gloria que Ezequiel había visto partir del templo y de Jerusalén. Pero la gloria divina no regresó al segundo templo. Ninguna nube de gloria llenó aquella casa. Y además ningún sumo sacerdote se menciona en la adoración del templo que Ezequiel describe, pero los judíos tuvieron sumos sacerdotes otra vez después de su regreso de Babilonia. Ni el río de aguas sanadoras que fluyen del templo contemplado por Ezequiel puede en alguna manera
aplicarse a la restauración del cautiverio babilónico.2
El mismo autor descarta como indigna la explicación de que la visión es resultado de la propia imaginación del profeta y refuta la idea de que el pasaje del profeta debe aplicarse simbólicamente a la Iglesia, diciendo:
Esta es la más débil de todas y, sin embargo, la más aceptada. Pero esta teoría no hace ninguna exposición del texto, es vaga y abunda en aplicaciones imaginativas; mientras que la mayor parte de esta visión se deja sin explicar aun en su sentido alegórico, por cuanto
evidentemente no tiene tal sentido en lo absoluto.3 Su conclusión en cuanto al método de interpretación está en las siguientes palabras:
La verdadera interpretación es laliteral que ve estos capítulos como una profecía aún sin cumplir y que se cumplirá cuando Israel haya sido restaurado por el Pastor y cuando su gloria sea otra vez manifestada en medio de su pueblo. El gran edificio que contempló
Ezequiel en su visión profética será una realidad y todo se cumplirá.4 Unger concluye asimismo: "El templo de Ezequiel es un santuario futuro literal que será
construido en Palestina como se describe en el milenio".5 El sitio del templo en la tierra se presenta claramente en la Escritura.
El templo mismo estará situado en medio de este cuadrado (la porción santa, y no en la ciudad de Jerusalén), sobre un monte muy alto, que estará milagrosamente listo para este propósito cuando haya de erigirse el templo. Este será "el monte de la casa de Jehová", establecido como "cabeza de los montes" y "exaltado sobre los collados", al cual vendrán todas las naciones (Isa_2:2-4; Miq_4:1-4; Eze_37:26). Ezequiel describe el cuadro en el capítulo Eze_37:27 : "Estará en medio "sobre o por encima" de ellos . . ." El profeta contempla la magnífica estructura sobre una gran elevación que domina una vista
espléndida de toda la tierra alrededor.6 A. Los detalles del templo. Numerosos detalles se nos dan por medio del profeta Ezequiel con
respecto a este templo que llegará a ser el centro de la tierra milenaria.7 Las puertas y atrios alrededor del templo se describen primero (Eze_40:5-47). Toda el área estará
cercada por un muro (Eze_40:5) que ha de separarla de todo aquello que pueda contaminarla. Se describe el atrio exterior (Eze_40:6-27) donde ha de reunirse la gente. A este atrio se entrará por
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tres puertas, una de las cuales, construida como todas las demás, es la puerta oriental (Eze_40:6- 16), una estructura de 25 por 50 codos (Eze_40:21), por la cual entrará la gloria de Jehová shekina al templo (Eze_43:1-6), que se mantendrá cerrada (Eze_44:2-3). Hay una puerta hacia el norte (Eze_40:20-23), y otra hacia el sur (Eze_40:24-27), a cada una de las cuales se entra por siete peldaños (Eze_40:26), pero ninguna al oeste (Eze_40:24). En relación con cada puerta habrá seis pequeñas cámaras, tres a cada lado (Eze_40:7-10). Alrededor del atrio exterior habrá treinta cámaras, cinco a cada lado de cada una de las puertas, arregladas alrededor de los muros del norte, del oriente, y del sur (Eze_40:17-19). Delante de estas cámaras estará un enlosado (Eze_40:17-18) que se extenderá en derredor de tres lados del área.
El profeta describe luego el atrio interior (Eze_40:28-47), una superficie de 100 codos (un codo = 45 centímetros) por cada lado (Eze_40:47), donde han de ministrar los sacerdotes. Habrá tres puertas, cada una directamente opuesta a las puertas del muro exterior y a 100 codos de ese muro exterior, por las cuales habrá acceso al atrio interior; una al sur (Eze_40:28-31), una al oriente y otra al norte (Eze_40:32-37). Esta área del atrio interior tendrá acceso mediante ocho peldaños (Eze_40:37), de manera que esté elevada por encima del atrio exterior. Adyacente a la puerta del norte en esta área habrá ocho mesas para preparar los sacrificios (Eze_40:40-43). Y dentro del atrio exterior, pero fuera del atrio interior, habrá cámaras para los sacerdotes ministradores (Eze_40:44-46). El centro de esta área estará ocupado por un altar (Eze_40:47; Eze_43:13-17) donde se ofrecerán sacrificios.
Ezequiel describe luego el templo mismo (Eze_40:48-49-Eze_41:1-4). Describe primero el pórtico o vestíbulo del templo (Eze_40:48-49), que será de 20 codos por 11. El pórtico tendrá dos grandes columnas (Eze_40:49), y tendrá acceso por medio de gradas (Eze_40:49), de manera que esta área esté elevada por encima de las demás. Este pórtico conducirá al "templo" que será el lugar santo, un área de cuarenta codos por veinte (Eze_41:2), en el cual habrá una mesa de madera (Eze_41:22). Más allá estará la parte interior del templo, o el Lugar Santísimo, una cámara de 20 codos por 20 (Eze_41:3-4). Alrededor del muro de la casa habrá cámaras, en tres pisos, treinta en cada piso (Eze_41:5-11), con respecto a cuyo uso no habla el profeta. El templo está rodeado de un área de 20 codos por 100, llamada el espacio abierto (Eze_41:12-14), que rodeará el templo por todos los lados excepto el lado oriental, donde estará situado el pórtico. Se describe el interior del templo (Eze_41:15-26). Estará cubierto de madera (Eze_41:16) y labrado con palmeras y querubines (Eze_41:18). Habrá dos puertas hacia el santuario (Eze_41:23-26). Es digno de atención el hecho de que en ninguna de las descripciones se hace mención del arca, ni del propiciatorio, ni del velo, ni de querubines sobre el propiciatorio, ni de mesas de piedra. El único mueble que se describe es la mesa o altar de madera (Eze_41:22) que corresponde a la mesa de los panes de la propiciación, lo cual simboliza la comunión con Dios. Dentro del área del templo habrá también un edificio separado, situado al lado occidental del recinto (Eze_41:12), áreas donde se prepararían los sacrificios (Eze_46:19-20), y áreas en las cuatro esquinas donde habrá atrios destinados a la preparación de sacrificios para el pueblo (Eze_46:21-24).
Se da en la profecía una extensa descripción del trono (Eze_43:7-12), que se considera como el asiento mismo de la autoridad. La descripción del altar es detallada (Eze_43:12-18), seguida de un recuento de las ofrendas que se sacrificarán (Eze_43:19-27). Se reseña el ministerio de los sacerdotes (Eze_44:9-31) y se describe todo el culto ritual (Eze_45:1-13-Eze_46:1-18). La visión llega al climax en la descripción del río que fluye del santuario (Eze_47:1-12; comp. Isa_33:20-21; Joe_3:18; Zac_14:8). Este río fluye desde el sur del templo a través de la ciudad de Jerusalén, y luego se divide para desembocar en el mar Muerto y al mar Mediterráneo, produciendo vida a lo largo de sus riberas.
B. Propósito del templo. Unger da cinco propósitos que han de cumplirse en este templo. El dice que será erigido:
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(1) Para demostrar la santidad de Dios.
.... la santidad infinita de la naturaleza de Jehová y de su gobierno ... ha sido ultrajada y cuestionada por la idolatría y rebelión del que profesa ser su pueblo. . . Esto requiere la más completa exposición, procesamiento y juicio contra los pecados de Israel ... junto con el pronunciamiento de juicio contra las naciones impías circunvecinas ... A esto le sigue una manifestación de la gracia divina para restaurar a la nación prodiga para Sí mismo. . .
(2) Para proveer una morada para la gloria divina. . . . "Este es el lugar de mi trono, el lugar donde posaré las plantas de mis pies, en el
cual habitaré entre los hijos de Israel para siempre" (Eze_43:7).
(3) Para perpetuar la memoria del sacrificio.
Desde luego, no de los sacrificios ofrecidos con el propósito de obtener la salvación, sino de los sacrificios que conmemoran la salvación ya lograda, memoria que se mantendrá en la presencia de la gloria manifestada de Jehová . . .
(4) Para proveer el centro para el gobierno divino.
Cuando la gloria divina haga su residencia en el templo, el anuncio no sólo indicará que el templo es lugar de habitación de Dios y el asiento de la adoración, sino también que es el centro radiante del gobierno divino. "Este es el lugar de mi trono. . ."(Eze_43:7) ...
(5) Para proveer la victoria sobre ¡a maldición (Eze_47:1-12).
De debajo del umbral de la casa del templo, el profeta ve que sale una corriente maravillosa que corre hacia el oriente en volúmenes de refrigerio cada vez más crecientes, hasta entrar en copiosa plenitud al mar Muerto, cuyas aguas venenosas serán sanadas ... Recorriendo el curso de esta agua que da vida, el visionario encuentra que ambas riberas están cubiertas de exuberante crecimiento de árboles cuyas hojas no se marchitarán y cuyo
fruto nunca faltará. Estos suministran tanto medicina como alimento.8 II. ¿HABRÁ SACRIFICIOS LITERALES EN EL MILENIO?
Uno de los problemas que acompañan a la interpretación literal de la presentación que del milenio se hace en el Antiguo Testamento, es el problema que gira alrededor de la interpretación de pasajes como Eze_43:1-18 -Eze_46:1-24 ; Zac_14:16; Isa_56:6-8; Isa_66:21; Jer_33:15-18 y Eze_20:40-41; todos los cuales enseñan la restauración del sacerdocio y el restablecimiento del sistema de sacrificios de sangre durante esa era. Una supuesta inconsecuencia entre esta interpretación y la enseñanza del Nuevo Testamento con respecto a la obra consumada por Cristo, que trajo como resultado la abolición del sistema de sacrificios del Antiguo Testamento, ha sido usada por los amilenaristas para reducir el sistema premilenario al absurdo y afirmar la falacia del método literal de interpretación. Allis cree haber presentado un obstáculo insuperable al
premilenarismo, 9 al decir:
Su hincapié en el método literal y en el Antiguo Testamento conduce casi inevitablemente, si no ineludiblemente, a una doctrina del milenio definitivamente judía, lo cual significa volverse de la gloria del Evangelio a los ritos y ceremonias típicas que preparaban el camino para la misma; y habiendo servido a ese propósito necesario, ha perdido para siempre su
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validez y pertinencia.10
Lo que confrontan los premilenaristas, entonces, es la necesidad de reconciliar la enseñanza del Antiguo Testamento, de que los sacrificios de sangre se ofrecerán en el milenio, con la doctrina del Nuevo Testamento, de la abolición de los sacrificios del orden del Antiguo Testamento, debido al sacrificio de Cristo. Si el literalismo consecuente conduce a la adopción de sacrificios literales durante el milenio, se hace necesario dar razones del porqué tal sistema debe ser restablecido.
A. ¿Será restablecido el orden mosaico? Una cuestión con que se enfrentan los partidarios de que habrá sacrificios de animales durante la era milenaria es la de la relación existente entre el sistema mosaico anterior y el sistema operante en el milenio. Allis dice:
El enigma de toda la cuestión es indudablemente la restauración del ritual levítico de los sacrificios. A esto se hace referencia directa o indirectamente varias veces. En se mencionan holocaustos y ofrendas por el pecado. El becerro, el macho cabrío, y el carnero han de ofrecerse. La sangre ha de rociarse sobre el altar. Los sacerdotes, que son levitas de la simiente de Sadoc, han de oficiar. Interpretado literalmente, esto significa la restauración del sacerdocio de Aarón y del ritual mosaico de sacrificios, esencialmente
inalterado.11 Allis declara además:
Puesto que los cuadros del milenio los hallan los partidarios de las dispensaciones en las profecías del Antiguo Testamento con respecto al reino y son, por consiguiente, manifiestamente de carácter judío, se deduce que ellos deben encarar la cuestión del
restablecimiento de la administración mosaica, sus instituciones y ordenanzas.12
Hay un grave error en esta observación y conclusión. La expectativa del reino se basa en el pacto de Dios con Abraham, el pacto davídico, y el pacto palestino; pero en ninguna manera se basa en el pacto mosaico. Se insiste en que los pactos se cumplirán en la era del reino. Sin embargo, esto no eslabona necesariamente el pacto mosaico con el reino. Es falaz, por lo tanto, razonar que, por cuanto uno cree en el cumplimiento de los pactos determinantes, también debe creer en la restauración del orden mosaico, que era un pacto condicional, no determinante ni de propósito escatológico; sino dado más bien para gobernar la vida de la gente en su relación con Dios en la antigua administración. Una gran piedra de tropiezo que impide la aceptación de sacrificios literales en el milenio se quita observando que, aunque hay muchas semejanzas entre el sistema aaronita y el sistema milenario, hay también muchas diferencias entre ellos, de tal modo que se hace imposible igualarlos.
1. Hay ciertas semejanzas entre el sistema aaronita y el sistema milenario. En el sistema milenario encontramos los centros de adoración en un altar (Eze_43:13-17) sobre el cual se esparce la sangre (Eze_43:18) y sobre el cual se ofrecen holocaustos, sacrificios por el pecado, y ofrendas de expiación (Eze_40:39). Hay el restablecimiento del orden levítico en el hecho de que los hijos de Sadoc son apartados para el ministerio sacerdotal (Eze_43:19). La ofrenda santa se incorpora en el ritual (Eze_42:13). Hay ritos de purificación prescritos para el altar Eze_43:20-27 , para los levitas que ministran (Eze_44:25-27) y para el santuario (Eze_45:18). Habrá observancia de lunas nuevas y sábados (Eze_46:1). Se ofrecerán sacrificios matutinos diariamente (Eze_46:13). Se reconocerán las herencias perpetuas (Eze_46:16-18). Se observará otra vez la fiesta de la Pascua (Eze_45:21-25) y la fiesta de los Tabernáculos será un evento anual (Eze_45:25). Se observará el año de jubileo (Eze_46:17). Hay una semejanza en los reglamentos que se dan para regular la manera de vivir, de vestir, y para la manutención del orden sacerdotal (Eze_44:15-31). Este templo, en el cual se ejercerá este ministerio, llegará a ser otra vez el lugar
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desde el cual se manifestará la gloria de Jehová (Eze_43:4-5). De esa manera se puede ver que la forma de culto en el milenio tendrá una gran semejanza con el antiguo orden aaronita.
El hecho particular de que Dios ha de instituir un orden extrañamente parecido al antiguo orden de Aarón es uno de los mejores argumentos para probar que el milenio no se está cumpliendo en la Iglesia, que se compone de gentiles y judíos, en la era presente. Que este culto fue expresamente ideado para el Israel redimido lo observa bien Kelly, quien escribe:
Israel aún volverá a la tierra, y se convertirá en verdad, y será bendecido, bajo la dirección de Jehová su Dios; pero como Israel, no como cristianos, que llegan a ser entretanto todos los creyentes, sean judíos o gentiles. Los cristianos pertenecen a Cristo, en el cielo, donde tales diferencias se desconocen, y por lo tanto, una de las grandes características del cristianismo es que tales distinciones desaparecen mientras Cristo es la cabeza en lo alto, y su cuerpo se está formando en la tierra por medio del Espíritu Santo enviado del cielo. Cuando se cumplan las visiones de Ezequiel, se cumplirá el reinado de Jehová-Jesús sobre la tierra, y la distinción entre Israel y los gentiles se reanudará, aunque para bendición, bajo el nuevo pacto; y no como en la antigüedad, para maldición, bajo la ley . . . La gente celestial descansa sobre un solo sacrificio, por el cual se acercan a lo santísimo, donde está Cristo a la diestra de Dios. Pero la gente terrenal tendrá un santuario así como una tierra apropiados para ellos, y como tales serán todas las ordenanzas de su
culto.13
El argumento del libro a los Hebreos es que Israel buscó acceso a Dios en la antigua administración, mediante el orden o disposición del sacerdocio aaronita; pero que nosotros somos llevados a Dios por medio de Cristo por cuanto El ministró en un nuevo orden o una nueva disposición; el sacerdocio de Melquisedec. Se recalca expresamente en Heb_7:15 que Cristo vino a ministrar en un nuevo orden de sacerdocio. Los requisitos o ritos de los dos órdenes no necesitan variar apreciablemente para que sean dos órdenes diferentes. Por cuanto ambos órdenes señalan a Cristo, se espera que existan algunas semejanzas.
2. Hay varias diferencias básicas entre los sistemas aaronita y milenario. La significación no está en las semejanzas sino más bien en las notables diferencias entre los dos sistemas. El sistema milenario se caracteriza por omisiones del orden aaronita, lo que hace que los dos sistemas sean tan diferentes.
a. Primero que todo, hay cambios en el orden milenario. West hace notar la importancia de estos cambios cuando dice:
Hay cambios en las dimensiones del Templo, de manera que no es ni del templo de Salomón, ni el de Zorobabel, ni el de Herodes; cambios en las medidas del atrio exterior, las puertas, los muros, el terreno, y la localidad del templo mismo, que será levantado sobre un alto monte, y aun separado de la ciudad. Los lugares santos no tienen nada parecido al
mobiliario que había en el tabernáculo de Moisés ni en el "templo de Salomón.14 Este cambio en el templo físico y sus alrededores es tan notable que es necesario que Ezequiel
dé descripciones detalladas de ello.
Uno de los mayores cambios que se observa está en la relación de los levitas con este orden. En varios pasajes se afirma la existencia de un orden levítico (Eze_40:46; Eze_43:19; Eze_44:15-31). Sin embargo, es de notarse que los sacerdotes que servirán no serán tomados de todo el linaje levítico, ya que ese linaje como tal fue puesto a un lado debido a su apostasía, sino que serán tomados de los hijos de Sadoc. Los levitas limitarán su ministerio a guardar y mantener el templo y
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serán excluidos del ministerio sacerdotal, con excepción de los hijos de Sadoc. Con respecto al linaje de Sadoc escribe Grant:
Sadoc ocupa un lugar prominente en la historia de Israel, pues fue sumo sacerdote de los reinados de David y Salomón. El permaneció fiel a David durante la rebelión de Absalom, y junto con el profeta Natán abrazó la causa de Salomón cuando Adonias trató de apoderarse del trono. Estando David de acuerdo con ellos, instruyó a Sadoc para que ungiera al hijo de Betsabé (1Re_1:26, 1Re_1:32-45). De esa manera, Sadoc permanece como representante del sacerdocio, en asociación con el rey elegido de Dios, y con el reino establecido por El en
la simiente de David, que es tipo de Cristo.15
Debe observarse, por lo tanto, que Dios ha puesto a un lado a todo el linaje levítico, debido a su apostasía; ha aislado al linaje de Sadoc de entre el linaje levítico, y ha asignado a su simiente el importante ministerio sacerdotal de la era milenaria. Si se sostiene que las líneas tribales han desaparecido y que no existe una genealogía por la cual se puede establecer el linaje de Sadoc, debe observarse que Dios, que en su infinita sabiduría, puede llamar a doce mil de cada una de las tribus de Israel (Apo_7:1-17), puede preservar e identificar el linaje de Sadoc.
b. El sistema milenario está marcado por la erradicación de mucho de lo que ocupó el más alto lugar en el sistema aaronita. West ha observado sutilmente:
No habrá ningún arca del pacto, ninguna urna de maná, ninguna vara de Aarón que florezca, ningunas tablas de la ley, ningunos querubines, ningún propiciatorio, ningunos candeleros de oro, ningún pan de la proposición, ningún velo, ningún Lugar Santísimo inaccesible adonde sólo el sumo sacerdote pueda entrar; ni tampoco hay un sumo sacerdote que ofrezca propiciación para quitar el pecado, o para interceder por el pueblo. Nada de esto. Los levitas han dejado de ser una orden sagrada. El sacerdocio ha sido confinado a los hijos de Sadoc, y sólo para un propósito especial. No habrá sacrificio por la tarde. Las medidas del altar del holocausto serán diferentes de las del altar mosaico, y las ofrendas mismas apenas se nombran. La preparación para los cantores será diferente de la que hubo. Las prescripciones sociales, morales y civiles puestas en vigencia por Moisés con tanta
firmeza, están ausentes.16
Aunque se hace mención de las cinco grandes ofrendas vigentes bajo el orden aaronita, sin embargo, en la era milenaria, estas ofrendas tienen un motivo diferente. No será restaurado el sistema completo. De la misma manera, aunque se hace hincapié sobre la pascua de Ezequiel y se hace mención de la fiesta de los Tabernáculos (Eze_45:25), hay una omisión de cualquier referencia a la fiesta de Pentecostés. Aunque algunas partes del sistema de Aarón se ven en el sistema milenario, éste sin embargo se caracteriza por ser incompleto y por la supresión de mucho de lo que se observaba anteriormente. El centro mismo de todo el sistema levítico giraba alrededor del día de la propiciación, con su rito de rociar el sumo sacerdote con la sangre de la propiciación sobre el propiciatorio. Es significativo que todas las partes necesarias de este importante ritual -el sumo sacerdote, el arca y el propiciatorio, y aun el día mismo- todos se omiten en el registro con respecto al milenio. La ausencia de aquello que era de lo más vital para el sistema levítico indica que la era milenaria no verá el restablecimiento del judaísmo.
c. Hay adiciones al sistema levítico que deben observarse en la era milenaria. Citamos a West otra vez:
La entrada de la "Gloria" al templo de Ezequiel para habitar allí, para siempre; las aguas vivas que fluyen, y que van creciendo de debajo del altar; los alrededores, los maravillosos árboles de sanidad, la nueva distribución de la tierra de acuerdo con las doce tribus, su
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porción equitativa en ella, el reajuste de las tribus mismas, la porción del príncipe y el nuevo nombre de la ciudad "Jehová-Shama", todo prueba que el nuevo Israel restaurado
será un pueblo convertido, que adora a Dios "en Espíritu y en verdad".17
De acuerdo con lo establecido por Dios, el orden levítico de la antigua administración era inalterable y fijado de manera que Israel pudiese tener un confrontamiento con un cuadro de la santidad inmutable de Dios. El cambio en el orden de la era milenaria indica un orden enteramente nuevo.
Uno de los más grandes cambios que debe observarse en el orden milenario venidero es la persona y el ministerio del "príncipe", quien no sólo tiene prerrogativas reales sino sacerdotales también. Ezequiel describe a uno que es rey y sacerdote en el oficio de sumo sacerdote. Con respecto a éste escribe Grant:
. . . tenemos "el principe", que tiene una posición única y altamente favorecida. El tiene el privilegio de ocupar la puerta Oriental por la cual entró la gloria de Jehová. Las ofrendas del pueblo se le dan a él, y las administra él en la provisión para el ritual de los sacrificios. No parece que el pueblo trae sacrificios de sí, sino que es el príncipe el que proporciona para todo el ritual prescrito, incluyendo el holocausto diario (Eze_45:17). Se dice que la gente simplemente adora en momentos de la ofrenda hecha por el príncipe; pero el acto de ofrecer es de él; los sacerdotes y levitas actúan según sus respectivas responsabilidades. De esa manera, él ocupa una posición representativa a favor del pueblo en asuntos de ofrendas específicas aunque en todas éstas, se puede considerar que la gente que hace su parte, por cuanto, en primer lugar, ellos presentan sus ofrendas al príncipe (Eze_45:13-17), y se unen en adoración cuando él hace la ofrenda. Parece también que él ocupa una posición representativa del pueblo ante Dios, por cuanto tiene el privilegio de comunicarse con
Jehová en la puerta Oriental.18 Con respecto a la persona y obra de este príncipe, el mismo autor escribe en otro lugar:
Este importante personaje, el príncipe, es aparentemente uno de la nación, no Cristo mismo; se habla de sus hijos (Eze_46:16) y ofrece un sacrificio por el pecado de él mismo (Eze_45:22). Parece claro que él ocupa una posición representativa, sin embargo no es la misma posición del sumo sacerdote, del cual no habla Ezequie!; ni la posición del rey, como se conocía anteriormente en Israel. No se le otorgan los privilegios ni el poder de ninguno de los dos. Parece ocupar un lugar intermediario entre el pueblo y el sacerdocio, por cuanto se encuentra entre los primeros en sus momentos de adoración (Eze_46:10), no entre los sacerdotes, ni tiene el privilegio de- entrar al atrio interior; se acerca, sin embargo, más que el pueblo mismo, por cuanto él podrá adorar en la puerta Oriental interna que se abre hacia el atrio interior, mientras que el pueblo adora en el atrio exterior reunido en el umbral de esta puerta (Eze_46:2). Pero él es responsable de suministrar las varias ofrendas para las fiestas, las lunas nuevas, los sábados, en todas las solemnidades de la casa de Israel, y él será el receptor y guardador de lo que el pueblo ofrezca para esas ocasiones; y así también el sacerdocio dependerá de él para la provisión necesaria para llevar a cabo el culto nacional (Eze_45:13-22). Luego se le da su porción especial de la tierra y se le ordena no tomar
nada de la herencia del pueblo ...19
Es obvio que tal persona, con tan importante ministerio, es singular en la era milenaria y que no tiene paralelo en el orden levítico, y por tanto, representa un cambio grande en esa era venidera. Con toda probabilidad, este personaje será un representante terrenal del ministerio de rey y sacerdote de Cristo según el orden de Melquisedec, quizá sea David resucitado, como se sugirió previamente.
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El sistema que ha de inaugurarse en la era milenaria será un orden nuevo que reemplazará el orden levítico. por cuanto hay demasiados cambios, supresiones, y adiciones del antiguo orden, de modo que no se puede sostener el argumento de que, literalmente interpretado, Ezequiel enseña la institución del orden levítico nuevamente. Todo el concepto del nuevo pacto de Jeremías 31 vislumbra un orden enteramente nuevo después que haya pasado el antiguo.
B. El propósito de los sacrificios. Varios factores se observan con res¬pecto a los sacrificios milenarios que los hacen completamente legítimos.
1. Se observará, en primer lugar, que los sacrificios milenarios no tendrán ninguna relación con la cuestión de la expiación. No serán expiatorios por cuanto en ninguna parte se dice que serán ofrecidos con miras a la salvación del pecado. Allis escribe:
Serán expiatorios exactamente en el mismo sentido en que los sacrificios descritos en Levítico eran expiatorios. Tener cualquier otro criterio de ellos es renunciar a ese principio de interpretación literal de la profecía que es fundamental para los partidarios de las eras bíblicas, y admitir que las profecías del Antiguo Testamento con respecto al reino no entran en el Nuevo Testamento "absolutamente inalteradas". Es verdad que sólo son "elementos débiles y pobres" cuando se ven a la luz de la cruz de la cual derivan toda su eficacia. Pero no eran conmemorativos en los días de Moisés y de David, sino eficaces; y en el milenio tienen que ser igualmente eficaces, si el sistema de interpretación que toma en cuenta las dispensaciones es un sistema verdadero. Y no pudieran serlo a menos que se prescinda de
las enseñanzas de la Epístola a los Hebreos.20
Hay errores en varios puntos de este argumento de que estos sacrificios, lógicamente, debe interpretarlos el que cree en las dispensaciones como expiatorios.
(1) La insistencia en el cumplimiento literal del pacto davídico no comprende, como corolario necesario, el restablecimiento del orden mosaico, por cuanto no estaban relacionados el uno con el otro. El pacto davídico era eterno e incondicional, que regía el trato futuro de Dios con la nación, mientras que el pacto mosaico era temporal y condicional, y regía la relación del hombre con Dios. El cumplimiento de uno no requiere el cumplimiento del otro, por cuanto el mosaico era visto como temporal.
(2) Es un error en la doctrina de la soteriología enseñar que los sacrificios podían quitar o quitaban el pecado alguna vez. Eso está en contradicción con la clara enseñanza de Heb_10:4, "Porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados", que Allis mismo cita. De la única manera que se puede sostener que los sacrificios serán eficaces en el milenio sería sosteniendo que así lo eran en el Antiguo Testamento, y esto es una clara contradicción contra todo el Nuevo Testamento. Qué locura sostener que un rito pueda lograr en el porvenir lo que jamás podría, ni pudo lograr, y que jamás fue destinado a lograr, en el pasado.
2. En segundo lugar, los sacrificios no serán de carácter conmemorativo. Hay un acuerdo general entre los premilenaristas en cuanto al propósito del sistema de sacrificios que será inaugurado en la era milenaria. Interpretado a la luz del Nuevo Testamento, con su enseñanza sobre el valor de la muerte de Cristo, tienen que ser conmemoraciones de esa muerte. Grant lo establece con claridad:
(Este es) el recuerdo permanente de los sacrificios, que se mantiene en la presencia de la gloria manifestada. No son sacrificios ofrecidos con miras de obtener sal¬vación, sino
sacrificios en vista de una salvación ya lograda ...21 Gaebelein sostiene el mismo punto de vista del carácter conmemorativo de los sacrificios cuando
escribe:
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Aun cuando los sacrificios que traía Israel tenían un significado de perspectiva, los sacrificios que se traigan al templo milenario tendrán un significado retrospectivo. Cuando, durante esta era, el pueblo de Dios rinde culto de la manera establecida para la mesa del Señor, en que el pan y el vino son una conmemoración de su amor, es un acto de significado retrospectivo. Miramos hacia atrás a la cruz. Anunciamos su muerte. Esto será "hasta que él venga". Entonces esta fiesta conmemorativa terminará para siempre. Nunca más se celebrará la Cena del Señor después que los santos de Dios hayan dejado la tierra para estar con el Señor en gloria. Los sacrificios que se reanudarán serán en memoria de la cruz y de toda la maravillosa historia de la Redención de Israel y de las naciones de la tierra, durante el reino de Cristo. ¡Y qué recuerdos serán éstos! ¡Cuánto significado tendrán esos sacrificios! Traerán un recuerdo vivo de todas las cosas del pasado. Este acto retrospectivo dará origen a la más grande escena de culto, de alabanza y adoración que jamás haya presenciado esta tierra. Todo lo que la cruz significó y ha logrado será recordado y un poderoso "Coro Aleluya" llenará la tierra y los cielos. Los sacrificios recordarán constantemente a la gente de la tierra que El fue quien murió por Israel, quien pagó el precio de la Redención por toda la creación y cuya gloria ahora cubre la tierra como
las aguas cubren la profundidad.22
Adolfo Saphir nos ha dejado unas palabras con respecto al paralelismo existente entre la Cena del Señor en su relación con la muerte de Cristo y los sacrificios conmemorativos en relación con esa muerte:
¿... no hemos de suponer nosotros que lo que era simbólico antes de la primera venida de Cristo, que señalaba hacia la gran salvación que había de venir, puede ser, en el reino, conmemorativo de la redención alcanzada?
En la Cena del Señor conmemoramos la muerte de Cristo. Repudiamos completamente la doctrina papal de la repetición del sacrificio de Cristo; no creemos en tal renovación del sacrificio, pero obedecemos con gratitud el mandamiento de Cristo de conmemorar su muerte de tal manera que le presentemos al mundo una conmemoración externa y que el cristiano que participa en ella reciba una señal externa y visible y un sello. ¿No vendrá después de la Cena del Señor, la cual sabemos que cesará en la venida de Cristo, un plan similar? Es también posible que tanto los santos glorificados en el cielo como las naciones que están sobre la tierra contemplen durante el milenio una completa y minuciosa armonía entre los símbolos y la realidad. Aun la Iglesia tiene todavía sólo un conocimiento superficial
de los tesoros de sabiduría contenidos en las instituciones levíticas y sus símbolos.23 Wale declara la misma proposición sucintamente en estas palabras:
... el pan y el vino de la Cena del Señor son, para el creyente, símbolos y recuerdos físicos y materiales de una Redención ya lograda a su favor. Y este será el caso con los sacrificios restituidos en Jerusalén, serán conmemorativos, así como los sacrificios antiguos eran simbólicos. Y ¿por qué no debían serlo? ¿Hubo alguna virtud en los sacrificios legales que prefiguraban el sacrificio de Cristo? Absolutamente ninguna. Su único valor y su significado se derivaban del hecho de que señalaban hacia El. Y tal será el valor y el significado de esos sacrificios futuros que Dios ha declarado que aún serán ofrecidos en aquel templo futuro. Cualquiera que sea la dificultad que el lector se imagine en cuanto al alcance de la
predicción, es suficiente para nosotros que DIOS LO HA DICHO.24
Se concluye, pues, que estos sacrificios no son expiatorios, por cuanto ningún sacrificio jamás alcanzó la completa remoción del pecado, sino que son conmemorativos del perfecto sacrificio de Aquel que estaba simbolizado en todos los sacrificios, el Cordero de Dios que quita el pecado del
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mundo.
C. Consideraciones sobre algunas objeciones. Hay ciertas objeciones que se le hacen a este punto de vista y que deben considerarse.
1. Algunos insisten en que los sacrificios restituidos contradirían la Epístola a los Hebreos. Se insiste en pasajes como Heb_9:26; Heb_7:27 y Heb_9:12, que enseñan que Cristo ofreció una vez y para siempre un sacrificio aceptable a Dios, que no necesita repetirse. Se alega que tal contradicción sólo puede surgir cuando dejamos de ver la diferencia, según la doctrina de las dispensaciones, entre el programa de Dios para la Iglesia y su programa para con Israel. Bien ha declarado Unger la diferencia necesaria que debe observarse:
Con respecto a la supuesta oposición entre la enseñanza de la Epístola a los Hebreos y la profecía de Ezequiel, se puede decir que todo el conflicto se desvanece cuando se considera que la base y la posición de una son enteramente diferentes de la base y la posición de la otra. Una tiene en consideración los miembros del Cuerpo de Cristo, la Iglesia, desde su Redención, mientras Cristo esté en lo alto. La otra tiene que ver con el Israel terrenal, y abarca la gloria de Jehová que ha de morar otra vez en la tierra de Canaán. Una concierne al cristianismo donde no hay judío ni gentil, sino que todos son uno en Cristo. La otra trata del judaísmo restablecido, cuando Israel será bendecido directamente, y los gentiles sólo será bendecidas por medio de los judíos y mediante la subordinación a ellos: ése será un estado de cosas que estará en contraste diametral con el cristianismo.
La dificultad particular para aceptar el punto de vista literal con respecto al culto futuro está en la concepción del cristianismo (Rom_11:25-26) que supone que la caída del judío fue final, y que el gentil lo ha suplantado para siempre. Cuando se comprenda la verdad de un nuevo llamamiento a Israel, una interpretación literal futura de la profecía de Ezequiel
será la explicación normal de la visión.25
Con referencia a la Iglesia, Cristo es el Único que ha ofrecido un sacrificio eterno completo. Ella depende de El solamente. Tal es la enseñanza de Hebreos. Sin embargo, al tratar de Israel en su futura relación con Cristo, en Heb_8:8-13 y Heb_10:16 hay una predicción sobre la promulgación de un nuevo pacto. El nuevo pacto de Jeremías 31 fue un aviso de que el orden antiguo mosaico había de ser sustituido, debido a su insuficiencia, por un nuevo orden. La visión del templo que tuvo Ezequiel da detalles con respecto al nuevo orden sacerdotal que había de ser inaugurado por Dios después del cumplimiento del nuevo pacto con Israel. Tal interpretación está en perfecta armonía con la enseñanza de Hebreos.
2. Algunos sostienen que los sacrificios que habrán de restituirse tendrán que ser expiatorios. Este asunto lo hemos tratado con anterioridad, y en relación con esto sólo necesitamos hacer referencia a las palabras de Wale, citadas previamente. El dice: "¿Hubo alguna virtud en los sacrificios legales que prefiguraban el sacrificio de Cristo? Absolutamente ninguna. Su único valor y
su significado se derivaban del hecho de que se señalaban hacia El".26 Tal objeción sólo puede surgir de una falsa soteriología.
3. Algunos afirman que ese punto de vista se opone a Efe_2:14-16. Surgen a veces objeciones de que Dios ha roto para siempre la barrera que separan a judíos y gentiles y los ha hecho uno. Este punto surge por no tener en cuenta que éste es el propósito de Dios para la edad presente, pero no tiene ninguna relación con el programa de Dios para la era milenaria. En cuanto a la relación entre los dos, bien observa Saphir:
" ¡El Apóstol Pablo enseña que en Cristo Jesús no hay judío ni gentil; pero se está
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erigiendo nuevamente la pared de separación que ha sido abolida! " Es verdad que en la Iglesia de Cristo el judío y el gentil son uno; es verdad que en el reino también el judío y el gentil tendrán un solo camino de acceso a Dios, una fuente de perdón y renovación, un Espíritu para iluminar, guiar, y fortalecer. Pero por ningún respecto se debe deducir de ello que la posición del judío y del gentil tienen que ser iguales, o que sus posiciones distintivas en el reino militan contra su unidad en el Señor Jesucristo. En Cristo no hay varón ni hembra; sin embargo, el hombre y la mujer continúan ocupando diferentes posiciones, y
aún en la Iglesia, aunque igual en privilegios, no se le permite a una mujer hablar.27 La Escritura nos resulta ininteligible mientras no podamos distinguir claramente entre el
programa de Dios para su pueblo terrenal, Israel, y el programa para la Iglesia.
4. Algunos declaran que es geográficamente imposible restablecer tal culto. Se ha discutido que es necesario espiritualizar la profecía de Ezequiel, por cuanto ese templo y sus alrededores abarcan mucho más que las dimensiones del área del templo antiguo, y por tanto no podría de ningún modo entenderse literalmente. Tal punto de vista pasa por alto los importantes cambios geográficos y topográficos que se prevén en Zacarías:
Y se afirmarán sus pies en aquel día sobre el monte de los Olivos, que está en frente de Jerusalén al oriente; y el monte de los Olivos se partirá por en medio, hacia el oriente y hacia el occidente, haciendo un valle muy grande; y la mitad del móntese apartará hacia el norte, y la otra mitad hacia el sur (Zac_14:4).
Tales cambios predichos para la topografía de Palestina hacen una completa provisión para el sitio del templo, de manera que no es necesario interpretar la profecía de Ezequiel en forma no literalmente.
5. Hay algunos que sostienen que la existencia del príncipe de que habla Ezequiel es inconsecuente con el reinado de Cristo. Si se sostiene que el cumplimiento literal del pacto davídico demanda el reinado de Cristo sobre el trono de David y que esto es contradicho por la profecía de Ezequiel con respecto a la persona y el ministerio del "príncipe", debe notarse que se dice que uno está reinando cuando está ejerciendo la autoridad del trono, sin tomar en cuenta su relación con el trono físico, que es el emblema de la autoridad. Cristo puede cumplir la promesa del pacto davídico sin estar sentado en un trono literal sobre la tierra. Con respecto al príncipe y su relación con Cristo, Gaebelein dice:
... el príncipe no es el mismo Señor. ¿Quién es entonces? El es el vicerregente del Rey, un futuro príncipe de la casa de David, que representará al Señor en la tierra. El trono de David será establecido en Jerusalén. El Señor Jesucristo reinará como supremo sobre todo; su trono estará por encima de la tierra en la Nueva Jerusalén. El visitará la tierra y manifestará su gloria como Rey de reyes y Señor de señores. Esto será probablemente durante las grandes celebraciones de la fiesta de los Tabernáculos, cuando las naciones envíen sus representantes a Jerusalén para adorar al Rey, Jehová de los Ejércitos (Zac_14:16). Sobre
el trono de David se sentará este príncipe de David como vicerregente.28
Por cuanto la Escritura revela que el gobierno del milenio estará bajo la autoridad de Cristo, y que lo ejercerán hombres designados por El (Mat_19:28; Mat_25:21 y Luc_19:17), no hay ningún conflicto cuando se considera al príncipe como un vicerregente de Cristo.
6. Finalmente, muchos rechazan esta interpretación, diciendo que tal sistema es una regresión. Si se discute que la institución de tal sistema es una regresión, debe observarse que Ezequiel ve este sistema (Eze_43:1-6) como la más grande manifestación que la tierra haya visto de la gloria
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de Dios, aparte de esa gloria que se manifestó en la faz de Jesucristo. Si ese sistema fue creado por Dios como un recuerdo de Jesucristo, ya no podrá decirse que es una regresión a los "débiles y pobres elementos", así como el pan y el vino de la Cena del Señor no son débiles y pobres recuerdos del cuerpo quebrantado y de la sangre que Cristo derramó.
Toda esta discusión hace surgir la cuestión de la salvación en la era milenaria. Algunos consideran que tal punto de vista, como se presenta, minimiza la cruz y limita el valor de la cruz a
esta edad presente.29 Tal argumento no podría presentarse con certeza. El nuevo pacto (Jer_31:31) garantiza a todos los que entren en este milenio y a todos los que nazcan en el milenio y, por tanto, necesiten la salvación (1) un nuevo corazón (Jer_31:33), (2) el perdón de los pecados (Jer_31:34), y (3) la plenitud del Espíritu (Joe_2:28-29). El Nuevo Testamento indica muy claramente que el nuevo pacto está basado en la sangre del Señor Jesucristo (Heb_8:6, Heb_10:12-18; Mat_26:28). Se puede, por lo tanto, afirmar que la salvación, en el milenio, estará basada en el valor de la muerte de Cristo, y se apropiará por la fe (Heb_11:6), así como Abraham se apropió de la promesa de Dios y fue justificado (Rom_4:3). La expresión de esa fe salvadora diferirá de las expresiones que se requieren en el presente día; pero los sacrificios deben considerarse como meras expresiones de fe y no como medios de salvación.
La gloriosa visión de Ezequiel revela que es imposible colocar su cumplimiento en algún templo o sistema del tiempo pasado, que Israel haya conocido; sino que tiene que esperar un cumplimiento futuro después del segundo advenimiento de Cristo, cuando sea instituido el milenio. El sistema de sacrificios no será un judaísmo restablecido, sino el establecimiento de un nuevo orden que tiene como propósito la remembranza de la obra de Cristo sobre la cual descansa toda salvación. El cumplimiento literal de la profecía de Ezequiel será el medio de la glorificación de Dios y la bendición del hombre en el milenio.
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