ESPIRITU SANTO Y LA TRIBULACION
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EL ESPIRITU SANTO Y LA TRIBULACION
EL ESPIRITU SANTO Y LA TRIBULACION
CAPITULO XVII
RELACIÓN DEL ESPÍRITU SANTO CON LA TRIBULACIÓN
Una de las consideraciones importantes que debe acompañar al estudio del período de la tribulación es la relación que mantiene el Espíritu Santo con ese período y la obra que El realizará en él.
I. IDENTIDAD DE "EL QUE IMPIDE"
Mucho de la cuestión de la relación del Espíritu Santo con la tribulación se determina por la interpretación de 2Ts_2:7-8. Se había propalado erróneamente que los tesalonicenses estaban viviendo ya en el día del Señor. Para corregir esta mala interpretación, Pablo declara que ellos no podían estar en el día del Señor, ya que ese día no podía llegar hasta que el hombre de pecado se manifestara. Su manifestación estaba siendo impedida por la obra restringente de Uno cuyo ministerio era el de permanecer en la tierra. Sólo después de la remoción de "el que impide", podría manifestarse el hombre de pecado y comenzar el día del Señor. Chafer escribe:
La verdad central del pasaje que está en discusión es que, aun cuando Satanás hubiera consumado su programa maligno para su mundo del cosmos, y hubiera presentado el último de sus gobernantes humanos, hay Uno que impedirá hasta el fin que el programa de
Satanás se desarrolle para que termine sólo en el tiempo designado por Dios.1
Juan da testimonio de que este programa de introducir al hombre de pecado ya había comenzado a llevarse a cabo en su día (1Jn_4:3). Ese programa satánico ha continuado a través de esta era, pero ha sido restringido por Aquel que impide.
A. ¿Quién es el que impide? Se ha dado un número de respuestas en cuanto a la identidad de este Agente que impide. 1. Algunos sostienen que el que impedía era el emperador romano del tiempo
en que Pablo vivía. Reese dice:
La mejor y más antigua interpretación es que Pablo vaciló en asentar en palabras lo que él quería decir, porque tenía en mente al emperador romano. El magnífico sistema de la ley
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y la justicia que había en todo el mundo romano estaba basado en la influencia impersonal; esto mantuvo la iniquidad y al hombre inicuo refrenados. Luego la sucesión de
emperadores, a pesar de ser individuos malignos, tuvo la misma influencia.2
2. Un segundo punto de vista, estrechamente asociado con este, es el punto de Hogg y Vine, de
que el que impide es el gobierno y la ley humanos. Ellos escriben:
A su debido tiempo, el imperio babilónico, a cuyo rey le fueron dichas estas palabras, fue sucedido por el persa; éste, por el griego; y el griego, por el romano, que floreció en los días del Apóstol. . . Las leyes bajo las cuales estos estados mantenían su existencia las heredaron de Roma, así como Roma las heredó de los imperios que le precedieron. Puesto que las autoridades existentes han sido establecidas por Dios ... la autoridad constituida
tiene el propósito de actuar contra la iniquidad.3
Se ve claramente que "las autoridades que hay, por Dios han sido establecidas" (Rom_13:1). Sin embargo, la autoridad humana no parece ser una respuesta satisfactoria a la identidad del que impide. Walvoord escribe:
El Gobierno humano, sin embargo, continuará durante el período de la tribulación en el cual se manifiesta el hombre de pecado. Aunque todas las fuerzas de la ley y el orden tienden a impedir el pecado, ése no es su carácter propio, sino que hacen eso en la medida en que Dios las use y capacite para alcanzar este fin. Parecería una interpretación preferible la de ver todo impedimento al pecado, sin tener en cuenta los medios, como procedente de Dios y como un ministerio del Espíritu Santo. Como escribe Thiessen: "¿Pero quién es el que impide? Denney, Findlay, Alford, Moffatt, sostienen que esto se refiere a la ley y al orden, especialmente como estaban incorporados en el imperio romano. Pero, aunque los gobiernos humanos pueden ser agentes en la obra del Espíritu para impedir, nosotros creemos que la Iglesia influye en ellos a la vez. Y también, detrás del gobierno humano está Dios que lo instituyó (Gén_9:5-6; Rom_13:1-7) y lo dirige (Sal_75:5-7). Así que es Dios por
Su Espíritu el que impide el desarrollo de la iniquidad".4
3. Un tercer punto de vista es el de que Satanás es el que impide. Un defensor de este punto
escribe:
¿Por qué deben concluir todos que "el que impide" tiene que ser algo bueno? ¿No puede ser este poder de impedir el de Satanás mismo? ¿No tiene él un plan para la manifestación del hijo de perdición, tan ciertamente como Dios tenía un tiempo designado para la encarnación
de su divino Hijo? 5
La respuesta obvia a este alegato sería la contestación del Señor a aquellos que lo acusaban a El de efectuar sus obras mediante el poder satánico: "Si una casa está dividida contra sí misma, tal casa no puede permanecer" (Mar_3:25). Además, la remoción de éste que impide no libra al mundo de la actividad satánica, como sería el caso si Satanás fuese el que impidiera, sino que lo lanza al mundo con inusitada furia (Apo_12:12). Walvoord dice:
Esta idea es apenas compatible con la revelación de Satanás en las Escrituras. En ninguna parte se le da a Satanás poder universal sobre el mundo, aunque su influencia es inestimable. El estudio de 2Ts_2:3-10 indica que el que impide es quitado de la escena antes que el hombre de pecado se manifieste. Esto apenas se puede decir de Satanás. El período de la tribulación es al contrario aquél en que la obra de Satanás es más evidente. Las Escrituras lo presentan como arrojado a la tierra y desahogando su furia durante esos días trágicos (Apo_12:9).
La teoría de que Satanás es el que impide la iniquidad es, por consiguiente, insostenible.6
4. Una cuarta interpretación es el punto de vista de que "el que impide" es la Iglesia. Se
reconoce que los creyentes fueron comparados con la sal, que es un preservativo, y con la luz, que
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es un agente purificador, un disipador de las tinieblas. Se puede convenir en que la Iglesia podría ser uno de los medios por los cuales se hace sentir el impedimento, pero aquello que es canal no podría ser al mismo tiempo agente. Stanton escribe:
. . .la Iglesia es, cuando más un organismo imperfecto, perfecto en su posición ante Dios, pero experimentalmente ante los hombres, no siempre sin culpa ni por encima del reproche. Al igual que el gobierno humano, la Iglesia es usada por Dios para impedir la completa manifestación del maligno en esta edad presente, pero el que efectivamente lo impide no es el creyente, sino Aquel que enviste al creyente, el Espíritu Santo que mora en él (Jua_16:7; 1Co_6:19). Sin su presencia, ni la Iglesia ni el gobierno tendrían habilidad para impedir el
programa y el poder de Satanás.7
5. La quinta interpretación es la que sostiene que el que impide es el Espíritu Santo. El autor
arriba mencionado da razones para sostener esta conclusión.
(1) Por simple eliminación, el Espíritu Santo tiene que ser el que impide. Todas las demás sugerencias están muy lejos de llenar los requisitos...
(2) El maligno es una personalidad, y sus operaciones incluyen la esfera de lo espiritual. El que impide tiene que ser asimismo una personalidad y un ser espiritual. . .para mantener al Anticristo refrenado hasta el tiempo de su manifestación. Meras agencias o fuerzas espirituales impersonales serían inadecuadas.
(3) Para lograr todo lo que debe realizarse, el que impide tiene que ser un miembro de la Deidad. Tiene que ser más poderoso que el hombre de pecado y más poderoso que Satanás, quien le da energías a dicho hombre. Para poder impedir el mal durante todo el curso de esta era, el que impide tiene que ser eterno... El teatro del pecado es el mundo entero: por lo tanto, es imperativo que el que impide sea uno que no esté limitado por el tiempo ni por el espacio...
(4) Esta era es en un sentido particular la dispensación del Espíritu, por cuanto El obra de una manera poco común en otras edades como una Presencia permanente en los hijos de Dios. . . La era de la iglesia comenzó con el advenimiento del Espíritu en Pentecostés, y cerrará con un reverso del Pentecostés, la remoción del Espíritu. Esto no significa que El no será operante, sino que ya no estará residente.
(5) La obra del Espíritu desde su advenimiento ha incluido el impedimento del mal. . .Jua_16:7-11 .. . 1Jn_4:4. ¡Cuan diferente será en la tribulación . . . !
(6) . . .aunque el Espíritu no estaba residente en la tierra en los días del Antiguo Testamento, sin embargo, ejerció una influencia restringente . .. Isaías 59:19b . . .
B. La obra del Espíritu Santo para con los creyentes en la tribulación. El hecho de que el Espíritu Santo es el que impide, y por ello no es quitado de la tierra antes que comience el período de la tribulación, no debe interpretarse como si significara que el Espíritu Santo ya no es omnipresente, ni operante en ese período. El Espíritu obrará en el hombre y a través de él.
Se insiste en que los ministerios particulares del Espíritu Santo para con el creyente en esta edad presente (bautismo, 1Co_12:12-13; morada, 1Co_6:19-20; sello, Efe_1:13;Efe_4:30; y plenitud, Efe_5:18) terminarán. Sobre esté asunto escribe Walvoord:
Hay poca evidencia de que el Espíritu Santo haga morada en los creyentes durante la tribulación. . . El período de la tribulación. . .parece revertir a las condiciones del Antiguo Testamento, de muchas maneras; y en el período del Antiguo Testamento, los santos nunca fueron convertidos en morada permanente del Espíritu, excepto en ocasiones aisladas, aunque se encuentra un número de ocasiones en las cuales hubo llenamientos e investiduras del Espíritu para el servicio. Tomando todos los factores en consideración, no
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hay evidencias de la presencia residente del Espíritu Santo en los creyentes durante la tribulación. Sin embargo, si el Espíritu hace morada en los creyentes durante la tribulación, se deduce también que serán sellados por el Espíritu, y el sello será señal de su propia
presencia en ellos.9
Por cuanto todos los ministerios del Espíritu para con el creyente de hoy dependen de su presencia residente, la ausencia de ésta impedirá todos los ministerios dependientes para con los santos de la tribulación.
II. SALVACIÓN EN LA TRIBULACIÓN
Un campo de investigación abierto por el punto de vista que sostiene que el Espíritu Santo es el que impide y que ha de ser removido, es la cuestión de la salvación durante el período de la tribulación. Esa es una de las cuestiones originadas con mayor frecuencia por los antagonistas a la posición del traslado premilenario. Allis pregunta:
Si la Iglesia consiste sólo de aquellos que han sido redimidos en el intervalo entre el Pentecostés y el traslado, y si toda la Iglesia ha de ser arrebatada, entonces no habrá cristianos sobre la tierra durante el período que transcurre entre el rapto y la aparición del Señor. Sin embargo, durante ese período, 144.000 israelitas y una multitud innumerable de gentiles () serán salvos. ¿Cómo se efectuará esto, si la Iglesia ha sido arrebatada y el
Espíritu Santo quitado de sobre la tierra? 10
Este autor cree haber asestado un golpe mortal al dispensacionalismo con sólo hacer tal pregunta porque, para él, no podría haber salvación aparte de la presencia y del ministerio de la Iglesia. El continúa diciendo:
. . .la más seria objeción contra la afirmación de los dispensacionalistas de que la declaración el reino de los cielos se ha acercado significaba que podría establecerse en cualquier momento, era el hecho de que esto significaba pasar por alto la enseñanza definida de Jesús de que el Cristo debía sufrir y entrar en su gloria. Esto, hacía innecesaria la Cruz, pues implicaba que el reino glorioso del Mesías podría establecerse inmediatamente. No dejaba lugar para la Cruz por cuanto el reino del Mesías no tendría fin. Conducía a la conclusión de que si Israel hubiera aceptado a Jesús como Mesías, el ritual del sacrificio del Antiguo Testamento hubiera sido suficiente por el pecado. . . La única conclusión que puede sacarse de tal declaración es que la Iglesia necesitó la Cruz mientras que el reino no la necesitó, que el Evangelio del reino no incluyó la Cruz, mientras que el evangelio de la gracia de Dios sí la incluyó (cursivas mías).
. . .la cuestión es. . .si el remanente judío fiel del tiempo del fin aceptará la cruz y la predicará, o no.
El : evangelio del reino fue predicado antes de la cruz, antes de la era de la Iglesia durante la cual el Evangelio de la cruz ha de predicarse; y su predicación ha de reanudarse, aparentemente sin ningún cambio o adición, después de la era de la Iglesia. La inferencia natural es que, si no tuvo que ver con la cruz cuando se predicó en el primer advenimiento, no la incluirá cuando se predique después del traslado. Tal conclusión es aun más necesaria,
si lo ha de predicar un remanente judío... (cursivas mías).11
Con esta posición está en completo acuerdo el partidario del traslado después de la
tribulación.12 Es necesario, en vista de tales acusaciones, establecer la enseñanza de la Escritura sobre la cuestión de la salvación en la tribulación.
A. La naturaleza de la salvación en el Antiguo Testamento. Hay dos aspectos separados y distintos en la salvación tal como se presenta esa doctrina en el Antiguo Testamento: individual y nacional.
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1. El primer aspecto de la salvación ofrecida en el Antiguo Testamento era la salvación individual. Con respecto a este aspecto de la salvación que se ofreció en el Antiguo Testamento, escribe Chafer:
Los santos del Antiguo Testamento tenían una recta y aceptable relación con Dios. . . En cuanto al estado del judío en la edad antigua se observa:
(a) Nacían con una relación de pactos con Dios en los cuales no se les imponía limitaciones a su fe en El ni a su comunión con El...
(b) En caso de falta en el cumplimiento de las obligaciones morales y espirituales que descansaban sobre ellos debido a su posición con relación a los pactos, los sacrificios eran provistos como una base justa de restauración a sus privilegios de pactos . ..
(c) El individuo judío podía así faltar en su conducta y descuidar los sacrificios como para ser repudiado al fin por Dios y echado fuera . . .
(d) La salvación nacional y el perdón de Israel es aún una expectativa futura y se ha prometido que ocurrirá cuando el Libertador venga de Sion (Rom_11:26-27) . . . Una parte muy clara y amplia de la Escritura tiene que ver con la vida eterna en lo tocante al judaismo. Sin embargo, allí se considera como una herencia
(a) Isa_55:3 . . . (b) Dan_12:2 . . . (c) Mat_7:13-14 ... (d) Luc_10:25-29 . . . (e) Luc_18:18-27 ... (f) Mat_18:8-9 ... La recepción de la vida eterna será para los israelitas, como lo es en el caso del cristiano, un rasgo de la salvación misma; y la salvación para Israel según se declara en Rom_11:26-32, será después que se cumpla el propósito para esta era de la plenitud de los gentiles, y no estará acompañada por la ceguedad de Israel (versículo 25), en el tiempo en que "vendrá de Sión el Libertador, que apartará de Jacob la
impiedad".13
Es evidente, por tanto, que la salvación ofrecida en el Antiguo Testamento era una salvación individual, aceptada por fe, basada en los sacrificios de sangre, los cuales eran la sombra del verdadero sacrificio que había de venir. Esta salvación fue presentada como una herencia, para ser recibida en un tiempo futuro, y no como una posesión presente. El individuo israelita que creía en Dios era verdaderamente salvo, pero esperaba una experiencia futura de plenitud de esa salvación. Chafer dice:
Mediante la presentación de un sacrificio y la colocación de la mano sobre la cabeza de la víctima, el ofensor reconocía su pecado delante de Dios y entraba inteligentemente en un arreglo por el cual moría un sustituto en lugar del pecador. Aunque, como se declara en —porque la sangre de los toros y de los machos cabríos no puede quitar los pecados—. Dios, no obstante, proveyó un escape para el ofensor, pero con la expectativa de su "parte de que eventualmente se obtendría una base justa para dicho escape, mediante la muerte expiatoria de su Hijo, la cual era tipificada por la muerte del animal. En Rom_3:25 se declara que el objetivo divino de la muerte de Cristo era el de pasar "por alto, en su
paciencia, los pecados pasados".14
De esa manera se ofrecía salvación al individuo.
2. El segundo aspecto de la salvación ofrecida en el Antiguo Testamento era el aspecto nacional. De esto escribe Chafer:
Las Escrituras dan testimonio del hecho de que Israel como nación ha de ser salvo de su pecado y liberado de sus enemigos por el Mesías, cuando El regrese a la tierra ... Es obvio que Israel como nación no es salvo actualmente, ni están en evidencia ningunos de los rasgos de los pactos eternos de Jehová con ese pueblo actualmente ... La nación, excepto algunos rebeldes que han de ser apartados (Eze_20:37-38), será salva, y eso por su propio Mesías, cuando El venga de Sion (comp. Isa_59:20-21; Mat_23:37-39; Hch_15:16). Todo Israel de Rom_11:26 se refiere evidentemente a ese Israel separado y aceptado que habrá de sufrir los juicios divinos que aun están por caer sobre esa nación (comp. ; Mat_25:13). El Apóstol distingue claramente entre la nación de Israel y un Israel espiritual
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(comp. Rom_9:6; Rom_11:1-36).
... En conexión con la segunda venida de Cristo, y como parte déla salvación de Israel, Jehová quitará sus pecados. Este, declara Jehová, será su pacto con ellos (Rom_11:27). Se ha observado que, en la era pasada, el trato de Jehová con los pecados de Israel ... era solo una cobertura temporal de esos pecados, y que Cristo en su muerte sufrió el juicio de esos pecados que Jehová en un tiempo había pasado por alto; pero la aplicación final del valor de la muerte de Cristo a favor de Israel, espera el momento de su conversión nacional ... Es entonces cuando Jehová, de acuerdo con su pacto, quitará sus pecados. En Heb_10:4 se declara que es imposible que la sangre de toros y machos cabríos pueda quitar el pecado, y en Rom_11:27 se promete que los pecados de Israel aun serán quitados ... La deducción que se saca de estas y otras porciones de la Escritura es que Jehová todavía, en el más breve tiempo, y como parte de la salvación de Israel, quitará sus pecados . . . Concluimos, por lo tanto, diciendo que la nación de Israel aun será salva y sus pecados serán quitados
para siempre mediante la sangre de Cristo.15
Se observará por tanto que, aunque el individuo israelita que creía en Dios se salvaba, esa salvación se le aseguraba en base a una obra futura que Dios iba a efectuar por la nación entera en su segunda venida, tiempo en el cual el Mesías tendrá un trato final para con los pecados del pueblo. El individuo salvo en Israel podía regocijarse en su propia salvación y a la vez esperar la salvación nacional. Confesar que su nación todavía no había sido salva no era negar su propia salvación como individuo.
En este punto es donde las críticas dirigidas contra nuestra posición, que previamente hemos explicado, son infundadas. Los individuos que han de ser salvos en la tribulación conocerán la experiencia de la salvación, sin embargo, aún mirarán hacia el porvenir en espera de la completa salvación nacional en la aparición del Libertador. Habiendo experimentado la bendición de la salvación individual, ellos esperarán con nuevo gozo la venida del Libertador y su liberación para completar aquello que comenzó con su experiencia.
B. Promesas específicas de salvación en el Antiguo Testamento. Hay numerosos pasajes en el Antiguo Testamento que prometen salvación a Israel. Debe tenerse en cuenta que, mientras el hincapié se pone en la salvación nacional, esa salvación nacional debe ser precedida por la salvación individual. Pablo mismo (Rom_9:6) restringe el todo Israel de Rom_11:26 a los individuos salvos. Por tanto, cualquier promesa de salvación en el Antiguo Testamento debe incluir ambos aspectos.
¡Ah, cuan grande es aquel día! tanto, que no hay otro semejante a él; tiempo de angustia para Jacob; pero de ella será librado (Jer_30:7).
Os haré pasar bajo la vara, y os haré entrar en los vínculos del pacto; y apartaré de entre vosotros a los rebeldes, y a los que se rebelaron contra mí... (Eze_20:37-38).
. . .pero en aquel tiempo será libertado tu pueblo, todos los que se hallen escritos en el libro (Dan_12:1).
El sol se convertirá en tinieblas, y la luna en sangre, antes que venga el día grande y espantoso de Jehová. Y todo aquel que invocare el nombre de Jehová será salvo; porque en el monte de Sión y en Jerusalén habrá salvación, como ha dicho Jehová, y entre el remanente al cual él habrá llamado (Joe_2:31-32).
En aquel tiempo habrá un manantial abierto para la casa de David y para los habitantes de Jerusalén, para la purificación del pecado y de la inmundicia.
Y acontecerá en toda la tierra, dice Jehová, que las dos terceras partes serán cortadas en ella, y se perderán; mas la tercera quedará en ella.
Y meteré en el fuego a la tercera parte, y los fundiré como se funde la plata, y los probaré como se prueba el oro. El invocará mi nombre, y yo le oiré, y diré: Pueblo mío; y él dirá:
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Jehová es mi Dios (Zac_13:1, Zac_13:8-9).
El Antiguo Testamento específicamente promete una salvación para Israel, la cual está asociada con aquél día, o el día de Jehová. Por cuanto esta salvación no ha sido experimentada por Israel, tiene que ser experimentada por esa nación durante el tiempo en que Dios esté tratando con ellos otra vez como nación, en el período de la tribulación. De esa manera, las promesas no cumplidas del Antiguo Testamento nos conducen a esperar que la salvación sea experimentada durante la tribulación.
El Antiguo Testamento no sólo predice la salvación de los israelitas antes de la venida del Señor, sino de una hueste de gentiles también.
Acontecerá en lo postrero de los tiempos, que será confirmado el monte de la casa de Jehová como cabeza de los montes, y será exaltado sobre los collados, y correrán a él todas las naciones.
Y juzgará entre las naciones, y reprenderá a muchos pueblos.. .(Isa_2:2, Isa_2:4).
Y andarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu nacimiento.
Entonces verás, y resplandecerás; se maravillará y ensanchará tu corazón, porque se haya vuelto a ti la multitud del mar, y las riquezas de las naciones hayan venido a ti (Isa_60:3, Isa_60:5).
Entonces verán las gentes tu justicia, y todos los reyes tu gloria... (Isa_62:2).
El Señor reiteró, durante su ministerio terrenal, las mismas promesas en pasajes como Mat_13:47- 50; Mat_24:13; y Jua_3:1-21. Las promesas no habían sido invalidadas.
C. El cumplimiento de la salvación prometida. El capítulo séptimo de Apocalipsis nos proporciona un maravilloso registro del cumplimiento de la línea de promesas con respecto a la salvación individual tal como se promete en el Antiguo Testamento.
1. La promesa concerniente a individuos israelitas se habrá cumplido. Los primeros ocho versículos del capítulo están dedicados a una descripción de los 144.000 siervos sellados de Dios. En este pasaje, las circunstancias de la salvación de ellos están solamente implícitas. El hecho de que se diga que "tienen el sello del Dios vivo" implica su salvación, por cuanto el sello es la designación de propiedad. Su salvación también está implícita en que son llamados "los siervos de nuestro Dios". Tal designación sólo puede atribuirse a individuos salvos. En el capítulo catorce se dice que estos 144.000 "fueron redimidos de entre los hombres" (versículo 4), y que son "como primicias para Dios". El hecho de que están asociados con los cuatro seres vivientes y los veinticuatro ancianos en la adoración a Dios, nos asegura su salvación. De esa manera, la promesa concerniente a la salvación individual se ve cumplida en los 144.000, aun cuando éstos son sólo una porción de los israelitas salvos durante ese período.
2.La promesa concerniente a los gentiles se habrá cumplido. Los versículos 9 al 17 nos dan el cumplimiento de las promesas del Antiguo Testamento concernientes a la salvación de gentiles, ya que aquí tenemos descrita una multitud que experimenta la salvación, y desafía toda enumeración. El hecho de que ellos "han lavado sus ropas, y las han blanqueado en la sangre del Cordero" certifica su salvación.
3.La promesa de salvación nacional se habrá cumplido. Apo_19:11-21 a Apo_20:1-6 presenta un cuadro del cumplimiento del segundo aspecto de la salvación prometida en el Antiguo Testamento. En esta porción se ve al Señor que regresa como "REY DE REYES, Y SEÑOR DE SEÑORES". Todos los hostiles poderes gentiles han sido destruidos y sus líderes echados en el lago de fuego. Satanás es atado. El reino prometido, en el cual todas las promesas y pactos se cumplen, se inaugura con la presencia y el reinado personal del Rey. De esa manera Juan describe el cumplimiento de la salvación nacional.
D. La base de la salvación en la tribulación. Al considerar la importante cuestión de la base o método de salvación durante el período de la tribulación, pueden hacerse ciertas afirmaciones.
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1. La salvación en la tribulación ciertamente será según el principio de la fe. Heb_11:1-40 declara que el único individuo que ha sido aceptado por Dios es el individuo que cree en Dios. El principio del versículo seis, "sin fe es imposible agradar a Dios", no es un principio limitado a esta edad, sino que es verdadero en todas las edades. La fe de Abraham se convierte en ejemplo del método de acercamiento a Dios (Rom_4:2) y será el método de acercamiento en la tribulación.
2. La descripción de los salvos de la tribulación muestra claramente que fueron salvos por la sangre del Cordero. De los judíos salvos se dice que "Estos fueron redimidos de entre los hombres" (Apo_14:4), e Israel jamás supo de una redención aparte de la sangre. De los gentiles salvos se dice que ellos "han lavado sus ropas, y las han emblanquecido en la sangre del Cordero" (Apo_7:14). Referente a la frase "en la sangre", Bullinger, un cuidadoso estudiante del Griego, dice:
No en la sangre; ninguna cosa en la ley fue lavada jamasen sangre, nada puede emblanquecerse lavado en sangre. El significado literal forzado de la preposición... (griego en) ha conducido a esta falsa noción. Esta preposición constantemente significa por, o por medio de: y se traduce por 142 veces, y por medio de 37 veces. (Véase Mat_9:34-35; Gál_3:11; 2Ti_2:10). En este mismo libro (versículo 9) se traduce por. De manera que aquí
(1:5) éste debe ser el significado.16
En encontramos que Satanás ataca al remanente de Israel, porque tal es el significado de "la mujer" en este capítulo. A este remanente creyente se hace referencia en el versículo diez cuando dice "nuestros hermanos". Los medios de victoria de los "hermanos" se nos dan en el versículo once: "ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero". Así que una vez más los creyentes son salvos y librados por "la sangre del Cordero".
Apo_12:17 da la razón de la animosidad especial de Satanás: ellos "tienen el testimonio de Jesucristo". Se dice que Satanás está "airado", por causa del mensaje que este remanente creyente proclama. Esto es sólo una indicación más del mensaje proclamado en el período de la tribulación.
3.La salvación será por obra del Espíritu Santo. Con la identificación del Espíritu Santo como el que impide el misterio de iniquidad en 2Ts_2:7, viene el persistente alegato de los oponentes a este punto de vista que dice que el Espíritu Santo debe cesar de obrar en el mundo durante la tribulación, pues ya no está morando en su templo que es el cuerpo de Cristo. No hay nada más lejos de la verdad. Debe notarse que el Espíritu Santo no llevó a cabo un ministerio de residencia en cada creyente del Antiguo Testamento, sin embargo, el Señor, dirigiéndose a uno que vivía conforme a ese orden, indica claramente que la salvación era mediante la operación del Espíritu Santo (Jua_3:5-6). Aparte de este "ministerio de residencia se dice que los santos del Antiguo Testamento eran salvos por el Espíritu Santo, aunque El no morase en ellos. De tal manera que, en el período de la tribulación, el Espíritu Santo, que es Omnipresente, hará la obra de la regeneración como la hizo cuando Dios estaba tratando anteriormente con Israel, pero sin un ministerio de residencia. La morada del Espíritu en los días presentes está relacionada con la investidura de poder, con la unión de los creyentes entre sí, debido a su relación con el Templo de Dios, pero la morada del Espíritu es completamente distinta y separada de la obra del Espíritu en la regeneración. De esa manera debe verse claramente que aunque el Espíritu no está morando durante la tribulación, aún puede estar obrando en la regeneración. Joe_2:28-32 relaciona la salvación de Israel con el ministerio del Espíritu Santo antes de la segunda venida. Comentando sobre el capítulo 3 de Juan, dice Walvoord: "La conversación de Cristo con Nicodemo (Jua_3:1-21) puede entenderse como confirmatoria de que habrá salvación durante la tribulación, y que será
una obra del Espíritu Santo".17 Kelly agrega: "Yo deseo, por lo tanto, declarar explícitamente mi propia convicción. . .de que la salvación de todos los salvos en todo tiempo depende de la obra de
Cristo, y que el Espíritu Santo es el único que puede aplicarla eficazmente a cualquier alma".18 Se puede asegurar con confianza, pues, que la salvación ofrecida mediante la sangre del Cordero,
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para que sea recibida por fe, se hará efectiva mediante la obra del Espíritu Santo.
E. La relación de este evangelio con el Evangelio del reino. Los críticos de esta posición han declarado que, si el Evangelio del reino se predica durante la tribulación, no puede haber predicación de la cruz. La tribulación será testigo de la predicación del Evangelio del reino. Mat_24:14 afirma claramente esto. Sin embargo, la predicación de la cruz y la predicación del Evangelio del reino no son mutuamente exclusivos.
Debe reconocerse que el término evangelio en su uso literal significa simplemente "buenas nuevas". El Evangelio del reino eran las buenas nuevas de que el Rey prometido pronto aparecería en la escena para ofrecer el reino prometido. En tal uso, el Evangelio del reino no era principalmente un concepto relacionado con la salvación, sino escatológico. El Evangelio del reino no ofrecía un medio de salvación, sino, más bien, la esperanza del cumplimiento de las promesas escatológicas a Israel, que contenían en sí mismas el cumplimiento de las promesas de salvación, como se ha visto previamente al considerar los dos aspectos de la salvación en el Antiguo Testamento.
Había dos fases en la predicación que hacía Juan del Evangelio del reino. "Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado" (Mat_3:2); y "He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo" (Jua_1:29). Tanto la una como la otra eran partes del mensaje de Juan. En estas dos declaraciones se puede decir que Juan proclamó una cruz así como también un reino. Así será en el período de la tribulación.
El aspecto de la salvación en el mensaje de Juan no está en las palabras "el reino de los cielos se ha acercado"; sino, más bien, en la palabra "Arrepentíos". Dios, al tratar con un pueblo de pactos, que había sido llevado a esa relación por Dios mismo, requería que la parte errante de ese pueblo ofreciese un sacrificio y recibiese una limpieza que la restauraría a la bendición del pacto. Tales ofrendas y subsiguiente limpieza estaban inextricablemente ligadas con el arrepentimiento en el sentido que tiene esta palabra en el Antiguo Testamento. Juan, como uno de la línea levítica, podía ministrar en tales sacrificios y administrar tal limpieza por medio del agua, como lo registran los Evangelios. Debemos, por lo tanto, concluir diciendo que cuando Juan predicaba estaban presentes estas dos partes en su mensaje. La promesa del Rey trajo convicción de indignidad personal, que hacía que el individuo buscase limpieza. Así será durante el período de la tribulación. El anuncio de las buenas nuevas de que el Rey viene traerá convicción de indignidad. Tal convicción traerá consigo las buenas nuevas de limpieza; no por medio de sacrificios y aplicaciones ceremoniales de agua, que simbolizaban al Cordero de Dios que había de venir, sino por medio del método de limpieza, "ofrecido una vez y para siempre", la sangre del Cordero. Así como Juan anunció al Rey y ofreció la limpieza en forma simbólica, así el remanente creyente anunciará al Rey y ofrecerá limpieza, completa y final, por medio de Aquel de quien Juan hablaba. El hecho de las buenas nuevas del reino no elimina del mensaje las buenas nuevas de salvación.
F. Los resultados de la salvación. Los pasajes que tratan de la salvación durante la tribulación indican que hay varios resultados que deben esperarse.
1. Habrá una limpieza personal. Pasajes como Apo_7:9, Apo_7:14; Apo_14:4-indican claramente que el individuo que se salva se hace aceptable a Dios. Sobre ninguna otra base podría estar el individuo "delante del trono de Dios". Debe verse esto como el resultado del cumplimiento de las ofertas individuales de salvación en el Antiguo Testamento.
2. Habrá una salvación nacional. La preparación de la nación (Eze_20:37-38; Zac_13:1, Zac_13:8-9) traerá como resultado la salvación de ella tal como está prometido en . Las promesas nacionales pueden cumplirse porque Dios, por el Espíritu Santo, ha redimido un remanente en Israel en el cual pueden cumplirse los pactos.
3. Habrá bendiciones milenarias. Apo_7:15-17; Apo_20:1-6 declaran que la salvación ofrecida durante este período tendrá cumplimiento en la tierra milenaria. Todas las bendiciones y los privilegios de servicio, posición y acceso a Dios se consideran milenarios en su alcance. Así que las
J.Dwight Pentecost Página 193
Eventos del Porvenir
promesas nacionales se realizarán mediante la salvación individual durante la tribulación para disfrutarlas en la tierra milenaria.
Las promesas del Antiguo Testamento han ofrecido una salvación al individuo israelita, para que la reciba como una herencia, y para que se realice en el tiempo de la salvación nacional, es decir, en la segunda venida del Mesías. Por cuanto estas promesas de salvación individual y nacional aún no se han cumplido completamente, tendrán que cumplirse en un tiempo futuro. Cuando Dios trate nuevamente con la nación de Israel, la salvación será ofrecida en base a la sangre de Cristo, para que sea recibida por fe, y aplicada por el Espíritu Santo. Esto está en perfecta armonía con la predicación del Evangelio del reino, que era tanto relativo a la salvación como escatológico. Esta salvación ofrecida durante la tribulación será recibida por multitudes de judíos y gentiles que recibirán salvación individual, la cual culminará en salvación nacional para Israel, y en bendición milenaria completa para todos los salvos. La interpretación que sugerimos le da centralidad a la cruz, a la muerte de Cristo, al propósito eterno de la Redención. Esto hace que nuestra posición sea impenetrable a los ataques de nuestros adversarios que declaran, como lo hace Allis:
No es demasiado hacer hincapié en que, si aceptamos la doctrina de las edades bíblicas con relación a la naturaleza del reino prometido y al significado de las palabras se ha acercado, eso nos conduciría lógicamente al punto de vista de que la cruz, como sacrificio expiatorio por el pecado, tiene que ver solamente con la era de la Iglesia y con los santos de la Iglesia. Cuando se predicó en la primera venida, no incluyó la cruz; cuando se predique en la segunda venida, tampoco
incluirá ni presupondrá la cruz.19 Tales acusaciones resultan injustificables e inciertas.