1 Pedro 2:1-8 -La Piedra Viva
La piedra viva
La frase, “la benignidad del Señor”, significa, bueno, amable, misericordioso.
Hay sólo un Salvador, Jesucristo, y sólo un edificio espiritual, la iglesia. Jesucristo es la piedra angular de la iglesia (Efesios 2:20), fortaleciendo y uniendo el edificio. Sea que concordemos el uno con el otro o no, todos los verdaderos creyentes se pertenecen unos a otros como piedras en el edificio de Dios.
Pedro dio una descripción completa de Jesucristo, la piedra. Es una piedra viva porque resucitó de los muertos en victoria. Esta piedra fue escogida por el Padre, y es preciosa. Pedro citó Isaías 28:16 y Salmo 118:22 en su descripción, y destacó que Jesucristo, aunque escogido por Dios, fue rechazado por los hombres. Él no fue la clase de Mesías que ellos esperaban, así que tropezaron en él. Jesús se refirió a este mismo pasaje bíblico cuando debatió con los dirigentes judíos (Mateo 21:42 en adelante; ve Salmo 118:22). Aunque los hombres lo rechazaron, ¡Dios exaltó a Jesucristo!
6Por lo cual también contiene la Escritura:
He aquí, pongo en Sion la principal piedra del ángulo, escogida, preciosa;
Y el que creyere en él, no será avergonzado.
7Para vosotros, pues, los que creéis, él es precioso; pero para los que no creen,
La piedra que los edificadores desecharon,
Ha venido a ser la cabeza del ángulo;
8y:
Piedra de tropiezo, y roca que hace caer,
porque tropiezan en la palabra, siendo desobedientes; a lo cual fueron también destinados.
Un contratista en Michigan estaba construyendo una casa, y la construcción del primer piso marchó sin tropiezos. Pero cuando empezaron el segundo piso todo lo que tuvieron fue problemas. Ninguno de los materiales encajaba apropiadamente. Descubrieron la razón: ¡estaban trabajando con dos diferentes juegos de planos! Una vez que desecharon el plano viejo, todo marchó sin tropiezos y construyeron una casa encantadora.
Demasiado a menudo los creyentes estorban la edificación de la iglesia porque están siguiendo los planos errados. Cuando Salomón construyó su templo, sus obreros siguieron el plan tan cuidadosamente que todo encajaba exactamente en el sitio de la construcción (1 Reyes 6:7). Si todos siguiéramos los planos que Dios nos ha dado en su Palabra, podríamos trabajar juntos sin discordia y edificar su iglesia para su gloria.