Si hubieras estado aquí

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Revisar cómo la fe en la resurrección cambia desde ahora nuestra vida y la forma de afrontar el hecho de la muerte.

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HABLEMOS DE LA VIDA

Nuestra sociedad está empeñada en hacer más feliz la vida de la gente. En ese empeño va suavizando todo lo que molesta, apartando lo que estorba, silenciando gritos, acallando preguntas. Parece que hay interés por ocultar, por volver la espalda a todo lo que nos hace sufrir, como sí al ignorarlo desapareciera.
gente. En ese empeño va suavizando todo lo que molesta, apartan- do lo que estorba, silenciando gritos, acallando preguntas. Parece que hay interés por ocultar, por volver la espalda a todo lo que nos hace sufrir, como si al ignorarlo desapareciera.
Sin embargo, todos vivimos acontecimientos que nos hacen ver esa otra dimensión de la vida. La muerte de un ser querido puede ser uno de esos acontecimientos. Nuestras seguridades, nuestra fe, nuestra propia existencia quedan como suspendidas de un gran interrogante.
-- ¿Cómo se vive en tu entorno el hecho de la muerte? Desde tu experiencia personal, ¿cómo te ha afectado ¡a muerte de un ser querido?
-- En esos u otros momentos importantes de tu vida ¿has podido comentar con alguna persona en confianza lo que estabas viviendo? ¿Eso te ha ayudado?

ESCUCHEMOS LA PALABRA DE DIOS

Juan 17.
Juan 11.17–19 TLA
17 Como el pueblo de Betania estaba a unos tres kilómetros de la ciudad de Jerusalén, muchos de los judíos que vivían cerca de allí fueron a visitar a Marta y a María, para consolarlas por la muerte de su hermano. Cuando Jesús llegó a Betania, se enteró de que habían sepultado a Lázaro cuatro días antes.
El episodio se sitúa en Betania, un pueblecito próximo a Jerusalén, cuatro días después del entierro de Lázaro. Parece que Jesús llega tarde a propósito: se trata de poner de manifiesto que la muerte de su amigo es real, con el fin de resaltar lo espectacular de lo que quiere hacer.
Juan 11.20–22 TLA
20 Al enterarse Marta de que Jesús había llegado, salió a recibirlo, y María se quedó en la casa. 21 Entonces Marta le dijo a Jesús: —Señor, si tú hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto. 22 Pero a pesar de todo lo que ha pasado, Dios hará lo que tú le pidas. De eso estoy segura.
El episodio se sitúa en Betania, un pueblecito próximo a Jerusalén, cuatro días después del entierro de Lázaro. Parece que Jesús llega tar- de a propósito: se trata de poner de manifiesto que la muerte de su amigo es real, con el fin de resaltar lo espectacular del signo.
Juan 11.
Marta es quien toma la iniciativa y abre el diálogo con Jesús: "Si hubieras estado aquí, mi hermano no habría muerto" (,). A pesar del dolor por la muerte de su hermano, parece que la confianza en el Señor prevalece sobre el reproche: aquel que había curado a otros sin duda tenía poder para sanar a su propio amigo. Las palabras son las mismas que pronuncia María más adelante (), pero en boca de Marta suenan de forma distinta. Es como si su corazón albergara la esperanza de que en el Señor todo tiene remedio. Esta esperanza es la que le mueve a dejar a su hermana e ir al encuentro del Señor; esta es la misma esperanza es la que le hace decir: "aun así, yo sé que todo lo que pidas a Dios Él te lo concederá" ().
a misma esperanza es la que le hace decir: "aun así, yo sé que todo lo que pidas a Dios Él te lo concederá" (,22).
Juan 11.23–24 TLA
23 Jesús le contestó: —Tu hermano volverá a vivir. 24 Y Marta le dijo: —Claro que sí, cuando llegue el fin, todos los muertos volverán a vivir.
Juan 11.
Muchos judíos creían entonces en la resurrección de los muertos "al final de los tiempos" (). El cambio es radical. Marta, que aguarda una resurrección en el último día, se ve sorprendida al comprender que lo que espera le llega ahora en la misma persona de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida" ().
Jesús es la VIDA, no es la superficialidad de la exitencia de lo que vive el ser humano, Jesús es es pura vida.
Juan 11.25–27 TLA
25 A esto Jesús respondió: —Yo soy el que da la vida y el que hace que los muertos vuelvan a vivir. Quien pone su confianza en mí, aunque muera, vivirá. 26 Los que todavía viven y confían en mí, nunca morirán para siempre. ¿Puedes creer esto? 27 Marta le respondió: —Sí, Señor. Yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de Dios, que debía venir al mundo.
Juan 11.25
misma persona de Jesús: "Yo soy la resurrección y la vida" (,25).
Pero Jesús le da temporalidad a esa vida y dice que es una vida eterna.
La vida eterna es promesa para los que han muerto y también para los que aún viven. Esta vida no está limitada por la muerte, que queda como un trance por el que todos han de pasar. Las palabras de Jesús nos hablan de vida eterna, de que el poder de la muerte, en cuanto realidad definitiva, está vencido.
La propuesta de Jesús aparece estrechamente unida a la fe, alimentando de esta forma la esperanza actual de los creyentes. El que cree en Jesús, tanto si ha muerto como si está vivo, no morirá para siempre, porque Dios envió a su Hijo al mundo para que el que crea en Él tenga vida eterna (,).
La vida eterna es promesa para los que han muerto y también para los que aún viven. Esta vida no está limitada por la muerte, que queda como un trance por el que todos han de pasar. Las palabras de Jesús nos hablan de vida eterna, de que el poder de la muerte, en cuanto realidad definitiva, está vencido.
El tema se expresa de forma directa en la pregunta de Jesús a Marta: "¿Crees esto?". Tanto la pregunta como la posterior confesión de fe nos traen a la memoria otros diálogos similares del evangelio (lee, por ejemplo, ,67-69).
La propuesta de Jesús aparece estrechamente unida a la fe, alimen- tando de esta forma la esperanza actual de los creyentes. El que cree en Jesús, tanto si ha muerto como si está vivo, no morirá para siem- pre, porque Dios envió a su Hijo al mundo para que el que crea en Él tenga vida eterna (,). El tema se expresa de forma directa en la pregunta de Jesús a Marta: "¿Crees esto?". Tanto la pregunta como la posterior confesión de fe nos traen a la memoria otros diálogos simi- lares del evangelio (lee, por ejemplo, ,67-69).
Marta es capaz de actualizar su fe desde la conversación con Jesús. Ya no se trata de esperar hasta el final de los tiempos para saber cuál es el destino definitivo del ser humano. En Jesús, con quien está hablando, a quién puede ver y tocar, llega la resurrección y la vida definitiva. La vida eterna no es sólo una esperanza en un futuro lejano, sino una realidad que se inicia ya para el que cree en Jesús.

RESPONDAMOS A LA VIDA:

Marta es capaz de actualizar su fe desde la conversación con Jesús. Ya no se trata de esperar hasta el final de los tiempos para saber cuál es el destino definitivo del ser humano. En Jesús, con quien está hablando, a quien puede ver y tocar, llega la resurrección y la vida definitiva. La vida eterna no es sólo una esperanza en un futuro leja- no, sino una realidad que se inicia ya para el que cree en Jesús.
Así como Jesús le pregunto a María ¿Crees esto? Hoy te pregunto ¿Crees esto? ¿Tienes fe para vivir de esta manera?
¿Tienes fe para vivir de esta manera?
¿Cómo quieres vivir lo que te queda de vida o existencia?
Como quieres morir?
Hoy tendrás que tomar una decisión, sino el tiempo lo tomará por ti:

15 »Hoy deben elegir qué prefieren. ¿Quieren que les vaya bien, o quieren que les vaya mal? ¿Quieren tener vida, o prefieren la muerte?

El cielo y la tierra son testigos de que hoy les he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Yo les aconsejo, a ustedes y a sus descendientes, que elijan la vida,

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