El amor es la marca del cristiano.

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El amor es la marca del cristiano.

11Porque este es el mensaje que habéis oído desde el principio: Que nos amemos unos a otros. 12No como Caín, que era del maligno y mató a su hermano. ¿Y por qué causa le mató? Porque sus obras eran malas, y las de su hermano justas. 13Hermanos míos, no os extrañéis si el mundo os aborrece. 14Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos. El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él. 16En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

A través de toda la Biblia desde Génesis hasta Apocalipsis vemos con claridad cómo Dios separa a los suyos de los que le aborrecen siempre basandose en lo ético. Por un lado están los que son obedientes a sus mandatos y por otro lado aquellos que no.
Dos libros en particular a mi parecer dejan muy claro y sin lugar a dudas esta distinción, uno de ellos es el libro de Proverbios el cual muestra una división entre el sensato y el insensato, el sabio y el necio, y como dije esta división basada en la obediencia o desobediencia a la Ley de Dios, y claro cada uno con sus respectivas consecuencias ya sean bendiciones o maldiciones.
El otro es la primera carta de Juan, en esta carta la distinción está entre los que son hijos de Dios y los que no, y de la misma manera esta distinción basada en la obediencia a la Ley de Dios.
Versículos 7 y 8:

7Hijitos, nadie os engañe; el que hace justicia es justo, como él es justo. 8El que practica el pecado es del diablo; porque el diablo peca desde el principio.

Es bastante claro, Dios es justo y por ende Sus hijos practican la justicia, y su relación es innegable así como la identidad que tienen los hijos con su Padre.
Entonces los que son del diablo, practican la injusticia y su relación e identidad con él también es innegable.
“por sus frutos los conoceréis” los frutos ya sean de justicia o injusticia revelarán a quién pertenecen.

34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

Estas son las verdades que te hacen mover la cabeza diciendo “así es” pero hay verdades en la Biblia que son bastante incomodas, muy difíciles de digerir.
En el inicio de nuestro texto, leemos que Juan da un mensaje que es desde el principio, un mensaje que debiera estar ya asimilado. El que nos amemos los unos a los otros.
El mandamiento en si ya implica un reto, Jesús mismo en Mateo 5 hablando acerca del amor hacía los enemigos, identifica a los que practican el amor como hijos de Dios.

Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen; 45para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.

Jesús sabe que el amar implica un reto.

46Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos? 47Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles? 48Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.

El hecho de que seamos hijos de Dios no quiere decir que el amor brotará por los poros sino que requerirá un sacrificio, requerirá muchas veces tragarte tu orgullo.
¿Qué hacemos de más si solamente amamos a los que nos aman?
Esto hacen también los gentiles, dice Jesús.
El amor de Dios es evidente cuando entre nosotros lo practicamos, pero muestra su mayor gloria cuando es dado a los enemigos o a los que te hacen mal.
Cuando leemos de Jesús cuidando de sus discípulos, sanando enfermos alimentando multitudes reconocemos al instante el amor que tenía hacía ellos, es el tipo de amor al que estamos acostumbrados; pero cuando Jesús esta colgado de la cruz intercediendo por sus enemigos diciendo “Padre, perdónalos porque no saben lo que hacen” rompe los engranes de nuestra lógica acerca del amor, hace trizas todo lo que el mundo enseña acerca del amor (el amor sentimental o condicionado), estas palabras de Jesús nos deben llevar a reconocer de la misma manera que aquel centurión que dijo al verlo suspirar: “verdaderamente este hombre era Hijo de Dios”
La obra de Jesucristo y su amor hacia el mundo dejo de una manera evidente que el era el Hijo de Dios.
Si el mandato de Jesús es amar a nuestros enemigos cuanto mas debemos amar a nuestros hermanos en la fe.

14Nosotros sabemos que hemos pasado de muerte a vida, en que amamos a los hermanos.

Entonces sabemos que somos hijos de Dios por el hecho de que amamos a los hermanos, no nos caracteriza los discipulados que ya tomamos, o los retiros, sino el amor hacia los hermanos.
Lo incomodo viene aqui:

El que no ama a su hermano, permanece en muerte. 15Todo aquel que aborrece a su hermano es homicida; y sabéis que ningún homicida tiene vida eterna permanente en él.

¿Cómo, entonces si no amo a mi hermano soy homicida muerto soy y no tengo vida eterna?

El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.

Lo cierto es que si aborrecemos a nuestro hermano seguimos en tinieblas. Y es fácil ver ésto en el de enfrente pero cuando nos examinamos en base a si amamos o no a nuestros hermanos, cuesta trabajo digerir estas palabras porque no da opción a tonos grises, o es blanco o es negro, o eres o no eres.
Incluso puedas llegar a pensar “yo no he llegado al punto de aborrecer a nadie”
Pero déjame decirte que la palabra “aborrecer” es muy amplia en su significado, comprende desde odiar a alguien hasta desatender.
Si se nos manda a dar de beber a nuestros enemigos si tienen sed, a darles nuestra capa si tienen frío, éstas siendo acciones muy gentiles que normalmente practicamos con nuestros amados,, ahora ¿cuanto mas con nuestros hermanos?

16En esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros; también nosotros debemos poner nuestras vidas por los hermanos. 17Pero el que tiene bienes de este mundo y ve a su hermano tener necesidad, y cierra contra él su corazón, ¿cómo mora el amor de Dios en él? 18Hijitos míos, no amemos de palabra ni de lengua, sino de hecho y en verdad.

El amar no es simplemente no aborrecer, tampoco es de palabra y lengua sino el mandato de amarnos implica acción, el amor no es pasivo.
La regla de oro:

12Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.

El amor al prójimo es en base a la Ley de Dios, y aunque la Ley de Dios es de carácter negativo, que restringe, su aspecto positivo impulsa a tomar acción.

1Si vieres extraviado el buey de tu hermano, o su cordero, no le negarás tu ayuda; lo volverás a tu hermano. 2Y si tu hermano no fuere tu vecino, o no lo conocieres, lo recogerás en tu casa, y estará contigo hasta que tu hermano lo busque, y se lo devolverás. 3Así harás con su asno, así harás también con su vestido, y lo mismo harás con toda cosa de tu hermano que se le perdiere y tú la hallares; no podrás negarle tu ayuda. 4Si vieres el asno de tu hermano, o su buey, caído en el camino, no te apartarás de él; le ayudarás a levantarlo.

Esto es el amor al prójimo, no simplemente se detiene en no robarle, sino el aspecto positivo de ésta ley nos obliga a tomar acción y en este caso cuidar de la propiedad de nuestro prójimo.
Jesus dijo a sus discípulos:

34Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros. 35En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.

El estándar a seguir es Cristo mismo, no es el de a lado ni el de enfrente. Así como el nos amó así nos tenemos que amar. Si tenemos esto en mente créeme siempre tendremos necesidad de dar mas.
CONCLUSIÓN
El amor es según la Ley de DIos
Nuestra identidad como hijos de Dios es manifiesta en nuestro amor hacia nuestros hermanos.
El amor implica un sacrificio.
El amar no es simplemente no aborrecer
El amor no es pasivo sino activo.
La medida del amor perfecto es Cristo.
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