Sermón sin título (10)

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Alguien te Está Vigilando -

1 Pedro 2:
Esperanzados en Cristo: Estudio expositivo de la Primera Epístola de Pedro Capítulo 5: ¡Alguien te Está Vigilando! (1 Pedro 2:11–25)

La sección central de la carta de Pedro (1 Pedro 2:11–3:12) recalca la sumisión en la vida del creyente. Esto por cierto no es un tema popular en este día de insubordinación y de búsqueda de realización personal, pero es importante. Pedro aplicó el tema de la sumisión a la vida del creyente como ciudadano (1 Pedro:2:11–17), como trabajador (1 Pedro 2:18–25), como cónyuge (1 Pedro 3:1–7), y como miembro de la asamblea cristiana (1 Pedro 3:8–12).

Sumisión no quiere decir esclavitud

Esperanzados en Cristo: Estudio expositivo de la Primera Epístola de Pedro Capítulo 5: ¡Alguien te Está Vigilando! (1 Pedro 2:11–25)

sino sencillamente reconocimiento de la autoridad de Dios en nuestras vidas. Dios ha establecido el hogar, el gobierno humano y la iglesia, y él tiene el derecho de decirnos cómo deben funcionar estas instituciones. Dios quiere que cada uno de nosotros ejerce autoridad; pero antes de que podamos ejercer autoridad, debemos aprender a estar bajo autoridad. La oferta de Satanás a nuestros primeros padres fue libertad sin autoridad, pero acabaron perdiendo tanto la libertad como la autoridad. El hijo pródigo halló su libertad cuando se sometió a la voluntad de su padre.

Pedro les dio a sus lectores tres motivos excelentes para someterse a la autoridad y así vivir como cristianos dedicados y obedientes.

Por causa de los perdidos (1 Pedro 2:11–12)

1 Pedro 2.11–12 RVR60
Amados, yo os ruego como a extranjeros y peregrinos, que os abstengáis de los deseos carnales que batallan contra el alma,manteniendo buena vuestra manera de vivir entre los gentiles; para que en lo que murmuran de vosotros como de malhechores, glorifiquen a Dios en el día de la visitación, al considerar vuestras buenas obras.
:

Hay algo mejor que la obediencia debido al deber, y es la obediencia debido a la devoción. “El que me ama, mi palabra guardará” (Juan 14:23).

Sobre todo, debemos ser testigos ante los perdidos que nos rodean. La palabra “gentiles” aquí no tiene nada que ver con raza, puesto que es sinónimo de “personas no salvas” (1 Corintios 5:1; 12:2; 3 Juan 7). Los inconversos nos están vigilando, y hablando contra nosotros (1 Pedro 3:16; 4:4) y buscando excusas para rechazar el evangelio.

A fin de testificar a los perdidos que nos rodean, debemos vivir vidas “honestas”. Esta palabra implica mucho más que decir la verdad y hacer lo que es correcto. Lleva consigo la idea de belleza, atractivo, lo que es admirable y honroso.

Warren Wiersbe dijo:
“Durante mis muchos años en el ministerio he visto el poderoso impacto que los creyentes pueden ejercer sobre los perdidos cuando combinan una vida santa con un testimonio de amor. Recuerdo muchos casos de algunas maravillosas conversiones que se debieron sencillamente a creyentes dedicados que permitieron que su luz brillara. Por otro lado, recuerdo con dolor algunas personas perdidas que rechazaron la Palabra de Dios debido a las vidas inconsecuentes de los que decían ser creyentes.
Wiersbe, W. W. (2013). Esperanzados en Cristo: Estudio expositivo de la Primera Epístola de Pedro (p. 53). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente.”

Por causa del Señor (1 Pedro 2:13–17)

Por supuesto, ¡todo debe hacerse para la gloria de Dios y el bien de su reino! Pero Pedro con cuidado señaló que los creyentes en la sociedad son representantes de Jesucristo. Es nuestra responsabilidad anunciar las virtudes de Dios (ve 1 Pedro 2:9). Esto es especialmente cierto cuando tiene que ver con nuestra relación con el gobierno y personas en autoridad.

Como ciudadanos creyentes debemos someternos a la autoridad investida en el gobierno humano. La palabra que se traduce “institución” no se refiere a cada ley individual, sino a las instituciones que hacen y que imponen las leyes. Es posible someterse a las instituciones y con todo desobedecer las leyes.

Por ejemplo, cuando Daniel y sus tres amigos rehusaron obedecer las regulaciones dietéticas del rey, desobedecieron la ley, pero la manera en que lo hicieron demostró que honraban al rey y respetaban a las autoridades (Daniel 1). No fueron rebeldes; y tuvieron cuidado de no abochornar al funcionario a cargo, ni meterlo en problemas; y sin embargo se mantuvieron firmes. Glorificaron a Dios y, al mismo tiempo, honraron la autoridad del rey.

1 Pedro 2.13–17 RVR60
Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1 Pedro 2.13–17 RVR60
Por causa del Señor someteos a toda institución humana, ya sea al rey, como a superior, ya a los gobernadores, como por él enviados para castigo de los malhechores y alabanza de los que hacen bien. Porque esta es la voluntad de Dios: que haciendo bien, hagáis callar la ignorancia de los hombres insensatos; como libres, pero no como los que tienen la libertad como pretexto para hacer lo malo, sino como siervos de Dios. Honrad a todos. Amad a los hermanos. Temed a Dios. Honrad al rey.
1
Por supuesto, ¡todo debe hacerse para la gloria de Dios y el bien de su reino! Pero Pedro con cuidado señaló que los creyentes en la sociedad son representantes de Jesucristo. Es nuestra responsabilidad anunciar las virtudes de Dios (ve ). Esto es especialmente cierto cuando tiene que ver con nuestra relación con el gobierno y personas en autoridad.
Como ciudadanos creyentes debemos someternos a la autoridad investida en el gobierno humano. La palabra que se traduce “institución” no se refiere a cada ley individual, sino a las instituciones que hacen y que imponen las leyes. Es posible someterse a las instituciones y con todo desobedecer las leyes.
Por ejemplo, cuando Daniel y sus tres amigos rehusaron obedecer las regulaciones dietéticas del rey, desobedecieron la ley, pero la manera en que lo hicieron demostró que honraban al rey y respetaban a las autoridades (). No fueron rebeldes; y tuvieron cuidado de no abochornar al funcionario a cargo, ni meterlo en problemas; y sin embargo se mantuvieron firmes. Glorificaron a Dios y, al mismo tiempo, honraron la autoridad del rey.
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Pedro y los otros apóstoles enfrentaron un reto similar poco después del Pentecostés (). El concilio judío les ordenó que dejaran de predicar en el nombre de Jesús, pero Pedro y sus compañeros rehusaron obedecer (ve ; ). Ellos no incitaron una rebelión ni de ninguna manera cuestionaron o negaron la autoridad del concilio. Se sometieron a la institución pero se negaron a dejar de predicar. Mostraron respeto por sus dirigentes aunque estos hombres estaban oponiéndose al evangelio.
Wiersbe, W. W. (2013). Esperanzados en Cristo: Estudio expositivo de la Primera Epístola de Pedro (p. 54). Sebring, FL: Editorial Bautista Independiente.
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Es importante respetar el cargo aunque no podamos respetar al hombre o la mujer que ocupa el cargo. En todo lo posible debemos tratar de cooperar con el gobierno y obedecer la ley; pero nunca debemos permitir que la ley nos haga violar nuestra conciencia o desobedecer la Palabra de Dios.
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Por causa de nosotros mismos (1 Pedro 2:18–25)

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