Saludos Finales a Filemon
Introduccion
En primer lugar, el mensaje del cristianismo es básicamente a los individuos, y en segundo lugar a la sociedad. Deja a los individuos que han sido influidos para influir a las masas. En segundo lugar, afecta a los sentimientos espirituales y morales, y sólo después y como consecuencia a los hechos o instituciones. En tercer lugar, está en contra de la violencia, y confía totalmente en la conciencia iluminada. Así que no se enreda directamente con asuntos políticos o sociales, sino que establece principios que los afectarán profundamente, y deja que penetren la conciencia colectiva.
Si los creyentes primitivos hubieran empezado una cruzada abierta contra la esclavitud, hubieran sido aplastados por la oposición, y el mensaje del evangelio se hubiera confundido con su programa social y político. Consideren lo difícil que fue para los pueblos de Inglaterra y los Estados Unidos de América erradicar la esclavitud, a pesar de que ambas naciones tenían la educación general y la religión cristiana para ayudarles a preparar el camino. Consideren también los conflictos que ocasionaron los movimientos de los derechos civiles modernos aun dentro de la iglesia. Si fue difícil que la lucha por la libertad se lograra en los siglos diecinueve y veinte, ¿qué hubiera sido si se hubiera efectuado la lucha en el primer siglo?
Los creyentes son la sal de la tierra y la luz del mundo (Mateo 5:13–16), y su influencia espiritual debe sentirse en la sociedad para la gloria de Dios. Dios usó a José en Egipto, a Ester y Nehemías en Persia, y a Daniel en Babilonia; y a través de la historia de la iglesia han habido creyentes en puestos públicos que han servido fielmente al Señor. Pero los creyentes en el imperio romano no podían trabajar a través de estructuras políticas y democráticas como nosotros podemos en la actualidad, así que realmente no tenían poder político para propiciar el cambio. Este tenía que hacerse por dentro, y tomó siglos abolir la esclavitud.