Cómo es una clase
Las partes de la clase
Introducción
La incentivación. En algunos libros se llama “motivación”, en otros “introducción” y puede tener otros nombres.
Para adolescentes y jóvenes, a partir de la lectura y comentario de recortes periodísticos, escucha de una canción, dinámica grupal, representación, frase para completar y muchas otras cosas.
Es muy importante guiar este momento con entusiasmo y dinamismo, ya que el propósito de la incentivación es que, de una manera amena, los alumnos se acerquen al tema bíblico. También intenta que las personas estén motivadas para centrar su mente en lo que se va a tratar esa clase.
El Contenido Bíblico
El contenido bíblico. En algunos libros se lo llama “enseñanza bíblica”, “historia bíblica”, “adquisición”, etc.
El contenido es la suma de la historia y el tema. A continuación les damos algunos ejemplos:
• Si la historia es “David y Jonatan”, según 1 Samuel 20:1–42, el tema puede ser “Una amistad comprometida”.
• Si la historia es “El encuentro de Jacob y Esaú”, según Génesis 33:1–11, el tema puede ser “La reconciliación”.
• Si la historia es “La oración de Ana”, según 1 Samuel 1:1–20, el tema puede ser “La respuesta de Dios a nuestras oraciones”.
• Si la historia es “El buen samaritano”, según Lucas 10:25–37 (ejemplo que hemos dado en el capítulo 5), el tema puede ser “La ayuda al prójimo”.
Así podríamos enumerar muchos ejemplos más. A veces se confunde el pasaje bíblico con el tema. Muchas veces de “tema” se escribe el relato bíblico. Hay que descubrir en la historia cuál es el tema. Recordemos que de eso se van a desprender los objetivos, que van a direccionar nuestra clase.
Algunos materiales traen, además del relato de la historia bíblica, el contexto en el que transcurre ese suceso. Es importante que el maestro se detenga para leer estos detalles. Si bien no es preciso que lo comparta con sus alumnos, le dará una mejor comprensión de la situación y le ayudará a ampliar sus conocimientos bíblicos, algo fundamental en la preparación y capacitación de todo maestro de la Biblia.
Dependiendo de la edad de los alumnos, el maestro debe contar con un apoyo visual para desarrollar el contenido bíblico. A continuación mencionamos algunos recursos o métodos que pueden ayudar para que la enseñanza pueda ser clara y comprensible para cada edad.
Para adolescentes y jóvenes: con los jóvenes hay que pensar en metodologías de investigación y trabajos en equipo. Siempre hacer una puesta en común de lo investigado para generar el diálogo y la participación de todos.
Conocerlo bien y practicar el orden en el que se lo debe mostrar a los niños.
• Debe estar limpio y en buenas condiciones, sean láminas o figuras.
• Antes de comenzar la historia, tener todo a mano y listo, para no perder la atención y la concentración de los niños una vez comenzada la clase.
Recomendaciones:
Cómo usar el material visual
• Conocerlo bien y practicar el orden en el que se lo debe mostrar a los niños.
• Debe estar limpio y en buenas condiciones, sean láminas o figuras.
• Antes de comenzar la historia, tener todo a mano y listo, para no perder la atención y la concentración de los niños una vez comenzada la clase.
Hacer un bosquejo como guía
Hay materiales que en la parte del contenido bíblico mencionan varios versículos y preguntas para hacer al grupo. En este caso recomendamos que el maestro escriba un bosquejo de esto para no perder el hilo de la clase y guiar al grupo en el conocimiento y comprensión de esa verdad bíblica.
La aplicación. En algunos libros este momento puede llamarse “transferencia a la vida” o algo similar. En esta parte de la clase el maestro orienta a los alumnos sobre la manera de aplicar el tema tratado a su propia vida. Al mismo tiempo, cada uno toma una decisión concreta para llevar estos principios a la práctica.
Como ocurre con los otros momentos de la clase, para cada edad hay sugerencias diferentes sobre la manera de llevar a cabo esta parte.
Para adolescentes y jóvenes: pueden ser preguntas personales que compartan en grupos de tres, compartir experiencias personales sobre ese tema, escribir una carta, anotar en un papel el compromiso que deciden tomar, etc.
Es el momento en que se plantean diferentes actividades para ayudar a grabar las verdades aprendidas. En algunos libros aparece dentro del tiempo de la aplicación.
Algunos materiales traen hojas de trabajo que apuntan a reforzar el tema tratado en esa lección.
Es importante tener en cuenta que las verdades bíblicas también se refuerzan con:
La memorización de textos bíblicos
Betty Constance señala: “Considero que la memorización de la Biblia es un elemento indispensable para el desarrollo espiritual del niño. Este ejercicio sirve para proveerle al niño un tesoro de promesas y mandatos expresados por Dios mismo, que tendrán incalculable valor en su crecimiento espiritual actual y en su vida futura. Para lograr esto, es imprescindible que el niño comprenda lo que está memorizando.
Por lo tanto, es importante que el texto:
• Tenga significado para el niño. Que no sean palabras que se repiten, sino que comprenda lo que eso significa para su propia vida.
• Contenga palabras sencillas. Por eso recomendamos usar traducciones de la Biblia con un lenguaje comprensible para el niño como la Nueva Versión Internacional o La Biblia en Lenguaje Actual.
• Tenga una extensión acorde a la edad de los niños. Una cosa es enseñar un texto al niño preescolar (de 3 a 5 años), otra cosa es al escolar menor (de 6 a 8 años), y será diferente el texto para memorizar que le daremos al escolar mayor (de 9 a 12 años). En cada edad, tendrán una capacidad diferente para memorizar, y no debemos descuidar esto.
• Se presente de manera atractiva. Se puede preparar un visual (se escribe el texto en una hoja de color, en letras mayúsculas de imprenta y se reemplazan todas las palabras posibles por dibujos, imágenes o fotografías). También se puede enseñar el texto con un ritmo pegadizo y/o ademanes, en especial para niños de 3 a 7 años.
• Se repase periódicamente. Es importante volver a los textos memorizados, para asegurarse de que, pasado el tiempo, se siguen recordando. Por eso es bueno tener los visuales en el aula, para ayudar a la fijación de los mismos.
Para adolescentes y jóvenes: su Biblia. Es difícil a esta edad que traigan un cuaderno o una carpeta. Quizás tienes un grupo que no tendría problemas en hacerlo, pero la mayoría de los jóvenes se molestarían. Por eso, es mejor entregarles cada semana una hoja (fotocopia) con el tema, el versículo y las preguntas clave que trabajen en la clase. Esa hoja se la llevan a la casa y les sirve de repaso. Nuestra editorial cuenta con materiales que traen “Hojas de Trabajo” que el maestro fotocopia y entrega a cada joven. Esa hoja la usan durante la clase (con actividades grupales e individuales), y algunos materiales tienen la sugerencia de un devocional para la semana sobre el tema tratado.
Además, es bueno tener en el aula: hojas blancas, bolígrafos, lápices, marcadores, goma de pegar, tijeras, revistas, diarios, papeles de afiche de colores y cartulinas.