Membresía en Unidad
Membresía en la Iglesia Local • Sermon • Submitted
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· 7 viewsTres acciones para que cada creyente sea una presencia unificadora en la iglesia.
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Cuando te conviertes a Cristo, Dios espera que seas parte de Su iglesia… Y cuando te incorporas a Su Iglesia, Él quiere que seas una presencia de unidad allí… Dios exige que seas una presencia de unión. —Thom Rainer, Soy Miembro de la Iglesia, edición digital. B&H Publishing, 2013.
1. Es necesario entender la importancia del amor para la unidad.
1. Es necesario entender la importancia del amor para la unidad.
En , Jesús declara a sus discípulos que solo una cosa le hará saber al mundo que ellos son sus discípulos, ¿cuál es? El amor los unos por los otros.
En , ¿cuál es una de las cosas dignas de recordar cuando Pablo agradece a Dios por los Efesios? Su amor para con todos los santos.
En , Pablo exhorta a los creyentes a andar dignos del llamamiento de Dios, en humildad, paciencia, y amor. ¿Hacia que debían esforzarse como parte del andar dignos de su llamamiento? Debían mantener la unidad del Espíritu mediante la paz.
En , ¿que explica Pablo que es la evidencia mas importante de la unidad? El amor es el vínculo perfecto.
Al tratar con una iglesia dividida (), Pablo ocupa todo un capítulo () hablando de una sola cosa, ¿cuál era? El amor.
2. Es necesario dejar el chisme y otro hablar negativo.
2. Es necesario dejar el chisme y otro hablar negativo.
Entre la lista de siete cosas que Dios aborrece de , ¿cuál se menciona en el vs: 19b? el que siembra discordia.
Entre la lista de prácticas pecaminosas de , ¿cuáles se mencionan que tienen que ver el chisme? “murmuradores” (chismosos) y “detractores” (calumniadores).
¿Que menciona acerca de la lengua? La lengua es sumamente peligrosa, contamina el cuerpo, y afecta aún el curso de nuestra vida (la rueda de la creación).
De acuerdo a , cuál es una de las cosas necesarias para la “buena vida”? Refrenar la lengua y no hablar engaño.
3. Es necesario incorporar el perdón.
3. Es necesario incorporar el perdón.
En , ¿qué dijo Jesús que era necesario para nuestra buena comunión con Dios? El perdonar a otros.
En , Jesús enseña que aún antes de adorar a Dios, debemos ocuparnos de algo, ¿qué es? la reconciliación con un hermano ofendido.
De acuerdo a , ¿puede el maltrato (aún la falta de perdón) afectar nuestra buena comunión con Dios? Si, causa un estorbo en la oración.
En , ¿quién es la regla, o estándar, para practicar el perdón? Jesucristo.
De acuerdo a , ¿qué cosa le puede dar al diablo lugar en nuestras vidas? El enojarse y guardar rencor, sin buscar la reconciliación.
De acuerdo a , ¿cuáles cosas quitan la amargura y enojo en nuestros corazón y conversación? Solamente la práctica de la misericordia y el perdón puede quitar el rencor.
Tener misericordia hacia otros revelará tu necesidad constante de misericordia, te llevará hasta lo más íntimo de ti y a los brazos de tu Salvador misericordioso. No es normal para ninguno de nosotros. Es normal asegurarte que tus necesidades se cumplan. Es normal acaparar lo que tienes por temor a no tener lo suficiente en el futuro. Es normal cargar con un catálogo de cosas que deseas para ti mismo. Es normal tener más simpatía con tus sentimientos que con los sentimientos de los demás. Es normal querer misericordia para ti y justicia para los demás. Es normal percibir el pecado de otros, pero ser ciego al tuyo propio. Si queremos ser personas misericordiosas, entonces necesitamos recibir mucha misericordia ¡ya que lo que impide que seamos una comunidad de misericordia somos nosotros! Me es imposible pensar sobre el llamado de Dios de ser instrumentos de misericordia sin relacionarlo con la parábola poderosa de Jesús en , la parábola del siervo injusto quién no perdonó como fue perdonado. Cristo tenía dos razones para contar esta historia. La primera era revelar el corazón de Pedro al preguntar: “¿Cuántas veces debo perdonar?”. Esta pregunta evidenciaba un corazón falto de misericordia.
La segunda razón era revelar nuestros corazones. Verás, todos somos el siervo injusto. Celebramos la misericordia de Dios, pero les gritamos a nuestros hijos cuando se equivocan. Cantamos el himno “Sublime Gracia”, pero nos enojamos con nuestra pareja cuando nos ofende. Alabamos a Dios por Su amor, pero abandonamos una amistad cuando nos es desleal. Estamos agradecidos porque fuimos perdonados, pero decimos que la persona que sufre las consecuencias de sus decisiones se lo tiene merecido. Disfrutamos la gracia de Dios, pero lanzamos la ley a los demás. La verdad es que no practicamos la misericordia debido a que tendemos a vernos a nosotros mismos como superiores a los pobres y necesitados. Pero cuando el llamado de Dios a ser misericordiosos limita con tu falta de misericordia, empiezas a verte con más exactitud. Empiezas a confesar que no posees dentro de ti lo que Dios requiere. Empiezas a admitirte a ti mismo, y a otros, que no puedes vivir al nivel de los estándares de Dios y empiezas a clamar por la misma cosa que has rehusado dar a otros. Y, al empezar a recordar que la misericordia de Dios es tu única esperanza y al meditar en la grandeza de la misericordia que ha sido rociada sobre ti, empiezas a desear que otros experimenten la misma misericordia. Verás, si olvidas la misericordia que has recibido, será más fácil que no seas misericordioso hacia los demás. Yo necesito a diario la misericordia de Dios para llevar a cabo Su obra misericordiosa.
La segunda razón era revelar nuestros corazones. Verás, todos somos el siervo injusto. Celebramos la misericordia de Dios, pero les gritamos a nuestros hijos cuando se equivocan. Cantamos el himno “Maravillosa gracia”, pero nos enojamos con nuestra pareja cuando nos ofende. Alabamos a Dios por Su amor, pero abandonamos una amistad cuando nos es desleal. Estamos agradecidos porque fuimos perdonados, pero decimos que la persona que sufre las consecuencias de sus decisiones se lo tiene merecido. Disfrutamos la gracia de Dios, pero lanzamos la ley a los demás. La verdad es que no practicamos la misericordia debido a que tendemos a vernos a nosotros mismos como superiores a los pobres y necesitados. Pero cuando el llamado de Dios a ser misericordiosos limita con tu falta de misericordia, empiezas a verte con más exactitud. Empiezas a confesar que no posees dentro de ti lo que Dios requiere. Empiezas a admitirte a ti mismo, y a otros, que no puedes vivir al nivel de los estándares de Dios y empiezas a clamar por la misma cosa que has rehusado dar a otros. Y, al empezar a recordar que la misericordia de Dios es tu única esperanza y al meditar en la grandeza de la misericordia que ha sido rociada sobre ti, empiezas a desear que otros experimenten la misma misericordia. Verás, si olvidas la misericordia que has recibido, será más fácil que no seas misericordioso hacia los demás. Yo necesito a diario la misericordia de Dios para llevar a cabo Su obra misericordiosa.
-Compartido en Whatsapp, de parte de J. Greenwood.