INTERCEDIENDO POR UN PUEBLO REBELDE

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La verdadera naturaleza del hombre hará que hasta el más paciente hombre pierda la cabeza y el corazón al confrontar la rebeldía en un pueblo; pero Dios obra poderosamente para que su siervo (Iglesia, Pastor, Cristiano) sienta compasión hacia quién no lo merece. Creyente ten compasión de tus semejantes e intercede por ellos aunque tengas que enfrentarte al mismo Eterno Señor.

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INTRODUCCIÓN:
Una evaluación y amenaza de Dios hacía un pueblo Rebelde(32:7–10). Si Dios no lo hubiera prevenido, Moisés habría vuelto al campamento de Israel completamente ignorante de su idolatría. Fue un acto de misericordia la revelación de esta tragedia antes que descendiera del monte. Dios también empleó la ocasión para probar la fe y el valor de su siervo.
Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) a. Valuación y amenaza de Dios (32:7–10)

Valuación y amenaza de Dios (32:7–10). Si Dios no lo hubiera prevenido, Moisés habría vuelto al campamento de Israel completamente ignorante de su idolatría. Fue un acto de misericordia la revelación de esta tragedia antes que descendiera del monte. Dios también empleó la ocasión para probar la fe y el valor de su siervo.

Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 292). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.

I.- DIOS HACE SABER A MOISÉS LO QUE ESTABA PASANDO EN EL CAMPAMENTO DURANTE SU AUSENCIA (VV. 7-8)

Dios le dice a Moisés respecto a este pecado:
Tu Pueblo se ha corrompido (V. 7) El pecado es la corrupción misma del pecador, obrada por él mismo.
Se han apartado del camino que yo les mandé (V. 8). El pecado es un extravío, una desviación del camino del deber a una senda de maldad () En la posición de Moisés, lo más natural hubiera sido desligarse de toda responsabilidad futura con el pueblo; pero las experiencias de los meses pasados habían hecho algo por este hombre. El no era líder de Israel por su propia elección y muchas veces había quedado indefenso ante una rebeldía. Sólo por el poder de Dios había llegado hasta ese punto y Dios, que lo había conducido hasta allí, no podría fallarle ahora.
Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 293). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
Que se habían apartado muy deprisa al instante que habían recibido la Ley y habían prometido obedecerla.
Le dice en concreto lo que habían hecho: Se han hecho un becerro de fundición, y lo han adorado. los pecados que quedan ocultos a nuestros semejantes y a nuestros gobernantes, están desnudos y abiertos delante de Dios. Nosotros no aguantaríamos ver la milésima parte de la provocación que Dios ve cada día, y sin embargo guarda silencio.
Parece desentenderse de ellos y dejar de reconocerlos por suyos, cuando le dice a Moisés: Desciende, porque TU pueblo que sacaste de la tierra de Egipto se ha corrompido (V. 7) Los que se corrompen a sí mismos, no sólo se avergüenzan a sí mismos, sino que hacen que Dios mismo se avergüence de ellos y de los favores que les otorga. El lenguaje del Señor parece indicar un rechazo de su pueblo y acreditar a Moisés como su líder y libertador. El pecado siempre separa de Dios aunque El nunca cede tan fácil y rápidamente
Le envía a ellos a toda prisa: Anda, desciende.
Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 293). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
Le envía a ellos a toda prisa: Anda, desciende.

II.- EXPRESA SU DISGUSTO CONTRA ISRAEL POR EL PECADO (VV. 9-10)

Los retrata de cuerpo entero al decir de ellos: “Es pueblo de dura cerviz” El Dios justo ve, no sólo lo que hacemos, sino lo que somos. Eran de dura cerviz (9); estaba airado con ellos (10). Duros de cerviz es una expresión usada para un caballo o buey rebelde que no se quiere dejar controlar por las riendas. Israel había rehusado seguir el pacto que había hecho con Dios.
Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 293). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
Declara qué era lo que justamente se merecían “que se encienda mi ira en ellos”.
El pecado nos expone a la ira de Dios, y esa ira, si no estuviese aliada con la misericordia divina, nos consumaría cómo si fuésemos estopa.
Llega a pedir a Moisés que no intercediera por ellos: “Ahora, pues, déjame”. De este modo estaba ya dando gran honor a la oración, dando a entender que sólo la intercesión de Moisés podría salvarlos de la ruina. Sin duda esta fue la mayor prueba para Moisés hasta ese momento. Déjame, dijo el Señor, que los consuma; y de ti yo haré una nación grande (10). No puede negarse que Dios hubiera podido hacer tal cosa justamente; y habría llevado adelante esta amenaza si Moisés no hubiera intercedido. Sin embargo, El conocía a su siervo y sabía que soportaría la prueba y se ofrecería como mediador. Moisés vio la realidad de la ira de Dios, rechazó la oportunidad de gloria para sí y clamó por su pueblo y la gloria del Señor.
Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 293). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.

III.- MOISÉS INTERCEDE FERVIENTEMENTE ANTE DIOS A FAVOR DE ELLOS. (VV. 11-13)

Si Dios no quería ser llamado el Dios de Israel, al menos podría dirigirse a Él como a su Dios (V. 11). Sabiamente se aferró a la insinuación que Dios le hizo al decirle: “Déjame”, expresión que, aunque a primera vista parecía prohibirle interceder en realidad le animó al mostrarle cuán grande es el poder que la oración de fe tiene para con Dios. Observen:
Su petición: Vuélvete del ardor de tu ira (V. 12), no porque pensara que no era justa la ira de Dios, sino rogándole que no se airase hasta el punto de consumirlos. Rogó a Dios que recordara las promesas hechas a los patriarcas, a quienes había jurado por su propio nombre que les daría la tierra de la promesa para siempre (13). En esta defensa ante el Señor hay tres argumentos contra la destrucción del pueblo: (1) Anularía las victorias del pasado; (2) daría a los egipcios ocasión de gloriarse; (3) quebrantaría la promesa hecha a Abraham. Todos estos ruegos se fundan en la gloria de Dios, y ciertamente constituyen un verdadero ejemplo de oración intercesora.
Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 294). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
Sus alegaciones. Llena su boca de sabios argumentos, no para mover a Dios, sino para expresar su fe y excitar el fervor de sus propia oración. Recalca:
a) El interés que Dios ha tenido en ellos, por las grandes cosas que ha hecho ya por ellos. Dios le había dicho a Moisés: Tu pueblo que sacaste de la tierra de Egipto. (V. 7); pero Moisés se los devuelve a Dios con toda humildad, diciendo: “Ellos son tu pueblo, tú eres su Señor y Dueño; yo sólo su servidor. “Tú los sacaste de la tierra de Egipto”. Yo no fui otra cosa que el instrumento en tus manos. “Tu los sacaste de Egipto”, aunque eran indignos y habían servido allí a los dioses egipcios (). Si tú hiciste eso por ellos, a pesar de sus pecados en Egipto, ¿Vas a deshacerle ahora por sus pecados de la misma naturaleza, en éste desierto?
b) Apela a las consecuencias que ello tendría sobre la gloria misma de Dios: “¿Por qué han de hablar los egipcios, diciendo: Para mal los sacó? (V. 12). no puede soportar que eso traiga consecuencias contra Dios, y por eso insiste: ¿Por qué han de hablar los egipcios? Si un pueblo tan extrañamente salvado fuese destruido súbitamente ¿Qué diría el mundo de esto, especialmente los egipcios, que tan implacablemente odiaban tanto a Israel como al Dios de Israel? Dirían: “Ese Dios, o es débil, y no pudo, o es voluble, y no quiso, completar la salvación que había comenzado” ¿Qué dirán los egipcios? Deberíamos tener siempre mucho cuidado de que el nombre de Dios y su doctrina no sea blasfemado por causa nuestra.
c) Apela a la promesa que Dios hizo a los patriarcas de que multiplicaría su descendencia y les daría la tierra de Canaán. Las promesas de Dios deben ser el motivo de nuestras apelaciones en la oración. Esta oración de Moisés es perpetuamente un modelo ejemplar de oración fervorosa e inteligente.

IV. DIOS RETIRÓ BENIGNAMENTE EL ARDOR DE SU IRA Y EL RIGOR DE SU SENTENCIA, Y SE ARREPINTIÓ DEL MAL QUE DIJO QUE HABÍA DE HACER. (V. 14)

Este antropomorfismo sirve para darnos a entender el poder de la oración que cambia las cosas. Es cierto que Dios ha previsto y determinado desde la eternidad todo lo que había de hacer, pero ha incluido también en su programa eterno las oraciones de los suyos como ingredientes del plan de su providencia. Dios nunca se arrepiente de sus promesas, de sus planes, de su palabra. (; ), pero la Palabra de Dios nos dice que Él se arrepiente en relación con la actitud cambiante de las personas, pues al cambiar las personas, cambia también la actitud de Dios hacia ellas (), así que el cambio no afecta realmente a Dios sino a la relación con los demás. El mismo Sol que ablanda la cera, endurece el barro.
Por el poder de la oración, Dios se complace en ceder por la importunidad humilde y confiada de los intercesores. Nunca mejor que aquí se comprende la gran profundidad de aquella frase lapidaria de Agustín de Hipona: “LA ORACIÓN ES LA FUERZA DEL HOMBRE Y LA DEBILIDAD DE DIOS”.
La compasión de Dios hacia los pobres pecadores, y cuán dispuesto está siempre a perdonar. El Señor se agradó de la intercesión de Moisés; ahora estaba dispuesto a olvidar su amenaza. Las palabras se arrepintió (14) están usadas aquí como una expresión antropomórfica que describe el cambio de la actitud divina hacia su pueblo pues se operaría una transformación en ellos. El propósito eterno de Dios nunca cambia, pero El condesciende a tratar con los hombres a pesar de sus cambiantes modos de acción, y tal cosa se describe con lenguaje humano. El arrepentimiento también conlleva la idea de dolor en el corazón de Dios ante el evento de la destrucción de su pueblo. Cuando la ira santa se junta con el amor santo, la mitigación de aquella por el sufrimiento del segundo produce la oferta de misericordia. Este sería el arrepentimiento de Dios, revelado especialmente en el sacrificio de Cristo. Este mismo sentimiento experimentan los padres piadosos, cuando encuentran que un amor apenado vence la ira y ellos logran mostrar piedad hacia un hijo que se rebela contra ellos y comete pecado voluntario
CONCLUSIÓN:

En los versículos 7–14 tenemos un cuadro del “Verdadero Intercesor”. (1) Reconoce la amenaza de la ira de Dios, 7–11a; (2) Clama por la gloria de Dios, 11b–13; (3) Logra la respuesta del corazón de Dios, 14

En los versículos 7–14 tenemos un cuadro del “Verdadero Intercesor”. (1) Reconoce la amenaza de la ira de Dios, 7–11a; (2) Clama por la gloria de Dios, 11b–13; (3) Logra la respuesta del corazón de Dios, 14

En los versículos 7–14 tenemos un cuadro del “Verdadero Intercesor”. (1) Reconoce la amenaza de la ira de Dios, 7–11a; (2) Clama por la gloria de Dios, 11b–13; (3) Logra la respuesta del corazón de Dios, 14.

los versículos 7–14 tenemos un cuadro del “Verdadero Intercesor”. (1) Reconoce la amenaza de la ira de Dios, 7–11a; (2) Clama por la gloria de Dios, 11b–13; (3) Logra la respuesta del corazón de Dios, 14.

Cox, L. G. (2010). El Libro de EXODO. En S. Franco (Ed.), Comentario Bíblico Beacon: Génesis hasta Deuteronomio (Tomo 1) (p. 294). Lenexa, KS: Casa Nazarena de Publicaciones.
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