Los peligros de un liderazgo delegado
Introducción
I. ¿Qué significa delegar?
Este es un término cuyo uso regular en nuestra lengua no trasmite toda la riqueza de significado que contiene. Decimos habitualmente: Hoy llegan los delegados a la convención; la delegación de Lituania asistirá al congreso. Por lo general asociamos delegados con espectadores, personas que asisten a un evento pero que carecen de poder de decisión.
El término delegado, sin embargo, significa: “Una persona a quien se delega una función o poder”. Y delegar es: “Dar una persona a otra, la facultad o poder que aquélla tiene para que haga sus veces”. Ser delegado idealmente no es algo pasivo. Es, más bien, colocar en manos del individuo que ha cumplido satisfactoriamente con todos los requerimientos que su trabajo demanda, el poder de tomar decisiones y de desenvolverse con poca o ninguna supervisión. Es una manera efectiva de ayudar al crecimiento personal, al desarrollo y a la participación de mis dirigidos. Es permitir que a costa de mi dinero, si es una posición paga, de mi tiempo, y de mi buen nombre, alguien tenga la oportunidad de extenderse. Incluso a la persona se le concede un margen que admita la comisión de ciertos errores.
Los monasterios como centro de formación cristiana
Los Monasterios como centro de vida comunitaria
Los monasterios como centro de servicio social
Monasterios como cuerpo sacerdotal
Un liderazgo delegado
Otros liderazgos delegados
1. El ascetismo monacal ocupó el lugar del sacrificio del martirio de los primeros cristianos.
2. Los monjes fueron celosos custodios del dogma, especialmente en Oriente.
3. De los monasterios salieron algunos de los mejores obispos del medioevo.
4. Los monjes fueron los misioneros más dinámicos en la conversión de los bárbaros.
5. Los monasterios fueron el refugio de la ciencia y la cultura a lo largo de la Edad Media: los monjes fueron custodios y vehículos de cultura, pero no creadores.
6. Muchos monasterios se establecieron en tierras inhóspitas, con lo cual se transformaron en avanzadas de la civilización y determinaron la historia futura de Europa.
7. Muchas ciudades europeas deben su origen a la fundación de un monasterio.