Dios hace provisión
La Palabra de Dios no tiene límite
Tambien es una promesa para ti y para mí
Verían posibilidades y realidades que ni siquiera se habían imaginado que existieran. Ellos mismos verían y experimentarían milagros que sobrepasaban cualquier cosa que se hubieran imaginado, tal como Jesús les prometió a sus discípulos: “Cosas mayores que éstas verás” (Juan 1:50). Porque “cosas que ojo no vio ni oído oyó ni han subido al corazón del hombre, son las que Dios ha preparado para los que lo aman” (1 Corintios 2:9). “¡Profundidad de las riquezas, de la sabiduría y del conocimiento de Dios! ¡Cuán insondables son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” (Romanos 11:33).
Estas promesas han encontrado su cumplimiento en nosotros. Conocemos los milagros y las maravillas de Dios, porque nos las ha revelado mediante su Espíritu y nos ha dado a Cristo y su sabiduría. Nuestra vida es una exploración y una experiencia diarias de “comprender con todos los santos cuál es la anchura, la longitud, la profundidad y la altura, y de conocer el amor de Cristo” (Efesios 3:18, 19). Nuestra recompensa es una medida que a diario crece, que “excede a todo conocimiento” (Efesios 3:19). Nuestra confianza está en vivir y orarle a “Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos” (Efesios 3:20). Somos los herederos de los que fueron los primeros en escuchar esta promesa.