Las Marcas Del Espiritu

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El Retrato y la Foto

Un retrato hablado o pintura de una persona puede sufrir cambios de acuerdo a como el artista enfoque la misma o a pedido del cliente. La misma puede representar dignamente a la persona tal como es o podría representar lo que la persona quiere que otros vean, aunque no sea la verdad.
En el caso de una fotografía con una cámara no hay oportunidad de hacer cambios a lo que inicialmente proyectara la misma pues sera tal y como la cámara lo capto. El photoshop es otra cosa.
Hoy vamos a ver lo que el apóstol Pablo nos dice sobre como debe ser nuestra vida como hijos e hijas justificados gracias al sacrificio de Cristo en la cruz. Veremos lo que debe ser y lo que no debe ser parte de nuestra manera de vivir como creyentes en Jesús.
Efesios 4.25–32 RVR60
25 Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. 26 Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, 27 ni deis lugar al diablo. 28 El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. 29 Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. 30 Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención. 31 Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. 32 Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.
La Epístola a los Efesios es una carta circular destinada a las iglesias de Asia en su tiempo. Efesio era la capital en este lugar.
Uno de los temas principales de la misma es enfatizar la importancia de la unidad del cuerpo de Cristo, Su Iglesia como ese grupo representativo de los negocios de Dios en la tierra.
De hecho, la batalla espiritual de la que el apóstol habla en el capitulo 6 es enfocada en la unidad del cuerpo de Cristo y para que los cristianos tomemos en serio la importancia que tiene ser los embajadores de El en la tierra.
Es en este espíritu que aquí en el capitulo 4.25-32 escribe esta exhortación comunitaria a todos los creyentes.
Despojarnos del viejo hombre.
Aquí el apóstol comenzó desde el versículo 22 hablando de que en referencia a la vieja manera de vivir nos tenemos que despojar de la misma.
Contrario a la corriente del gnosticismo que estaba infiltrando la iglesia (quienes decían y enseñaban que lo que se salva es el alma y no importa lo que hagamos con el cuerpo) Pablo les dice que si es importante nuestro testimonio en este mundo.
Y en ese particular le dice de unas cosas que se estaban haciendo en la iglesia que tenían que ser corregidas.
Siendo renovados en Cristo, justificados y adoptados por el Padre gracias a Su sacrificio tenemos que entrar en el proceso de regeneración que incluye el dejar atrás / despojarse, rechazar:
La mentira. Envuelve desde vivir en la misma hasta la forma como hablamos.
El hurto. Esto desde tomar lo que no es nuestro hasta la honestidad que tenemos que tener en nuestros lugares de trabajo, o el apropiarnos de algo que se nos presto.
Por eso tenemos que procurar ser productivos y poner en nuestro corazón el ayudar a los mas necesitados con lo que Dios pone en nuestras manos.
Palabras corrompidas. No solo palabras soeces, sino toda palabra que no tenga como fin el edificarnos unos a otros, eso es lo que dice Pablo aquí.
Corrompida- aquí se cataloga así toda palabra que no edifica como desmejorada, podrida, como se le aplica a la carne o frutas cuando se pudren.
En el versículo 31 se nos da otra lista de cosas que no son beneficiosas y no deben ser parte de nuestras vidas como creyentes
Amargura- un mal que conlleva el guardar resentimientos dentro de nosotros por distintas razones.
Lo que lleva a mucha gente a situaciones emocionales destructivas y perjudiciales.
Y a un consumo cada vez mayor de medicinas para tratar de aplacar la misma.
Enojo, ira y gritería- Muchas veces atadas unas a las otras.
Maledicencia- Hablar mal de otros. Calumnia, mentiras, murmuraciones que no contribuyen nada bueno.
Malicia- el actuar premeditadamente con la intención de hacer mal.
Airaos, pero no pequéis.
Existen razones en las cuales el apóstol nos dice que esta bien sentir ira.
Situaciones que envuelven injusticia de cualquier tipo.
Cuando vemos la situación actual de nuestro país causada por la corrupción de algunos.
Cuando sabemos o vemos abusos.
Y muchas mas.
Pero el consejo total de Pablo es que no permitamos que estas cosas nos hagan pecar al guardarlas y meditarlas mucho en nuestro corazón.
“No se ponga el sol sobre nuestro enojo.”
Esta es la clave para no caer en pecado.
Tenemos que saber soltar lo que nos molesta en las manos de Dios.
Esto a veces nos dolerá porque anhelamos venganza o justicia inmediata.
Y es en estas meditaciones que surgen de algo correcto donde podemos caer en pecar.
Pablo añade a este pensamiento:
“Ni deis lugar al diablo.” (El contrario que es maligno).
La idea es la de no “abrir puertas” dentro de nuestro ser que den control al contrario en áreas de nuestras vidas.
Por eso tenemos que traer todo lo que hay dentro de nosotros cautivo a la obediencia de Cristo.
Esto envuelve también todo tipo de practica de pecado.
No acusemos a satanás de ser el responsable de cosas que nosotros hemos permitido en nuestras vidas.
Tomemos responsabilidad y depositemos todo ante Dios.
Vestidos del nuevo hombre.
Vamos a vestirnos del nuevo hombre.
La verdadera unidad en Cristo se da cuando renunciamos a nuestro yo y le permitimos a El gobernar nuestras vidas.
No hablo de practicar la religión o seguir unas reglas especificas.
Hablo de un estilo de vida que marca nuestra antes y después (de Cristo en nuestras vidas).
Pablo nos da dos características que definen y marcan nuestra entrega genuina a Jesucristo.
(1) “No contristar (hacer que se ponga triste) al Espíritu Santo.”
Si, el Espíritu es una persona, al menos manifiesta características que lo definen como si fuera uno de nosotros que tiene emociones.
Obviamente diferente porque El es la tercera persona de la Trinidad.
Pero se entristece.
Y el apóstol dice que nosotros podemos ponerlo triste por nuestra manera de ser ante El, o por no dejarnos guiar por El.
Todo lo que dije en el punto uno lo hace ponerse triste si son cosas que definen nuestra manera de proceder.
Porque le hacen saber a El que preferimos ser controlados y guiados por nuestras propias reglas que por El.
El quiere gobernar nuestras vidas por nuestro bien, no hay otra razón.
Porque?
Fuimos sellados por Dios con Su Espíritu.
Fuimos separados, la marca de Dios fue puesta sobre nosotros.
Fuimos justificados en Cristo, esto provoco la adopción como hijos y ahora estamos en el proceso de regeneración donde El quiere mostrarnos la bendición de volver a re-conectarnos con Dios y estar reconciliados con El.
Esto requiere comunión y obediencia al Espíritu.
Al desviarnos en esta área El se entristece.
Tu y yo somos cartas al mundo, selladas por el sello de Dios, portamos la buena noticia de salvación para el mundo.
Somos sus embajadores, se nos encomendó la Palabra de la reconciliación.
(2) “Ser benignos, misericordiosos, pedir perdón y perdonar.”
Como dije antes: “Fuimos justificados (declarados justos), fuimos adoptados como hijos por Dios (volvimos a tener relación personal con nuestro creador) y estamos en proceso de la regeneración (proceso de ser transformados cada día a la imagen de Cristo).
Todo esto tiene que ser nuestra verdad si hemos aceptado a Cristo como nuestro salvador.
Por eso, contrario a nuestra vieja manera de proceder tenemos que alumbrar al mundo con la luz de Cristo.
Y esto implica obrar con miras a hacer el bien que agrada a Dios (benignos).
Tener amor por los demás incluso en sus momentos de miseria.
Tenemos que ser valientes, tomar responsabilidad por las cosas y pedir perdón cuando hemos ofendido y aun cuando no hayamos ofendido si alguien tiene algo contra nosotros.
Tenemos que perdonar a todos los que nos hayan hecho algún mal.
Esta es la iglesia que Dios quiere recibir en el cielo para morar para siempre con El.
Esa es la foto que Dios quiere que se vea de nosotros. Sin arreglos ni nada, que seamos así.
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