Evidencias del Nuevo Nacimiento

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El nuevo nacimiento es necesario para todo aquel que se considera creyente. "Tenemos que nacer de nuevo, sí queremos ver el reino de Dios".

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INTRODUCCIÓN

Hacer una oración, dar la bienvenida y agradecer a Dios por la oportunidad.
Quiero preguntarles algo para comenzar:
¿Ustedes creen en los milagros? Listo.
Ahora pregunto: ¿Dios ha hecho algún milagro en sus vidas? Ok.
Y por último ¿Cuál es el mayor milagro que ha hecho Dios en tu vida?
Quiero compartirles una frase que encontré de un hombre que se llama Leonard Ravenhill, que dice:
“El mayor milagro en el mundo, es cuando Dios toma a un hombre NO santo de un mundo NO santo, cambia este hombre NO santo en un hombre SANTO, lo coloca de nuevo en un mundo NO santo y LO MANTIENE SANTO
Comparto absolutamente esta declaración. Sin duda hermanos, este es el mayor milagro que puede ocurrir en la vida de un hombre o mujer. Pos su puesto que los milagros son reales, por ejemplo uno de los mayores milagros que ocurrió hace miles de años, fue la creación del mundo y del universo, donde la ciencia cada vez más habla sobre un “Diseñador”, “Todopoderoso”, “Inteligente” que de la nada creo todo. Luego hace cerca de 2.000 años, ocurrió otro milagro aún mayor que la creación, y fue la muerte y resurrección de Cristo entre los muertos, donde toda nuestra fe cristiana se fundamenta en la resurrección, pues como Pablo lo afirma en una de sus cartas, sin resurrección vana es nuestra fe.
Personalmente, creo que después de la resurrección de Cristo, el mayor milagro que puede ocurrir en la vida del ser humano, mayor que la creación es que, Dios decide de manera sobrenatural cambiar a este hombre NO santo, de naturaleza pecaminosa, corrupta, con un corazón que sólo se inclina a hacer el mal, lleno de maldad, perversidad, mentira, engaño, falta de perdón, con inmoralidad sexual, avaricia, engaños, borracheras, vicios, hábitos destructivos, orgullo, dureza de corazón, que busca, ama, desea, tolera, negocia, anhela, gusta y abraza el pecado, en un hombre SANTO que ha nacido de nuevo.
Es de esto que hoy quiero compartir, sobre las Evidencias del Nuevo Nacimiento. Y para esto vamos a buscar en nuestras Biblias el libro de que habla sobre este asunto. Vamos, con la dirección de Dios por medio de Su Espíritu, a ver este tema que es de vital importancia, y que prima como una doctrina fundamental de la Biblia como lo es la salvación, la fe, la justificación y demás.
Juan 3.1–5 RVR60
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Juan 3.1–8 RVR60
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.8 El viento sopla de donde quiere, y oyes su sonido; mas ni sabes de dónde viene, ni a dónde va; así es todo aquel que es nacido del Espíritu.
Juan 3.1–7 RVR60
1 Había un hombre de los fariseos que se llamaba Nicodemo, un principal entre los judíos.2 Este vino a Jesús de noche, y le dijo: Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro; porque nadie puede hacer estas señales que tú haces, si no está Dios con él.3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.6 Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es.7 No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo.
Quiero que por favor mantengamos este pasaje en nuestras Biblias, y lo que vamos hacer es ver lo que Jesús nuestro Señor, hablo sobre el nuevo nacimiento, y que a la luz de la Palabra de Dios, cada uno de estas evidencias que hoy vamos a ver, podamos preguntarnos sinceramente si mi vida las refleja.

1. ¿Quieres ver el Reino de Dios?

Veamos lo que dice el versículo 3 otra vez:
Juan 3.3 RVR60
3 Respondió Jesús y le dijo: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de nuevo, no puede ver el reino de Dios.
Juan 3.7 NVI
7 No te sorprendas de que te haya dicho: “Tienen que nacer de nuevo.”
Antes de responder está pregunta, quiero ponerlos en contexto con este pasaje. Vemos aquí a Nicodemo con Jesús conversando en la noche sobre este asunto tan importante. Pero pensemos quién era Nicodemo, un “Fariseo” principal entre los judíos. Un fariseo era una persona separatista, ellos se apegaban a la ley mosaica, y eran hombres que voluntariamente habían decidido separarse para obedecer con fervor la ley de Dios. Sin embargo, fue un grupo religioso y político de la época, que se caracterizo por una aparente piedad, pero en realidad eran hombres religiosos, los cuales Cristo reprendió fuertemente. Nicodemo pertenecía al sanedrín, pues era un principal entre los judíos, y este grupo del sanedrín, era como la especie de un congreso para nosotros, que legislaban al pueblo y lo gobernaban, bajo el yugo romano.
Con esto en mente, ahora pensemos en la pregunta: ¿Quieres ver el reino de Dios? Es una pregunta simple, a la cual la mayoría de personas sin importar su denominación religiosa, respondería que sí. Incluso nosotros también lo haríamos. Sin embargo pensemos bien en la pregunta:
¿Quieres ver el reino de Dios?. La respuesta probablemente sería sí. Y si es sí, ahora pregunto:
¿Podemos ver el reino de Dios por nosotros mismos? La respuesta es no! No podemos, a menos que:… que dice el texto, que nazcamos de Nuevo.
Qué significa nacer de nuevo. Un hombre que se llama Henry Scougal, lo definió de manera sencilla:
El Nuevo Nacimiento es la “Vida de Dios trazada en el alma de un hombre”.
Esta Palabra “Nacer de nuevo”, tiene dos significados importantes en el idioma original:
Ser concebido otra vez: Quiero preguntarles: ¿Si Dios nos da la oportunidad de volver a comenzar de cero, tomaríamos esa oportunidad? Imaginen borrar todo nuestro pasado, empezar una nueva historia, ¿lo haríamos?. Este es lo que Dios hace en nosotros cuando hemos nacido de nuevo, en otras palabras significa: “Limpieza interna y renovación de la naturaleza humana por el Espíritu Santo. La condición espiritual de la humanidad se transforma de una disposición de pecado a una de una nueva relación con Dios (). La regeneración implica tanto la restauración moral como la recepción de una nueva vida. La idea de regeneración se expresa como renacimiento: nacer de nuevo
Ser concebido desde arriba: ahora este nuevo nacimiento no ocurre por nuestra propia voluntad, el nuevo nacimiento que es producido en el hombre por el Espíritu de Dios viene o es concebido desde arriba. No es en mis fuerzas que digo, sí voy a nacer de nuevo y lo voy a hacer desde este momento, NO es así. Somos concebidos desde el cielo y reformados por una fuente sobrenatural que es la gracia de Dios por medio del poder del Espíritu Santo que opera en cada creyente que ha confiado su alma a la obra redentora del Señor Jesús en la Cruz.
Leamos dos pasajes para entender esto que acabo de decir, vamos a:
Juan 1.12–13 RVR60
12 Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; 13 los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
Somos engendrados por la voluntad de Dios. // El siguiente pasaje es:
1 Pedro 3.1 RVR60
1 Asimismo vosotras, mujeres, estad sujetas a vuestros maridos; para que también los que no creen a la palabra, sean ganados sin palabra por la conducta de sus esposas,
1 Pedro 1.3 NVI
3 ¡Alabado sea Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo! Por su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo mediante la resurrección de Jesucristo, para que tengamos una esperanza viva
Es Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo que por Su gran misericordia nos ha hecho nacer de nuevo. Entendemos entonces que este nuevo nacimiento no es producido por nuestras propias fuerzas o voluntad, sino que proviene de lo alto, como lo dijo el Señor Jesús en:
Juan 3.31 RVR60
31 El que de arriba viene, es sobre todos; el que es de la tierra, es terrenal, y cosas terrenales habla; el que viene del cielo, es sobre todos.
Jn 3.
Ahora, la pregunta a esta primera evidencia, podríamos darle respuesta diciendo que SÍ. Sí queremos ver el reino de Dios, sin embargo surge otra pregunta, que es:
¿Podemos ver el reino de Dios?
La respuesta es NO. Humanamente hablando, aunque queramos en nuestra mente, corazón y en nuestras fuerzas ver el reino de Dios, realmente NO SOMOS APTOS, y no somos capaces de verlo. ¿Por qué? La Palabra de Dios nos da la respuesta. En:
2 Corintios 4.4 RVR60
4 en los cuales el dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos, para que no les resplandezca la luz del evangelio de la gloria de Cristo, el cual es la imagen de Dios.
Antes de conocer a Cristo, nuestro entendimiento estaba cegado, no podíamos ver. Y como hombres naturales:
1 Corintios 2.14 RVR60
14 Pero el hombre natural no percibe las cosas que son del Espíritu de Dios, porque para él son locura, y no las puede entender, porque se han de discernir espiritualmente.
2 Corintios 5.10 RVR60
10 Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo.
A Nicodemo le sucedió esto, lo podemos ver en su respuesta que esta en versículo 4:
Juan 3.4 RVR60
4 Nicodemo le dijo: ¿Cómo puede un hombre nacer siendo viejo? ¿Puede acaso entrar por segunda vez en el vientre de su madre, y nacer?
Pensaba que era un absurdo volver a nacer físicamente en el vientre de una madre, siendo ya viejo. No comprendía realmente a lo que Cristo se estaba refiriendo.
Una segunda evidencia de que hemos nacido de nuevo es:

2. NACER DEL AGUA Y DEL ESPÍRITU:

Lo encontramos en el siguiente versículo:
Juan 3.5 RVR60
5 Respondió Jesús: De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios.
Una vez más el Señor hace la declaración: “de cierto, de cierto te digo”. Una vez más Cristo quiere hacer énfasis a esta afirmación fundamental en la vida de todo creyente. NACER DE AGUA Y DEL ESPÍRITU. Notemos aquí varias cosas:
Ahora bien, vamos a ver las evidencias de un hombre o mujer que ha nacido de Nuevo. Por favor acompañen me a y luego a la primera Carta de Juan, para ver las Evidencias del Nuevo Nacimiento:
2 Corintios 13.5 RVR60
5 Examinaos a vosotros mismos si estáis en la fe; probaos a vosotros mismos. ¿O no os conocéis a vosotros mismos, que Jesucristo está en vosotros, a menos que estéis reprobados?
Lo que vamos hacer es Evaluarnos, examinarnos para saber sí estamos en la fe:

1. COMUNIÓN CON DIOS:

1 Juan 1.5–6 NTV
5 Este es el mensaje que oímos de Jesús y que ahora les declaramos a ustedes: Dios es luz y en él no hay nada de oscuridad. 6 Por lo tanto, mentimos si afirmamos que tenemos comunión con Dios pero seguimos viviendo en oscuridad espiritual; no estamos practicando la verdad.
1 Juan 1.5 RVR60
5 Este es el mensaje que hemos oído de él, y os anunciamos: Dios es luz, y no hay ningunas tinieblas en él.
Esto significa cuando nos identificamos como cristianos, decimos que somos salvos, pero seguimos viviendo o andando en tinieblas, el Señor dice que somos mentirosos. No lo digo yo, es la Palabra de Dios. Y tal vez podamos decir: pero nadie sabe como es mi relación con Dios, nadie sabe cómo es mi corazón. Y en realidad hoy le pido hermano que a la luz de estas verdades de la Palabra de Dios olvidemos lo que sentimos en el corazón, pues el corazón es más engañoso que todas las cosas, y a la luz de la palabra de Dios podamos vernos al espejo y examinar nuestro vida, tal como es de puertas para fuera de este local. Porque aquí somos hermanos y compartimos, pero al salir de este lugar y en cada contexto en el que vivimos a diario, nos vemos tal cual somos sin apariencia delante de Dios.
Si nuestro estilo de vida, nuestro carácter, nuestra manera de ser no refleja el amor de Dios, Su carácter, Sus atributos, al decir que somos cristianos, realmente somos mentirosos. Esta es una declaración seria hermanos. Pero es el Señor quien la hace para nuestras vidas hoy.

2. SENSIBLES AL PECADO EN MI VIDA:

1 Juan 1.8–9 RVR60
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.9 Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados, y limpiarnos de toda maldad.
1 Juan 1.8 RVR60
8 Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos, y la verdad no está en nosotros.
Como creyentes somos suceptibles a pecar, pues nuestro viejo hombre sigue ahí. Sin embargo que tan sensibles somos a nuestro pecado. ¿Huimos de él o lo queremos resistir?, ¿Somos sensibles o simplemente hemos endurecido nuestros corazones al pecado, al punto que nos parece normal mentir, robar, juzgar, hacer chistes de doble sentido, una vida de oración mediocre e inconstante?
¿Nuestro pecado nos quebranta al punto que lloramos por la forma tan vil que le fallamos a nuestro Señor?
Hermanos, si nuestro pecado no genera en nosotros el más mínimo sentir de quebrantamiento o llanto, es muy probable que seamos INSENSIBLES AL PECADO.
Ahora, ¿cómo nos hacemos insensibles al pecado?: la respuesta es que cada uno evalue qué tiempo le dedica a Dios en el día, y qué tiempo dedicamos llenando nuestra mente y corazón de redes sociales, T.V., series de Netflix, peliculas, deportes, trabajo, relaciones toxicas, amistades que te quieren llevar fuera de los propósitos de Dios.
Nuestra actitud debe ser la que Dios quiere y espera: pobre y humilde de espíritu y que temblemos ante Su Palabra:
Isaías 66.2 RVR60
2 Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

3. COMUNIÓN CON SU PALABRA

1 Juan 2.3 RVR60
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.
1 Juan 2.3–4 RVR60
3 Y en esto sabemos que nosotros le conocemos, si guardamos sus mandamientos.4 El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él;
Si perseveramos en la obediencia a Sus mandatos, sabemos que le conocemos”. Pero cuando no hacemos esto, una vez más somos mentirosos y la verdad no esta en nosotros.
Ahora, aquí la expresión “… guardar sus mandamientos” no hace referencia a una vida perfecta sin pecado. Lo que está diciendo es que, para ilustrarlo de esta manera, sí hoy grabaramos todo lo que su mente piensa, todo lo que su corazón siente y lo que sus ojos ven: ¿habría un profundo deseo por obedecer y conocer los mandamientos de Dios, amarle, pensar lo que Él piensa, sentir lo que Él siente en cuanto al pecado?
La manera en que podemos saber que estamos guardando Sus mandamientos, es cuando en nosotros hay deseo ferviente por conocer Su Palabra y ponerla por obra. De esta manera en realidad sabemos que nosotros le conocemos.

4. IMITAR A CRISTO

1 Juan 2.6 RVR60
6 El que dice que permanece en él, debe andar como él anduvo.
1 Jn 2
Una manera en qué podemos entender esto, es recordar nuestra niñez, y cuando teníamos entre 8 a 14 años, en algún momento de ese tiempo, la mayoría de nosotros tenía una persona o profesión que quería llegar a ser, verdad? Decíamos algo así como: yo quiero llegar a ser como mi papá, mamá, un hermano, o hermana, o un artista, o deportista, o cantante, o profesión etc. Este era un deseo muy grande que teníamos en nuestro corazón, y soñabamos con llegar a ser esa persona que nos asombraba, que admirabamos y que idolatrabamos.
Ahora, que somos adultos: ¿Cuál es el mayor deseo en nuestro corazón? ¿Andar o vivir com Cristo anduvo o vivió?
Andar o vivir com Cristo anduvo o vivió?
O por el contrario ¿estamos deseando caminar como mi amigo, novio, padre, u otra persona que admiremos tanto? ¿Estamos desando caminar como el mundo y actuar como el mundo y hablar como el mundo y hacer amistades y tesoros con el mundo?

5. AMOR REAL Y PRÁCTICO POR OTROS CREYENTES

1 Juan 2.9 RVR60
9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
1 Juan 2.11 RVR60
11 Pero el que aborrece a su hermano está en tinieblas, y anda en tinieblas, y no sabe a dónde va, porque las tinieblas le han cegado los ojos.
1 Juan 2.9–10 RVR60
9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.10 El que ama a su hermano, permanece en la luz, y en él no hay tropiezo.
1 Juan 2.9 RVR60
9 El que dice que está en la luz, y aborrece a su hermano, está todavía en tinieblas.
Nuestro amor por otros creyentes debe ser tan grande, que debemos estar dispuestos a arriesgar nuestra propia vida, comodidad y sacrificar tiempo para ayudar, cuidar y servirlos.
De manera práctica debemos preguntarnos:
¿A cuántos hermanos estamos sirviendo? ¿A cuántos hermanos estamos compartiendo les la Palabra de Dios por medio de un devocional, o un discipulado? ¿Por cuántos hermanos estamos orando diariamente?
El hacer estas cosas es amar a nuestros hermanos. No sólo somos hermanos en Cristo en estas dos horas que estamos acá, debemos serlo durante la semana. Llamarnos, escribirnos, visitarnos, orar juntos, compartir un mercado o simplemente escucharnos.

6. ¿AMAS MÁS EL MUNDO?

1 Juan 2.15 RVR60
15 No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él.
¿Qué es el mundo?: TODO aquello que no proviene de Dios, en esta creación caída que va en contra de los mandamientos de Dios. Aquí encaja la música, bienes materiales, la posición social, deseos, placeres, lujuria, chismes, mentiras, engaños, chistes de doble sentido, conversaciones triviales, programas de T.V, redes sociales, series de TV, pasiones desordenadas, pensamientos humanistas que solo quieren resaltar a la criatura antes que al Creador.
En dónde estamos haciendo nuestros tesoros: ¿en el cielo, en las cosas eternas que no se ven y que son insipidas para la carne, o estamos haciendo tesoros en la tierra, acumulando riquezas, amando las cosa que a nuestra carne son deseables, placenteras y aparentemente satisfactorias?
¿AMAMOS AL MUNDO QUE CLAVO A CRISTO EN UN MADERO?

7. PRACTICAR JUSTICIA

1 Juan 2.29 RVR60
29 Si sabéis que él es justo, sabed también que todo el que hace justicia es nacido de él.
1 Juan 2.22 RVR60
22 ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Este es anticristo, el que niega al Padre y al Hijo.
1
Justicia es todo lo que se conforma a la ley y naturaleza de Dios. Hacer justicia implica que nosotros estamos viviendo la ley de Dios, estamos practicando Sus mandamientos. Para practicar Su justicia, debemos conocer acerca de esa justicia. Porque cómo vamos a vivir algo que no conozco. ¿Cuál es nuestra relación con Su Palabra?
Cuando vemos los mandamientos de la ley de Dios como una carga, realmente no hemos comprendido el propósito de Cristo en la cruz. Pues Su Palabra dice que los mandamientos de Dios no son gravosos, sino que son un gozo, un deleite.

8. DIOS NOS LLAMA A PURIFICARNOS

1 Juan 3.3 RVR60
3 Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro.
No solo Dios nos ha santificado en Cristo, Él nos llama a nosotros para que nos esforcemos en ser santos. Él nos llama a purificarnos a nosotros mismos.
¿De qué manera nos estamos purificando hermanos? Porque estamos llenos de inmundicia, como consecuencia de nuestro viejo hombre viciado, que entre otras cosas, muchas veces lo seguimos alimentado por una falta de sensibilidad hacía el pecado.
¿Cómo sabemos que estamos esperando en Él, o que tenemos esperanza en Él? Porque nos estamos purificando, apartando, santificando. No como algo que pueda hacer plenamente en mis propias fuerzas, sino es gracias a la obra del Espíritu Santo que nos ayuda a purificarnos, a esforzarnos por la Santidad.
Una manera de purificarnos, o de santificarnos en en la Verdad:
Juan 17.17 RVR60
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.

CONCLUSIÓN:

1 Jn 5.
1 Juan 5.12 RVR60
12 El que tiene al Hijo, tiene la vida; el que no tiene al Hijo de Dios no tiene la vida.
Lo que hoy hemos compartido es para llegar a esta conclusión mis hermanos:
LA SEGURIDAD DE NUESTRA SALVACIÓN. DE QUÉ HEMOS NACIDO DE NUEVO, no por nuestra propia voluntad, sino por la voluntad de Dios, del cielo.

Evidentemente, el cambio que nuestro Señor declara aquí necesario para la salvación no es superficial ni ligero. No es una mera reforma, una corrección, un cambio moral o una alteración exterior de la vida. Es un profundo cambio del corazón, de la voluntad y del carácter. Es una resurrección. Es una nueva creación. Es pasar de muerte a vida. Es la implantación en nuestros corazones de un nuevo principio procedente de lo alto. Es dotar de existencia a una nueva criatura, con una nueva naturaleza, nuevos hábitos de vida, nuevos gustos, nuevos deseos, nuevos apetitos, nuevos juicios, nuevas opiniones, nuevas esperanzas y nuevos temores. No es nada más ni nada menos que esto lo que está implicado cuando nuestro Señor declara que todos necesitamos “nacer de nuevo”.

Hermanos, esto que he compartido, claro que lo examino a la luz de la Palabra de Dios en mí vida, en mis relaciones, en mi trabajo, en mi familia, en mi noviazgo, en el ministerio, en Su iglesia, y en esta sociedad y mundo en el que vivo, y tengo que decir que hay muchas cosas en las que fallo. Sin embargo, por la gracia de Dios, le suplico a Él me ayude a esforzarme para no seguir en ese mismo estilo de vida, que practica el pecado en una comunión con Dios tan superficial, insensible a mi pecado, alejado de Su Palabra, imitando a otros menos a Cristo, indiferente a mis hermanos y amando más al mundo para no esforzarme en Su santidad; y con esa misa gracia poder tener la certeza de que no sólo he nacido de nuevo, sino que también tengo al Hijo, tengo a Cristo, y por ende la vida eterna.
Por favor hermanos, necesitamos salir, abandonar y darle la espalda a ese cristianismo mediocre, reciclado y pobre que llevamos, para examinar nuestra vida y evaluarnos, para saber sí realmente estamos en la fe; porque es posible que ni siquiera hayas nacido de nuevo y vengas aquí los domingos, o los sábados, o los jueves, o incluso sirvas en algún ministerio o participes de alguna actividad de la iglesia, pero si no has nacido de nuevo, serás completamente incapaz de ver el reino de Dios, y menos de poder acceder a Él.
Si descubres, que no estás viviendo nada de esto, hoy es tu día de salvación para que de manera seria e intencional le entregues tu vida a Cristo confesando tus pecados y arrepintiendo te.
Y para aquellos que estamos en esa lucha y perseverancia quiero que sepan esto:
El solo hecho de que luchemos con la situación de que no estamos amando a Dios lo suficiente, es evidencia de como hemos nacido de nuevo.
El hecho de que veamos nuestra propia vida, y nos demos cuenta de que no es tan santa y justa como quisiéramos, y que esto nos moleste, es evidencia de que somos creyentes.
El hecho de que el Espíritu Santo nos inquieta, es evidencia de que le conocemos.
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