Una Fotografía Del Hombre Bienaventurado
UN RETRATO DEL HOMBRE BIENAVENTURADO
Salmo 1:1–6
Este salmo es una especie de “frontispicio” de todos los salmos.
Es mesíanico por presentarnos al hijo del Hombre ideal: Jesús.
Tiene su lugar en el Nuevo Testamento por la nota del sermón de la montaña.
El Señor repite ocho veces “bienaventurado”, la base de la justicia.
Al alejarse de la tierra y ya resucitado vuelve a repetirla (Luc. 24:51).
Y desde el cielo vuelve a decir la palabra al fin del Apoc. 22:14.
I. EL HOMBRE JUSTO EN CONTRASTE CON EL INJUSTO
En la distancia se vislumbra la figura del hombre injusto.
Su dirección hacia abajo se señala en forma dramática en tres climax.
1. Por los tres pasos de maldad, malos, pecadores y escarnecedores.
No ama a Dios. No piensa en la eternidad. No es salvo. No hay vida.
2. Por las tres palabras, consejo, camino y silla.
Consejo es ejemplo, principios, conversación, idea de cosas.
Camino trata de la conducta; y silla es que se acomodó.
3. Por sus tres acciones: anduvo, estuvo y se sentó.
Un curso inestable, del lado del mal y ya no le pesa.
Un alud va adquiriendo volumen y fuerza a medida que desciende.
II. ALGUNAS CARACTERISTICAS DEL HOMBRE JUSTO
Su delicia es la Ley de Jehová, está su vida conforme en el Señor.
Algunos obedecen por obligación pero éste por deleite. No es igual.
En el Antiguo Pacto decían “Tenemos que hacerlo.” El Nuevo Pacto, “Queremos hacerlo.”
Nos deleitamos en la Ley del Señor, Dios la escribe en nuestros corazones.
Servir sin pleno consentimiento del corazón no es adecuado.
El árbol frutal no sólo es hermoso, sino fértil y útil.
No cae su hoja, habla de permanencia, no de vida raquítica.
III. LA BIENAVENTURANZA DEL HOMBRE JUSTO
1. Lo es en lo que se libra. Desdicha del malo, pecador, escarnecedor.
2. En lo que abraza, la Ley del Señor, todo le hará feliz.
3. Lo es en esta vida, plantado junto a los ríos del Espíritu Santo.
4. Lo es en el futuro, prospera, no vive en vano; termina lo que empieza.
5. Lo es porque goza de la aprobación de Dios. El nos conoce. (6).
Es lo suficiente para toda la felicidad y éxito de cualquiera.
Artista pintará una rosa, pero sin fragancia. Pintura sin vida.
Imitar a Cristo es una mera rosa pintada, sin fragancia.
Pero “naciendo junto al arroyo”, Cristo en nosotros, hay vida.