Desiciones cruciales del hombre y permisiones inescrutables de Dios

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INTRODUCCIÓN

Hay cosas que no siempre entendemos
Hoy veremos una de ellas

I: PROSPERIDAD Y FIDELIDAD DE JOSÍAS

2º Reyes 22.1–2 RVR95BTO
Cuando Josías comenzó a reinar tenía ocho años de edad, y reinó en Jerusalén treinta y un años. El nombre de su madre era Jedida, hija de Adaía, de Boscat. Hizo lo recto ante los ojos de Jehová y anduvo en todo el camino de David, su padre, sin apartarse a derecha ni a izquierda.
El hallazgo del libro de la ley (22:3)18 años de reinado + 8 años = 26 años, vinieron grandes reformas:
2 Reyes 22:1-2
2º Reyes 22.18–20 RVR95BTO
Pero al rey de Judá, que os ha enviado a consultar a Jehová, le diréis: ‘Así ha dicho Jehová, el Dios de Israel: Por cuanto oíste las palabras del libro y tu corazón se enterneció y te has humillado delante de Jehová al escuchar lo que yo he dicho contra este lugar y contra sus habitantes, que serán asolados y malditos, y por haberte rasgado los vestidos y haber llorado en mi presencia, también yo te he oído, dice Jehová. Por tanto, haré que te reúnas con tus padres: serás llevado a tu sepulcro en paz y tus ojos no verán ninguno de los males que yo traigo sobre este lugar’ ”». Y ellos llevaron la respuesta al rey.
2 R 22:
2º Reyes 23.2 RVR95BTO
Luego el rey subió a la casa de Jehová con todos los hombres de Judá y todos los habitantes de Jerusalén, los sacerdotes, los profetas y todo el pueblo, desde el más pequeño hasta el más grande. Allí leyó en voz alta todas las palabras del libro del pacto que había sido hallado en la casa de Jehová.
2º Reyes 23.4–5 RVR95BTO
El rey mandó al sumo sacerdote Hilcías, a los sacerdotes de segundo orden y a los guardianes de la puerta, que sacaran del templo de Jehová todos los utensilios que habían sido hechos para Baal, Aserá y todo el ejército de los cielos. Los quemó fuera de Jerusalén, en el campo del Cedrón, e hizo llevar sus cenizas a Bet-el. Después quitó a los sacerdotes idólatras que habían puesto los reyes de Judá para que quemaran incienso en los lugares altos de las ciudades de Judá y en los alrededores de Jerusalén, así como a los que quemaban incienso a Baal, al sol y a la luna, a los signos del zodíaco y a todo el ejército de los cielos.
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2º Reyes 23.7 RVR95BTO
Además derribó los lugares de prostitución idolátrica que estaban en la casa de Jehová, en los cuales tejían las mujeres tiendas para Aserá.
2º Reyes 23.11 RVR95BTO
Quitó también los caballos que los reyes de Judá habían dedicado al sol a la entrada del templo de Jehová, junto a la habitación de Natán-melec, el eunuco, el cual tenía a su cargo los ejidos, y quemó los carros del sol.
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2º Reyes 23.21–23 RVR95BTO
Entonces el rey ordenó a todo el pueblo: «Celebrad la Pascua a Jehová, vuestro Dios, conforme a lo que está escrito en el libro de este pacto». No había sido celebrada tal Pascua desde los tiempos en que los jueces gobernaban a Israel, ni en todos los tiempos de los reyes de Israel y de los reyes de Judá. En el año dieciocho del rey Josías se celebró aquella Pascua a Jehová en Jerusalén.
No hubo otro Rey
2 Rey 23:25
2º Reyes 23.25 RVR95BTO
No hubo otro rey antes de él que se convirtiera a Jehová con todo su corazón, con toda su alma y con todas sus fuerzas, conforme a toda la ley de Moisés, ni después de él nació otro igual.

II: LO INCOMPRENSIBLE

2º Reyes 23.28–29 RVR95BTO
Los demás hechos de Josías, y todo lo que hizo, ¿no está todo escrito en el libro de las crónicas de los reyes de Judá? En aquellos días el faraón Necao, rey de Egipto, subió hacia el río Éufrates al encuentro del rey de Asiria. Contra él salió el rey Josías; pero en cuanto aquel lo vio, lo mató en Meguido.
2 Re
En crónicas se dan más detalles
2º Crónicas 35.20–27 RVR60
Después de todas estas cosas, luego de haber reparado Josías la casa de Jehová, Necao rey de Egipto subió para hacer guerra en Carquemis junto al Eufrates; y salió Josías contra él. Y Necao le envió mensajeros, diciendo: ¿Qué tengo yo contigo, rey de Judá? Yo no vengo contra ti hoy, sino contra la casa que me hace guerra; y Dios me ha dicho que me apresure. Deja de oponerte a Dios, quien está conmigo, no sea que él te destruya. Mas Josías no se retiró, sino que se disfrazó para darle batalla, y no atendió a las palabras de Necao, que eran de boca de Dios; y vino a darle batalla en el campo de Meguido. Y los flecheros tiraron contra el rey Josías. Entonces dijo el rey a sus siervos: Quitadme de aquí, porque estoy gravemente herido. Entonces sus siervos lo sacaron de aquel carro, y lo pusieron en un segundo carro que tenía, y lo llevaron a Jerusalén, donde murió; y lo sepultaron en los sepulcros de sus padres. Y todo Judá y Jerusalén hicieron duelo por Josías. Y Jeremías endechó en memoria de Josías. Todos los cantores y cantoras recitan esas lamentaciones sobre Josías hasta hoy; y las tomaron por norma para endechar en Israel, las cuales están escritas en el libro de Lamentos. Los demás hechos de Josías, y sus obras piadosas conforme a lo que está escrito en la ley de Jehová, y sus hechos, primeros y postreros, he aquí están escritos en el libro de los reyes de Israel y de Judá.
“después de estas cosas” (v.20)

Después de todas estas cosas. Esto fue 13 años después de la pascua de Josías, en su 18.° año (vers. 19), puesto que él reinó 31 años (cap. 34:1). Está casi completamente en blanco la historia de Judá durante este período de 13 años. Se puede tener alguna idea de las condiciones de este período por los libros proféticos de entonces, como los de Jeremías, Habacuc y Sofonías.

21. Deja de oponerte a Dios. Estas palabras son notables por haber sido pronunciadas por un rey pagano a un rey de Judá que era siervo del Dios viviente. En este caso, Dios hablaba a Josías por medio de Necao, como se ve por el vers. 22.

Era una ocasión cuando el valor debería haber sido superado por la prudencia, y cuando Josías habría mostrado más sabiduría si hubiera reconocido un mensaje de Dios en las palabras de Necao (ver com. vers. 22).

Se disfrazó. Compárese con la conducta similar de Acab en la guerra contra Siria (1 Rey. 22:30).

Volver con su ejército hubiera sido humillante, así que continuó
EGW, Conflicto de los siglos, 517: “Con todo, la inteligencia limitada de los hombres resulta inadecuada para comprender los planes del Dios infinito. Nuestras investigaciones no nos harán descubrir jamás las profundidades de Dios. No debemos intentar con mano presuntuosa levantar el velo que encubre su majestad. El apóstol exclama: “¡Cuán incomprensibles son sus juicios, e inescrutables sus caminos!” . No obstante podemos comprender lo bastante su modo de tratar con nosotros y los motivos que le hacen obrar como obra, para reconocer un amor y una misericordia infinitos unidos a un poder sin límites. Nuestro Padre celestial dirige todas las cosas con sabiduría y justicia, y no debemos vivir descontentos ni desconfiados, sino inclinarnos en reverente sumisión. Él nos revelará sus designios en la medida en que su conocimiento sea para nuestro bien, y en cuanto a lo demás debemos confiar en Aquel cuya mano es omnipotente y cuyo corazón rebosa de amor.”
(Manuscrito 163, 1903): “Y debido a esto, lo mataron en la batalla, una batalla con la que no debería haber tenido nada que ver. El hombre que había sido tan grandemente honrado por el Señor, no honró la palabra de Dios. El Señor había hablado a su favor, predijo cosas buenas para él; y Josiah se volvió seguro de sí mismo, y no prestó atención a la advertencia. Él fue en contra de la palabra de Dios, eligiendo seguir su propio camino, y Dios no pudo protegerlo de las consecuencias de su acto.
En este día nuestros hombres eligen seguir sus propios deseos y su propia voluntad. [BC, vol. 2, p. 1040] ¿Podemos sorprendernos de que haya tanta ceguera espiritual”
EGW, Conflicto de los siglos, 345 “Si bien es cierto que la inteligencia de los hombres no es capaz de penetrar en los consejos del Eterno, ni de comprenderenteramente el modo en que se cumplen sus designios, el hecho de que le resulten tan vagos los mensajes del cielo se debe con frecuencia a algún error o descuido de su parte. A menudo la mente del pueblo—y hasta de los siervos de Dios—es ofuscada por las opiniones humanas, las tradiciones y las falsas enseñanzas de los hombres, de suerte que no alcanzan a comprender más que parcialmente las grandes cosas que Dios reveló en su Palabra.”
En todo, siempre hubo un factor humano, una falla, pero esta no incumple ni va más allá de los designios de Dios.
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