UNA VISIÓN QUE TRANSFORMA

VISIÓN: 1. Es proyectar lo que quieres y estar dispuesto a pagar el precio para lograrlo; 2. Visión, es la idea de Dios puesta en la mente del hombre, para que éste la ejecute; 3. Es un cuadro del presente y del futuro que te produce pasión por alcanzarlo.

¡Visión! Palabra que escuchamos en cada reunión ministerial, congresos y diversas actividades de nuestra iglesia. Sin embargo, también se escucha en el mundo secular dándole una enorme importancia para la conquista de sueños meramente humanos; no digo que estos sean malos, sino que no trascienden a la eternidad celestial, pues solamente se enfocan en la superación personal y material en medio de un mundo decadente y meramente fugaz. ¿Qué es visión?

Nuestra visión debe ser diferente, nos debe llevar a dejar huella para la eternidad; debe llevarnos a motivar a otros a ser visionarios en medio de una humanidad carente de visión, a no ser uno más del montón.

El apóstol Pablo, en Romanos 12:2 nos presenta un mundo que con sus criterios, normas, modelos de vida y valores hechos a su manera de pensar, busca formar al ser humano a su imagen y semejanza, quien alejado de Dios, cae en la poderosa influencia de la sociedad presente y queda esclavizado para vivir a la manera del mundo, con sus valores, creencias e ideologías huecas y falsas, vendidas como grandes verdades para vivir una vida feliz y plenamente realizada.

Vivimos en un mundo que presume ser visionario, donde las grandes empresas y las grandes ciudades tienden a opacar la visión que Dios le dio a su Iglesia, haciéndola ver como anticuada y sin poder alguno para este siglo. Ante esto, Pablo nos presenta una nueva manera de vivir por medio de una mentalidad renovada, donde el ser humano logra ser una persona trasformada a los propósitos, voluntad y VISIÓN de Dios: a imagen y semejanza de Cristo.

¿Restaremos importancia a la visión que nace en el corazón de Dios ante poniendo la nuestra? ¿Nos esforzaremos por alcanzar nuestros sueños y olvidaremos los sueños de nuestro Dios?

PROPOSICIÓN.- Necesitamos Una Visión Que Transforme nuestras vidas; y esto no es adquirir y transmitir conocimiento o ideas de cómo elaborar un plan de trabajo. Esta visión no nace en la mente humana, sino en el corazón de Dios.

O. TRANCISIONAL.- Isaías tuvo una visión que transformó su vida. Veamos cuatro características de ésta visión:

I. LA VISIÓN SE DA EN UN TIEMPO ESPECÍFICO. V.1a

1. Cuando Murió el Rey Uzías

a) No fue cuando él quiso, ni por que lo haya deseado

b) Acontecen en momentos críticos de nuestro caminar.

2. Este es el Tiempo en que Dios Quiere Transmitir su Visión.

a) La visión que transforma nuestra vida (mente, carácter)

b) Que nos mueva a prepararnos para su encuentro

c) La visión que nos lleva alcanzar a los perdidos

Esta VISIÓN, comienzan en el lugar secreto, en nuestras experiencias con Dios. Acompañan manifestaciones sobrenaturales, tales como visión de Dios, milagros, y voces audibles a nuestro oído espiritual. Nos llevan al arrepentimiento y confesión de pecado. Resultan en una consagración al servicio: "Heme aquí, envíame a mí."

II. FUE UNA VISIÓN HACIA ARRIBA. V.1b

1. Pudo Mirar su Gloria, su Poder, su Santidad

a) Santidad, una palabra ignorada por las masas

b) Santidad, una palabra usada sin contexto.

2. Isaías Comprendía Bien: Sin Santidad Nadie Vera al Señor

a) Allí su corazón empieza a ser transformado

III. FUE UNA VISIÓN HACIA ADENTRO. V.5

1. Reconoce Su Condición Pecaminosa El énfasis recae sobre “los labios”

a) Por la razón de que éstos dan a conocer la corrupción interna del hombre caído

b) Por nuestras palabras seremos justificados o condenados.

c) Una muerte segura

2. En su Confesión Recibió en Perdón Divino

a) No fue el carbón, Dios lo limpió

b) por el fuego del amor divino.

IV. FUE UNA VISIÓN HACIA AFUERA. V.8

1. Visión Que Nació en el Corazón de Dios

a) Dios vio a la nación descarriada y desamparada

b) Fue Dios quien quería enviar un mensajero a su pueblo

2. Esta Visión Transformó la Vida de Isaías

a) La recibió y la aceptó

b) Isaías no se resistió al llamado de Dios

CONCLUSION.-

Muchas veces decimos recibir la visión de Dios, pero no la aceptamos; otras veces decimos aceptarla, pero no actuamos (es como recibir un regalo que no abrimos nunca, solo lo guardamos).

Dios nos ha dado Una Visión para transformar: nuestra vida y la vida de aquellos que nos rodean. Él ha puesto su idea en nuestra mente y nosotros somos responsables de cumplir la visión de Dios para este tiempo. Isaías tuvo una visión y tú y yo tal vez tuvimos otra, pero lo importante es que esa visión nazca en el corazón de Dios; que la abracemos y actuemos en favor de ella para gloria de nuestro Gran Dios y Salvador Jesucristo.

Digámosle al Señor en esta hora: oh Dios, dame esa visión que transforma vidas, permíteme esa experiencia que cambia la mente y el corazón de todo hombre y enséñame Señor a vivir para Ti.