Sermón sin título (9)

Ezequiel 47.1–7 RVR60

1 Me hizo volver luego a la entrada de la casa; y he aquí aguas que salían de debajo del umbral de la casa hacia el oriente; porque la fachada de la casa estaba al oriente, y las aguas descendían de debajo, hacia el lado derecho de la casa, al sur del altar. 2 Y me sacó por el camino de la puerta del norte, y me hizo dar la vuelta por el camino exterior, fuera de la puerta, al camino de la que mira al oriente; y vi que las aguas salían del lado derecho. 3 Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. 4 Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. 5 Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. 6 Y me dijo: ¿Has visto, hijo de hombre? Después me llevó, y me hizo volver por la ribera del río. 7 Y volviendo yo, vi que en la ribera del río había muchísimos árboles a uno y otro lado.

introduccion

El profeta Ezequiel (Dios fortalece), pertenecia a una familia sacerdotal, pero antes de poder ejercer, fue llevado en cautiverio a Babilonia. Al quinto a;o de su cautividad, El Se;or lo envio a la labor prof’etica. Ezequiel es el profeta que expone m[as abiertamente los pecados del pueblo de Dios, anunciando juicio. El anuncio la caida de Jerusalen y cuando sucedio, el pueblo busc[o al siervo de la profec[ia cumplida. Es en ese momento cuando Ezequiel habla con esperanza y seguridad, de la restauraci[on del pueblo de Dios.

En La porci[on le[ida, en El profeta anuncia el momento en que Jehov[a vuelve a su templo y Su gloria lo llena. El profeta Joel ya hab[ia mencionado tambi[en este momento “... correran aguas; y saldr[a una fuente de la casa de Jehov[a...” Sabemos que ambas afirmaciones apuntan al glorioso tiempo del milenio.

Pero no es el proposito de este servidor, el hacer un estudio exeg[etico del pasaje. quiero m[as bien compartir algo muy personal. Llegamos el d[ia jueves de Managua Nicaragua, por la gracia de Dios y por gentileza del pastor Torres, para asistir al programa “l[ideres transformadores”. Y que tiene que ver el programa con ? Mucho, porque en la madrugada del viernes, el Se;or me levant[o y orando, puso en mi coraz[on este pasaje. Lo le[i y orando le pregut[e: Se;or, que me quieres decir con este pasaje? Al releer el vers[iculo 3 “Y me hizo pasar” De inmediato me vi inmerso en ese rio, con el agua hasta los tobillos. el Se;or all[i me hizo recordar mis primeros pasos en el evangelio y sent[i un profundo quebrantamiento. (testimonio 1: conversi[on y pruebas)

El Se;or puso en mi coraz[on que esa afirmaci[on “Y me hizo pasar” llevaba inmersa tres verdades:

La presencia de Dios en mi vida

Dios se ocupa de m[i

La necesaria obediencia a Dios (debo ser docil a su llamado)

Y en el vers[iculo 4, despu[es de caminar 450 metros, otra vez la expresi[on: “me hizo pasar” y me mir[e con el agua hasta la rodilla y el Se;or me mostr[o otra etapa de mi vida como creyente, ya ejerciendo ministerios infantiles con mi esposa. M[as responsabilidades, m[as cambios, m[as tiempo caminando con el Se;or y, lo adivinaron! m[as batallas. (testimonio 2: primeros ministerios y pruebas)

450 metros m[as y el agua ya llegaba a los lomos (la cintura) y que helada es para un nicaraguense el agua de Huston! El agua a la cintura me mostr[o un tiempo de m[as conflictos. Mitad para el Se;or, mitad para lo secular. Y en esa tensi[on progresiva, donde el Se;or te va haciendo pasar, vas tomando decisiones y aprendiendo a depender de Dios. Y si toda tu familia camina al paso de Dios, tambi[en aprender[a a depender de Dios.

En el vers[iculo 5, el conficto fue total. Con el agua en las narices, despu[es de otros 450 metros, s[olo quedaba nadar. Fue tiempo de grandes decisiones. El Se;or me mostr[o cuando con todo en contra, sin trabajo, con familia, pero con una ayuda idonea firme y clara en los propositos de Dios, tome con firmeza los estudios teol[ogicos, hasta terminarlos. El Se;or se encarg[o de todo lo dem[as. (test. 3: estudios, ministerios, respaldo)

He sentido una carga apremiante por compartir esto con ustedes. Es posible que aqu[i se encuentren hermanos con el agua hasta el cuello y s[olo me queda decirles, Conf[ien en Dios. Obedezcan a Dios. Este es un momento de transformación mayor. Todo lo que est[a en el agua es del Se;or. 100% para Dios. Un momento de crisis, un cambio que lleva a un compromiso total: llevar frutos

Por la noche de ese mismo d[ia viernes, en el programa se realiz[o una caminata con los ojos vendados. Unidos en una s[ola fila, ibamos sujetos a una cuerda por la mano izquierda y con la mano derecha apoyada en el hombro del hermano de adelante. Cuando comenz[o la marcha, otro momento de quebrantamiento. Record[e la lectura de la madrugada. Y el Se;or me puso en una retrospectiva, todos los sucesos acaecidos en mi pa[is en ls meses de Abril a Junio. Toda la violencia donde murieron mucho j[ovenes. Y entre lagrimas y jovenes ca[idos, el Se;or me recordaba en el vers[iculo 9: “Y recibir[an sanidad, y vivir[a todo lo que entrare en este r[io” Yo caminando, en mi mente un torbellino de maldad y destrucci[on y la promesa del padre celestial. “...vivir[a todo lo que entrare en este rio” Est[a clara la misi[on: Presentar el evangelio de Jesucristo para lograr que muchas almas entren a este rio de agua viva y puedan vivir.

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