Mantenerse en el amor de Dios
Visión de la iglesia SION • Sermon • Submitted
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· 34 viewsEn medio de una sociedad donde el odio y la frialdad crecen a pasos agigantados es un desafio muy grande mantenerse en el amor de Dios
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Texto:
Texto:
Estos son los que causan divisiones y se dejan llevar por sus propios instintos, pues no tienen el Espíritu.
Ustedes, en cambio, queridos hermanos, manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe y orando en el Espíritu Santo,
mientras esperan que nuestro Señor Jesucristo, en su misericordia, les conceda vida eterna. Judas 1:19-21 (NVI)
INTRODUCCIÓN:
INTRODUCCIÓN:
En medio de una sociedad donde el odio y la frialdad crecen a pasos agigantados es un desafío muy grande mantenerse en el amor de Dios.
El amor de Dios no es un mero sentimiento, pero cuando somos llenos de su amor, se despiertan los sentimientos más profundos…!
El amor de Dios es un amor que trasciende, es un amor poderoso que rompe con todos los limites, es un amor que lo llena todo, que no deja ningún vacío, es un amor que sana, libera, salva, etc.
Y si nuestro amor hacia él, no es amor loco, apasionado, extraordinario, y jugado, es una pérdida de tiempo.
Hay demasiadas cosas mediocres en la vida. El amor a Dios no debería ser una de ellas.
La mayoría de la gente espera un amor extraordinario. Quieren enamorarse perdidamente, tener una relación única en la vida que sea apasionada y perdurable.
Ésto lo demuestran las películas más exitosas, y las novelas más vendidas, ponen de manifiesto nuestra esperanza por un gran amor.
Sin embargo, el amor más grande no nació en una película o en una novela clásica; fue escrito por Dios mismo cuando El nos creó a su imagen, y cuando al ser separados de él por el pecado, entregó a su propio Hijo en sacrificio para poder restaurar esa relación con nosotros.
Esta es la mejor historia de amor de todos los tiempos.
El amor de Dios y nuestra respuesta a ese amor, es lo que realmente importa en la vida, no hay otra cosa más importante, todo lo que hagamos por fuera de esto es heno, hojarasca y madera que serán consumidos por el fuego.
Pero la pregunta es cómo mantenerse en el amor de Dios, y la respuesta la encontramos en el mismo pasaje que leímos.
DESARROLLO:
DESARROLLO:
1. EDIFICARSE EN LA FE.
1. EDIFICARSE EN LA FE.
...manténganse en el amor de Dios, edificándose sobre la base de su santísima fe.
Este edificarse en la fe, no tiene tanto que ver con la fe personal, sino con la fe objetiva, o sea, en aquellas cosas que hemos creído que nos han enseñado y que se constituyen en nuestra fe.
edificados sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo,
Arráiguense profundamente en él y edifiquen toda la vida sobre él. Entonces la fe de ustedes se fortalecerá en la verdad que se les enseñó, y rebosarán de gratitud.
Nuestra fe está basada en lo que se nos enseñó. El fundamento de los apóstoles, la verdad que se les enseñó.
Si bien, en los dos textos que leímos lo central y lo principal es Cristo mismo, también aparecen otros que nos enseñan lo que significa edificar sobre Cristo, y si bien debemos edificar sobre Cristo que es la roca, no podremos hacerlo sin aceptar la enseñanza de aquellos que Dios usa para edificarnos.
Si uno está bien edificado en la fe, porque creyó en lo que se le enseñó, entonces no podrá dejar de amar a Dios con todo su corazón, con toda su alma y con toda su mente. Y tampoco dejará de amar a su prójimo como así mismo.
Cuando uno cree en lo que se le enseña, entonces tiene el poder para ponerlo en práctica y entonces no le será tan difícil amar aun cuando los demás estén tratando continuamente de hacerle mal.
No seas vencido de lo malo, sino vence con el bien el mal.
Cuando somos cristianos debemos estar preguntándonos continuamente: ¿a quién estás amando en esta circunstancia que estás pasando?
Porque puede ser que estemos haciendo juicios, o evaluando las cosas desde mi propio beneficio.
Si estamos amando a Dios, entonces no tendremos problemas de hacer lo de Dios, o sea cumplir con sus mandamientos.
Pues este es el amor a Dios, que guardemos sus mandamientos; y sus mandamientos no son gravosos.
Y cuál es su mandamiento.
Oísteis que fue dicho: Ojo por ojo, y diente por diente.
Pero yo os digo: No resistáis al que es malo; antes, a cualquiera que te hiera en la mejilla derecha, vuélvele también la otra;
y al que quiera ponerte a pleito y quitarte la túnica, déjale también la capa;
y a cualquiera que te obligue a llevar carga por una milla, ve con él dos.
Al que te pida, dale; y al que quiera tomar de ti prestado, no se lo rehúses.
Oísteis que fue dicho: Amarás a tu prójimo, y aborrecerás a tu enemigo.
Pero yo os digo: Amad a vuestros enemigos, bendecid a los que os maldicen, haced bien a los que os aborrecen, y orad por los que os ultrajan y os persiguen;
para que seáis hijos de vuestro Padre que está en los cielos, que hace salir su sol sobre malos y buenos, y que hace llover sobre justos e injustos.
Porque si amáis a los que os aman, ¿qué recompensa tendréis? ¿No hacen también lo mismo los publicanos?
Y si saludáis a vuestros hermanos solamente, ¿qué hacéis de más? ¿No hacen también así los gentiles?
Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
Ésto es mantenerse en el amor de Dios en este tiempo tan difícil que nos toca vivir. Pero este no es posible sin una conexión profunda con el Espíritu.
2. ORAR EN EL ESPÍRITU.
2. ORAR EN EL ESPÍRITU.
...manténganse en el amor de Dios, orando en el Espíritu Santo.
Orar en el Espíritu si bien puede interpretarse como orar en lenguas, en este versículo hace más referencia a dejarse motivar y guiar por el Espíritu.
Porque si somos guiados por nuestro corazón o nuestra carne, en el caso anterior nuestra oración sería: “Señor haz justicia a tu hijo, haz que caiga fuego y consume a estos bastardos, que le hacen daño a tu siervo”… Amén… amén y amén…!
Pedís, y no recibís, porque pedís mal, para gastar en vuestros deleites.
Por eso el apóstol Pablo hacía la aclaración de orar en el Espíritu, porque es muy común caer en orar guiados por nuestro corazón o nuestra carne.
orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;
Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles.
Jesús mismo enseñó a sus discípulos a orar de una manera correcta, en la que nuestra carne, nuestro corazón o nuestra humanidad queden de lado.
Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.
El fariseo, puesto en pie, oraba consigo mismo de esta manera: Dios, te doy gracias porque no soy como los otros hombres, ladrones, injustos, adúlteros, ni aun como este publicano;
Aquí está la diferencia clave: en la carne, estamos forzando las oraciones, mientras que en el Espíritu, nos sentimos atrapados en la forma en que el Espíritu lleva la oración hacia Dios mismo, hacía sus propósitos y planes.
Orar en el Espíritu es experimentar el deseo y la intención de Dios con nuestra vida y a través de nuestra vida.
Cuando oramos en el Espíritu, la oración es guiada hacía la humillación, la humildad, la entrega, el amor, no hacía el egocentrismo, el egoísmo, la necesidad propia, sino hacía las necesidades de los demás.
Cuando oramos en el Espíritu vemos las cosas como Dios las ve, vemos la realidad de las personas, aún de aquellas que nos quieren hacer mal y de una manera sobrenatural y sorprendente podemos amarles.
CONCLUSIÓN:
CONCLUSIÓN:
Esto es lo que creemos como iglesia SION, y lo que queremos practicar.
Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
No va a ser difícil en la medida que nos edifiquemos en la fe, y nos mantengamos orando en el Espíritu.