UN NUEVO NOMBRE: JACOB

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Cada uno de estos personajes cuya apasionante historia podemos leer nos dejan un mensaje contundente y claro: sólo los seres humanos en comunión con Dios pueden conocer la felicidad suprema. Génesis revela que cuando los seres humanos viven con Dios, pueden vivir en paz y armonía con otros seres humanos.

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UN NUEVO NOMBRE: JACOB
Un bosquejo sencillo de Génesis puede ayudarnos a comprender el mensaje de este libro maravilloso:
· El mundo de la naturaleza. ( y 2)
o La creación del mundo
o La creación de la raza humana.
· Las relaciones humanas. ( a 5)
o La caída.
§ Tentación
§ Pecado
§ Juicio
o Después de la caída
§ El primer asesinato
§ El linaje de Caín
§ El linaje de Set.
· Las relaciones espirituales. ( a 50)
o El diluvio
o La raza humana impía es juzgada
o Desde aquí destacan por sobre todo cinco personajes.
Cada uno de estos personajes cuya apasionante historia podemos leer nos dejan un mensaje contundente y claro: sólo los seres humanos en comunión con Dios pueden conocer la felicidad suprema. Génesis revela que cuando los seres humanos viven con Dios, pueden vivir en paz y armonía con otros seres humanos.
La justicia, la paz, y el gozo que las personas siempre ansían llegan a ser una realidad cuando las personas descubren que el Dios que mora en ellas es la fuente que suple todas estas necesidades.
Estos cinco personajes son:
NOÉ. Pasó por una muerte simbólica mediante las aguas del diluvio. Rodeado por ellas, llevado sobre ellas, preservado en medio de ellas y salvado de ellas. Aguas de juicio, de muerte que no pudieron hundirlo. Fue llevado a un nuevo mundo y a una nueva vida de fe en su Redentor. Un cuadro de la regeneración.
ABRAHAM. Nos enseña que somos justificados por la fe. Lejos de ser perfecto, le cree a Dios la promesa de que tendrá un hijo a pesar de su vejez y la esterilidad de Sara, su mujer. Así encontramos por primera vez en la Biblia esta declaración divina de justificación y debido a su fe llegó a ser llamado amigo de Dios.
ISAÁC. Un bello cuadro de la posición de hijo. Mimado y consentido por sus padres nos deja el hermoso ejemplo de que Dios nos ama, nos valora y nos llama amados de su corazón.
JOSÉ. Es un cuadro de la glorificación. Amado por su padre, maltratado por sus hermanos, desde las cadenas de la esclavitud es exaltado para gobernar junto al trono de Faraón. Tipifica uno de los ejemplos más completos de Cristo en el Antiguo Testamento.
JACOB. El pillo del Génesis. El hombre que pensaba que podía vivir por su astucia, su propio ingenio y esfuerzo personal. Intento engañar a todo el mundo y sufrió en su propia experiencia los engaños más dolorosos. Promovió profundos problemas familiares al hacer diferencia entre sus hijos, sembrando amargura y resentimiento entre ellos. Pero este hombre llega a ser el personaje con el que más fácilmente nos podemos identificar ya que es una figura y un ejemplo del proceso de santificación que Dios lleva a cabo en la vida de todo hijo de Dios.
En nuestra locura intentamos vivir en la fuerzas de la carne y no le dejamos otra opción a Dios que acorralarnos y luchar contra nosotros hasta que descubramos que nos está hablando, nos está llamando, y quiere que nos rindamos a él incondicionalmente. Entonces le dejamos a Dios tomar el control y comenzamos a vivir de verdad.
Jacob es un alma perdida, en tinieblas espirituales que huye de su hermano para salvar su vida. Lejos de la casa de su padre y bajo el peso del pecado, ignora que Dios está cerca y que quiere salvarle.
Jacob llega a este punto en su vida en medio de una crisis de fe y de ajustes extremos en su vida. Es también muy interesante que Jacob no recibió este mensaje antes, sino hasta que se encontraba en su huida hacia la tierra de Harán. Se encontraba por primera vez a la intemperie con el contacto de la naturaleza por primera vez en mucho tiempo en su vida. Esta vez no tiene tienda, ni alfombras, ni colchones que le dieran un buen descanso placentero, bajo la protección de todas las comodidades que siempre había tenido en casa. Por primera vez no tiene madre, ni sirvientes que le ayudaran a salir de sus problemas. Se encontraba desamparado, cansado, hambriento, indefenso y sin esperanza. Esta clase de condición es la más adecuada para que el hombre este más sumiso y susceptible a la ayuda y protección de Dios.
1. Jacob descubre que Dios gobierna. Está en lo alto de la escalera. Ángeles suben y bajan cumpliendo las órdenes y llevando a cabo las tareas que Dios les encomienda.
2. Jacob descubre que Dios habla. Es un Dios que se revela, que nos habla al corazón, que se comunica con nosotros. Podemos suponer que Jacob a crecido escuchando el relato de cómo Dios llamó a su abuelo Abraham y bendijo a su padre Isaac. De cómo este fue ofrecido en sacrificio demostrando una fe y una confianza personal en un Dios de poder. Pero todos estos relatos no han llevado a Jacob a una fe personal, a una experiencia personal de comunión con Dios.
3. Jacob descubre que Dios le ama. Las promesas que Dios le hace son un mensaje cautivador, colmado de ternura y promesas de cuidado personal.
4. Jacob descubre que Dios tiene planes para él. Esta tierra te la daré a ti y a tus descendientes. Vas de viaje, y te voy a acompañar, te voy a guardar, te voy a prosperar y voy a traerte de regreso. No te dejaré.
5. Jacob descubre que tiene que dar una respuesta. Nos asombra la forma en que Jacob responde, aparentemente negociando con Dios y revelando una falta de fe y de confianza en lo que Dios le ha dicho. Sin embargo, no podemos considerar estos versículos como una forma de regateo barato, sino más bien como una expresión de compromiso o voto de Jacob a Dios diciendo (lectura interpretada) “Ya que Dios está conmigo y que se ha comprometido a suplir todas mis necesidades, me va a dar vestido y alimento por largo que sea mi peregrinaje, y también me hará volver a mi casa en paz, entonces yo lo acepto como mi Dios y de todo lo que me dé la décima parte apartare para El”.
No fueron condiciones necias sino una verificación física de que Jacob se comprometía a aceptar a Jehová como su Dios. Jacob quería terminar con este destierro de su casa lo más pronto posible, y no dejó para después la decisión de aceptar y servir a Dios. Jacob aun desconocía lo que le vendría por delante. Todas sus luchas que tendría en la casa de Laban que iban a hacer que Jacob madurara en la tierra de Canaán.
¿Qué le sucedió a la escalera de Jacob? La imagen desapareció virtualmente de la historia del antiguo testamento. Pasaron los siglos sin que se le mencionara. Repentinamente, apareció de nuevo en el nuevo testamento:
()
Las palabras de Jesús a Natanael fueron radicales. En esta conversación El declaró que El mismo es la escalera de Jacob. El es el puente entre el cielo y la tierra; es El que cierra el abismo entre el Trascendente y los simples humanos. Los ángeles de Dios ascienden y descienden sobre El, y hace que el Dios ausente se haga presente entre nosotros. ¿Fue esto lo que Jacob vio indistintamente en forma de penumbra?
Cuando Jacob despertó de su sueño, estaba conmocionado. Fue sobrecogido por el poder de esta visión nocturna: “Y despertó Jacob de su sueño, y dijo: Ciertamente Jehová está en este lugar, y yo no lo sabía. Y tuvo miedo, y dijo: ¡Cuán terrible es este lugar! No es otra cosa que casa de Dios, y puerta del cielo.” ()
El nombre del lugar donde Jacob tuvo su sueño llegó a ser conocido como Betel. En hebreo, la palabra Betel significa “casa de Dios.” Allí no había tabernáculo, templo o iglesia. Jacob le llamó la casa de Dios, porque allí el Santo se reveló a sí mismo. Las palabras de Jacob son típicas de la forma en que la cultura contemporánea se siente. La nuestra es época en que la gente siente la ausencia de Dios. No vemos zarzas ardientes, pilares de fuego, ni Cristos encarnados caminando entre nosotros. Nos sentimos abandonados, lanzados a las aguas de un universo hostil, o aún peor, indiferente. Parece que estuviésemos encerrados en un mundo en el cual no hay salida, ni escalera para las estrellas.
Jacob sintió lo mismo hasta que tuvo este sueño. Sus palabras son relevantes para nuestros días: “Ciertamente Jehová está en este lugar y yo no lo sabía.” Dios había estado allí todo el tiempo. El no estaba lejos de Jacob, pero Jacob había vivido toda su vida sin estar consciente de su presencia. Esta trágica ignorancia de la presencia de Dios es escenificada diariamente en la vida de millones de personas en nuestros días. Dios está aquí, pero nosotros estamos ajenos. En el momento en que nos hacemos conscientes de su divina presencia, también comienza el más profundo conflicto personal que una persona puede experimentar.
El sueño no fue el fin del conflicto de Jacob. Fue el principio de un conflicto que habría de permanecer, y desde ese momento en adelante, el comenzó a luchar por su propia alma. Sproul, R. (1998). La Santidad de Dios (pp. 114–115).
El varón era el ángel de Jehová (Óseas 12:3-5) y Jacob estaba luchando con Dios. Esta lucha simbolizaba una lucha espiritual para determinar si Jacob iba a dirigir su vida apoyándose en sí mismo, en su actitud y voluntad propia o se iba a inclinar sumisamente al gobierno de Dios.
v. 25-26 Jacob puso una gran resistencia hasta que el varón viendo que no podía con él, le tocó en el sitio del encaje de su muslo y lo incapacitó para seguir luchando. Incapaz de seguir resistiendo, Jacob se aferró tenazmente al varón de Dios. No sabemos cómo se aferró a este, pero si sabemos que dice que el ángel le pedía que lo dejara ir al rayar el alba, pero Jacob seguía aferrado a este, y le decía: “No te dejare si no me bendices”.
V. 27-28 Al ver su tenacidad y perseverancia de Jacob, el ángel de Jehová le pregunto: “¿Cuál es tu nombre?” Y en ese momento Dios le cambio el nombre a Jacob. Ya no se llamaría más Jacob (Suplantador) sino Israel que significa “luchador de Dios”. La frase: “Porque has luchado con Dios y con los hombres y has vencido” no significa que Jacob había derrotado a Dios, más bien en su lucha con Dios había, por fin, comprendido que con todas sus fuerzas había resistido el señorío de Dios. Y cuando se vio indefenso e incapaz de luchar más se aferró a Dios y no lo dejó sino hasta que fuera bendecido por Él. Además esa bendición incluía la victoria sobre la oposición humana v. 29-31
Después de que los ojos de Jacob habían sido abiertos a la gracia y voluntad de Dios, este quiso saber el nombre del ángel con quien había luchado, pero el ángel se rehusó a dar su nombre. Es que cuando hayamos la gracia de Dios no tiene importancia quien nos introdujo a ella, sino que vamos hacer con esta gracia. Para nosotros la gracia está en Cristo Jesús. Alguien nos ha hablado de Cristo, pero nos toca a nosotros hacer la decisión final. En conmemoración de aquel encuentro, Jacob llamó aquel lugar Peniel que significa “Rostro de Dios” debido a que allí había visto a Dios cara a cara.
Cada hombre, un día tarde o temprano, tendrá que ver a Dios cara a cara, y de su actitud y decisión depende su relación con Dios.
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