¿Qué no entendieron?
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INTRODUCCION
Una multitud que aparentemente entendía el momento que vivían.
Unos discípulos que caminaban con Jesús, pero no entendían mucho.
Una multitud que los congregaba la curiosidad del milagro.
Unos religiosos endurecidos y frustrados.
¿Entendían ellos lo que allí estaba ocurriendo?
Este arcoíris de reacciones ante la entrada de Jesus en Jerusalén nos recuerda la gran diversidad de personas que se acercan a Jesus y la necesidad de entender de qué va el cristianismo.
Como antaño, a través de la historia hasta hoy en día multitudes también han reaccionado a Cristo, pero… ¿se entiende por qué vienen a Cristo?
Al igual que el primer grupo, unos se acercan a Jesus y aparentemente entienden, pero la realidad es que sólo han aprendido la “mecánica” del cristianismo, pero no a Cristo.
Así como ese grupo tomó sus mantos y sus palmas y las ponía al paso del Rey y entonaban las porciones bíblicas que aludían al cumplimiento de la profecía, sin embargo sabemos que la inmensa mayoría de ellos negaría a Cristo solo unos días después.
¿Entendían ellos qué estaba ocurriendo esa mañana?
Dónde quedaron los gritos de “...¡Hosanna! Bendito el que viene en el nombre del Señor…" (John 12:13)
Ellos supieron articular las palabras correctas, pero fallaron en entender su contenido.
Aprender la “mecánica” del cristianismo no significa que se ha entendido a Cristo de la manera adecuada.
2. El segundo grupo, a pesar de estar expuesto tanto tiempo al lado de Jesus, no entendían casi nada de lo que estaba ocurriendo.
Ahora, no queremos ser demasiado duros con los doce. A diferencia de nosotros, ellos vivían del lado de allá de la cruz. Jesus aun no había sido glorificado y por tanto, el E.S. aun no había sido enviado. (Marcos 9.23, Juan 12.16, Juan 14.26).
3. El tercer grupo, eran aquellos que la curiosidad y la espectacularidad de la resurrección de Lazaro los impulsaba a venir y alabar a Jesus.
Estos daban testimonio de lo que Jesús había hecho, estaban sinceramente impresionados, emocionados con algo tan maravilloso, pero ¿entendían ellos lo que allí estaba ocurriendo?
La mayoría de ellos no vacilaron en abandonar a Jesus sólo unos días después.
Este grupo nos recuerda que la emoción de un experiencia vivida o la emoción de una experiencia vivida por otra persona no es suficiente para entender a Cristo y vivir en Cristo.
4. El último grupo era el más patético, aquellos que voluntariamente habían endurecido sus corazones contra Cristo.
Lo rechazaban y procuraban que todos lo rechazaran también.
Sus planes tan bien preparados para poner fin a Jesús habían terminado en lo que parecía una completa frustración. Mirad, el mundo se va tras él (v.19), dijeron.
El fracaso de su maliciosa trama los hizo volverse los unos contra los otros, culparse mutuamente y exclamar: Ya veis que no conseguís nada (v.19).
Nada de lo que hasta ese momento habían hecho pudo conseguir desacreditar a Jesús. Ya era momento de ir a fondo; el ambiente olía a cruz.
Y este grupo, a pesar de ser el pero, sin embargo es el que más nos ayuda a ver lo grandioso de ese momento.
Este grupo nos recuerda la fidelidad de Dios, el control soberano de Dios y el gran amor con que Dios amó al mundo.
Nada podría impedir que el reino de Dios se acercara en Cristo Jesús.
Nadie podría frenar la embestida del cielo sobre la tierra.
El plan de la redención y el rescate del ser humano había entrado en su etapa culminante y nadie podría impedirlo.
OT: Y es que este es precisamente el contenido central de esta porción bíblica que hoy exponemos.
Hemos hablado de estos cuatro grupos de personas que reaccionaron a la entrada de Jesus a Jerusalén desde diferentes ángulos. Allí estaban…
Los que pensaban que entendían, pero no.
Los que no entendían.
Los que no les interesaba mucho entender.
Los que ni siquiera permitían que otros entendieran.
Pero la pregunta que es: ¿Qué tenían que entender estas multitudes?
¿Qué estaba ocurriendo allí y que ellos se estaban perdiendo?
¿Cuál debió haber sido la principal motivación para la algarabía y la celebración?
Paradójicamente algunos de ellos lo proclamaron con sus labios, pero todo indica que no lo entendieron con el corazón.
En Cristo Jesús el cielo estaba invadiendo la tierra.
En Cristo Jesús el verbo se había hecho carne, el Cordero iba camino al matadero!
En Cristo Jesús finalmente la luz que alumbra a todo hombre había venido!
La esperanza de todos los hombres estaba haciendo su entrada triunfal esa mañana,… pero muy pocos lo entendieron.
Hermanos, para apreciar la entrada triunfal de Jesucristo sobre un asnillo en Jerusalén tenemos que mirar al Edén, lugar donde Adán calló de la condición privilegiada con la que fue creado.
En virtud de la caída de Adán, toda la humanidad está bajo el dominio del pecado.
La condición moral y espiritual del hombre fue mortalmente dañada.
El hombre quedó totalmente incapacitado para recuperar su condición.
Sobre esta estado caído del ser humano, Arminio escribió: “En este estado, el Libre Albedrío del hombre hacia el Verdadero Bien no sólo está herido, desfigurado, enfermo, inclinado y debilitado, sino también está cautivo, destruido y perdido. Y sus fuerzas no sólo están incapacitadas e inútiles a menos que sea asistido por la gracia, sino que él no posee poderes algunos, excepto aquellos que sean estimulados por la gracia Divina.” [ARMINIUS. “Public Disputations”, Works. v, 2, p. 192.]
Ese estado caído es el que describe la Biblia la condición del ser humano. Incapaz por sí mismo de revertir su mortandad.
Pero en el texto de hoy algo maravilloso está ocurriendo. Es como una pequeña luz que cada vez se hace más grande en medio de una densa oscuridad.
OT: Permítanme exponer brevemente lo maravilloso de ese acontecimiento.
14Jesús, hallando un asnillo, se montó en él; como está escrito: 15No temas, hija de Sion; he aquí, tu Rey viene, montado en un pollino de asna.
Jesús sobre el asnillo no fue una casualidad. Con toda intención Jesús está enviando un mensaje a las multitudes de Jerusalén: Un mensaje de paz... "No temas hija de Sion…;
Una hija de Sion que representa a toda la humanidad.
Una hija de Sion caída, desfigurada e incapaz de recuperarse.
Una hija de Sion sobre la que pesa una sentencia de juicio y de muerte.
Pero una hija de Sion a quien se le anuncia un mensaje de paz, “no temas”.
El profeta dice: Zac 9.9 ¡Regocíjate sobremanera, hija de Sion!¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén!
La manera con que el profeta invita a la alegría y la celebración es ciertamente intensa, y tiene razón para ello. Zac 9.9.
El temor debía ser cambiado por el gozo y la alegría, y la razón está fundamentada en lo siguiente, porque… "tu Rey viene a ti”.
OT: “tu Rey viene a ti” es el fundamento de para el “no temas”, pero también…
Es un mensaje de esperanza... tu Rey viene a ti, y viene montado en un pollino de asna."
Tu Rey viene a ti, Justo y dotado de salvación... - Is 62.1.
A la hija de Sion se le dice que su rey, su Mesías, el que abrirá un manantial para el pecado y para la impureza (Zac. 13:1), ya viene.
Para poner de relieve el carácter pacífico de su acercamiento y de su reino, se agrega que monta en el pollino de una asna. Viene como el Príncipe de Paz, no como guerrero. Por ello la hija de Sion no debería temer más.
En la cultura judía, el asno o burro suele estar asociado con la búsqueda de la paz; el caballo, con la guerra.
Este rey es manso, pacífico, amable. Viene para traer salvación. ¡Oh si el pueblo lo entendiera!
Aquí tenemos la principal fuente de gozo para el hombre caído. Y esta es la principal fuente de gozo para el hombre porque esta es la respuesta de Dios al principal problema del hombre.
“Tu Rey viene a ti” sólo cobra sentido para nosotros hoy cuando nos damos cuenta que por nosotros mismo no podemos ni siquiera mirar al cielo.
“Tu Rey viene a ti” se entiende cuando nos detenemos del ruido de la vida en que vivimos, y nos atrevemos a asomarnos por la ventana de nuestros corazones, y nos damos cuenta de cuan necesitados estamos de ayuda para hallar paz con Dios.
“Tu Rey viene a ti” es la respuesta de amor de un Dios Santo que demanda justicia a hombre pecador y es Dios mismo quien paga lo demandado.
Cristo entrando en Jerusalén es un recorrido que no concluye en uno de los mesones de la ciudad, ni en la sala de una de las casas entre amigos; este es un recorrido que concluye en la cruz. Lugar donde el Hijo de Dios expiaría los pecados que condenan a toda la humanidad.
Jesús entraba en Jerusalén como respuesta a nuestra principal necesidad y urgencia: la reconciliación con Dios.
Por eso, este era un mensaje de paz... "No temas, hija de Sión; Y por eso el profeta dice: Zac 9.9 ¡Regocíjate sobremanera, hija de Sion! ¡Da voces de júbilo, hija de Jerusalén!
Hermanos, este mensaje de paz y de esperanza debe sepultar toda angustia y toda tristeza.
Si lloras por los golpes de la vida, halla consuelo en Cristo; pero si tus lagrimas tienen un mejor sabor porque son el fruto de que reconoces y aceptas tus debilidades y te afliges por tus pecados, entonces con mayor razón, busca tu consuelo en Aquel que sobre un asnillo te dice, no temas, vengo a ti.
No hay fundamento más solido para una vida feliz que saber que a través de Cristo ha alcanzado paz con Dios.
CONCLUSION
Jesus entrando en un asnillo en Jerusalén es el mensaje más hermoso y la mejor noticia que el hombre pudo haber recibido de Dios.La historia de Esau cuando fue al encuentro con Jacob ilustra la entrada de Jesus en Jerusalén. Mientras Jacob tenia todas las razones del mundo para temer ante la noticia de que su hermano Esau venia a su encuentro, sin embargo, cuando Esau llego, se abrazó a su cuello y lloraron.El ser humano tiene toda la razón del mundo para temer el encuentro con el Creador. Nuestros pecados nos dejan sin argumentos y nos condenan.
Sin embargo, en Cristo sobre ese asnillo hallamos la gracia y la misericordia que por Su soberana voluntad Dios ha decidido extender al hombre.
Por tanto, procuremos entender lo que mucha de las multitudes aquella tarde en Jerusalén no entendieron. En Cristo Jesus Dios ha extendido paz y esperanza a un hombre condenado. Acaso no debe ser esto motivo suficiente para echar fuera la tristeza, los temores, la angustia y regocijarnos sobremanera y dar voces de júbilo?
