Orden de la Santa Cena

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ADMINISTRACION DE LA SANTA CENA
1. Palabras introductorias
Todos los que con sinceridad se arrepienten de sus pecados, los que extienden gracia y amor a sus prójimos y se empeñan en llevar una nueva vida amando los mandamientos de Dios y caminando tras las huellas de Cristo; acérquense con fe y participemos hoy de la mesa del Señor para nuestro consuelo.
Vengamos en oración humilde ante el Dios todopoderoso y confesemos ante El nuestro pecado.
2. Lectura del Pacto de la Iglesia: (Pudiera ser juntos)
¿?
3. Oración de Confesión: (Dar un tiempo en silencio y luego leer todos juntos)
Omnipotente Dios, Padre de nuestro Señor Jesucristo, Creador de todas las cosas, Juez de todos los hombres; confesamos y lamentamos los muchos pecados y maldades que con frecuencia hemos cometido de pensamiento, palabra y obra, contra tu divina majestad. De veras nos arrepentimos y nos dolemos amargamente de todas nuestras culpas; su memoria nos aflige. Apiádate de nosotros misericordioso Padre; por el amor de tu Hijo, nuestro Señor Jesucristo, perdónanos todo lo pasado, y concede que en adelante te sirvamos y agrademos con nuevo ímpetu, para gloria y honra de tu nombre, por Jesucristo nuestro Señor. Amén
4. Oración de Seguridad del perdón: (Pastor)
Dios omnipotente, Padre celestial, que por tu gran misericordia has prometido perdonarles sus pecados a todos los que con sincero arrepentimiento y verdadera fe se convierten a ti: ten misericordia de nosotros; perdónanos todos nuestros pecados y líbranos de ellos; confírmanos y fortalécenos en toda bondad, y condúcenos a la vida eterna, por Jesucristo nuestro Señor. Amén.
5. Palabras de seguridad del perdón: (Uno o varios textos)
Escuchen qué palabras tan consoladoras dice Cristo nuestro Salvador a todos los que verdaderamente se convierten a él:
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Mt. 11.28.
Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna. Jn. 3.16.
Escuchen también lo que dice San Pablo: Palabra fiel y digna de ser recibida de todos: que Cristo Jesús vino al mundo para salvar a los pecadores. 1 Ti. 1.15.
Escuchen también lo que dice San Juan: Si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el Padre, a Jesucristo el justo. Y él es la propiciación por nuestros pecados. 1 Jn. 2.1-2.
6. Consagración de los elementos:
Oración (Puede ser juntos)
Nosotros no presumimos venir a esta tu mesa, oh Señor misericordioso, confiados en nuestra rectitud, sino en tus muchas y grandes misericordias. No somos dignos ni aun de recoger las migajas debajo de tu mesa. Mas tú Señor, eres siempre el mismo; siempre misericordioso por naturaleza. Concédenos, Señor, por tu benevolencia, que al participar de este sacramento de tu Hijo Jesucristo, podamos recibir el poder para andar en una nueva vida, crecer a su semejanza y que siempre vivamos en él y él en nosotros. Amén.
Oración de consagración: (Pastor)
Omnipotente Dios, Padre celestial, que por tu gran misericordia entregaste a tu Hijo unigénito Jesucristo a sufrir muerte en la cruz por nuestra redención; el cual hizo allí, por la ofrenda de sí mismo, sacrificio, entrega y satisfacción entera, perfecta y suficiente por los pecados de todo el mundo; y que también instituyó y en su evangelio nos mandó cumplir siempre este memorial de su preciosa muerte hasta que venga otra vez. En nombre de Cristo, escúchanos, oh Padre misericordioso, te los suplicamos humildemente, y concédenos que al recibir estos elementos por ti creados, de pan y vino, en memoria de nuestro gran Señor, de su pasión, muerte y resurrección, que seamos participantes a través de él de su divina naturaleza.
Pues que la misma noche que fue entregado tomó el pan [aquí el ministro toma el pan en sus manos] y habiendo dado gracias lo partió [aquí parte el pan] y dio a sus discípulos diciendo: Tomad, comed [aquí pone sus manos sobre el pan], esto es mi cuerpo que es dado por vosotros; haced esto en memoria de mí.
Igualmente, después de la cena [aquí toma la copa en sus manos] tomó la copa y habiendo dado gracias la dio a ellos diciendo: Bebed vosotros todos de esto; porque esta [aquí pone sus manos sobre cada copa en la que hay vino para ser consagrado] es mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por vosotros y por muchos para el perdón de los pecados; haced esto, cuantas veces lo bebieres, en memoria de mí. Amén.
7. Impartición de la Comunión:
[El ministro recibirá él mismo la comunión en ambas especies y entonces procederá a impartirla a los otros ministros de la misma manera (si hay alguno presente) y después al pueblo, en orden, en sus manos. Al distribuir el pan dirá a cada uno: ]
El cuerpo de nuestro Señor Jesucristo, que fue dado por ti, preserve tu alma y cuerpo para la vida eterna. Toma y come esto en memoria de que Cristo murió por ti y aliméntate de él en tu corazón por fe, con acción de gracias.
[Al distribuir la copa el ministro dirá:]
La sangre de nuestro Señor Jesucristo, que fue derramada por ti, preserve tu alma y cuerpo para la vida eterna. Bebe esto en memoria de que la sangre de Cristo fue derramada por ti y sé agradecido.
[Nota: Si el pan o el vino se acaban antes de que todos hayan comulgado, el ministro puede consagrar más, repitiendo la oración de consagración.]
8. Oración de conclusión de la Comunión:
[Cuando todos hayan comulgado, el ministro volverá a la mesa del Señor y colocará sobre ella lo que haya quedado de los elementos consagrados, cubriéndolos con un lienzo limpio. ]
Oración:
Oh Señor, Padre nuestro, nosotros tus humildes siervos deseamos que, por tu bondad paternal, te dignes aceptar misericordiosamente éste nuestro servicio de alabanza y acción de gracias; te suplicamos humildemente concedas que por los méritos y muerte de tu Hijo Jesucristo, y por la fe en su sangre, nosotros y toda la iglesia obtengamos el perdón de nuestros pecados y todos los otros beneficios de su pasión. Y aquí te ofrecemos y damos, oh Señor, a nosotros mismos, nuestras almas y cuerpos, para que sean un sacrificio santo y vivo delante de ti; te suplicamos humildemente que todos los que somos participantes de esta Santa Comunión, seamos llenos de tu gracia y bendición celestial. Y aunque somos indignos de ofrecerte cualquier sacrificio, debido a nuestros muchos pecados, sin embargo, te suplicamos aceptes éste nuestro deber y obligado servicio; no pesando nuestros méritos, mas perdonando nuestras ofensas, por Jesucristo nuestro Señor, por medio de quien, junto al Espíritu Santo, damos todo honor y gloria a ti, oh Padre omnipotente, por siempre. Amén.
9. Cantico final.
10.Bendición final.
La paz de Dios que sobrepasa todo entendimiento guarde sus corazones y pensamientos en el conocimiento y amor de Dios y de su Hijo nuestro Señor; y la bendición de Dios omnipotente, el Padre, el Hijo, y el Espíritu Santo, sea con ustedes y habite en ustedes por siempre. Amén.
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