Vestíos De Toda La Armadura De Dios

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VESTÍOS DE TODA LA ARMADURA DE DIOS

Efesios 6:10-18

10Por lo demás, hermanos míos, fortaleceos en el Señor, y en el poder de su fuerza. 11Vestíos de toda la armadura de Dios, para que podáis estar firmes contra las asechanzas del diablo. 12Porque no tenemos lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes espirituales de maldad en las regiones celestes. 13Por tanto, tomad toda la armadura de Dios, para que podáis resistir en el día malo, y habiendo acabado todo, estar firmes. 14Estad, pues, firmes, ceñidos vuestros lomos con la verdad,g y vestidos con la coraza de justicia,h 15y calzados los pies con el apresto del evangelio de la paz.i 16Sobre todo, tomad el escudo de la fe, con que podáis apagar todos los dardos de fuego del maligno. 17Y tomad el yelmo de la salvación,j y la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios; 18orando en todo tiempo con toda oración y súplica en el Espíritu, y velando en ello con toda perseverancia y súplica por todos los santos;[1]

 

Introducción.

     Hoy deseo usar como reflexión, este pasaje, o más bien, estos consejos que nos da el apóstol Pablo y que tiene que ver con nuestro andar en Cristo.  Para mí es doloroso ver como desde púlpitos y altares se predica de todo menos de un verdadero andar con Cristo.  Pienso, personalmente, que el enemigo de las almas ha impartido órdenes a sus huestes para que les cambie el mensaje a muchos predicadores, con el propósito de que pongan su interés en hablar sobre dinero, posesiones, riquezas y demás cosas en este mundo.

     Si se puede diluir el verdadero mensaje del Evangelio, y reducirlo a los placeres de este mundo, a nuestros instintos mezquinos y egoístas, entonces la Iglesia de nuestro Señor Jesucristo que Él compró a precio de su valiosa sangre corre un grave peligro, y no porque el Señor la ha dejado, más bien ella ha sido la que ha dejado a su Señor.

     Hace exactamente dos semanas, estuve escuchando un mensaje de un pastor dirigido a un grupo de pastores, y todo lo que hablaba es de cuál debería ser su visión.  Cómo expandir y adquirir más propiedades, como creerle a Dios para que les dé más bienes, etc.  No pude resistir más y tuve que apagarlo.  Durante media hora que estuve escuchando esa transmisión no recuerdo que haya mencionado un solo texto bíblico, no recuerdo que haya usado palabras como oración, ayuno, almas sin salvación, la Segunda Venida de Cristo, arrepentimiento, perdón de pecados o liberación.  Mi espíritu estaba incómodo y triste.   Hermanos, la Iglesia del Señor no puede perder de vista estas verdades, ni tampoco darnos el lujo de caer en las trampas del enemigo.  Es necesario volver a la senda antigua y no depender de nada, sino solo de Dios.  Ese es, precisamente, el consejo del apóstol Pablo.  Detengámonos, por un momento a reflexionar en lo que él nos dice a través de este pasaje.

I.-  FORTALECEOS EN EL SEÑOR.

     La primera declaración que menciona Pablo, es fortalecerse en el Señor.  Esta carrera no es fácil.  Uno a diario se debilita.  La depresión, el desánimo, las contiendas, la soledad, el desengaño, etc., son estrategias que el enemigo usa para que creyentes pierdan la fe, pierdan la visión y consecuentemente pierdan las fuerzas

     La única forma de fortalecerse es en el Señor y en el poder se Su fuerza.  Nosotros no nos fortalecemos por los puestos que desempeñemos, ni por los títulos que tengamos, no nos fortalecemos por las muchas actividades que realicemos.  Hay un momento en que toda persona debe hacer un alto en el camino, en sus actividades diarias, para fortalecerse en el Señor y para examinar la senda por la que está andando.  Por ello, cuando vienen momentos en que hay actividades como Campamentos espirituales, pongo a un lado el pastorado, pongo a un lado la congregación, saco dinero, aunque muchas veces, tengo que hacer malabares, pero trato de asistir a estos retiros espirituales, y me olvido de que soy pastor, y trato de humillarme y buscar el rostro de mi Señor, de que Él me fortalezca, y renueve mis fuerzas, porque entiendo que si primero Él no me ministra, yo no podré ministrarle a otros.

     Dos estados en que somos fácil presa del enemigo es cuando estamos distraídos y cansados.  Por eso es importante que saques tiempo para estar a solas con el Señor, retírate a un lugar secreto, ten tu momento secreto con el Señor.  Necesitas renovar tus fuerzas.  Si estás viendo mucha televisión, si estás continuamente discutiendo y peleando con las personas que te rodean, si encuentras que todo te molesta y nada te entusiasma, debes entender que éstas son señales de que debes retirarte y estar a solas con el Señor.

II.-  VESTÍOS DE TODA LA ARMADURA DE DIOS.

     La declaración de Pablo aquí es imperativa, es decir, tiene la fuerza de una orden.  Antes de uno salir de casa tiene que vestirse y cuando se tiene temor de Dios, uno se viste bien, se cubre bien, porque su deseo es agradar al Señor y no a los hombres.  Pero para vestirse bien, se necesita cierto tiempo, uno no sale a la calle de cualquier manera, por pensar en el que dirán si me ven así.  Cuanto más tenemos que preocuparnos por nuestra vestidura espiritual.   Aquí uno no se puede dar el lujo de ponerse las partes de la armadura que a uno le parece.  El apóstol dice, toda la armadura de Dios.  De manera que esta frase encierra dos grandes verdades:

1.        Que es toda y no cierta parte, ni las partes que a uno le perezca más necesarias;

2.       Que es la armadura de Dios y no la que fabrique uno mismo.

III.-  CEÑIDOS VUESTROS LOMOS CON LA VERDAD.

      Parte de la vestimenta del soldado en la antigüedad tenía que ver con el ceñirse bien.  Esto consistía en una parte de la vestimenta que cruzaba la espalda y se afirma en la cintura.  A la altura de la cintura, estaba el estuche en el que se colocaba la espada.  Esta faja tenía que estar bien ceñida, porque de lo contrario, la espada no estaría bien sujeta y estorbaba al caminar. 

     Con esto el Señor nos quiere decir que cuando no hay verdad, es difícil usar la espada.  Por allí hay muchos predicadores que usan la Biblia, pero que no viven honrando la verdad.  No todo el que usa una Biblia es un siervo de Dios, hay ministros de Satanás que también usan Las Escrituras; la diferencia es que cuando hay un siervo o una sierva del Dios Altísimo, que se guarda para el Señor, que vive en verdad, no hay demonio en el Infierno que pueda hacerle frente, porque Dios defiende a los que le temen.   Se ha metido dentro del pueblo del Señor un espíritu de hablar media-verdades, de exagerar las cosas, de predicar una cosa y practicar otra.  Dios no se agrada de eso.  Se usa mucho esto para confundir y para engañar y hacer ver cosas que no son.

IV.-  VESTÍOS CON LA CORAZA DE JUSTICIA.

    A los hijos de luz, una de las cosas que nos debe caracterizar es la justicia.   Ser justos en nuestro trato con los demás, ser justos en nuestra forma de actuar, ser justos en nuestra manera de hablar

    


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g g 6.14: Is. 11.5.

h h 6.14: Is. 59.17.

i i 6.15: Is. 52.7.

j j 6.17: Is. 59.17.

[1]Reina Valera Revisada (1960). 1998 (Ef 6.10-18). Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas.

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