Hosanna al Hijo de David

Semana Santa 2019  •  Sermon  •  Submitted
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Reflexionar sobre la entrada de Jesús a Jerusalén.

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HABLEMOS DE LA VIDA

Todos conocemos casos en los que la victoria de un nuevo líder político ha despertado en su pueblo expectativas desmesuradas, especialmente en los países donde las situaciones de injusticia son muy fuertes. Pero no es extraño que quienes se presentan a sí mismos como “salvadores” y “mesías” acaben convirtiéndose en nuevos opresores y decepcionen la esperanza de liberación que muchos habían puesto en ellos. Pensemos en todo ello y respondamos a estas preguntas:
¿Por qué crees que a veces tendemos a confiar exageradamente en ciertos líderes políticos?
¿Por qué seguimos buscando “mesías”?
¿Crees que la “salvación” que necesitamos los seres humanos se puede contener en un programa político?

ESCUCHEMOS LA PALABRA DE DIOS

También los judíos aguardaban un Mesías que los liberase de sus opresores. Por eso, cuando Jesús entró en Jerusalén, muchos lo aclamaron como “Hijo de David”, portador de la salvación de Dios anunciada por los profetas. Pero el modo en que Jesús se acerca a la Ciudad Santa dejará ver que su mesianismo no responde a los esquemas políticos y nacionalistas que estaban en boga.
Mateo 21.1–3 TLA
1 Jesús y sus discípulos llegaron al pueblo de Betfagé y se detuvieron junto al Monte de los Olivos, ya muy cerca de la ciudad de Jerusalén. 2 Al llegar allí, Jesús dijo a dos de sus discípulos: «Vayan a ese pueblo que se ve desde aquí. Tan pronto como entren, van a encontrar una burra atada, junto con un burrito. Desátenlos y tráiganmelos. 3 Si alguien les dice algo, ustedes responderán: “El Señor los necesita; enseguida se los devolverá.”»
Mateo 21.1-

HABLEMOS DE LA VIDA

Un momento dramático. Es evidente que Jesús marcó sus pasos para llegar a Jerusalén para la celebración de la Pascua. Esta fiesta era la más importante para el pueblo judío, y según la ley todo varón adulto que vivía dentro de un radio de 35 km. de Jerusalén tenía que acudir al templo. Además, venían de todas las provincias donde había núcleos de judíos, especialmente de Perea y Galilea. Josefo indica que en Jerusalén vivían unos 250.000 habitantes, pero que durante la Pascua uno podría contar casi 3.000.000. Tal multitud de personas ocasionaba un momento muy especial para la aparición de Jesús.
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Un acto mesiánico. Durante la fiesta de la Pascua en forma muy especial, la expectativa mesiánica del pueblo llegaba a su grado más intenso. Esperaban a un mesías político-militar que los libraría de Roma, como Moisés libró al pueblo de Egipto. El plan que Jesús desarrolló sirvió para presentar a un Mesías distinto, uno que el pueblo aclamó al principio, pero que luego rechazó.
Un momento dramático. Es evidente que Jesús marcó sus pasos para llegar a Jerusalén para la celebración de la Pascua. Esta fiesta era la más importante para el pueblo judío, y según la ley todo varón adulto que vivía dentro de un radio de 35 km. de Jerusalén tenía que acudir al templo. Además, venían de todas las provincias donde había núcleos de judíos, especialmente de Perea y Galilea. Josefo indica que en Jerusalén vivían unos 250.000 habitantes, pero que durante la Pascua uno podría contar casi 3.000.000. Tal multitud de personas ocasionaba un momento muy especial para la aparición de Jesús.
Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. . (1993–). Comentario bı́blico mundo hispano Mateo (1. ed., p. 270). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Le da instrucciones especificas a los discípulos y anticipa la reacción de los dueños.
Carro, D., Poe, J. T., Zorzoli, R. O., & Editorial Mundo Hispano (El Paso, T. . (1993–). Comentario bı́blico mundo hispano Mateo (1. ed., pp. 269–270). El Paso, TX: Editorial Mundo Hispano.
Mateo 21.6-
Mateo 21.6–7 TLA
6 Los dos discípulos fueron al pueblo e hicieron lo que Jesús les había ordenado. 7 Llevaron la burra y el burrito, y pusieron sus mantos sobre ellos. Jesús se montó y fue hacia Jerusalén.
Los discípulos cumplen con lo que Jesús les ha solicitado y se lleva a cabo el plan como se ha previsto. La pregunta es ¿Por qué Jesús desea entrar en un burrito y no en un caballo como entraban los reyes? Recordemos que Jesús quiere afirmar su identidad y quiere que la gente conozca el verdadero sentido de su identidad mesiánica. Los judíos tenían diferentes formas de concebir al mesías.
Dentro de esta pluralidad de concepciones, la más popular imaginaba al Mesías como un nuevo David, un rey modélico que vendría en un futuro más o menos próximo a restaurar el reino y a rescatar la tierra de Israel de la opresión de sus enemigos. La salvación religiosa revestía, en gran parte, las características de una esperanza política.
Mateo 21.9 TLA
9 Y toda la gente, tanto la que iba delante de él como la que iba detrás, gritaba: «¡Sálvanos, Mesías nuestro! ¡Bendito tú, que vienes en el nombre de Dios! Por favor, ¡sálvanos, Dios altísimo!»
Dicha concepción seb asa en una determinada lectura del “oráculo de Natán” (), en el que se prometía que la dinastía de David se mantendría para siempre en el trono. Esta lectura se elaboró poco a poco, enriqueciéndose con otros pasajes proféticos a medida que estos fueron reinterpretados en diversos momentos históricos. Así fue apareciendo una “ideología mesiánica” que idealizaba a la monarquía davídica hasta convertirla en símbolo y modelo de una nueva situación en la que reinarían para siempre la paz, la justicia y el derecho. Este “mesianismo regio” es el que se refleja también en los llamados Salmos de Salomón , un libro escrito en el siglo I a.C. y que, sin pertenecer a la Biblia, gozaba de gran popularidad en tiempos de Jesús.
Mateo 21.
Dicha concepción seb asa en una determinada lectura del “oráculo de Natán” (), en el que se prometía que la dinastía de David se mantendría para siempre en el trono. Esta lectura se elaboró poco a poco, enriqueciéndose con otros pasajes proféticos a medida que estos fueron reinterpretados en diversos momentos históricos. Así fue apareciendo una “ideología mesiánica” que idealizaba a la monarquía davídica hasta convertirla en símbolo y modelo de una nueva situación en la que reinarían para siempre la paz, la justicia y el derecho. Este “mesianismo regio” es el que se refleja también en los llamados Salmos de Salomón , un libro escrito en el siglo I a.C. y que, sin pertenecer a la Biblia, gozaba de gran popularidad en tiempos de Jesús.
Mateo 21.4–5 TLA
4 Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había anunciado por medio del profeta: 5 «Díganle a la gente de Jerusalén: ¡Miren, ahí viene su rey! Él es humilde, viene montado en un burro, en un burrito.»
Zacarías 10.9–10 TLA
9 Yo los dispersé entre las naciones, pero aun allí se acordarán de mí, y regresarán a su tierra en compañía de sus hijos. 10 »Los haré volver de Egipto y Asiria, y los haré vivir en Galaad y en la región del monte Líbano; pero serán muchos cuando vuelvan y no habrá lugar para todos.
Zacarías 9.9–10 TLA
9 »¡Alégrate, bella ciudad de Jerusalén! ¡Ya tu rey viene hacia ti, montado sobre un burrito! Es humilde pero justo, y viene a darte la victoria. 10 Destruirá todas las armas de guerra y en todo Israel destruirá los ejércitos; anunciará la paz en todas las naciones, y dominará de mar a mar, ¡del río Éufrates al fin del mundo!
Para salir de esta aparente contradicción, hemos de recordar de nuevo que el mesianismo bíblico no evolucionó en un único sentido, sino que dio lugar a corrientes diversas. Una de ellas, ciertamente minoritaria pero fundamental para entender a Jesús, nos presenta la imagen de un “mesías sufriente” cuya muerte es fecunda de cara a la salvación del pueblo y que se inspira en personajes como el Siervo de Yahvé de o el Traspasado de ,,.
Zac
Mateo 21.4–5 TLA
4 Esto sucedió para que se cumpliera lo que Dios había anunciado por medio del profeta: 5 «Díganle a la gente de Jerusalén: ¡Miren, ahí viene su rey! Él es humilde, viene montado en un burro, en un burrito.»
Mateo 21.
Para salir de esta aparente contradicción, hemos de recordar de nuevo que el mesianismo bíblico no evolucionó en un único sentido, sino que dio lugar a corrientes diversas. Una de ellas, ciertamente minoritaria pero fundamental para entender a Jesús, nos presenta la imagen de un “mesías sufriente” cuya muerte es fecunda de cara a la salvación del pueblo y que se inspira en personajes como el Siervo de Yahvé de o el Traspasado de ,,.
Dicha corriente fue abriéndose paso cuando las circunstancias históricas –especialmente la destrucción de Jerusalén y el destierro en Babilonia– frustraron la permanencia de la dinastía davídica en el trono e hicieron entrar en crisis una manera de concebir la esperanza centrada en la reconstrucción nacional de Israel.
La necesidad de dar sentido a tanto dolor se materializó así en la figura de un Mesías justo y humilde que encarna la suerte del pueblo. Por eso su victoria pasa por el sufrimiento y la derrota aparente hasta el punto de llegar a morir por los pecadores. El establecimiento del derecho y de la paz, que son las tareas principales del rey, se concretan para él en la defensa del pobre. La versión nacionalista de la salvación da paso a otra de corte más universalista. Y todo ello sostenido por la fidelidad de un Dios que nunca se arrepiente de sus promesas.
Desde este punto de vista, no es imposible que, en cierto momento de su vida, Jesús se identificase con esta línea de pensamiento. Así lo daría a entender su entrada en Jerusalén. Sería un Mesías en la línea de ,. Un Mesías Siervo que modifica radicalmente el sentido que este título tenía entre la mayoría de sus contemporáneos.

RESPONDAMOS A LA VIDA

Respondemos juntos a estas preguntas:
– ¿Qué tipo de salvación esperas de Jesús como “líder” o “rey” de tu vida?
– ¿Qué implicaciones concretas tiene para tu compromiso como cristiano el seguir a un Mesías humilde y pacífico como él?
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