El Amor de Dios: Misterio Glorioso Jonás 4:2-3 Reina-Valera 1960

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El Amor de Dios:
El Amor de Dios:
Misterio Glorioso
Jonás 4:2-3 Reina-Valera 1960
Leer el libro de Romanos 9:1-18
Romans 9:13
Romans 9:13 RVR60
13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
Malachi 1:2–3 TLA
1 Yo soy Malaquías. Dios me dio la orden de comunicarles a ustedes, los israelitas, este mensaje: «Israelitas, Dios los ama». Y ustedes preguntan: «¿Y cómo nos demuestra ese amor?» Dios les responde: «Recuerden, israelitas, que yo preferí a Jacob y no a Esaú, a pesar de que Esaú era su hermano mayor. Recuerden también que yo convertí en un desierto la tierra de Esaú, a pesar de que era una región montañosa. Ahora sólo viven allí los chacales.
13 Como está escrito: A Jacob amé, mas a Esaú aborrecí.
Malachi 1:2-3
Traducción en lenguaje actual (TLA)
Dios ama a su pueblo
1 1-3 Yo soy Malaquías. Dios me dio la orden de comunicarles a ustedes, los israelitas, este mensaje:
«Israelitas, Dios los ama».
Y ustedes preguntan:
«¿Y cómo nos demuestra ese amor?»
Dios les responde:
«Recuerden, israelitas, que yo preferí a Jacob y no a Esaú, a pesar de que Esaú era su hermano mayor. Recuerden también que yo convertí en un desierto la tierra de Esaú, a pesar de que era una región montañosa. Ahora sólo viven allí los chacales.
Illustracion:
Un caballero que pensaba que el cristianismo no era más que una colección de problemas difíciles, dijo en cierta ocasión a un anciano ministro: —Es una declaración sumamente extraña: “a Jacob amé, mas a Esaú aborrecí”.
—Muy extraña —replicó el ministro—, pero dígame, ¿qué es lo que en ella le parece más extraño? —Oh —replicó—, eso de que aborreció a Esaú.
—Vea usted —respondió el ministro—, cómo son las cosas, y cuan diferentemente estamos constituidos. Lo que a mí me parece más extraño es que haya podido amar a Jacob. No hay misterio más glorioso que el del amor de Dios.”
Jonah 4:2–3 RVR60
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal. 3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
Jonah 4:2-3
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
2 Y oró a Jehová y dijo: Ahora, oh Jehová, ¿no es esto lo que yo decía estando aún en mi tierra? Por eso me apresuré a huir a Tarsis; porque sabía yo que tú eres Dios clemente y piadoso, tardo en enojarte, y de grande misericordia, y que te arrepientes del mal.
3 Ahora pues, oh Jehová, te ruego que me quites la vida; porque mejor me es la muerte que la vida.
La oración de Jonás refleja su impaciencia y frustración ante lo grande y amplio de la compasión de Dios. El sabía que Dios es clemente y compasivo, y que si los asirios se arrepentían, El extendería su misericordia hacia ellos; pero el profeta no quería tener parte en este proceso. Jonás conocía bien el carácter de Dios….Tal vez ya había leído donde Dios nos revela que Ninive iba ser el instrumento del juicio de Dios o tal vez el también miro la profecía de Osea en capítulos 9,10 y 11 donde Dios va usar a los Sirios para juzgar a Israel y por esto tal vez, el no quería que Ninive fuera salvo; quería que toda la ciudad fuera destruida, pero como dice la palabra de Dios que donde abunda el pecado…
Jonas: Paloma
Es el Quinto de los profetas menores para llevar profecía a la tierra de Ninive y la profecía era que en 40 días Ninive sera destruida.
¿Cómo se comporta usted cuando no se sale con la suya? Esto es, en muchas situaciones, lo que marca la diferencia entre un líder rendido a Dios y un líder cuyo objetivo principal en la vida es avanzar en sus propios proyectos.
A Jonás no le gustó nada la decisión que el Señor había tomado con los asirios. Se enojó grandemente, elevó un airado reproche, luego le pidió a Dios que le quitara la vida. Es una decisión muy extrema para un problema que, básicamente, tiene que ver solamente con su propio orgullo herido.
Es precisamente en este tipo de circunstancias que vemos dónde está lo que verdaderamente mueve a un líder.
Cuando yo era joven, insistía que mi visión era la adecuada para la congregación donde pastoreaba. Otros, en el equipo ministerial, no lo veían de la misma manera. En el afán de convencerlos, no tardé en armarme de argumentos para demostrar que mi visión y la visión del Señor eran idénticas. Aún así, ellos no se convencían. Cansado de las discusiones y de la aparente «resistencia» a lo que yo quería hacer, opté por irme de aquella congregación. Una decisión radical para lo que era, en su esencia, una puja de voluntades.
Esta es una historia que se ha repetido infinidad de veces dentro del pueblo de Dios. Convencidos de que somos dueños de la verdad, creemos que son aceptables, decisiones tan radicales como marcharnos, abandonar el ministerio, o incluso dividir la iglesia. Con esta actitud es imposible trabajar en equipo, porque es un requisito indispensable que los demás vean las cosas como el líder.
La belleza de la diversidad del cuerpo se pierde, el desafío de aprender a dialogar con otros se desaprovecha y la posibilidad de cultivar un carácter santo y aprobado por Dios se desperdicia.
Pablo nos exhorta a no hacer las cosas por orgullo o simplemente por pelear:
Philippians 2:3–4 RVR60
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; 4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
philippians 2:3-4
Reina-Valera 1960 (RVR1960)
3 Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo;
4 no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros.
La vanagloria no es más que una gloria ficticia. Es aquella que tiene apariencia de ser genuina, pero que en realidad viene de una fuente que jamás puede producir verdadera gloria, porque el único que posee gloria es Dios mismo.
Aquellas cosas en las cuales su persona es claramente visible, también poseen gloria. Las otras «glorias» son las que fabricamos nosotros los hombres: tienen muy poco brillo.
Para pensar:
Vuelva a meditar en la pregunta que se encuentra al principio del devocional: ¿Cómo se comporta cuando no se sale con la suya? ¿Sus compañeros de equipo le consideran una persona humilde? ¿Qué cosas hace para fomentar el diálogo con los demás? ¿En qué situaciones ha cedido porque considera al otro como mejor que usted mismo?
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