Cristo y su Obra
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Domingo de Resurrección
Domingo de Resurrección
Hoy en muchos lugares se celebra la resurrección de nuestro señor Jesucristo y así como viento que lleva de un lado a otro las hojas caída de un árbol somos llevados por simples creencias que cuando nos ponemos a razonar y encontrar una lógica no la tenemos realmente no sabemos, ni tan siquiera tenemos la más mínima idea de lo que pasó quien fue quien era y como resucito las películas se quedan cortas, al querer plasmar una pasión, una muerte, una crucifixión, el pago expiatorio de nuestra vida, de nuestra salvación no se puede resumir en una película, tampoco mi intención es que en una prédica se puede entender todo lo que el señor Jesucristo sufrió por nosotros así que es una manera de resumen y para poder entender la celebración o el significado de la resurrección, debemos de conocer quién fue Cristo y su obra de lo contrario sólo seremos personas que lo único que entiende de la semana Santa es que no se trabaja, o que no se estudia y toda la gente va a la playa.
Hoy en muchos lugares se celebra la resurrección de nuestro señor Jesucristo y así como viento que lleva de un lado a otro las hojas caída de un árbol somos llevados por simples creencias que cuando nos ponemos a razonar y encontrar una lógica no la tenemos realmente no sabemos, ni tan siquiera tenemos la más mínima idea de lo que pasó quien fue quien era y como resucito las películas se quedan cortas, al querer plasmar una pasión, una muerte, una crucifixión, el pago expiatorio de nuestra vida, de nuestra salvación no se puede resumir en una película, tampoco mi intención es que en una prédica se puede entender todo lo que el señor Jesucristo sufrió por nosotros así que es una manera de introducción y para poder entender la celebración o el significado de la resurrección, debemos de conocer quién fue Cristo y su obra de lo contrario sólo seremos personas que lo único que entiende de la semana Santa es que no se trabaja, o que no se estudia y toda la gente va a la playa.
Nos jactamos de nuestra religión, por no adorar imágenes por ser más enfocados en las cuestiones del corazón, es más alegamos que conocemos muchas cosas que ellos desconocen, nosotros inflamos pecho diciendo que tenemos la verdad, pero en realidad tenemos la verdad en verdad conocemos está verdad que nos hace libres, o solamente somos como eco en un acantilado, que lo único que soy es la voz de alguien más que alguna vez dijo algo interesante y nosotros sólo repetimos, así que debemos evaluar verdaderamente lo que conocemos y si verdaderamente lo conoce muy bien porque el conocer algo tampoco nos asegura que lo llevemos a la práctica hoy se celebra la resurrección, la victoria, la salvación, la libertad
Así que en el sermón de hoy tenemos a bien entender a Cristo y su obra.
LA DEIDAD DE CRISTO
El centro de nuestra fe y la fuente de nuestra esperanza no se encuentran en un credo, una idea, una experiencia, una iglesia o una filosofía.
Se encuentran en una persona: Jesús el Mesías. Conocerlo no solo es el principio de la vida cristiana, es toda la vida cristiana. Como creyentes, conocemos a Jesús personalmente, lo que significa que el conocimiento de Cristo no lleva a la practica.
(Isaías 7:14; Mateo 1:18-25, 24-25; Lucas 1:35, 3:23)
Cuando hablamos de la humanidad de Cristo, es apropiado comenzar con una consideración del nacimiento virginal de Cristo. La Escritura afirma claramente que Jesús fue concebido en el vientre de su madre María por una obra milagrosa del Espíritu Santo y sin la intervención de un padre humano.
Isaías 7:14: «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel».Mateo 1:18: «El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo».Lucas 1:35: «Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios».
La importancia doctrinal del nacimiento virginal:
El nacimiento virginal fue el medio que Dios usó para enviar a su Hijo (Juan 3:16; Gal 4:4) al mundo como un hombre. Jesús experimentó toda la vida humana, incluso en el vientre de su madre. Pero la naturaleza milagrosa del nacimiento virginal atestigua el hecho de que él no era solamente un hombre, sino el único Dios-hombre.El nacimiento virginal también parece tener algún significado para Jesús como el nuevo Adán. Se dramatiza el hecho de que a diferencia del resto de nosotros, que heredamos una naturaleza pecaminosa y culpable de nuestro primer padre, Adán, Jesús no tuvo un padre terrenal. Él es un nuevo representante de la raza humana, de todos aquellos que se unirían a él por la fe. El nacimiento virginal parece importante aquí, porque nos muestra que Jesús no descendió de Adán exactamente de la misma manera en que cada ser humano descendió de Adán. Y esto nos ayuda a comprender por qué la culpabilidad legal y la corrupción moral que pertenecen a todos los demás seres humanos no le pertenecen a Cristo. Esta idea parece estar indicada en la declaración del ángel Gabriel a María en Lucas 1:35 – porque Jesús sería concebido por el poder del Espíritu Santo, por tanto, sería llamado santo.
. Conocerlo no solo es el principio de la vida cristiana, es toda la vida cristiana. Como creyentes, conocemos a Jesús personalmente, lo que significa que la cristología es profundamente práctica.
Cuando discutimos la persona de Cristo, siempre debemos tener en mente este gran misterio, que desde la encarnación Jesucristo ha sido completamente Dios y completamente Hombre en una persona. Él es una persona, con dos naturalezas. La Escritura enseña: «Jesucristo fue completamente Dios y completamente hombre en una persona, y así será para siempre»[1]. ¿Dónde vemos eso en la Biblia? Comencemos con la deidad de Cristo:
Cuando discutimos la persona de Cristo, siempre debemos tener en mente este gran misterio, que desde la encarnación Jesucristo ha sido completamente Dios y completamente Hombre en una persona.
Él es una persona, con dos naturalezas. La Escritura enseña:
«Jesucristo fue completamente Dios y completamente hombre en una persona, y así será para siempre»[Wayne Grudem, Teología Sistemática.].
¿Dónde vemos eso en la Biblia? Comencemos con la deidad de Cristo:
Jesucristo es completamente Dios. La enseñanza tanto del Antiguo y Nuevo Testamento inherente a la deidad de Cristo es abrumadora. Si reconoces la autoridad de las Escrituras, no puedes ignorar el hecho de que Jesucristo es Dios.
La deidad de Cristo en el Antiguo Testamento
9 Observé mientras colocaban unos tronos en su lugar,
y el Anciano se sentó a juzgar.
Su ropa era blanca como la nieve,
su cabello se parecía a la lana más pura.
Se sentó sobre un trono ardiente
con ruedas en llamas;
10 y un río de fuego
brotaba de su presencia.
Millones de ángeles le atendían;
muchos millones se pusieron de pie para servirle.
Entonces comenzó la sesión del tribunal
y se abrieron los libros.
DANIEL 7
En primer lugar, tenemos la visión de Daniel del Hijo del Hombre. En , encontramos una descripción gloriosa de la habitación del trono celestial y en el centro de la escena está el Señor, el «Anciano de días», que está sentado en su trono. Solo unos versículos más tarde, Daniel describe otra visión, pero esta vez ve otra figura, el Hijo del Hombre.
En primer lugar, tenemos la visión de Daniel del Hijo del Hombre. En , encontramos una descripción gloriosa de la habitación del trono celestial y en el centro de la escena está el Señor, el «Anciano de días», que está sentado en su trono. Solo unos versículos más tarde, Daniel describe otra visión, pero esta vez ve otra figura, el Hijo del Hombre.
13 Mientras continuó mi visión esa noche, vi a alguien parecido a un hijo de hombre descender con las nubes del cielo. Se acercó al Anciano y lo llevaron ante su presencia. 14 Se le dio autoridad, honra y soberanía sobre todas las naciones del mundo, para que lo obedecieran los de toda raza, nación y lengua. Su gobierno es eterno, no tendrá fin. Su reino jamás será destruido.
: «Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido».
«Miraba yo en la visión de la noche, y he aquí con las nubes del cielo venía uno como un hijo de hombre, que vino hasta el Anciano de días, y le hicieron acercarse delante de él. Y le fue dado dominio, gloria y reino, para que todos los pueblos, naciones y lenguas le sirvieran; su dominio es dominio eterno, que nunca pasará, y su reino uno que no será destruido».
Aquí el Hijo del Hombre recibe adoración de todas las naciones y gobierna un reino eterno.
¿Quién más podría hacer eso sino alguien divino?
¿Y quién es este Hijo del Hombre?
6 Así que les demostraré que el Hijo del Hombre tiene autoridad en la tierra para perdonar pecados». Entonces Jesús miró al paralítico y dijo: «¡Ponte de pie, toma tu camilla y vete a tu casa!».
Jesús se atribuyó claramente el título, y enseñó en
Jesús se atribuyó claramente el título, y enseñó en
: «Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria, y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos». Puedes escuchar cómo las palabras de Jesús hacen referencia a
31 »Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria acompañado por todos los ángeles, entonces se sentará sobre su trono glorioso. 32 Todas las naciones se reunirán en su presencia, y él separará a la gente como un pastor separa a las ovejas de las cabras.
Puedes escuchar cómo las palabras de Jesús hacen referencia a
La deidad de Cristo en el Nuevo Testamento
Este crescendo gradual de expectativa en un hijo divino de Dios culmina en el Nuevo Testamento.
Jesucristo es llamado Dios y Señor
Juan le llama Dios
1 En el principio la Palabra ya existía.
La Palabra estaba con Dios,
y la Palabra era Dios.
Pablo de llama Dios
dice: «En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios». lo llama: «Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos». lo llama: «nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».
5 Abraham, Isaac y Jacob son los antepasados de los israelitas, y Cristo mismo era israelita en cuanto a su naturaleza humana. Y él es Dios, el que reina sobre todas las cosas, ¡y es digno de eterna alabanza! Amén.
lo llama: «Cristo, el cual es Dios sobre todas las cosas, bendito por los siglos». lo llama: «nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».
Tito también
13 mientras anhelamos con esperanza ese día maravilloso en que se revele la gloria de nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo.
lo llama: «nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».
lo llama: «nuestro gran Dios y Salvador Jesucristo».
También tenemos muchos ejemplos donde las palabras usadas para Dios [Theos] y Señor [Kyrios][2] en la traducción griega del Antiguo Testamento [La Septuaginta] se aplican directamente a Jesús.
Tal vez uno de los ejemplos más asombrosos de esto es filipenses
11 y toda lengua confiese que Jesucristo es Señor, para gloria de Dios Padre.
, donde Pablo dice que toda lengua confesará: «que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre». Aquí, él está citando casi palabra por palabra. Sin embargo, aquel ante quien se inclina toda rodilla y toda lengua promete lealtad en no es otro que Yahveh, el Señor del pacto de Israel.
, donde Pablo dice que toda lengua confesará: «que Jesucristo es el Señor, para gloria de Dios Padre».
Aquí, él está citando casi palabra por palabra.
23 Por mí mismo he jurado,
ha salido de mi boca en justicia
una palabra que no será revocada:
Que ante mí se doblará toda rodilla, y toda lengua jurará lealtad.
Sin embargo, aquel ante quien se inclina toda rodilla y toda lengua promete lealtad en no es otro que Yahveh, el Señor del pacto de Israel.
Jesucristo afirmó ser Dios
Y, segundo, por supuesto, tenemos las afirmaciones de Jesús de sí mismo. Esta es su gran declaración en
58 Jesús contestó:
—Les digo la verdad, ¡aun antes de que Abraham naciera, Yo Soy!
Los judíos entendieron que él afirmaba ser Dios. «YO SOY EL QUE SOY» fue la forma en que Dios se identificó a Moisés.
: «Antes que Abraham fuese, yo soy».
59 En ese momento, tomaron piedras para arrojárselas, pero Jesús desapareció de la vista de ellos y salió del templo.
Éstos recogieron piedras para matar a Jesús porque sus corazones incrédulos juzgaron que esto era una declaración blasfema.
Éstos recogieron piedras para matar a Jesús porque sus corazones incrédulos juzgaron que esto era una declaración blasfema.
30 El Padre y yo somos uno.
Los judíos entendieron que él afirmaba ser Dios. «YO SOY EL QUE SOY» fue la forma en que Dios se identificó a Moisés. Éstos recogieron piedras para matar a Jesús porque sus corazones incrédulos juzgaron que esto era una declaración blasfema. ¡Jesús se estaba equiparando a sí mismo con Dios! Más tarde, en , dice: «Yo y el Padre uno somos», y nuevamente los líderes judíos intentan apedrearlo. ¿Por qué? Versículo 33: «Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios»
¡Jesús se estaba equiparando a sí mismo con Dios! Más tarde, en , dice: «Yo y el Padre uno somos», y nuevamente los líderes judíos intentan apedrearlo. ¿Por qué?
¡Jesús se estaba equiparando a sí mismo con Dios! Más tarde, en , dice: «Yo y el Padre uno somos», y nuevamente los líderes judíos intentan apedrearlo. ¿Por qué?
30 El Padre y yo somos uno.
33 —No te apedreamos por ninguna buena acción, ¡sino por blasfemia! —contestaron—. Tú, un hombre común y corriente, afirmas ser Dios.
La deidad de Cristo importa para la salvación
El mensaje constante de la Biblia es que ningún hombre común podría alcanzar la salvación por sí mismo, mucho menos en nombre de otros.
¿Por qué? Versículo 33: «Por buena obra no te apedreamos, sino por la blasfemia; porque tú, siendo hombre, te haces Dios»
9 Pero yo te ofreceré sacrificios con cantos de alabanza,
y cumpliré todas mis promesas.
Pues mi salvación viene sólo del Señor».
La salvación es del Señor, declara . Dios mismo logra esta salvación, y lo hace en la persona de su Hijo.
En una sorprendente frase en hechos
28 »Entonces cuídense a sí mismos y cuiden al pueblo de Dios. Alimenten y pastoreen al rebaño de Dios —su iglesia, comprada con su propia sangre— sobre quien el Espíritu Santo los ha designado ancianos.
Pablo enseña que Dios compró la iglesia «por su propia sangre». La sangre de un simple hombre, según parece, no expiaría a incontables millones.
, Pablo enseña que Dios compró la iglesia «por su propia sangre». La sangre de un simple hombre, según parece, no expiaría a incontables millones. : «Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz». El Dios-Hombre podría servir como el mediador perfecto entre el hombre y Dios (). Jesús no solo murió como un buen ejemplo. Murió como un sacrificio sin pecado, «el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» (). Y su resurrección comprueba su divinidad, como lo enseña , Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
: «Por cuanto agradó al Padre que en él habitase toda plenitud, y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz». El Dios-Hombre podría servir como el mediador perfecto entre el hombre y Dios (). Jesús no solo murió como un buen ejemplo. Murió como un sacrificio sin pecado, «el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» (). Y su resurrección comprueba su divinidad, como lo enseña , Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
19 Pues a Dios, en toda su plenitud,
le agradó vivir en Cristo,
20 y por medio de él, Dios reconcilió consigo
todas las cosas.
Hizo la paz con todo lo que existe en el cielo y en la tierra,
por medio de la sangre de Cristo en la cruz.
El Dios-Hombre podría servir como el mediador perfecto entre el hombre y Dios .
5 Pues hay sólo un Dios y sólo un Mediador que puede reconciliar a la humanidad con Dios, y es el hombre Cristo Jesús.
Jesús no solo murió como un buen ejemplo.
Jesús no solo murió como un buen ejemplo. Murió como un sacrificio sin pecado, «el justo por los injustos, para llevarnos a Dios» (). Y su resurrección comprueba su divinidad, como lo enseña , Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
Murió como un sacrificio sin pecado,
18 Cristo sufrió por nuestros pecados una sola vez y para siempre. Él nunca pecó, en cambio, murió por los pecadores para llevarlos a salvo con Dios. Sufrió la muerte física, pero volvió a la vida en el Espíritu.
Y su resurrección comprueba su divinidad, como lo enseña
Y su resurrección comprueba su divinidad, como lo enseña , Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
, Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
16 Jesús llegó a ser sacerdote, no por cumplir con la ley del requisito físico de pertenecer a la tribu de Leví, sino por el poder de una vida que no puede ser destruida.
Jesús es nuestro sumo sacerdote «según el poder de una vida indestructible».
Nacimiento virginal
(; , ; , )
Cuando hablamos de la humanidad de Cristo, es apropiado comenzar con una consideración del nacimiento virginal de Cristo. La Escritura afirma claramente que Jesús fue concebido en el vientre de su madre María por una obra milagrosa del Espíritu Santo y sin la intervención de un padre humano.
14 Muy bien, el Señor mismo les dará la señal. ¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo y lo llamarán Emanuel (que significa “Dios está con nosotros”).
: «Por tanto, el Señor mismo os dará señal: He aquí que la virgen concebirá, y dará a luz un hijo, y llamará su nombre Emanuel».
18 Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo.
: «El nacimiento de Jesucristo fue así: Estando desposada María su madre con José, antes que se juntasen, se halló que había concebido del Espíritu Santo».
35 El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.
: «Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios».
«Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios».
La importancia doctrinal del nacimiento virginal:
El nacimiento virginal fue el medio que Dios usó para enviar a su Hijo (; ) al mundo como un hombre. Jesús experimentó toda la vida humana, incluso en el vientre de su madre. Pero la naturaleza milagrosa del nacimiento virginal atestigua el hecho de que él no era solamente un hombre, sino el único Dios-hombre.
El nacimiento virginal también parece tener algún significado para Jesús como el nuevo Adán. Se dramatiza el hecho de que a diferencia del resto de nosotros, que heredamos una naturaleza pecaminosa y culpable de nuestro primer padre, Adán, Jesús no tuvo un padre terrenal.
El nacimiento virginal también parece tener algún significado para Jesús como el nuevo Adán. Se dramatiza el hecho de que a diferencia del resto de nosotros, que heredamos una naturaleza pecaminosa y culpable de nuestro primer padre, Adán, Jesús no tuvo un padre terrenal.
Él es un nuevo representante de la raza humana, de todos aquellos que se unirían a él por la fe. El nacimiento virginal parece importante aquí, porque nos muestra que Jesús no descendió de Adán exactamente de la misma manera en que cada ser humano descendió de Adán.
Y esto nos ayuda a comprender por qué la culpabilidad legal y la corrupción moral que pertenecen a todos los demás seres humanos no le pertenecen a Cristo.
Esta idea parece estar indicada en la declaración del ángel Gabriel a María en
35 El ángel le contestó:
—El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra. Por lo tanto, el bebé que nacerá será santo y será llamado Hijo de Dios.
– porque Jesús sería concebido por el poder del Espíritu Santo, por tanto, sería llamado santo.
– porque Jesús sería concebido por el poder del Espíritu Santo, por tanto, sería llamado santo.
LA OBRA DE CRISTO
LA OBRA DE CRISTO
humillación y exaltación de Jesús
humillación y exaltación de Jesús
La encarnación de Cristo. ¿Por qué el Hijo de Dios tomó forma humana? Por nosotros y nuestra salvación. El Hijo de Dios nació como un bebé para ser nuestro nuevo Adán. El infinito se cansó y durmió, el todopoderoso sintió nuestra debilidad, el omnipresente tomó un cuerpo humano. Él compartió plenamente nuestra humanidad para servir como nuestro representante y mediador sacerdotal ante Dios el Padre.
14 Debido a que los hijos de Dios son seres humanos —hechos de carne y sangre— el Hijo también se hizo de carne y sangre. Pues sólo como ser humano podía morir y sólo mediante la muerte podía quebrantar el poder del diablo, quien tenía el poder sobre la muerte. 15 Únicamente de esa manera el Hijo podía libertar a todos los que vivían esclavizados por temor a la muerte.
16 También sabemos que el Hijo no vino para ayudar a los ángeles, sino que vino para ayudar a los descendientes de Abraham. 17 Por lo anto, era necesario que en todo sentido él se hiciera semejante a nosotros, sus hermanos, para que fuera nuestro Sumo Sacerdote fiel y misericordioso, delante de Dios. Entonces podría ofrecer un sacrificio que quitaría los pecados del pueblo.
Pero Jesús no solo asumió nuestra humanidad;
Vivió una vida sin pecado.
Esto también se llama la obediencia activa de Cristo. El primer Adán desobedeció. Pero Jesús, el nuevo Adán, obedeció por completo a su Padre. Israel quebrantó la ley de Dios, pero Jesús vino a cumplir la ley () Él es como un nuevo Israel.
17 »No malinterpreten la razón por la cual he venido. No vine para abolir la ley de Moisés o los escritos de los profetas. Al contrario, vine para cumplir sus propósitos.
mateo 5.1
Este es un punto trascendental, porque nosotros también hemos seguido los pasos desobedientes de Israel. Jesús es quien, para usar una frase sorprendente de , vino a «cumplir toda justicia». A través de la fe, su historial de justicia se nos imputa.
Este es un punto trascendental, porque nosotros también hemos seguido los pasos desobedientes de Israel. Jesús es quien, para usar una frase sorprendente de , vino a «cumplir toda justicia». A través de la fe, su historial de justicia se nos imputa.
15 Y respondiendo Jesús, le dijo: Permítelo ahora; porque es conveniente que cumplamos así toda justicia. Entonces Juan se lo permitió*.
La obediencia activa de Cristo debe consolarnos. Él ha sentido la atracción de la tentación y el encanto del pecado.
La obediencia activa de Cristo debe consolarnos. Él ha sentido la atracción de la tentación y el encanto del pecado. Él no nos reprende cuando somos tentados, como el entrenador que grita a su equipo: «¡Solo necesitas ser más fuerte!». Con ternura, gentilmente nos consuela y nos invita a buscar ayuda en él. Nos recibe con gusto cuando admitimos nuestra total dependencia de él.
Él no nos reprende cuando somos tentados, como el entrenador que grita a su equipo: «¡Solo necesitas ser más fuerte!».
Con ternura, gentilmente nos consuela y nos invita a buscar ayuda en él. Nos recibe con gusto cuando admitimos nuestra total dependencia de él.
15 Nuestro Sumo Sacerdote comprende nuestras debilidades, porque enfrentó todas y cada una de las pruebas que enfrentamos nosotros, sin embargo él nunca pecó. 16 Así que acerquémonos con toda confianza al trono de la gracia de nuestro Dios. Allí recibiremos su misericordia y encontraremos la gracia que nos ayudará cuando más la necesitemos.
Por muy maravillosas que fueron la encarnación de Cristo y su vida sin pecado, no completaron su obra.
La muerte de Cristo.
La muerte de Cristo.
En marcos tan pronto como Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, Jesús enseña que
31 Entonces Jesús comenzó a decirles que el Hijo del Hombre tendría que sufrir muchas cosas terribles y ser rechazado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los maestros de la ley religiosa. Lo matarían, pero tres días después resucitaría.
, tan pronto como Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, Jesús enseña que «le era necesario al Hijo del Hombre padecer mucho, y ser desechado por los ancianos, por los principales sacerdotes y por los escribas, y ser muerto, y resucitar después de tres días».
tan pronto como Pedro confiesa que Jesús es el Cristo, Jesús enseña que
Aquí, pisamos suelo especialmente santo. Jesús se hizo obediente hasta el punto de morir, de morir incluso en una cruz.
Esto a veces es llamado su «obediencia pasiva», no en el sentido de que fue una víctima trágica del destino, sino porque obedeció amorosamente el plan del Padre al someterse a la pena de muerte que nuestros pecados merecían.
¿Qué logró la muerte de Cristo?
¿Qué logró la muerte de Cristo?
Cristo es nuestro sacrificio expiatorio substitutivo penal.
Expiación es una palabra que se refiere a la restauración de la correcta relación entre el hombre y Dios; también lleva la connotación del sacrificio que se realiza o el precio que se paga para que esa relación sea posible.
Como dice , la ira de Dios está sobre todos los que están sin Cristo. dice que por naturaleza somos hijos de ira. Esto es porque Dios es bueno. Su ley es correcta, su santidad es inimaginablemente pura, y su justicia es totalmente recta.
Por tanto, él no permitirá que el mal y la iniquidad queden impunes. Él no esconderá nuestro pecado debajo de la alfombra.
La muerte expiatoria de Cristo fue «penal». Es decir, él sufrió la pena en la que incurrieron nuestros pecados: el precio de la muerte. : «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados». : «Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia».
La muerte expiatoria de Cristo fue «penal». Es decir, él sufrió la pena en la que incurrieron nuestros pecados: el precio de la muerte. : «Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados». : «Llevó él mismo nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero, para que nosotros, estando muertos a los pecados, vivamos a la justicia».
Su muerte también fue sustitutiva. Él tomó la muerte que legítimamente merecíamos, en nuestro lugar. La idea de la sustitución se incorporó a la historia de Israel desde el principio. Solo piensa en el Éxodo, donde un cordero fue asesinado, por así decirlo, en vez de —en lugar de— el hijo mayor de la familia. No es de extrañar que Juan el Bautista llamara a Jesús el «Cordero de Dios» () y que Jesús muriera durante la Pascua. , él fue contado con los transgresores. : «Al que no conoció pecado [Cristo], por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él».
Por un lado, logró la propiciación de la ira de Dios, lo que significa que la buena ira de Dios contra el pecado ha sido resuelta y removida por el sacrificio de Cristo. Los libros proféticos del Antiguo Testamento muestran la buena ira de Dios contra toda iniquidad mientras él derrama la copa de su santa ira. Él bebió esa copa en la cruz por todos los que confían en Cristo.
Experimentó la justa oposición de Dios contra el pecado, la oposición que merecíamos conocer eternamente. Esto es a lo que Pablo se refiere en cuando dice: «Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero». El único obediente absorbió la maldición que merecían los pecadores desobedientes como nosotros.
La muerte de Cristo también logró la expiación, lo que significa que su muerte cubre por completo la culpa de nuestro pecado. Ya no somos culpables ante Dios, sino que somos declarados inocentes. : «He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo». La ley trae condenación porque expone cómo no cumplimos con los estándares de Dios, pero dice que Dios perdonó todas nuestras ofensas, «anulando el acta de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la cruz».
La resurrección de Cristo
La resurrección de Cristo
La resurrección de Cristo
3 Yo les transmití a ustedes lo más importante y lo que se me había transmitido a mí también. Cristo murió por nuestros pecados tal como dicen las Escrituras. 4 Fue enterrado y al tercer día fue levantado de los muertos, tal como dicen las Escrituras.
Las obras del Cristo exaltado comienzan con la resurrección. De acuerdo con el apóstol Pablo en , la resurrección es el fundamento de nuestra fe y esperanza, y dado que es el fundamento de la fe y esperanza del cristianismo, es esencial para los escritos del Nuevo Testamento.
La resurrección asegura nuestra regeneración
3 Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien según su gran misericordia, nos ha hecho nacer de nuevo a una esperanza viva, mediante la resurrección de Jesucristo de entre los muertos,
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Aquí, Pedro conecta explícitamente la resurrección de Jesús con nuestra regeneración o nuevo nacimiento.
En su primera carta, Pedro dice: En su resurrección, Jesús obtuvo por nosotros una nueva vida como la suya. No recibimos todo lo de esa nueva «vida de resurrección» cuando nos convertimos en cristiano
Cuando Jesús se levantó de entre los muertos tenía una nueva calidad de vida, una «vida de resurrección» en un cuerpo y espíritu humanos que eran perfectamente adecuados para la comunión y obediencia a Dios para siempre.
En su resurrección, Jesús obtuvo por nosotros una nueva vida como la suya.
La resurrección de Cristo asegura nuestra justificación
25 Él fue entregado a la muerte por causa de nuestros pecados, y resucitado para hacernos justos a los ojos de Dios.
En , Pablo dice que Jesús «fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación».
En , Pablo dice que Jesús «fue entregado por nuestras transgresiones, y resucitado para nuestra justificación». La resurrección de Cristo de entre los muertos fue la declaración de Dios de que había aceptado la obra de redención de Cristo. Al levantar a Jesús de la tumba, Dios el Padre estaba en efecto diciendo que aprobaba la obra de sufrimiento y muerte de Jesús por nuestros pecados, que su obra había sido consumada, y que Cristo ya no tenía necesidad de permanecer muerto. No quedaba ningún castigo que ser pagado por el pecado, no más ira de Dios, ni culpa ni responsabilidad por el castigo, todo había sido completamente cancelado y no quedaba culpabilidad alguna. En la resurrección, Dios estaba diciendo: «Apruebo lo que has hecho, y has hallado favor ante mis ojos».
La resurrección de Cristo de entre los muertos fue la declaración de Dios de que había aceptado la obra de redención de Cristo.
Al levantar a Jesús de la tumba, Dios el Padre estaba en efecto diciendo que aprobaba la obra de sufrimiento y muerte de Jesús por nuestros pecados, que su obra había sido consumada, y que Cristo ya no tenía necesidad de permanecer muerto.
No quedaba ningún castigo que ser pagado por el pecado, no más ira de Dios, ni culpa ni responsabilidad por el castigo, todo había sido completamente cancelado y no quedaba culpabilidad alguna.
En la resurrección, Dios estaba diciendo: «Apruebo lo que has hecho, y has hallado favor ante mis ojos».
Pero Dios en su gran amor y misericordia nos vida juntamente con Cristo, y «juntamente con él nos resucitó, y asimismo nos hizo sentar en los lugares celestiales con Cristo Jesús» (), entonces en virtud de nuestra unión con Cristo, la aprobación de Dios de Jesús también es su aprobación hacia nosotros.
Cuando el Padre, en esencia, dijo a Cristo: «Todo el castigo por los pecados ha sido pagado y no te encuentro culpable, sino justo delante de mí», al mismo tiempo hizo la declaración que se aplica a nosotros que hemos creído en Cristo.
De esta manera, la resurrección de Cristo también da la prueba final de que él había ganado nuestra justificación.