Sermon Tone Analysis

Overall tone of the sermon

This automated analysis scores the text on the likely presence of emotional, language, and social tones. There are no right or wrong scores; this is just an indication of tones readers or listeners may pick up from the text.
A score of 0.5 or higher indicates the tone is likely present.
Emotion Tone
Anger
0.05UNLIKELY
Disgust
0.06UNLIKELY
Fear
0.09UNLIKELY
Joy
0.62LIKELY
Sadness
0.11UNLIKELY
Language Tone
Analytical
0UNLIKELY
Confident
0UNLIKELY
Tentative
0UNLIKELY
Social Tone
Openness
0.13UNLIKELY
Conscientiousness
0.16UNLIKELY
Extraversion
0.47UNLIKELY
Agreeableness
0.59LIKELY
Emotional Range
0.14UNLIKELY

Tone of specific sentences

Tones
Emotion
Anger
Disgust
Fear
Joy
Sadness
Language
Analytical
Confident
Tentative
Social Tendencies
Openness
Conscientiousness
Extraversion
Agreeableness
Emotional Range
Anger
< .5
.5 - .6
.6 - .7
.7 - .8
.8 - .9
> .9
A. Definición y origen del legalismo
1. Definición de legalismo
En primer lugar, es menester definir lo que es el legalismo, puesto que no se podría aconsejar si no se sabe que es y por qué el Señor lo ve malo.
1. Definición de legalismo
El legalismo, lo define el diccionario de temas bíblicos como la creencia de que la salvación se halla y obtiene a través del cumplimiento completo de la Ley.[1] Se refiere a la actitud que toma una persona hacia el cumplimiento estricto de la ley; pero no necesariamente hacia sí mismo, sino, más bien, a la imposición de reglas y demandas, en su naturaleza “nuevas” hacia los demás.
Una persona puede ser celoso hacia la obediencia de la Ley y no ser considerada legalista, sino que el legalista es aquel que impone su celo por la ley a alguien más, exigiendo que cumpla con normas que no están escritas.
Pablo A. Deiros lo explicó de la siguiente manera:
El legalismo, lo define el diccionario de temas bíblicos como la creencia de que la salvación se halla y obtiene a través del cumplimiento completo de la Ley.[1] Se refiere a la actitud que toma una persona hacia el cumplimiento estricto de la ley; pero no necesariamente hacia sí mismo, sino, más bien, a la imposición de reglas y demandas, en su naturaleza “nuevas” hacia los demás.
Una persona puede ser celoso hacia la obediencia de la Ley y no ser considerada legalista, sino que el legalista es aquel que impone su celo por la ley a alguien más, exigiendo que cumpla con normas que no están escritas.
[El legalismo es un] Concepto que afirma que la religión o la moralidad consisten en la obediencia estricta a un código legal establecido.
Generalmente tiene una connotación peyorativa y sig.
una conformidad que no toma en cuenta el espíritu íntimo o el propósito de las leyes, y degenera en una mera observancia de sus elementos externos y formales.
El legalismo está en oposición con el utilitarismo[2] y la salvación por gracia.
Requiere obediencia a la ley sin consideración de las consecuencias y se apoya en el derecho a la redención por las buenas obras.
Los legalistas interpretan y aplican la Biblia como si fuese un código legal.[3]
Pablo A. Deiros lo explicó de la siguiente manera:
[El legalismo es un] Concepto que afirma que la religión o la moralidad consisten en la obediencia estricta a un código legal establecido.
Generalmente tiene una connotación peyorativa y sig.
una conformidad que no toma en cuenta el espíritu íntimo o el propósito de las leyes, y degenera en una mera observancia de sus elementos externos y formales.
El legalismo está en oposición con el utilitarismo[2] y la salvación por gracia.
Requiere obediencia a la ley sin consideración de las consecuencias y se apoya en el derecho a la redención por las buenas obras.
Los legalistas interpretan y aplican la Biblia como si fuese un código legal.[3]
Es palabras simples, el legalismo es un enfoque exterior sobre la moralidad y rectitud, dejando a un lado el espíritu de la ley misma, el cual es la fuente de una vida moralmente recta.
Y esta manera de pensar abundó en los tiempos de Jesús.
Cuando Jesús estaba realizando su ministerio los fariseos, gente celosa de la ley (que se va a hablar de ellos más adelante) llegaban y le hacían preguntas acerca de la Ley misma, con el fin de atraparle en una falta y arrestarlo.
Igualmente, en los tiempos de Pablo había personas de procedencia judía que exigían el cumplimiento de la Ley a los nuevos creyentes, los judaizantes[4].
Pero el espíritu legalista no surgió en los tiempos de Pablo, mucho menos con los fariseos en los tiempos de Jesús, sino que este pecado surgió miles de años atrás.
En el Edén, con la caída de Adán y Eva.
Es palabras simples, el legalismo es un enfoque exterior sobre la moralidad y rectitud, dejando a un lado el espíritu de la ley misma, el cual es la fuente de una vida moralmente recta.
Y esta manera de pensar abundó en los tiempos de Jesús.
Cuando Jesús estaba realizando su ministerio los fariseos, gente celosa de la ley llegaban y le hacían preguntas acerca de la Ley misma, con el fin de atraparle en una falta y arrestarlo.
Igualmente, en los tiempos de Pablo había personas de procedencia judía que exigían el cumplimiento de la Ley a los nuevos creyentes, los judaizantes[4].
Pero el espíritu legalista no surgió en los tiempos de Pablo, mucho menos con los fariseos en los tiempos de Jesús, sino que este pecado surgió miles de años atrás.
En el Edén, con la caída de Adán y Eva.
2. Origen del legalismo
Como se mencionó anteriormente, el espíritu de buscar hacer algo para recibir aceptación por parte de Dios, o tratar de distraer los ojos santos de Dios de la condición del hombre, tuv su origen en el momento en que Adán y Eva cayeron en pecado en el Edén.
La Biblia habla acerca de lo que sucedió: Adán buscó remediar la falta por esfuerzo humano.
2. Origen del legalismo
Como se mencionó anteriormente, el espíritu de buscar hacer algo para recibir aceptación por parte de Dios, o tratar de distraer los ojos santos de Dios de la condición del hombre, tuv su origen en el momento en que Adán y Eva cayeron en pecado en el Edén.
La Biblia habla acerca de lo que sucedió: Adán buscó remediar la falta por esfuerzo humano.
Dice Génesis 3.7 que “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos [Adán y Eva], y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
De manera sorprendente, lo primero que hicieron Adán y Eva después de haber desobedecido al mandato de Dios fue cubrir su desnudez.
Ernesto Trenchard llama a esto un vano intento de cubrir su falta ante quien ha cometido la falta.[5]
Inútilmente ellos quisieron remediar su condición a través de acciones que ellos pudieran hacer.
Y esto es lo que hizo el pecado en Adán y Eva, y en el resto de la humanidad: tratar de buscar un camino, una forma, un método de acercarse a Dios.
Matthew Henry comenta al respecto diciendo:
Dice Génesis 3.7 que “Entonces fueron abiertos los ojos de ambos [Adán y Eva], y conocieron que estaban desnudos; entonces cosieron hojas de higuera, y se hicieron delantales.”
De manera sorprendente, lo primero que hicieron Adán y Eva después de haber desobedecido al mandato de Dios fue cubrir su desnudez.
Ernesto Trenchard llama a esto un vano intento de cubrir su falta ante quien ha cometido la falta.[5]
Inútilmente ellos quisieron remediar su condición a través de acciones que ellos pudieran hacer.
Y esto es lo que hizo el pecado en Adán y Eva, y en el resto de la humanidad: tratar de buscar un camino, una forma, un método de acercarse a Dios.
Matthew Henry comenta al respecto diciendo:
Nótese aquí lo que ordinariamente constituye la locura de los que pecan.
(a) Que andan más solícitos en salvar su prestigio ante los hombres que en obtener el perdón de Dios.
(b) Que las excusas que los hombres inventan para cubrir o atenuar sus pecados, son vanas y frívolas.
Como los delantales de hojas de higuera, nunca arreglan el asunto, sino que lo echan a perder.[1]
De esta manera se explica el insaciable deseo del hombre de buscar hacer algo para sentirse bien consigo mismo, y así anhelar que las cosas entre Dios y él estén bien.
Sin embargo la Biblia explica abiertamente que esto no es posible porque
[1] Henry, M., & Lacueva, F. (1999).
Comentario Bı́blico de Matthew Henry (p.
21).
08224 TERRASSA (Barcelona): Editorial CLIE.
Nótese aquí lo que ordinariamente constituye la locura de los que pecan.
(a) Que andan más solícitos en salvar su prestigio ante los hombres que en obtener el perdón de Dios.
(b) Que las excusas que los hombres inventan para cubrir o atenuar sus pecados, son vanas y frívolas.
Como los delantales de hojas de higuera, nunca arreglan el asunto, sino que lo echan a perder.[6]
[1] Manser, M. H. Diccionario de temas bíblicos, G. Powell, Ed., (Bellingham, WA: Software Bíblico Logos, 2012).
De esta manera se explica el insaciable deseo del hombre de buscar hacer algo para sentirse bien consigo mismo, y así anhelar que las cosas entre Dios y él estén bien.
Sin embargo, la Biblia explica abiertamente que esto no es posible porque 1) todos somos pecadores, y aún nuestras mejores obras son manchadas por el pecado.
Isaías 64.6-7 dice:
Estamos todos infectados por el pecado y somos impuros.
Cuando mostramos nuestros actos de justicia, no son más que trapos sucios.
Como las hojas del otoño, nos marchitamos y caemos, y nuestros pecados nos arrasan como el viento.
Sin embargo, nadie invoca tu nombre ni te ruega misericordia.
Por eso tú te apartaste de nosotros y nos entregaste a nuestros pecados.
(NTV)
[2] El utilitarismo o hedonismo universal afirma como pauta moral la extensión del mayor placer posible y del menor dolor entre los seres sensibles.
Placer y felicidad son utilizados como términos casi sinónimos.
El u aboga por el individualismo, creyendo que cada persona es el mejor juez de lo que le traerá más placer y que, en consecuencia, se le debe dar la libertad de tomar la iniciativa, excepto cuando su conducta resulte en detrimento de otros.
[Pablo A. Deiros.
Prefacio a la Edición Electrónica.
In Diccionario Hispanoamericano de la misión (Nueva edición revisada, (Bellingham, WA: Logos Research Systems, 2006).]
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