Mantente Firme
En Lucas 18 Cristo dio una parábola de una mujer a un juez injusto, rogandole que le vengara de su juez injusto. El juez siempre la ignoraba, pero al darse cuenta que ella nunca lo dejaría descansar mientras no cesara de pedirle, y le concede lo que le pide.
Cuando los creyentes comienzan a desmayar
*Hebreos nos dice que para permanecer en la familia de Dios, debemos hacer uso de la gracia de Dios para permanecer firmes—seguir andando por fe. Así también, muchos versículos en Hebreos nos dicen cómo permanecer firmes.
• Permanecemos firmes cuando “consideramos al apóstol y sumo sacerdote de nuestra profesión, Cristo Jesús” (Heb 3:1).
• Permanecemos firmes cuando oímos la voz de Dios y no endurecemos el corazón, como los israelitas que no llegaron a la tierra prometida de Dios (Heb 3:7–19).
• Permanecemos firmes cuando oramos a Jesús, nuestro Sumo Sacerdote (Heb 4:14–16).
• Permanecemos firmes a medida que crecemos en la gracia, en vez de permanecer como bebés de Dios (Heb 5:11–6:2).
• Permanecemos firmes cuando consideramos cuán grande es nuestro nuevo pacto (Heb 8:1–13).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que hemos sido santificados, no por la sangre de animales, sino por la sangre del propio Hijo de Dios (Heb 9:1–28).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que el hombre está destinado a morir una vez y después enfrentar el juicio (Heb 9:27).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que Dios nos ha perdonado y ha prometido: “nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones” (Heb 10:17).
• Permanecemos firmes sin fluctuar cuando consideramos que el que ha prometido es fiel (Heb 10:23).
• Permanecemos firmes cuando nos animamos unos a otros y cuando asistimos a la iglesia semana tras semana (Heb 10:24–25).
• Permanecemos firmes cuando nos negamos a seguir pecando (Heb 10:26–31).
• Permanecemos firmes cuando recordamos lo que ya hemos pasado y el Jesús viene pronto (Heb 10:32–39).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que “sin fe es imposible agradar a Dios” y cuando pensamos en todos los héroes de la fe que se han aferrado antes que nosotros (Heb 11:1–12:1).
• Permanecemos firmes cuando “nos despojamos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corremos con paciencia la carrera que tenemos por delante, puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios” (Heb 12:1–2).
• Permanecemos firmes en los tiempos difíciles cuando recordamos que nuestro Padre Celestial disciplina a todos sus hijos (Heb 12:7–13).
• Permanecemos firmes cuando seguimos amándonos los unos a los otros como hermanos (Heb 13:1).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que Dios promete que nunca nos dejará y que siempre nos ayudará (Heb 13:5–6).
• Permanecemos firmes cuando recordamos que “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (Heb 13:8).
• Permanecemos firmes cuando alabamos continuamente a Dios, cuando hacemos lo bueno y compartimos y cuando obedecemos y nos sometemos a los líderes santos de la iglesia (Heb 13:15–17).
Estimado amigo, lector y hermano santo, no esté entre los que leen todas las advertencias de Hebreos pero niegan que debamos permanecer firmes para permanecer en la familia de Dios. ¡Más bien esté entre los que obedecen las advertencias, aprenden de las enseñanzas y permanecen firmes!
…la cual casa somos nosotros, si retenemos firme hasta el fin la confianza y el gloriarnos en la esperanza (Heb 3:6).