UN EVANGELIO QUE VENCE
La vida de Josué evidencia que jamás olvidó que el origen de sus constantes victorias provenía de la presencia de Dios con su pueblo. Asumió un liderazgo que promovía la devoción, fidelidad, obediencia y dependencia de Dios. Fruto de ello y en lo inmediato, cosechó victorias para su pueblo, dignidad en su liderago, pero por sobre todo, alineó su ministerio con los grandes planes de Dios, lo que marcó un hito en la historia de Israel y la posesión de su herencia divina. Aplicando hoy esta enseñanza, hay planes de Dios con muchos jóvenes para marcar el curso de sus vidas, sus familias, sus iglesias y las naciones actuales. La presencia de luchas no debe entenderse como la carencia de ese propósito, sino como el escenario que Dios escogió para que ese plan se lleve a cabo, pués Dios no hará nada sino por el camino de la fe, la obendiencia, la formación de caracter, la perseverancia y la piedad. Un jóven que no decida seguir los pasos de Josué está destinado al fracaso. Es solo la presencia de Dios, manifestada por su Espíritu en nosotros, lo que puede marcar la diferencia entre la victoria y la derrota.
UN EVANGELIO QUE VENCE
¿Qué sentido tienen las constantes luchas que enfrento a diario? ¿Realmente Dios tiene poder para darme la victoria? ¿Habrá un plan de Dios para mí o terminaré como tantos , vencido por las luchas y estrategias de Satanás? ¿Cómo puedo recibir la ayuda de Dios para enfrentar la lucha que hoy estoy librando?
INTRODUCCIÓN
Josué, una lección del poder de Dios
יְהוֹשׁוּעַ [yehošúa˓] Josué.
¿Qué sabemos de Josué?
Cuando ya era muy anciano, Josué convocó la asamblea en Siquem, el lugar donde Abraham, entrado en Canaán, había erigido el primer altar a Jehová; allí era donde las tribus iban a invocar sobre sí mismas las bendiciones y las maldiciones de Jehová. Josué pronunció un enérgico discurso, exhortando al pueblo a no abandonar a Jehová (24:1–28)
Josué, un valiente
Enséñanos de tal modo a contar nuestros días,
Que traigamos al corazón sabiduría.