¿Que estabas esperando? Matrimonios de calidad
Compromiso 2: Haremos del Crecimiento y el Cambio nuestra agenda diaria
Preferimos arruinarnos que cambiar,
Mejor morir en nuestro temor
Que subir a la cruz del momento
Y que nuestras ilusiones mueran.
W. H. AUDEN
Apunta al cielo y conseguirás que te den la tierra
Apunta a la tierra y no conseguirás lo uno ni lo otro.
C. S. LEWIS
¿Como puede vivir alguien asi?
todos somos gente “enmalezada” que necesitamos diariamente arrancar malezas personales y de relación para que las flores del amor y la gracia puedan crecer. Los pecadores (quienes, si acaso lo olvidas, somos todos nosotros) siempre arrastran su pecado a su matrimonio
Jeremías y tu matrimonio
Arrancando Malezas
Egoismo
Puesto que nada en nosotros está libre de pecado, necesitamos mirar a las evidencias del ADN del egoísmo moldeando la manera en que pensamos, deseamos, actuamos y respondemos en nuestro matrimonio
Afán
Con frecuencia, el matrimonio es lo que hacemos mientras hacemos todas las otras cosas que realmente determinan el contenido y el ritmo de nuestros horarios
Falta de atención
Estoy profundamente persuadido que muchos matrimonios se enferman simplemente por la negligencia.
El amor verdadero y permanente es conocer; es decir, es entregarse a amar al otro de maneras específicas según lo que él o ella son y lo que Dios les ha llamado a hacer
Auto justificación
¿Cuán activo se pone tu “abogado interno” para defenderte silenciosamente mientras tu cónyuge está hablando? ¿Tiendes a pensar que toda la maleza en tu matrimonio es causa de tu esposo o esposa?
Miedo
es una manera de ver tu mundo que le da forma a los pensamientos de tu corazón y determina la manera que respondes. Quizás tu lucha es con el miedo al fracaso
Indolencia
Es la habilidad de salirnos del aprieto. Es la disposición a permitirnos no hacer las cosas que sabemos que deberíamos hacer. Es creer que las cosas buenas deberían llegar sin tener que trabajar por conseguirlas. Es optar por lo que es cómodo para nosotros mismos en lugar de lo que es mejor para nuestro cónyuge
Plantando semillas
Nunca entenderás los conflictos de tu matrimonio hasta que comiences a enfrentar la realidad de algo que vive dentro de ti que es destructivo para tus relaciones. La Biblia le da un nombre a este algo: pecado.
Las tres herramientas más familiares de la manipulación en el matrimonio son la amenaza, el pago y la culpa
¿Qué tienen en común todas estas acciones que Pablo registra? ¿Cuál es la hebra que los une? El egoísmo. Eso es lo que asecha cada corazón y es el enemigo de la unidad, el amor y el entendimiento que todos decimos queremos en nuestro matrimonio
Plantando semillas
Estamos comprometidos a plantar intencionalmente las buenas semillas de una relación sana en el terreno de nuestro matrimonio
El problema en nuestros matrimonios no es principalmente que no haya suficiente amor del uno al otro; el problema es que no amamos a Dios lo suficiente y por no amarlo a Él como se debe, no nos amamos entre nosotros como nos deberíamos amar.
En lugar de esforzarte por manejar a tu cónyuge para que te sirva, hallas gozo y satisfacción en descubrir maneras de servirle a él o ella. Quieres mirar hacia las inminentes necesidades venideras. Quieres hacer cosas que le produzcan gozo. Quieres compartir sus penas y sobrellevar sus cargas. Cuando estos deseos son mutuos, tu matrimonio no se vuelve perfecto, pero se convierte en un lugar donde la verdadera unidad, entendimiento y amor tienen lugar para vivir, respirar y crecer.
¿Cómo luce vivir esta vida de amor? ¿Qué significa en la práctica plantar nuevas semillas de amor en tu matrimonio? Bueno, hay otra lista en Gálatas 5 llamada “el fruto del Espíritu.” No puede haber un mejor catálogo de las cualidades del carácter de un buen matrimonio que esta lista. Si quieres arrancar las malezas de la manipulación de tu matrimonio y entregarte a una agenda de amor, entonces esta lista es para ti. Considera estas palabras: amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre y templanza (Gal. 5:22–23).
¿Cómo luce dedicarse a servir a tu cónyuge en amor? Bueno, luce como levantarse por la mañana y dedicarse a buscar maneras concretas de amar a tu esposo o esposa. ¿Dónde es que tiende él a desanimarse o a sentirse abrumado? ¿Cuáles son las tareas diarias en la cuales ella necesita ser apoyada? ¿Cómo puedes comunicar tu afecto de manera especial? Tal vez una tarjeta inesperada en la bolsa de su almuerzo, o enviarle flores o una llamada a medio día solo para decirle, “te amo.” Quizás puedas comunicar tu amor no prendiendo el televisor y estando dispuesto a hablar en lugar de eso. Probablemente el amor pueda ser comunicado arreglando algo que está quebrado, simplemente porque arreglarlo le facilitará la vida a tu esposa. Quizás pueda ser comunicado mejor estando dispuesto a realizar la tarea que usualmente le corresponde al otro. No hay escasez de oportunidades para amar; el asunto es, ¿las vemos y estamos determinados a responder a ellas? ¿Diría tu esposo o tu esposa que eres una persona amorosa?
Servir en amor implica estar entregado al gozo. ¿De qué se trata el gozo? Se trata de buscar razones para estar agradecido. Significa que aprecias tus bendiciones mejor de lo que calculas tus quejas. Se trata de comunicar aprecio; de dejarle saber a tu esposa cuánto significan para ti las cosas que ella hace por ti. Se trata de agradecerle a Dios diariamente por tu matrimonio, aun cuando sea menos que perfecto. El gozo significa buscar lo bueno en el otro y animarlo cuando lo encuentras. ¿Te describiría tu esposo o esposa como una persona agradecida?
Servir en amor requiere estar comprometido a la paz. Admitámoslo: hay una alarmante cantidad de conflictos en cada una de nuestras vidas. Casi cada día nos enojamos, nos impacientamos, nos irritamos, nos resentimos o nos decepcionamos con alguien. Nuestro pecado hace fácil que queramos más la guerra que la paz, y la mayoría de nuestras luchas son sobre asuntos de mínimas consecuencias a largo plazo. Claro que hay momentos cuando las implicaciones son elevadas y podemos estar luchando por cosas que pueden alterar nuestras vidas, pero esos momentos son raros. Tristemente, muchos de nosotros nos encendemos fácilmente, somos intolerantes con las faltas de otros y rápidos para irritarnos con cualquiera que se interponga en nuestro camino.
Así que, si realmente estamos determinados a la paz, alegremente dejaremos pasar las ofensas menores. Estaremos rápidamente dispuestos a perdonar. Nos esforzaremos por restaurar las relaciones cuando algo nos ha separado. Nos será más atractiva la unidad que ganar un argumento, y más llamativa la paz que el poder. Estaremos dispuestos a escuchar y dispuestos a pensar bien antes de hablar. No permitiremos que resuciten ofensas que ya han sido perdonadas, y estaremos dispuestos a confesar rápidamente cuando nos hemos equivocado. Nunca iremos a la cama mientras aún estemos enojados, y buscaremos proteger nuestro matrimonio de cualquier cosa que pueda interrumpir nuestra paz. ¿Diría tu cónyuge que tú eres pacificador o pacificadora?
Servir a nuestro cónyuge en amor también significa estar determinado a responderle de manera afectuosa y hacer solo lo que es bueno para él o ella. Piensa un momento: ser afectuoso y hacer lo que es bueno son determinaciones que todos se hacen durante el cortejo. ¿Por qué? Porque el uno trata de conquistar al otro. Pero luego que se casan, ambos tienden a bajar la guardia. En tu caso, tal vez eso signifique no ser tan educado y paciente como cuanto cortejabas a tu esposa. Quizás significa criticarla más de lo que jamás lo habrías hecho cuando tratabas de conquistarla. O puede ser que fallas en ponerla en el primer lugar como lo hacías antes de casarse. Tal vez significa hacer cosas rudas que nunca habrías considerado hacer cuando intentabas ganarte su afecto. ¿Diría tu cónyuge que tu eres afectuoso o afectuosa?
Servir en amor también significa ser fiel a los votos que hiciste al casarte. La fidelidad es seguramente una de las cualidades del carácter esenciales en un buen matrimonio. La fidelidad comienza con tus pensamientos y deseos. ¿Te das libertad para fantasear que dejas a tu cónyuge o que te casas con otra persona? ¿Miras o piensas a veces acerca de otro hombre o mujer de maneras que no deberías? ¿Te dedicas aun a amar tu esposa como prometiste que lo harías cuando hiciste tus votos matrimoniales públicos? ¿Hay algunas otras cosas que se interponen como el trabajo, los proyectos individuales, los hijos, el afán, la falta de atención, la ociosidad, el olvido, la amargura, o los intereses propios? ¿Diría tu esposa que ustedes han sido fieles en todo lo que han prometido?
Servir en amor significa estar dispuesto a la gentileza. ¿Qué es la gentileza? Es no dañar algo mientras está en nuestras manos. Un niño hace una tarjeta a su mamá pero le falta gentileza, de modo que cuando le da la tarjeta está arrugada, doblada y manchada. Con frecuencia toleramos demasiada severidad, rudeza y enojo al hablar con nuestro cónyuge. En nuestra contrariedad y dolor, nuestras respuestas carecen de gentileza, profundizando la dificultad con la cual ya tenemos dificultades. Un corazón apacible y una respuesta suave son herramientas muy poderosas en las manos de un Dios de gracia transformadora. La gentileza no debe ser confundida con debilidad; la gentileza es una confianza tranquila en el poder de Dios para cambiar lo que tiene que ser cambiado. Es el reconocimiento de que si pudiéramos cambiar a otra persona por el volumen de nuestra voz, el poder de nuestro vocabulario y la fuerza de nuestra personalidad ¡Jesús no habría tenido que venir! ¿Te describiría tu esposo o esposa como alguien gentil?
Servir en amor significa tener la determinación de ejercitar diariamente el auto control. Un buen matrimonio siempre es el resultado de decir no, no a la otra persona sino a ti mismo. Si quieres dañar tu matrimonio, ve a donde tus deseos y tus emociones te lleven. En apasionados momentos de desacuerdo, en terribles momentos de desengaño, y en desalentadores momentos de dolor, te sentirás tentado a hacer y decir cosas que no solo son erradas sino incrementarán el problema que estás experimentando. El desacuerdo es difícil, pero no tiene que degenerar en una guerra personal. El desengaño es duro, pero no tiene que dar lugar a un ataque personal. Es doloroso cuando has sido lastimado, pero responder agresivamente no es nunca un paso hacia la reconciliación. Puede ser que no haya una característica matrimonial más necesaria que la del auto control. Es la constante disposición a criticar tus propios pensamientos, editar tus palabras y restringir tu conducta por amor a tu cónyuge y a lo que es bueno. El auto control significa que simplemente tú no te permitirás actuar baja y suciamente. Tomarás el tiempo que necesites para estar en una posición desde la cual puedas hablar y actuar con amor, sabiduría, gracia y gentileza, y estar comprometido con la unidad, el entendimiento y la paz.