El Legalista vs EL Espiritual (Gálatas XVI)
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El Legalista vs EL Espiritual
El Legalista vs EL Espiritual
1 Hermanos, aun si alguno es sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradlo en un espíritu de mansedumbre, mirándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
2 Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
3 Porque si alguno se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo.
4 Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro.
5 Porque cada uno llevará su propia carga.
Pablo cambia su introducción deja de ser ese Pablo incisivo y duro con él los creyentes de Gálatas para volcarse con con una palabra de amor, de pronto toma una bocanada de aire (énfasis añadido) y dice “Amados Hermanos o Hermanos” dependiendo de la versión.
Pablo cambia su tono al escribir, tambien debemos de recordar que está hablando con los creyentes de Galacia una región que ha sido abordada por un grupo de judíos que se habían vuelto al cristianismo obligando a todo el que venía Cristo a participar de su ritos ceremoniales, a volverse un a la religión judía.
El Legalista y El Espiritual
El legalista no se interesa en llevar las cargas. Por el contrario, él aumenta las cargas de otros.
10 Ahora pues, ¿por qué tentáis a Dios poniendo sobre el cuello de los discípulos un yugo que ni nuestros padres ni nosotros hemos podido llevar?
Este fue uno de los pecados de los fariseos en los tiempos de Cristo:
4 Atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre las espaldas de los hombres, pero ellos ni con un dedo quieren moverlas.
Este fue uno de los pecados de los fariseos en los tiempos de Cristo: “Porque atan cargas pesadas y difíciles de llevar, y las ponen sobre los hombros de los hombres; pero ellos ni con un dedo quieren moverlas” (). El legalista siempre es más duro con los demás que consigo mismo, pero el creyente guiado por el Espíritu Santo demanda más de sí mismo que de los demás para que así pueda ser de ayuda para otros.
El legalista siempre es más duro con los demás que consigo mismo, pero el creyente guiado por el Espíritu Santo demanda más de sí mismo que de los demás para que así pueda ser de ayuda para otros.
El legalista siempre es más duro con los demás que consigo mismo, pero el creyente guiado por el Espíritu Santo demanda más de sí mismo que de los demás para que así pueda ser de ayuda para otros.
Pablo presenta un caso hipotético de un creyente que de repente tropieza y cae en pecado. La palabra “sorprendido” indica que no se trata de un caso de desobediencia deliberada.
¿Por qué usa Pablo esta ilustración? Porque nada revela mejor la maldad del legalismo que la manera en que los legalistas tratan a los que han pecado.
Acuérdate de los fariseos que arrastraron a la mujer adúltera delante de Cristo (), y aquella multitud de judíos que casi mató a Pablo, pensando que él había profanado el templo al meter allí a los gentiles ().
(Los legalistas no necesitan ni hechos ni pruebas, sino solamente rumores y sospechas, porque su imaginación autojustificante se encargará del resto.)
Así que, en este párrafo, Pablo presenta unos contrastes entre el trato del legalista y el del espiritual hacia el hermano que ha pecado.
En lugar de tratar de restaurar al hermano errado, el legalista lo condenará y entonces usará a este hermano para quedar bien.
El legalista se regocija cuando el hermano cae, y a menudo da al asunto una amplia publicidad, porque entonces se puede enorgullecer de lo bueno que es él, y de cuánto mejor es su grupo que el del hermano caído.
El contraste de actitud. El creyente dirigido por el Espíritu de Dios tiene espíritu de mansedumbre y amor, mientras que el legalista tiene una actitud de orgullo y condenación. El legalista piensa que no necesita considerarse a sí mismo, porque quiere dar la impresión que nunca podría cometer un pecado que mereciera la disciplina de la iglesia. Mas el creyente que vive por gracia se da cuenta de que no hay hombre exento de caer. “El que piensa estar firme, mire que no caiga” (). Tiene una actitud de humildad porque se da cuenta de su propia debilidad.
Pero hay otro contraste: El creyente espiritual conoce el amor de Cristo en su propio corazón. La ley de Cristo es “Os améis unos a otros…” (; ).
Ayudando a nuestros hermanos
Ser “vanidosos” –buscar nuestra propia gloria en las relaciones– quiere decir que, no importa cuán cerca estemos de otros, nuestro trato hacia ellos siempre estará teñido de egoísmo.
El evangelio socava eso; nos capacita para vivir como “hermanos” (6:1). Y los hermanos (y las hermanas) son capaces de animarse entre ellos en sus vidas cristianas.
“Si alguno fuere sorprendido en alguna falta” (v 1)...
la superioridad vanidosa nos impulsará a despreciarlos, a estar contentos de que no somos cómo ellos y a sentirnos justos.
Señalar su pecado simplemente será una oportunidad para enfatizar cuán buenos nos vemos en comparación con ellos.
La inferioridad vanidosa hará que envidiemos la vida que ellos están llevando, sin importar lo pecaminosa que sea; o hará que ansiemos tanto su aprobación que no nos arriesguemos a señalarles su fracaso de vivir de acuerdo con el evangelio.
¿Qué haría un “hermano” que sabe que ellos son hijos de Dios? Pablo dice que no ignoremos la situación cuando veamos a alguien “sorprendido” en un pecado.
Esto indica que el comportamiento pecaminoso es un patrón y que, en un sentido, un pecado en particular ha tomado la delantera con esta persona.
Es un hábito de comportamiento pecaminoso que la persona no será capaz de vencer sin la ayuda y la intervención externa.
“El amor cubre multitud de pecados” () –no debemos ser prontos para criticar ni para señalar a las personas sus faltas (ver también , ).
Pero no debemos descuidar a alguien “sorprendido” (descarriado) por un pecado. Esto indica que el comportamiento pecaminoso es un patrón y que, en un sentido, un pecado en particular ha tomado la delantera con esta persona. Es un hábito de comportamiento pecaminoso que la persona no será capaz de vencer sin la ayuda y la intervención externa.
Los cristianos no deben ser ni rápidos para criticar, ni temerosos para confrontar.
Aceptaremos nuestra responsabilidad de ayudar, como hermanos llenos del Espíritu.
Pablo está hablando a “ustedes que son espirituales” (v 1); es decir, a los que “viv[en] por el Espíritu” (5:16, 25).
Los cristianos no deben ser ni rápidos para criticar ni temerosos para confrontar. Aceptaremos nuestra responsabilidad de ayudar, como hermanos llenos del Espíritu. Pablo está hablando a “ustedes que son espirituales” (v 1); es decir, a los que “viv[en] por el Espíritu” (5:16, 25). No decir, a los que “viv[en] por el Espíritu” (5:16, 25). No se está refiriendo a algún grupo súper espiritual de cristianos de élite; él está diciendo a los cristianos comunes y corrientes: Si ustedes siguen los deseos del Espíritu, harán esto. Esta responsabilidad le corresponde a cualquier persona que esté tratando de vivir una vida cristiana. ¿Cuál será nuestra meta? “Restaurarlo con una actitud humilde” (v 1). El griego que aquí se traduce “restaurar” es katartizdo.
No se está refiriendo a algún grupo súper espiritual de cristianos de élite; él está diciendo a los cristianos comunes y corrientes: Si ustedes siguen los deseos del Espíritu, harán esto. Esta responsabilidad le corresponde a cualquier persona que esté tratando de vivir una vida cristiana. ¿Cuál será nuestra meta? “Restaurarlo con una actitud humilde” (v 1). El griego que aquí se traduce “restaurar” es katartizdo.
16 Digo, pues: Andad por el Espíritu, y no cumpliréis el deseo de la carne.
25 Si vivimos por el Espíritu, andemos también por el Espíritu.
gala
No se está refiriendo a algún grupo súper espiritual de cristianos de élite; él está diciendo a los cristianos comunes y corrientes:
Si ustedes siguen los deseos del Espíritu, harán esto.
Esta responsabilidad le corresponde a cualquier persona que esté tratando de vivir una vida cristiana.
¿Cuál será nuestra meta? “Restaurarlo con una actitud humilde” (v 1). El griego que aquí se traduce “restaurar” es katartizdo.
Este era el término que se usaba para poner en su lugar un hueso dislocado. Un hueso dislocado es extremadamente doloroso porque no está en la relación diseñada y natural que debe tener con las otras partes del cuerpo.
Poner un hueso en su lugar inevitablemente causará dolor, pero es un dolor que cura.
Quiere decir que hemos de confrontar, aun cuando hacerlo sea doloroso, porque nuestra confrontación debe tener en la mira provocar un cambio en la vida y en el corazón.
Pero un “hermano” confrontará “con una actitud humilde”. Pablo dice que esta humildad solo surgirá cuando se “cuide cada uno, porque también puede ser tentado” (v 1). Este es un consejo difícil pero práctico
No vamos a poder confrontar a alguien de manera cautivadora, si pensamos que no somos capaces de cometer un pecado similar o igual.
Si pensamos que estamos por encima de la persona, nuestro aire de superioridad aparecerá y destruiremos en vez de restaurar.
Llevar las cargas los unos de los otros Confrontar a alguien sorprendido en un pecado es una manera de “ayud[arse] unos a otros a llevar sus cargas” (v 2), aunque, por supuesto, no es la única manera.
En el versículo 2 Pablo está uniendo la propuesta de centrarse en el otro –que reemplaza la vanidad a medida que el Espíritu arraiga nuestro sentido de valor en Cristo– con la obediencia a la ley motivada por el evangelio que esquematizó en el capítulo 5. “Hermanos… que son espirituales” (6:1) “ayúdense unos a otros a llevar sus cargas, y así cumplirán la ley de Cristo” (v 2). El versículo 2, entonces, refleja al 5:1314: “Sírvanse unos a otros con amor toda la ley se “Sírvanse unos a otros con amor… toda la ley se resume en un solo mandamiento: Ama a tu prójimo como a ti mismo”.
La ley de Cristo es la ley que se resume en ama a tu prójimo.
La ley de Cristo es la ley que se resume en ama a tu prójimo.
¿Por qué la ley de ama a tu prójimo se llamaría la ley de Cristo? Porque Cristo es el ejemplo máximo e insuperable de esta clase de amor.
Debemos amar a los demás como Cristo nos amó
; ). Aunque toda la ley del Antiguo Testamento se podría resumir en el mandamiento de amar, es la vida de Cristo y Su muerte lo que se convierte en la suprema encarnación de lo que debería ser este amor.
34 Un mandamiento nuevo os doy: que os améis los unos a los otros; que como yo os he amado, así también os améis los unos a los otros.
32 Sed más bien amables unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, así como también Dios os perdonó en Cristo.
Aunque toda la ley del Antiguo Testamento se podría resumir en el mandamiento de amar, es la vida de Cristo y Su muerte lo que se convierte en la suprema encarnación de lo que debería ser este amor.
). Aunque toda la ley del Antiguo Testamento se podría resumir en el mandamiento de amar, es la vida de Cristo y Su muerte lo que se convierte en la suprema encarnación de lo que debería ser este amor.
Cuando contemplamos Su vida, Su actitud y todos Sus tratos, tenemos en un sentido, “una ley”, un modelo sobrecogedor de la clase de vida que debemos vivir.
Cuando contemplamos Su vida, Su actitud y todos Sus tratos, tenemos en un sentido, “una ley”, un modelo sobrecogedor de la clase de vida que debemos vivir. Colocando 6:2 y 5:1314 juntos, podemos ver que “sírvanse unos a otros con amor” significa “ayúd[ense] unos a otros a llevar sus cargas”. Esto hace que el noble concepto de amor se haga práctico. No debemos dejar que las personas lleven solas sus cargas. Estas “cargas” pueden ser una simple obligación, como criar un hijo o renovar una habitación. O pueden ser una dificultad, un problema. Al caracterizar las
Carga tu propia carga
Carga tu propia carga
Sin embargo, no podremos sobrellevar las cargas de otros a menos que tengamos una correcta imagen de nosotros mismos, basada en el evangelio.
Los versículos 3-5 son, en esencia, una discusión fascinante de la humildad y el orgullo.
Es importante ver cómo se va desarrollando el tema de la religiosidad apenas abordamos el capítulo seis podemos ver como Pablo cambia su introducción deja decir ese Pablo incisivo y duro con él los creyentes de Gálatas para volcarse con con una palabra de amor cuando dice en diferentes versiones podemos ver que dice amados hermanos en otras dice hermanos y podemos entonces ver como Pablo cambia su tono de hablar o de escribir debemos de recordar que está hablando con los clientes de Galacia una región que ha sido abordada por un grupo de judíos que se habían vuelto al cristianismo y por alguna pasó podemos ver en hechos 15 que ellos habían creado un concilio Jerusalén en donde obligaban a todo el que venía Cristo a todo el que creí en Cristo a participar de su ritos ceremoniales a a volverse un a la religión judía y podemos ver que la religión judía está llena de tradiciones y estas tradiciones entre más se cumplían el judío era más grande era tenía cosas de qué clase de que gloriarse así que podemos ver como esto también Pablo no quiere atacar porque en algún punto estos hermanos habían empezado hacer separaciones de los demás creyentes haciéndose más importante es unos de los otros habían personas que participaban de todos los ritos ceremoniales y otros no y es allí entonces en donde podemos ver que la religiosidad nuevamente está involucrada en los creyentes y no hay nada más jactancioso y nada más decí oso para un religioso que hacer una separación entre él y el pecador nadie podía buscar más a un pecador para hacer justicia con sus propias manos comparándose con el mismo sacando pecho de sus actitudes sacando pecho de su comportamiento para con las demás personas y aprovechando la situación del pecado y Pablo toma un momento en esta carta para hablar nuevamente de Cristo y su ejemplo.
3 Porque si alguno se cree que es algo, no siendo nada, se engaña a sí mismo.
4 Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro.
5 Porque cada uno llevará su propia carga.
galatas 6.
comienza con “porque”; es decir, si cometes el error resumido en el versículo 3, no podrás sobrellevar la carga del versículo 2.
Así que, “si alguien cree ser algo, cuando en realidad no es nada” (v 3), va a creerse demasiado importante como para tener un corazón de siervo – para mirar alrededor y ver las cargas de los demás y ayudarlos.
La traducción de la NVI no lo refleja pero la RV, en el versículo 3, comienza con “porque”; es decir, si cometes el error resumido en el versículo 3, no podrás sobrellevar la carga del versículo 2. Así que, “si alguien cree ser algo, cuando en
2 Llevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.
Esta es una dura advertencia y no debemos relativizar la declaración de Pablo de que “no es nada”.
Esta es una dura advertencia y no debemos relativizar la declaración de Pablo de que “no es nada”.
Por supuesto, un cristiano está lleno de esperanza y confianza, pero es por Cristo. Como Jesús mismo lo dijo: “Separados de mí no pueden ustedes hacer nada” ().
Se necesita una humildad que se centre en Cristo para sobrellevar las cargas de otros. Sin embargo, existe una legítima “presunción” que un cristiano puede tener (v 4).
4 Pero que cada uno examine su propia obra, y entonces tendrá motivo para gloriarse solamente con respecto a sí mismo, y no con respecto a otro.
Esta es totalmente distinta del orgullo vanidoso de la superioridad o de la inferioridad, que hace de nosotros, y de nuestra gloria, la base de nuestros motivos y acciones.
Esta es totalmente distinta del orgullo vanidoso de la superioridad o de la inferioridad, que hace de nosotros, y de nuestra gloria, la base de nuestros motivos y acciones. La vanidad lleva al cristiano a “compararse con los demás” (v 4 PDT) en un intento por sentirse orgulloso o valioso. Por un lado, puede que no seamos muy amorosos; pero si estamos rodeados de personas egoístas, vamos a tener un gran orgullo en nuestro amor relativo, y no vamos a buscar crecer en amor.
La vanidad lleva al cristiano a “compararse con los demás” (v 4 PDT) en un intento por sentirse orgulloso o valioso.
4 Presta mucha atención a tu propio trabajo, porque entonces obtendrás la satisfacción de haber hecho bien tu labor y no tendrás que compararte con nadie.
Por un lado, puede que no seamos muy amorosos; pero si estamos rodeados de personas egoístas, vamos a tener un gran orgullo en nuestro amor relativo, y no vamos a buscar crecer en amor.
Por otro lado, podemos estar cumpliendo con las capacidades que Dios nos ha dado pero, ya que estamos rodeados por personas talentosas, estaremos muy desalentados y no personas talentosas, estaremos muy desalentados y no apreciaremos lo que Dios ha hecho por nosotros y lo que nos ha dado. En cambio, debemos “examin[ar] nuestra propia conducta” (v 4).
Esto quiere decir que debemos evaluar nuestras propias oportunidades (dones y pruebas según Dios nos haya dado) y nuestras propias respuestas a ellas.
En un sentido, debemos juzgarnos a nosotros mismos. No nos compararemos con alguien que ha hecho menos que nosotros (sintiendo así un orgullo vanidoso) o con alguien que ha hecho más (sintiendo así una desesperación o envidia vanidosa).
5 Porque cada uno llevará su propia carga.
¡¿Cómo podemos tal vez “ayud[arnos] unos a otros a llevar [nuestras] cargas” (v 2) cuando “cada uno [debe] carg[ar] con su propia responsabilidad” (v 5)?! Porque responsabilidad no es lo mismo que cargas.
¡¿Cómo podemos tal vez “ayud[arnos] unos a otros a llevar [nuestras] cargas” (v 2) cuando “cada uno [debe] carg[ar] con su propia responsabilidad” (v 5)?! Porque responsabilidad no es lo mismo que cargas.
La palabra griega que se traduce “cargas” quiere decir un peso pesado, pero la palabra griega que se traduce “responsabilidad” se refiere a una clase de mochila. El versículo 5 quiere decir que Dios nos ha dado a cada uno de nosotros un conjunto diferente de dificultades y oportunidades, un conjunto diferente de debilidades y dones. Estas dificultades y oportunidades son nuestra “responsabilidad” –nuestra responsabilidad
El contraste de propósito. El hombre espiritual procurará restaurar al hermano en amor, mientras que el legalista lo explotará. La palabra “restaurar” significa remendar como a una red de pescar, o restaurar un hueso roto. Si tú alguna vez has tenido un hueso roto, sabes cuán doloroso es restaurarlo.
En lugar de tratar de restaurar al hermano errado, el legalista lo condenará y entonces usará a este hermano para quedar bien.
El legalista se regocija cuando el hermano cae, y a menudo da al asunto una amplia publicidad, porque entonces se puede enorgullecer de lo bueno que es él, y de cuánto mejor es su grupo que el del hermano caído.
El contraste de actitud. El creyente dirigido por el Espíritu de Dios tiene espíritu de mansedumbre y amor, mientras que el legalista tiene una actitud de orgullo y condenación.
El legalista piensa que no necesita considerarse a sí mismo, porque quiere dar la impresión que nunca podría cometer un pecado que mereciera la disciplina de la iglesia.
Mas el creyente que vive por gracia se da cuenta de que no hay hombre exento de caer. “El que piensa estar firme, mire que no caiga” (). Tiene una actitud de humildad porque se da cuenta de su propia debilidad.
Pero hay otro contraste: El creyente espiritual conoce el amor de Cristo en su propio corazón. La ley de Cristo es “Os améis unos a otros…” (; ).
No hay contradicción entre los versículos 2 y 5, porque se usan dos palabras griegas diferentes para “cargas”. En el versículo 2 la palabra significa una carga pesada, mientras que la del versículo 5 describe a la mochila de un soldado. Debemos ayudarnos unos a otros a llevar las cargas de la vida, pero hay responsabilidades personales que cada uno debe llevar por sí mismo. Cada soldado debe cargar su propia mochila. Si mi auto se descompone, mi vecino puede ayudarme llevando a mis hijos a la escuela, pero no puede asumir las responsabilidades que me corresponden como padre de mis hijos.