¿Cómo ponemos nuestra familia en la mano de Dios?

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Dios trae salvación a cada uno de nosotros, y con ella a nuestra casa, debemos estar agradecidos con esto, todos los que están bajo nuestra autoridad, bajo nuestro techo que pueden escuchar, entender y y creer en el evangelio, sin embargo eso no incluye a los niños, de nuestra casa, ellos necesitan ser instruidos en el camino de Dios, como su palabra lo demanda

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Introducción:

Una vez conocí a una pareja, María y Juan, un matrimonio que estaba en una situación difícil, tan difícil que estaban por separarse, ¨No hay salida a la situación, decía él, sin embargo ella, decía: ¨Yo deseo que hagamos nuestro mejor esfuerzo por mantener nuestro hogar¨
Dos niños, uno de 7 años, y otro de 5 años, estaban en medio de ellos, en su ingenuidad y simpleza natural, reclamaban su derecho a tener un padre y una madre, eso lo hacían de esta forma, cada vez que los veían discutir, procuraban abrazarle para que dejaran de seguir discutiendo.
En esos días, María tuvo un encuentro personal con Jesús y este encuentro le ayudó a hacer cambios en su manera de llevar su relación de matrimonio, influenciando de gran manera su relación de pareja, . La situación mejoró hasta tal punto que Juan también conoció al Señor y desde ese entonces el panorama se despejó para esta pareja, pudieron fijar metas, y edificar su relación de pareja y su familia sobre las bases solidas que proporciona la palabra de Dios.
Ellos procuraron establecer una familia duradera donde Dios gobierna, y sus principios y valores están prevaleciendo antes que ellos mismos, estudian la Biblia con Disciplina y aprenden pautas de vida y cómo orar siempre al Señor.
Así debe ocurrir en cada familia, cuando llegamos a conocer a Jesús y a experimentar el amor de Dios, todo cambia, todo debe venir en un proceso de mejorar considerablemente nuestra vida y nuestra familia, a través del estudio de su palabra y la practica constante de principios y valores Cristianos.
Ahora, porque se dan estos cambios, tan rotundos en una familia, cuando los cónyuges han entregado su vida al Señor:

Dios comienza a cumplir lo que en su palabra establece.

En la lectura de hoy encontramos un versículo que tiene un significado muy importante para nosotros: Hechos 11:14
Hechos de los Apóstoles 11.14 RVA
14 El te hablará palabras por las cuales serás salvo tú, y toda tu casa."
Estamos hablando de el encuentro de Pedro con Cornelio en su casa, en el momento que este le contaba la visión que él había tenido.
El contenido de este pasaje, tiene relación con un texto muy conocido y repetidos por todos, me refiero al del carcelero de Filipos en Hechos 16:30-31
Hechos de los Apóstoles 16.30–31 RVA
30 Sacándolos afuera, les dijo: —Señores, ¿qué debo hacer para ser salvo? 31 Ellos dijeron: —Cree en el Señor Jesús y serás salvo, tú y tu casa.
Aquí entendemos que lo que Dios está diciendo es que los que están bajo autoridad y cuidado primero de Cornelio, en el verso 14, del capítulo 11 y luego del carcelero, podían comprender el evangelio y también creer.
Lo mismo que pasó con Lidia en el verso 15:
Hechos de los Apóstoles 16.15 RVA
15 Como ella y su familia fueron bautizadas, nos rogó diciendo: "Ya que habéis juzgado que soy fiel al Señor, entrad en mi casa y quedaos." Y nos obligó a hacerlo.
Cuando habla también de su familia, se refiere a todos los de su casa, a los siervos y sus huéspedes que pueden escuchar, comprender y creer en el evangelio.
Entonces entendemos que a través de nosotros , Dios puede traer la salvación y la bendición de una vida diferente y sobre todo mejor, para todos aquellos que están en nuestras casas.
Sin embargo la mayoría de los comentaristas, no incluyen a los niños, ¿Por qué?
Es sencillo a los niños hay que enseñarles, hay que instruirlos, no son adultos, no comprenden de la misma manera que los adultos.
Esto trae una responsabilidad importante a los padres:

2. Los padres necesitamos instruir a los niños en su palabra, enseñarles lo que Dios dice.

Proverbios 22:6
Proverbios 22.6 RVA
6 Instruye al niño en su camino; y aun cuando sea viejo, no se apartará de él.
El llamado de Dios es a dirigir a nuestros hijos por el camino de Dios, ¿ Cuál camino?, su palabra, el conocimiento de Dios, el conocimiento de Jesús, Jesús dijo, Juan 14:6 ¨Yo soy el camino¨
y si enseñamos ese camino, aún cuando esté viejo, no lo olvidará, siempre recordará este camino, aunque se llegare a desviar a extraviar, ese camino, siempre volverá a su mente, porque fue instruido en el.
Recuerda al hijo prodigo. anduvo perdido, en caminos turbios, terrible, pero un día dice la palabra volvió en sí: Lucas 15: 17- 20
Lucas 15.17–20 RVA
17 Entonces volviendo en sí, dijo: "¡Cuántos jornaleros en la casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre! 18 Me levantaré, iré a mi padre y le diré: ’Padre, he pecado contra el cielo y ante ti. 19 Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.’ " 20 »Se levantó y fue a su padre. Cuando todavía estaba lejos, su padre le vio y tuvo compasión. Corrió y se echó sobre su cuello, y le besó.
Si instruimos, bien, si enseñamos bien, siempre vendrá el recuerdo del camino correcto, para que vuelva en sí y lo hará regresar.

3. Los padres necesitamos vivir lo que enseñamos para que nuestros hijos puedan entender la palabra de Dios.

Deuteronomio 6:6-9
Deuteronomio 6.6–9 RVA
6 "Estas palabras que yo te mando estarán en tu corazón. 7 Las repetirás a tus hijos y hablarás de ellas sentado en casa o andando por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. 8 Las atarás a tu mano como señal, y estarán como frontales entre tus ojos. 9 Las escribirás en los postes de tu casa y en las puertas de tus ciudades.
A. La palabra de Dios debe estar en nuestros corazones Especialmente este texto del verso 9, está dirigido a los hombres, como cabeza espiritual de nuestra casa.
Recuerde los dos textos de Hechos 11:14 y Hechos 16:31, ahí Dios habla con dos hombres primordialmente.
Sin embargo esto no deja fuera a la mujer, puesto que si recordamos la historia de inicio fue ella la que recibió primero al Señor, y también encontramos a Lidia, Bautizándose y también su familia en Hechos 16:15.
Entonces podemos decir que Dios está hablando a ambos, dependiendo de la circunstancia del hogar, porque si están aquí los dos. el primero es el varón, llamado a ser guía espiritual, y la mujer su ayuda idónea en esto.
Pero si la hermana viene sola, ella es la llamada a enseñar a sus hijos.
Primero debe estar la palabra de Dios en nuestros corazones, eso es aprendizaje vivencia, es decir, no es teórico, necesitamos estar viviendo conforme a la palabra de Dios, estar modelando a nuestros hijos, luego también enseñarla, pero esa enseñanza respaldada con buen testimonio, de su palabra activa en nuestras vidas.
No una enseñanza Vacía, sí se las debemos repetir, si, la debemos atar en sus manos, si debemos ponerla en los frontales, en las puertas, en los postes en todo lado, pero antes, debe estar en nuestros corazones, es decir actuando en nuestras vidas.

Conclusión:

Dios trae salvación a cada uno de nosotros, y con ella a nuestra casa, debemos estar agradecidos con esto, todos los que están bajo nuestra autoridad, bajo nuestro techo que pueden escuchar, entender y y creer en el evangelio, sin embargo eso no incluye a los niños, de nuestra casa, ellos necesitan ser instruidos en el camino de Dios, como su palabra lo demanda.
La pregunta inicial era Cómo ponemos nuestra familia en las manos de Dios?
La respuesta es sencilla: Entregando nuestra vida a Dios, y enseñando su palabra en teoría pero también en nuestras vivencias diarias a nuestros hijosl
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