Sembrando bien (Gálatas XVII)

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Sembrando bien

Buenos dias, familia nada mas hermoso que estar entre falimilia, quiero pedirles de favor que me acompañe en oración, Señor por el privilegio enorme que nos das de estar reunidos en este lugar para adorar y exaltar tu nombre, para estar en koinonia con mis demas hermanos gracias por el favor de tu misericordia, gracias por amarme y dejar que ame a mis hermanos, gracias por estar conmigo todo este tiempo.
Entramos en la fase final del libro de Gálatas, para ser especificos en las advertencias antes de su despido, y vemos como una y otra vez se repite la motivación de la carta sus intenciones son evidentes “Vive por el evangelio, no por tus obras, vive para dar gloria a Dios en todo lo que haces”…!!!
El domingo anterior Pablo nos da las características y motivaciones de las personas legalistas que buscan oportunidad para compararse con hermanos que son sorprendidos en pecado, para poder jactarse de sus obras “de Fidelidad y de Devoción” jurando que jamas pecarian de esa forma.
En contraste con los Espirituales que entienden de su necesidad de Cristo, estos personajes estan consientes de que si no estan en ese pecado no es por que sean mejores que el sorprendido, simplemente es la “Gracias de Dios” por que si no fuera por esa misericordia serian peor que ellos.
Gálatas 6.6–10 NVI
6 El que recibe instrucción en la palabra de Dios, comparta todo lo bueno con quien le enseña. 7 No se engañen: de Dios nadie se burla. Cada uno cosecha lo que siembra. 8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna. 9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos. 10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
galatas 6.5

Compartir sus Bendiciones

Así como los unos a los otros es una frase clave en el vocabulario cristiano, también lo es la palabra comunión.
En el versículo 6 “compartan” es la traducción de la palabra griega koinonia que significa tener en común, y se refiere a todo lo que tenemos en común en Cristo, nuestra común salvación, e incluso nuestra participación en los padecimientos de Cristo.
Desde los inicios de la iglesia, los creyentes se han destacado por su generosidad en compartir con otros (). A menudo en el Nuevo Testamento, koinonia se refiere a compartir las bendiciones materiales unos con otros (; ; [texto griego]). Esto es lo que Pablo tiene en mente en ).
Desde los inicios de la iglesia, los creyentes se han destacado por su generosidad en compartir con otros (). A menudo en el Nuevo Testamento, koinonia se refiere a compartir las bendiciones materiales unos con otros .
Empieza con un precepto (v. 6), instándonos a que compartamos los unos con los otros. El que enseña la Palabra de Dios comparte tesoros espirituales, y los que son enseñados deben compartir tesoros materiales. (Pablo usa un método similar cuando explica por qué las iglesias gentiles deben ofrendar para ayudar a los creyentes judíos [].)
Romanos 15.27 NTV
27 Lo hicieron con gusto porque se sienten en deuda con ellos. Dado que los gentiles recibieron las bendiciones espirituales de la Buena Noticia por parte de los creyentes de Jerusalén, sienten que lo menos que pueden hacer por ellos a cambio es ayudarlos económicamente.
Debemos recordar que lo que hacemos con las cosas materiales es una evidencia del valor que damos a las cosas espirituales.
Mateo 6.21 NVI
21 Porque donde esté tu tesoro, allí estará también tu corazón.
).
Pero Dios también nos advierte que debemos fijarnos dónde sembramos, y este es el tema que Pablo trata aquí. Dios mira nuestras posesiones materiales como a una semilla, y ve dos clases posibles de tierra: la carne y el Espíritu.
Debemos recordar que lo que hacemos con las cosas materiales es una evidencia del valor que damos a las cosas espirituales. “Porque donde está vuestro tesoro allí estará también vuestro corazón” ().
Pero Dios también nos advierte que debemos fijarnos dónde sembramos, y este es el tema que Pablo trata aquí. Dios mira nuestras posesiones materiales como a una semilla, y ve dos clases posibles de tierra: la carne y el Espíritu.
Podemos usar nuestros bienes materiales para promover la carne, o las cosas del Espíritu. Pero una vez que hemos sembrado, no podemos cambiar lo que se va a cosechar.
El dinero sembrado para la carne traerá una cosecha de corrupción (). Ese dinero se ha ido y nunca puede recuperarse. El dinero sembrado para el Espíritu (tal como el compartirlo con aquellos que enseñan la Palabra) producirá vida, y en la cosecha habrá mucha semilla para sembrar y cosechar vez tras vez hasta que Cristo venga.
Si cada persona tan sólo mirara su riqueza material como semilla, y la sembrara apropiadamente, no faltaría dinero para la obra del Señor. Es triste decirlo, pero mucha semilla se desperdicia en cosas carnales que jamás podrán glorificar a Dios.
Los enemigos de Pablo, los judaizantes, no tenían esta actitud espiritual en cuanto a dar y recibir. Pablo se sacrificó y trabajó para no ser una carga a las iglesias, pero los falsos maestros usaron a las iglesias para promover sus propios planes y llenar sus propios bolsillos. Lo mismo pasó en la iglesia de Corinto, y Pablo se vio obligado a escribirles:
2 Corintios 11.20 NTV
20 Aguantan cuando alguien los esclaviza, les quita todo lo que tienen, se aprovecha de ustedes, toma control de todo y les da una bofetada.
Libres en Cristo: Estudio Expositivo de la Epístola a los Gálatas Compartir sus Bendiciones (Gálatas 6:6–10)

El creyente carnal vive contento bajo la dictadura espiritual de aquel pastor que promueve el legalismo, porque esto le hace sentirse seguro y espiritual. El creyente carnal sacrificará lo que tiene con tal de hacer su obra más grande, pero descubrirá al fin que sembró para la carne y no para el Espíritu.

Habiéndonos dado el precepto (Gálatas 6:6) y el principio en que se basa ese precepto (vs. 7–8), Pablo ahora nos da una promesa (v. 9): “a su tiempo segaremos, si no desmayamos”. Detrás de esta promesa hay un peligro: fatigarse en la obra del Señor, y finalmente desmayar y dejar el ministerio.

El creyente carnal vive contento bajo la dictadura espiritual de aquel pastor que promueve el legalismo, porque esto le hace sentirse seguro y espiritual.
El creyente carnal sacrificará lo que tiene con tal de hacer su obra más grande, pero descubrirá al fin que sembró para la carne y no para el Espíritu.
El creyente carnal vive contento bajo la dictadura espiritual de aquel pastor que promueve el legalismo, porque esto le hace sentirse seguro y espiritual. El creyente carnal sacrificará lo que tiene con tal de hacer su obra más grande, pero descubrirá al fin que sembró para la carne y no para el Espíritu.

Cosecha lo que siembras

Pablo usa una de las experiencias más familiares en la historia de la humanidad: el procedimiento agrícola de sembrar y cosechar.
Gálatas 6.7 NTV
7 No se dejen engañar: nadie puede burlarse de la justicia de Dios. Siempre se cosecha lo que se siembra.
“Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará” (v 7 RV). En la agricultura o la jardinería este es un principio absoluto, y parece que Pablo quiere mencionarnos por lo menos dos aspectos del mismo.
Primero, cualquier cosa que siembres, la cosecharás. Si siembras semillas de tomate no tendrás maíz, ¡no importa cuánto quieras que nazca una mazorca!
“Todo lo que el hombre siembre, eso también cosechará” (v 7 RV). En la agricultura o la jardinería este es un principio absoluto, y parece que Pablo quiere mencionarnos por lo menos dos aspectos del mismo. Primero, cualquier cosa que siembres, la cosecharás. Si siembras semillas de tomate no tendrás maíz, ¡no importa cuánto quieras que nazca una mazorca! Segundo, sin importar qué siembres, la cosecha vendrá. Aunque la semilla pueda estar en la tierra sin ningún efecto aparente por un largo tiempo, aparecerá. No es la siega lo que determina la cosecha, sino la siembra. Y esta ley de los rendimientos es tan imparable en el reino moral y espiritual como lo es en el reino agrícola. “De Dios nadie se burla” (v 7): a Él no se le puede tratar a la ligera. “El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción” (v 8). Esto no quiere decir que
Si siembras semillas de tomate no tendrás maíz, ¡no importa cuánto quieras que nazca una mazorca!
Segundo, sin importar qué siembres, la cosecha vendrá. Aunque la semilla pueda estar en la tierra sin ningún efecto aparente por un largo tiempo, aparecerá.
No es la siega lo que determina la cosecha, sino la siembra.
“De Dios nadie se burla” (v 7): a Él no se le puede tratar a la ligera.
Gálatas 6.8 NVI
8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Esto no quiere decir que Dios sea un Dios vengativo, que está sentado en el cielo buscando vengar cualquier afrenta o insulto.
Esto no quiere decir que Dios sea un Dios vengativo, que está sentado en el cielo buscando vengar cualquier afrenta o insulto.
Si comes alimentos grasosos, cosechas un corazón en mal estado (y una muerte prematura).
La referencia que Pablo hace a la agricultura natural indica que el universo moral tiene procesos. Pecar contra Dios causa tensiones en el tejido del universo moral/espiritual, así como comer comida grasosa causa tensiones en el tejido físico de tu corazón. Si siembras mal las semillas, siegas una cosecha pobre (y pobreza).
Si comes alimentos grasosos, cosechas un corazón en mal estado (y una muerte prematura).
Si cedes a tu naturaleza pecaminosa, cosechas fracaso espiritual y destrucción. La palabra “destrucción” también se puede traducir de forma útil como “corrupción” o “desintegración”.
Pablo está diciendo que el pecado hace que las cosas se deshagan, se desmoronen.
Existen innumerables formas en las que, sembrar para complacer a la naturaleza pecaminosa, se cosecha en complacer a la naturaleza pecaminosa, se cosecha en destrucción.
¡Todo el libro de Proverbios se resume en 7­8! Sembrar deshonestidad rompe el tejido de las relaciones y causa la destrucción por la soledad.
Sembrar envidia y celos rompe el tejido del contentamiento y causa la destrucción por la amargura.
Y así sucesivamente, sin fin. Lo que sea que siembres, lo cosecharás: el pecado siempre conlleva destrucción, nunca gozo y vida.
Lo que sea que siembres, la cosecha vendrá: los pecados llegarán a casa para quedarse; las consecuencias no se pueden aplazar.
Pero aquí la advertencia de Pablo se debe leer a la luz del resto de su carta.
Él quiere decir algo muy específico cuando habla de “el que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa” (v 8).
Gálatas 6.8 NVI
8 El que siembra para agradar a su naturaleza pecaminosa, de esa misma naturaleza cosechará destrucción; el que siembra para agradar al Espíritu, del Espíritu cosechará vida eterna.
Él ya ha mostrado que la naturaleza pecaminosa –de la carne– es la parte de nuestro corazón que quiere tener el control de nuestras vidas siendo nuestro propio salvador y señor; que se opone al evangelio de la gracia gratuita y busca continuamente ganar nuestra propia justicia.
Él ya ha mostrado que la naturaleza pecaminosa –de la carne– es la parte de nuestro corazón que quiere tener el control de nuestras vidas siendo nuestro propio salvador y señor; que se opone al evangelio de la gracia gratuita y busca continuamente ganar nuestra propia justicia.
A lo largo de la carta, Pablo ha indicado que los cristianos pueden, y muchas veces lo hacen, reincidir en alguna clase de esclavitud al pecado y, por ese lapso de tiempo o en ese momento de sus vidas pueden perder su comprensión del evangelio. Sin embargo, no dejan de ser cristianos salvados por gracia.
Pero Pablo también les ha advertido que si rechazan el evangelio y adoptan la justicia-por-obras de manera formal y absoluta, la esclavitud y la destrucción serán totales.
Probablemente ambos niveles están aquí a la vista. Si nosotros como cristianos fracasamos en usar el evangelio y vivimos “en la carne”, tratando de ganar nuestra salvación por otros medios, sufriremos una pérdida de coherencia, gozo y fuerza en nuestras vidas.
Y si alguien rechaza el evangelio y vive completamente en la carne, buscando y sirviendo a algo diferente y no a Cristo como su Salvador, entonces cosechará destrucción eterna en vez de vida eterna.

Sembrando bien

Así que, ¿cómo podemos ser personas “que siembra[n] para agradar al Espíritu” (v 8)? Obedeciendo a Dios por la gratitud gozosa que surge de conocer nuestro estatus como hijos de Dios.
Cuando hacemos esto, los ídolos que controlaban nuestras vidas pierden potestad y somos libres para vivir al servicio de Dios.
Día tras día, sembrar para agradar al Espíritu exige de nosotros que “no nos cansemos de hacer el bien” (v 9). Siempre habrá un tiempo entre el sembrar y el cosechar.
Gálatas 6.9 NVI
9 No nos cansemos de hacer el bien, porque a su debido tiempo cosecharemos si no nos damos por vencidos.
En especial, los agricultores y los jardineros principiantes experimentarán mucha ansiedad, observando la semilla latente por semanas y semanas, sintiendo que nunca brotará. Pero al final siempre brota.
En especial, los agricultores y los jardineros principiantes experimentarán mucha ansiedad, observando la semilla latente por semanas y semanas, sintiendo que nunca brotará. Pero al final siempre brota.
Pablo les ha advertido a los pecadores que, aunque por un largo tiempo parezca que su pecado no les ha alcanzado, con el tiempo lo hará. Ahora él quiere alentar a los que están viviendo para Cristo. Los que hacen el bien verán los frutos y los beneficios –con el tiempo.
Pablo está exhortando a estos nuevos creyentes a no desanimarse porque, así como los jardineros inexpertos pueden dejar de regar y desherbar en su desilusión por el lento crecimiento de la semilla, así los cristianos pudieran no perseverar en su servicio y ministerio.
Una falta de seguimiento en el ministerio puede impedir el crecimiento de la “cosecha”, justo como pasa en la jardinería.
¿Qué significa esta siembra de “hacer el bien”? Que “hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe” (v 10).
Gálatas 6.10 NVI
10 Por lo tanto, siempre que tengamos la oportunidad, hagamos bien a todos, y en especial a los de la familia de la fe.
Esto tiene un gran alcance y es profundo en su simplicidad. Primero, muestra en qué consiste la vida cristiana. No se trata en primer lugar de reuniones, programas o incluso conversiones, sino de hacer bien a la persona que está frente a ti, dándole a él o a ella lo mejor de tu vida.
Segundo, la palabra “hacer” muestra que les debemos dar lo que sentimos que necesitan, según lo discernimos por el amor.
Por supuesto, compartimos el evangelio y evangelizamos, pero solo como un medio para amarlos. (¡No los amamos con el propósito de convertirlos!) Pero la palabra “hacer” quiere decir que no nos debemos limitar al evangelismo y al que no nos debemos limitar al evangelismo y al discipulado.
Debemos amar de hecho, así como de palabra. Debemos brindar la ayuda necesaria para cubrir cualquier necesidad, según lo que está a nuestro alcance, ya sea material, social o espiritual.
Esta pequeña frase muestra que el ministerio cristiano incluye, por ejemplo, ayudar en una casa de rehabilitación, así como explicar a alguien cómo entregarle su vida a Cristo. Este amor se debe dirigir “a todos” (v 10).
Para que no nos abrumemos, enseguida Pablo agrega: “siempre que tengamos la oportunidad” –¡no se espera que personalmente suplamos todas las necesidades de todas las personas! Debemos mirar a nuestro alrededor y ver quiénes están cerca y qué podemos hacer.
Pero este amor se le debe dar en sumo grado a “la familia de la fe” (v 10), una frase maravillosa que muestra que todos los cristianos somos una familia.
Los cristianos somos todos hermanos y hermanas en la casa de Dios (4:5). Debemos hacer el bien diligentemente a los que están en comunión con nosotros Este es el estilo de vida del cual, “si no nos cansamos”, “cosecharemos”: vida real, plena y duradera (v 9).
A corto plazo, una vida así demanda una tremenda cantidad de sacrificios. Emocionalmente atas tu corazón a personas que son inestables, razón por la cual pasas por grandes aflicciones que pudiste haber evitado.
Cortas totalmente con muchas opciones que podrías haber tenido si no estuvieras relacionado con el ministerio.
Tienes menos dinero porque estás dando generosamente a personas, ministerios y causas.
Los costos son muchos; pero las recompensas, alude Pablo, son superiores. ¡Así como el valor de la cosecha es mayor que el costo de la semilla!
En primer lugar, muchas veces tenemos la satisfacción directa y profunda de ver vidas cambiadas
Mateo 9.37 NTV
37 A sus discípulos les dijo: «La cosecha es grande, pero los obreros son pocos.
).
En segundo lugar, quizá tengamos la satisfacción inmediata de ver hogares y comunidades, y aun ciudades, transformados en lugares buenos y felices para vivir.
En segundo lugar, quizá tengamos la satisfacción inmediata de ver hogares y comunidades, y aun ciudades, transformados en lugares buenos y felices para vivir. En tercer lugar, incluso podemos ver personas cuyas cargas hemos estado sobrellevando, que ahora ayudan a llevar las cargas de otros; vidas cambiadas que comienzan a cambiar otras vidas. Pero debemos entender que hay cosechas que Pero debemos entender que hay cosechas que suceden en un nivel mucho más profundo; incluso cuando no alcanzamos mucho éxito externo. Veremos nuestro propio carácter siendo moldeado a través del ministerio. Nuestras conciencias estarán limpias y nuestros corazones más felices, ya que somos menos autoindulgentes.
En tercer lugar, incluso podemos ver personas cuyas cargas hemos estado sobrellevando, que ahora ayudan a llevar las cargas de otros; vidas cambiadas que comienzan a cambiar otras vidas.
Pero debemos entender que hay cosechas que suceden en un nivel mucho más profundo; incluso cuando no alcanzamos mucho éxito externo.
Veremos nuestro propio carácter siendo moldeado a través del ministerio. Nuestras conciencias estarán limpias y nuestros corazones más felices.
Desarrollaremos un carácter menos egoísta y más satisfecho que nos ayudará cuando estemos bajo presión.
Es posible que no cosechemos rápidamente, ni aun alcancemos a ver nuestra cosecha; pero debemos tener la seguridad de que habrá una gran cosecha para aquellos que siembran para agradar al Espíritu.
Si vivimos por el Espíritu, disfrutaremos la aprobación, la seguridad, la culminación y el gozo de la vida cristiana ahora, y sabremos que continuará más allá de la muerte. muerte.
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