Los Huéspedes Incomodos...
Las bienaventuranzas • Sermon • Submitted
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10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros.
Las Bienaventuranzas, características de los huéspedes incomodos.
Las Bienaventuranzas, características de los huéspedes incomodos.
Huéspedes Incomodos....
Huéspedes Incomodos....
A todos nos gusta recibir la visita de familiares y amigos, en nuestra casa, aunque eso signifique el sacrificio temporal de nuestra comodidad, tener la compañía de aquellos que normalmente no vemos a diario en nuestros hogares es por demás agradable, sin embargo la cosa cambia cuando se trata de Huéspedes incomodos, A nadie le gusta tener un huésped incomodo, a nadie le place tolerar majaderías, o costumbres propias de alguien que es ajeno a la casa o a la familia, una cosa es soportar las subidas de azúcar de nuestro cónyuge, y otra muy muy diferente, aguantarlas de alguien más, en ocaciones nos toca soportar ello por necesidad, pero no por ello la situación es menos incómoda.
A nadie le gusta tener un huésped incomodo, a nadie le place tolerar majaderías, o costumbres propias de alguien que es ajeno a la casa o a la familia, en ocaciones nos toca por necesidad soportar esta situación, pero no por ello la situación es menos incómoda.
Hablar de Juan, mi primo y las patas Hediondas, mi hermano y su actitud terriblemente franca, se convirtió en un anfitrión incomodo, y bueno no debemos descartar que el olor a muerte proveniente de los zapatos de alguien, convierte a mi primo también en un huésped incomodo.
hablar de Juan, mi primo y las patas hediondas.
Según , nosotros estamos en el mundo pero no somos del mundo, es decir, dentro del sistema de maldad que satanás creo llamado mundo, nosotros somos sus huéspedes incomodos. Por eso somos el mejor regalo de Dios para la humanidad.
13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son, 10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos. 11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros. 12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese. 13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos. 14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal. 16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo. 17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad. 18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo. 19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
9 Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,
10 y todo lo mío es tuyo, y lo tuyo mío; y he sido glorificado en ellos.
11 Y ya no estoy en el mundo; mas éstos están en el mundo, y yo voy a ti. Padre santo, a los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como nosotros.
12 Cuando estaba con ellos en el mundo, yo los guardaba en tu nombre; a los que me diste, yo los guardé, y ninguno de ellos se perdió, sino el hijo de perdición, para que la Escritura se cumpliese.
13 Pero ahora voy a ti; y hablo esto en el mundo, para que tengan mi gozo cumplido en sí mismos.
14 Yo les he dado tu palabra; y el mundo los aborreció, porque no son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
15 No ruego que los quites del mundo, sino que los guardes del mal.
16 No son del mundo, como tampoco yo soy del mundo.
17 Santifícalos en tu verdad; tu palabra es verdad.
18 Como tú me enviaste al mundo, así yo los he enviado al mundo.
19 Y por ellos yo me santifico a mí mismo, para que también ellos sean santificados en la verdad.
20 Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos,
Las Bienaventuranzas, el retrato de un discípulo cristiano (el huésped incomodo)
Las Bienaventuranzas, el retrato de un discípulo cristiano (el huésped incomodo)
Bienaventurados los pobres de espíritu, los que aceptan lo que son y de cómo sus fuerzas jamás serán suficientes para ser plenos. (humildad genuina)
Bienaventurados los que lloran, no son lágrimas derivadas de este mundo, sino los que al ver su pobreza solo pueden llorar, recibiendo el consuelo del Padre. (reconocimiento genuino)
Bienaventurados los mansos, aquellos que al reconocer su pobreza y reciben el consuelo, todo su ser en integridad es cambiado a plenitud. (temperamento transformado)
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, entonces anhelamos al que hizo la obra en nosotros, con todas las fuerzas de nuestro ser. (santamente insatisfechos)
Bienaventurados los misericordiosos, los que entendiendo que fueron transformados por la misericordia de Dios, ejercerán la misericordia en otros también. (el amor de Dios recibido, aplicado a otros)
Bienaventurados los de limpio corazón, la santidad, nuestro asunto con Dios y con los hombres. (integridad por encima de las circunstancias)
Bienaventurados los pacificadores, los que tienden puentes en forma de cruz entre ellos y su prójimo, o entre otros.
Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, cuando la causa de Cristo, esa que siempre vale la pena, genera una colisión entre dos sistemas de valores irreconciliables entre sí.
Las bienaventuranzas pintan un retrato amplio de un discípulo cristiano. Lo vemos primero solo sobre sus rodillas delante de Dios, reconociendo su pobreza espiritual y llorando por ella. Esto lo hace manso o gentil en todas sus relaciones, ya que la honestidad lo compele a permitir a otros que piensen de él lo que ante Dios él mismo confiesa que es. Aunque está lejos de conformarse con su pecaminosidad, porque tiene hambre y sed de justicia, ansiando crecer en gracia y en bondad. Lo vemos luego con otros, afuera, en la comunidad humana. Su relación con Dios no lo lleva a escapar de la sociedad, ni lo aísla de su dolor. Por el contrario, está en lo más reñido del mundo, mostrando misericordia a aquellos abatidos por la adversidad y el pecado. Es transparentemente sincero en todas sus relaciones y busca jugar un papel constructivo como pacificador. Pero no le agradecen sus esfuerzos, sino más bien se oponen a él, lo calumnian, lo insultan y lo persiguen por causa de la justicia por la cual permanece firme, y del Cristo con el cual se identifica. Jhon Stott.
la santidad apesta en el mundo, lo que es olor fragante para Dios para satanás y su sistema de maldad es absolutamente asqueroso. Tal inversión de los valores humanos es más que palpable. Los caminos del Dios de las Escrituras les parecen trastornados a los hombres. Porque Dios exalta a los humildes y humilla a los orgullosos, llama a los primeros, últimos y a los últimos, primeros, atribuye grandeza al siervo, a los ricos envía vacíos y declara a los mansos sus herederos. La cultura del mundo y la contracultura de Cristo están en contienda la una con la otra. En resumen, Jesús felicita a aquellos a quienes el mundo tiene más lástima, y llama "bienaventurados" a aquellos que el mundo rechaza.
Las bienaventuranzas pintan un retrato amplio de un discípulo cristiano. Lo vemos primero solo sobre sus rodillas delante de Dios, reconociendo su pobreza espiritual y llorando por ella. Esto lo hace manso o gentil en todas sus relaciones, ya que la honestidad lo compele a permitir a otros que piensen de él lo que ante Dios él mismo confiesa que es. Aunque está lejos de conformarse con su pecaminosidad, porque tiene hambre y sed de justicia, ansiando crecer en gracia y en bondad. Lo vemos luego con otros, afuera, en la comunidad humana. Su relación con Dios no lo lleva a escapar de la sociedad, ni lo aísla de su dolor. Por el contrario, está en lo más reñido del mundo, mostrando misericordia a aquellos abatidos por la adversidad y el pecado. Es transparentemente sincero en todas sus relaciones y busca jugar un papel constructivo como pacificador. Pero no le agradecen sus esfuerzos, sino más bien se oponen a él, lo calumnian, lo insultan y lo persiguen por causa de la justicia por la cual permanece firme, y del Cristo con el cual se identifica.
Un huésped bastante especial…
Un huésped bastante especial…
Juan el Bautista en esencia era quizás la persona más que incómodo para la realeza hebrea de la época, un profeta que podía decirse que no ostentaba grandes riquezas, lejos de ello vivía en el desierto, vestía y comía humildemente, su palabra era viva y punzante y su voz era esa que clamaba en el desierto. (hablar de la pasión e inspiración que genera un huésped incomodo en el mundo) (la escalera nazarena?)
Juan era incomodo porque conocía su propósito (debemos saber quienes somos)
ser inspiradores, es contagioso, la integridad es contagiosa y esto deriva de la devoción, de vivir la plenitud de nuestro propósito, de esforzarnos y
19 Este es el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron de Jerusalén sacerdotes y levitas para que le preguntasen: ¿Tú, quién eres?
20 Confesó, y no negó, sino confesó: Yo no soy el Cristo.
21 Y le preguntaron: ¿Qué pues? ¿Eres tú Elías? Dijo: No soy. ¿Eres tú el profeta? Y respondió: No.
22 Le dijeron: ¿Pues quién eres? para que demos respuesta a los que nos enviaron. ¿Qué dices de ti mismo?
23 Dijo: Yo soy la voz de uno que clama en el desierto: Enderezad el camino del Señor, como dijo el profeta Isaías.
2. Juan era incomodo porque llamaba al arrepentimiento (debemos confrontar a la gente con su pecado).
7 Al ver él que muchos de los fariseos y de los saduceos venían a su bautismo, les decía: ¡Generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento,
9 y no penséis decir dentro de vosotros mismos: A Abraham tenemos por padre; porque yo os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
10 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto es cortado y echado en el fuego.
3. Juan era incomodo porque reconocía a Jesús como Él Mesías ,
15 Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo,
16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
17 Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.
4. Juan era incomodo porque tuvo una postura firme en contra del pecado,
1 En el año decimoquinto del imperio de Tiberio César, siendo gobernador de Judea Poncio Pilato, y Herodes tetrarca de Galilea, y su hermano Felipe tetrarca de Iturea y de la provincia de Traconite, y Lisanias tetrarca de Abilinia,
2 y siendo sumos sacerdotes Anás y Caifás, vino palabra de Dios a Juan, hijo de Zacarías, en el desierto.
3 Y él fue por toda la región contigua al Jordán, predicando el bautismo del arrepentimiento para perdón de pecados,
4 como está escrito en el libro de las palabras del profeta Isaías, que dice: Voz del que clama en el desierto: Preparad el camino del Señor; Enderezad sus sendas.
5 Todo valle se rellenará, Y se bajará todo monte y collado; Los caminos torcidos serán enderezados, Y los caminos ásperos allanados;
6 Y verá toda carne la salvación de Dios.
7 Y decía a las multitudes que salían para ser bautizadas por él: ¡Oh generación de víboras! ¿Quién os enseñó a huir de la ira venidera?
8 Haced, pues, frutos dignos de arrepentimiento, y no comencéis a decir dentro de vosotros mismos: Tenemos a Abraham por padre; porque os digo que Dios puede levantar hijos a Abraham aun de estas piedras.
9 Y ya también el hacha está puesta a la raíz de los árboles; por tanto, todo árbol que no da buen fruto se corta y se echa en el fuego.
10 Y la gente le preguntaba, diciendo: Entonces, ¿qué haremos?
11 Y respondiendo, les dijo: El que tiene dos túnicas, dé al que no tiene; y el que tiene qué comer, haga lo mismo.
12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.
15 Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo,
16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
17 Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.
19 Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho,
20 sobre todas ellas, añadió además esta: encerró a Juan en la cárcel.
La clase de persecución que espera a los Huéspedes Incomodos.
La clase de persecución que espera a los Huéspedes Incomodos.
10 Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos.
11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo.
Persecución Interna, satanás intentara acabarnos, intentara usar nuestros propios pecados y falencias en nuestra contra, la duda , la incertidumbre, la aflicción de la crisis o la enfermedad. cuando sucumbimos, caemos nos convertimos en nuestros propios perseguidores, otro aspecto que puede convertirse en nuestro perseguidor es la falta de disciplina y empeño en alcanzar nuestras metas, nuestra austera en el mejor de los casos, pues puede llegar a ser hasta inexistente vida devocional.
20 Cuando, pues, los hombres vinieron a él, dijeron: Juan el Bautista nos ha enviado a ti, para preguntarte: ¿Eres tú el que había de venir, o esperaremos a otro?
Persecución Externa , vituperios e injurias MINTIENDO, (el evangélico loco, irresponsable, fanático, etc) vive de tal forma que cuando la gente te escuche hablar de como eres te crea, y cuando otros digan cosas de ti falsas, no les crean. (tiempo¡, trabajo, jefes, familia) (ejemplo del vietnamita, y , todas las cosas nos ayudan a bien)
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir,
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios, que es en Cristo Jesús Señor nuestro.
37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó.
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
15 Como el pueblo estaba en expectativa, preguntándose todos en sus corazones si acaso Juan sería el Cristo,
16 respondió Juan, diciendo a todos: Yo a la verdad os bautizo en agua; pero viene uno más poderoso que yo, de quien no soy digno de desatar la correa de su calzado; él os bautizará en Espíritu Santo y fuego.
17 Su aventador está en su mano, y limpiará su era, y recogerá el trigo en su granero, y quemará la paja en fuego que nunca se apagará.
18 Con estas y otras muchas exhortaciones anunciaba las buenas nuevas al pueblo.
19 Entonces Herodes el tetrarca, siendo reprendido por Juan a causa de Herodías, mujer de Felipe su hermano, y de todas las maldades que Herodes había hecho,
20 sobre todas ellas, añadió además esta: encerró a Juan en la cárcel.
21 Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió,
22 y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.
23 Jesús mismo al comenzar su ministerio era como de treinta años, hijo, según se creía, de José, hijo de Elí,
24 hijo de Matat, hijo de Leví, hijo de Melqui, hijo de Jana, hijo de José,
25 hijo de Matatías, hijo de Amós, hijo de Nahum, hijo de Esli, hijo de Nagai,
26 hijo de Maat, hijo de Matatías, hijo de Semei, hijo de José, hijo de Judá,
27 hijo de Joana, hijo de Resa, hijo de Zorobabel, hijo de Salatiel, hijo de Neri,
28 hijo de Melqui, hijo de Adi, hijo de Cosam, hijo de Elmodam, hijo de Er,
Nuestro Hogar…
Nuestro Hogar…
22 Y respondiendo Jesús, les dijo: Id, haced saber a Juan lo que habéis visto y oído: los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos son limpiados, los sordos oyen, los muertos son resucitados, y a los pobres es anunciado el evangelio;
Nuestro Hogar…
Nuestro Hogar…
Un reino donde los rechazados son recibidos (ciegos, cojos y leprosos)
Un Reino donde la muerte no tiene poder.
Un reino donde a los pobres se les anuncian las buenas nuevas.