Los tres personajes (Gálatas XVIII)

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Los tres personajes

Gálatas 6.11–18 NVI
11 Miren que les escribo de mi puño y letra, ¡y con letras bien grandes! 12 Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para dar una buena impresión y evitar ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo. 13 Ni siquiera esos que están circuncidados obedecen la ley; lo que pasa es que quieren obligarlos a ustedes a circuncidarse para luego jactarse de la señal que ustedes llevarían en el cuerpo. 14 En cuanto a mí, jamás se me ocurra jactarme de otra cosa sino de la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por quien el mundo ha sido crucificado para mí, y yo para el mundo. 15 Para nada cuenta estar o no estar circuncidados; lo que importa es ser parte de una nueva creación. 16 Paz y misericordia desciendan sobre todos los que siguen esta norma, y sobre el Israel de Dios. 17 Por lo demás, que nadie me cause más problemas, porque yo llevo en el cuerpo las cicatrices de Jesús. 18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes. Amén.
Era la costumbre de Pablo, después de dictar una carta, tomar la pluma y escribir con su puño y letra unas palabras de despedida. Su firma por lo común era: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros”
Era la costumbre de Pablo, después de dictar una carta, tomar la pluma y escribir con su puño y letra unas palabras de despedida. Su firma por lo común era: “La gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vosotros” (; ve ). Pero, Pablo quería estar seguro de que los gálatas recibieran el mensaje de su carta, así que, tomó la pluma y escribió todo el párrafo final con su propia mano. “¡Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano!
Pero, Pablo quería estar seguro de que los gálatas recibieran el mensaje de su carta, así que, tomó la pluma y escribió todo el párrafo final con su propia mano. “¡Mirad con cuan grandes letras os escribo de mi propia mano!”
En primer lugar, los quiere convencer de que el verdadero cristianismo es un asunto de cambio interno, no de cumplimiento externo.
Es sustancial, no superficial. Una vez más se enfoca en los motivos de los falsos maestros. Los que quieren “dar una buena impresión” a los demás (v 12).
Gálatas 6.12 NVI
12 Los que tratan de obligarlos a ustedes a circuncidarse lo hacen únicamente para dar una buena impresión y evitar ser perseguidos por causa de la cruz de Cristo.
Pablo ya ha dicho que la predicación del evangelio es terriblemente ofensiva al corazón del hombre
Gálatas 5.11–12 NTV
11 Amados hermanos, si yo todavía predicara que ustedes deben circuncidarse —como algunos dicen que hago—, ¿por qué, entonces, aún se me persigue? Si ya no predicara que la salvación es por medio de la cruz de Cristo, nadie se ofendería. 12 Cómo me gustaría que esos perturbadores que quieren mutilarlos a ustedes mediante la circuncisión se mutilaran ellos mismos.
).
Pablo ya ha dicho que la predicación del evangelio es terriblemente ofensiva al corazón del hombre (5:11­ 12). Para cualquier persona es un insulto decirle que es demasiado débil y pecadora como para hacer algo que contribuya a su salvación. El evangelio es ofensivo a las personas de ideas liberales; acusan al evangelio l d l l ú es demasiado débil y pecadora como para hacer algo que contribuya a su salvación. El evangelio es ofensivo a las personas de ideas liberales; acusan al evangelio como intolerante porque declara que el único camino para ser salvos es por medio de la cruz. El evangelio es ofensivo a las personas de ideas conservadoras porque afirma que, sin la cruz, tanto personas “buenas” como “malas” están perdidas. A fin de cuentas, el evangelio es ofensivo porque la cruz se opone a todos los proyectos de auto-salvación. Por lo general, el mundo aprecia la “religión” y la “moralidad”. El mundo piensa que la religión moral es algo bueno para la sociedad. Pero la cruz ofende al mundo. De tal modo que las personas que aman la cruz son “perseguidas” (v 12). ¡La cruz, por naturaleza, es ofensiva! Y solo podemos captar su dulzura si primero nos enfrentamos con su ofensa. Si una persona entiende la cruz, esto será, o lo más grande de su vida, o lo más repugnante. Si no sucede ninguna de estas dos cosas, no la ha entendido.
Para cualquier persona es un insulto decirle que es demasiado débil y pecadora como para hacer algo que contribuya a su salvación.
El evangelio es ofensivo a las personas de ideas liberales; acusan al evangelio l d l l ú es demasiado débil y pecadora como para hacer algo que contribuya a su salvación.
El evangelio es ofensivo a las personas de ideas liberales; acusan al evangelio como intolerante porque declara que el único camino para ser salvos es por medio de la cruz.
El evangelio es ofensivo a las personas de ideas conservadoras porque afirma que, sin la cruz, tanto personas “buenas” como “malas” están perdidas.
A fin de cuentas, el evangelio es ofensivo porque la cruz se opone a todos los proyectos de auto-salvación.
Por lo general, el mundo aprecia la “religión” y la “moralidad”. El mundo piensa que la religión moral es algo bueno para la sociedad.
Pero la cruz ofende al mundo. De tal modo que las personas que aman la cruz son “perseguidas” (v 12).
¡La cruz, por naturaleza, es ofensiva! Y solo podemos captar su dulzura si primero nos enfrentamos con su ofensa.
Si una persona entiende la cruz, esto será, o lo más grande de su vida, o lo más repugnante. Si no sucede ninguna de estas dos cosas, no la ha entendido.

Los tres personajes

El apóstol trata sobre los motivos; y no hay necesidad más grande en nuestras iglesias de hoy que examinar nuestros motivos.
Sabemos lo que estamos haciendo, pero ¿sabemos por qué lo estamos haciendo? Un buen trabajo puede echarse a perder por un motivo malo.
Pablo trata este tema delicado de una manera interesante. Los legalistas querían someter a los gálatas a la circuncisión, así que, Pablo toma esto y lo relaciona con la obra de Cristo en la cruz, y también con su propio ministerio.
Pablo presenta a tres personajes—el legalista (6:12–13), el Señor Jesucristo (6:14–16), y el apóstol Pablo mismo (6:17–18).
El Legalista
)
Gálatas 6.12–13 NTV
12 Los que tratan de obligarlos a circuncidarse lo hacen para quedar bien con otros. No quieren ser perseguidos por enseñar que sólo la cruz de Cristo salva. 13 Ni siquiera los que luchan a favor de la circuncisión cumplen toda la ley. Sólo quieren que ustedes se circunciden para poder jactarse de ello y decir a todos que ustedes son sus discípulos.
Pablo no tiene nada bueno que decir acerca de los legalistas. Los describe de cuatro maneras:
Pablo no tiene nada bueno que decir acerca de los legalistas. Los describe de cuatro maneras:
Son jactanciosos (6:12a, 13b). Su propósito principal no es el de ganar almas para Cristo, ni siquiera ayudar a los creyentes a crecer en la gracia.
Su meta mayor es ganar a más convertidos para poder gloriarse de ellos. Quieren causar una buena impresión aunque por dentro sus motivos son malos.
Además, no trabajan para el bien de la iglesia, ni para la gloria de Dios, sino para su propia gloria.
Son acomodadizos (6:12b). ¿Por qué predicaban y practicaban la circuncisión y todo lo relacionado? Para evitar la persecución. En cambio, Pablo sufrió grandemente a causa de su predicación de la gracia de Dios y la salvación aparte de las obras de la ley
Gálatas 5.11 NTV
11 Amados hermanos, si yo todavía predicara que ustedes deben circuncidarse —como algunos dicen que hago—, ¿por qué, entonces, aún se me persigue? Si ya no predicara que la salvación es por medio de la cruz de Cristo, nadie se ofendería.
g
Ante los creyentes, los judaizantes se hacían pasar por creyentes, y ante los judíos aparentaban cumplir la ley.
Ante los creyentes, los judaizantes se hacían pasar por creyentes, y ante los judíos aparentaban cumplir la ley. Consecuentemente, evitaron la persecución que solía venir sobre aquellos que se identificaban con la cruz de Cristo.
Consecuentemente, evitaron la persecución que solía venir sobre aquellos que se identificaban con la cruz de Cristo.
Nosotros, hoy en día, estamos propensos a mirar a la cruz (y la crucifixión) de una manera sentimental.
Algunos llevan cruces en la solapa y en el cuello, pero para los creyentes del primer siglo, la cruz no era una prenda, sino la forma de muerte más vil y humillante.
Un romano educado nunca mencionaría la cruz en una conversación culta, porque la cruz significaba desprecio y vergüenza.
Cuando Pablo se convirtió a Cristo, se identificó con la cruz y asumió las consecuencias.

Nosotros, hoy en día, estamos propensos a mirar a la cruz (y la crucifixión) de una manera sentimental. Algunos llevan cruces en la solapa y en el cuello, pero para los creyentes del primer siglo, la cruz no era una prenda, sino la forma de muerte más vil y humillante. Un romano educado nunca mencionaría la cruz en una conversación culta, porque la cruz significaba desprecio y vergüenza.

Cuando Pablo se convirtió a Cristo, se identificó con la cruz y asumió las consecuencias. Para los judíos la cruz era piedra de tropiezo, y para los gentiles era locura (1 Corintios 1:18–31). Los legalistas, enfatizando la circuncisión en lugar de la crucifixión, ganaban muchos adeptos. Su religión era popular ya que evitaba la vergüenza de la cruz.

Para los judíos la cruz era piedra de tropiezo, y para los gentiles era locura ().
Los legalistas, enfatizando la circuncisión en lugar de la crucifixión, ganaban muchos adeptos. Su religión era popular ya que evitaba la vergüenza de la cruz.
a
Son persuasivos (6:12a). La palabra “obligan” tiene la idea de fuerte persuasión e incluso algo de fuerza, pero no al grado de obligar en contra de la voluntad.
Esto indica que los judaizantes eran muy persuasivos, y tenían una propaganda que convenció a los creyentes de Galacia de que el legalismo era el camino que debían seguir.
Pablo presentó la Palabra de Dios en verdad y con sinceridad, sin palabras persuasivas de humana sabiduría.
Son hipócritas (6:13). Quieren que otros se sometan a la ley, pero ellos mismos no obedecen la ley.
Los judaizantes pertenecían al mismo grupo que los fariseos de los cuales Cristo dijo: “dicen y no hacen” ().
Es claro que Pablo no sugiere que estos judaizantes deben guardar la ley, ya que guardarla ni es posible ni necesario.
Más bien, los condena por ser deshonestos; no tenían la intención de obedecer la ley, ni aunque lo pudieran hacer.
Su reverencia hacia la ley no era más que un disfraz para cubrir su verdadera intención: ganar más convertidos para su causa. Querían reportar grandes estadísticas y recibir más gloria.
Jesucristo
Gálatas 6.14–16 LBLA
14 Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo. 15 Porque ni la circuncisión es nada, ni la incircuncisión, sino una nueva creación. 16 Y a los que anden conforme a esta regla, paz y misericordia sea sobre ellos y sobre el Israel de Dios.
)
c
El conoció al Personaje de la cruz. Cristo Jesús es mencionado en la carta a los Gálatas por lo menos 45 veces, lo que significa que una tercera parte de los versículos se refieren a él. La persona de Jesucristo cautivaba a Pablo, y era Cristo el que hacía la cruz gloriosa para él. En sus primeros días como rabí judío, Pablo tenía mucho de qué gloriarse (Gálatas 1:13–14; Filipenses 3:1–10), pero después de conocer a Cristo, toda su gloria se tornó en pérdida o basura. Los legalistas no se gloriaban en la cruz de Cristo porque no se gloriaban en Cristo. Fue Moisés, y ellos mismos, quienes recibían la gloria. Realmente no conocieron al Personaje de la cruz.
Pablo vuelve repetidamente al tema de la cruz
Las heridas del Calvario ciertamente hacen de Cristo un hombre marcado, y esas heridas significan libertad para todos aquellos que confían en él.
Los judaizantes se gloriaban de la circuncisión, pero Pablo se gloriaba en el Salvador crucificado y resucitado—se gloriaba en la cruz.
Claro que esto no quiere decir que se gloriaba en la brutalidad o en el sufrimiento de la cruz.
Él no miraba a una cruz cualquiera—un pedazo de madera en el que murió un criminal—sino a la cruz de Cristo, y se gloriaba en ella.
El conoció al Personaje de la cruz. Cristo Jesús es mencionado en la carta a los Gálatas por lo menos 45 veces, lo que significa que una tercera parte de los versículos se refieren a él.
La persona de Jesucristo cautivaba a Pablo, y era Cristo el que hacía la cruz gloriosa para él.
En sus primeros días como rabí judío, Pablo tenía mucho de qué gloriarse (; ), pero después de conocer a Cristo, toda su gloria se tornó en pérdida o basura.
Gálatas 1.13–14 NTV
13 Ustedes saben cómo me comportaba cuando pertenecía a la religión judía y cómo perseguí con violencia a la iglesia de Dios. Hice todo lo posible por destruirla. 14 Yo superaba ampliamente a mis compatriotas judíos en mi celo por las tradiciones de mis antepasados.
Filipenses 3.1–10 NTV
1 Mis amados hermanos, pase lo que pase, alégrense en el Señor. Nunca me canso de decirles estas cosas y lo hago para proteger su fe. 2 Cuídense de esos «perros», de esa gente que hace lo malo, esos mutiladores que les dicen que deben circuncidarse para ser salvos. 3 Pues los que adoramos por medio del Espíritu de Dios somos los verdaderos circuncisos. Confiamos en lo que Cristo Jesús hizo por nosotros. No depositamos ninguna confianza en esfuerzos humanos 4 aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ése sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más! 5 Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. 6 Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra. 7 Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo 9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo. Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe. 10 Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte,
Filipenses 3.7–10 NTV
7 Antes creía que esas cosas eran valiosas, pero ahora considero que no tienen ningún valor debido a lo que Cristo ha hecho. 8 Así es, todo lo demás no vale nada cuando se le compara con el infinito valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por amor a él, he desechado todo lo demás y lo considero basura a fin de ganar a Cristo 9 y llegar a ser uno con él. Ya no me apoyo en mi propia justicia, por medio de obedecer la ley; más bien, llego a ser justo por medio de la fe en Cristo. Pues la forma en que Dios nos hace justos delante de él se basa en la fe. 10 Quiero conocer a Cristo y experimentar el gran poder que lo levantó de los muertos. ¡Quiero sufrir con él y participar de su muerte,
filipenses 3.
filipenses
Los legalistas no se gloriaban en la cruz de Cristo porque no se gloriaban en Cristo. Fue Moisés, y ellos mismos, quienes recibían la gloria. Realmente no conocieron al Personaje de la cruz.
Los legalistas no se gloriaban en la cruz de Cristo porque no se gloriaban en Cristo. Fue Moisés, y ellos mismos, quienes recibían la gloria. Realmente no conocieron al Personaje de la cruz.
Pablo conocía el propósito de la cruz. Era para formar en el mundo un nuevo pueblo de Dios.
Un propósito de la cruz fue formar una nueva creación
Gálatas 6.15 NTV
15 No importa si fuimos o no circuncidados. Lo que importa es que hayamos sido transformados en una creación nueva.
Esta nueva creación es la iglesia, el cuerpo de Cristo. A la cabeza de la vieja creación estaba Adán, y ésta terminó en fracaso. La nueva creación, cuya cabeza es Cristo, prevalecerá.
El Apóstol Pablo
Gálatas 6.17–18 LBLA
17 De aquí en adelante nadie me cause molestias, porque yo llevo en mi cuerpo las marcas de Jesús. 18 Hermanos, la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con vuestro espíritu. Amén.
)
Hubo un tiempo en que Pablo estaba orgulloso de su circuncisión
Filipenses 3.4–6 NTV
4 aunque, si alguien pudiera confiar en sus propios esfuerzos, ése sería yo. De hecho, si otros tienen razones para confiar en sus propios esfuerzos, ¡yo las tengo aún más! 5 Fui circuncidado cuando tenía ocho días de vida. Soy un ciudadano de Israel de pura cepa y miembro de la tribu de Benjamín, ¡un verdadero hebreo como no ha habido otro! Fui miembro de los fariseos, quienes exigen la obediencia más estricta a la ley judía. 6 Era tan fanático que perseguía con crueldad a la iglesia, y en cuanto a la justicia, obedecía la ley al pie de la letra.
Hubo un tiempo en que Pablo estaba orgulloso de su circuncisión (), pero después de convertirse sólo se gloriaba en las marcas que había recibido y en el sufrimiento que había soportado en el servicio de Cristo Jesús.
pero después de convertirse sólo se gloriaba en las marcas que había recibido y en el sufrimiento que había soportado en el servicio de Cristo Jesús.
El contraste entre Pablo y los legalistas se ve claramente. Los judaizantes “quieren que vosotros os circuncidéis para gloriarse en vuestra carne, mas yo llevo en mi cuerpo las marcas de Cristo Jesús el Señor—para su gloria”.
¡Qué reprensión! “Si vuestras celebridades religiosas tienen algunas marcas que mostrar para la gloria de Cristo, entonces que las muestren. De otra manera, ¡dejad de molestarme!”
Pablo no está diciendo que tenía las cinco heridas del Calvario en su cuerpo, sino que había sufrido por amor de Cristo (algo que los legalistas nunca hicieron), y tenía en su cuerpo las marcas para probarlo.
En los tiempos de Pablo, era común que un seguidor de algún falso dios o diosa recibiera la marca de ese ídolo; pues, estaba orgulloso de su dios y quería que otros lo supieran.
De la misma manera, Pablo estaba marcado por Cristo Jesús, no con una marca temporal que pudiera ser borrada, sino una marca permanente que llevaría hasta su muerte.
Tampoco recibió sus marcas de una manera fácil, sino por sufrimientos constantes.
También era una práctica común en esos tiempos marcar a los esclavos para que todo mundo supiera quién era su amo. Pablo era el esclavo de Cristo Jesús, y llevaba su marca para comprobarlo.

Son hipócritas (6:13). Quieren que otros se sometan a la ley, pero ellos mismos no obedecen la ley. Los judaizantes pertenecían al mismo grupo que los fariseos de los cuales Cristo dijo: “dicen y no hacen” (Mateo 23:3). Es claro que Pablo no sugiere que estos judaizantes deben guardar la ley, ya que guardarla ni es posible ni necesario. Más bien, los condena por ser deshonestos; no tenían la intención de obedecer la ley, ni aunque lo pudieran hacer. Su reverencia hacia la ley no era más que un disfraz para cubrir su verdadera intención: ganar más convertidos para su causa. Querían reportar grandes estadísticas y recibir más gloria.

¿De qué te jactas?

pregunta Pablo. Y afirma que en última instancia eso es el centro de tu religión. ¿Cuál es, en el fondo, la razón por la que piensas que tienes una buena relación con Dios?
Si la cruz solo es una ayuda, y tienes que completar tu salvación con buenas obras, finalmente son tus obras las que hacen la diferencia entre ir al cielo o no. Por lo tanto, te “jactas” en tus propios esfuerzos.
Un mensaje que suena muy atractivo: ¡podrás darte palmadas en la espalda por haberte reservado tú mismo un lugar en el cielo!
Pero si entiendes el evangelio, te “jactas” única y exclusivamente en la cruz.
Nuestra identidad y autoimagen se basan en lo que nos da un sentido de dignidad y trascendencia –en lo que nos jactamos.
La religión nos lleva a jactarnos en algo de nosotros mismos. El evangelio nos lleva a jactarnos en la cruz de Jesucristo.
Soy salvo única y exclusivamente por la obra de Cristo, no por la mía.
Él ha reservado un lugar para mí en el cielo –un lugar que Él me ha dado de manera gratuita. Yo “jamás… me… jact[o]” –no tomo ningún crédito por mi posición ante Dios– “sino de la cruz”; lo que Cristo ha hecho es ahora algo en lo que yo me “jact[o]”.
Saber que eres salvo solo por la obra de Cristo trae una gozosa confianza “jactanciosa”; no una confianza en uno mismo, sino una confianza en Cristo.
Y si realmente me jacto solo en Cristo, hay un vuelco impresionante en mi vida.

La despedida

Gálatas 6.18 NVI
18 Hermanos, que la gracia de nuestro Señor Jesucristo sea con el espíritu de cada uno de ustedes. Amén.
Y después se despide. Pero incluso aquí, Pablo les está recordando a los gálatas el mensaje de esta carta. “La gracia de nuestro Señor Jesucristo” (v 18) es el punto de entrada, el cómo continuar y todo lo que necesitaremos en la vida cristiana.
Comenzamos con gracia, siendo justificados por fe en lo que Cristo ha hecho.
Continuamos por gracia, no por lo que nosotros hagamos.
Este evangelio de la gracia es lo que los gálatas tienen que conocer y amar en “su espíritu”.
No es un conjunto de verdades abstractas. Es una forma de vida, vida plena y segura ahora, y vida eterna por venir. Amén.
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