Felices los que procuran la paz
Como ser felices • Sermon • Submitted
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· 76 viewsJesús describe a aquellas personas que son realmente felices porque el reino de Dios vive en ellos. Entre ellos, el Señor nos hablá de los pacificadores, los que buscan reconciliar, estas personas han encontrado realmente la felicidad al buscar la paz.
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Los bienaventurados
Los bienaventurados
El sermón del monte es la base del evangelio. Al comienzo del ministerio de Jesús, el comparte estas enseñanzas, como parte fundamental del evangelio, como si fuera la constitución del reino de Dios.
La palabra bienaventurados, era conocida por los judíos de aquella época porque era muy utilizada por los griegos. bienaventurados viene del griego makarios, que quiere decir feliz, dichoso. Y este término era usado por los griegos cuando se referían a la isla de Chipre. Era un lugar tan hermoso, que a los habitantes de aquella isla, se les llamaba makarios, porque la isla misma contenía todo para que alguien fuera feliz.
Este mismo término ocupa ahora Jesús para describir a aquellos que tenían un encuentro con Jesús y por medio de esto recibir el reino de los cielos en su vida, lo que trae consigo la verdadera felicidad a dicha al ser humano. ¿Quiénes son realmente feliz?
Reconciliar es característico de alguien feliz
Reconciliar es característico de alguien feliz
Dichosos los que buscan la paz, felices son los que buscan reconciliar relaciones más que romperlas. En el mundo en que vivimos es muy fácil dividir, quebrar relaciones, darle lugar al enojo, el rencor. Pero Jesús y el reino de los cielos nos invitan a unir, a reconciliar, a buscar la unidad , más que la división. A buscar la comunión más que el individualismo. A procurar darle lugar a la paz con todos más que el rencor con los demás. Que cuando tomemos desiciones pensemos más allá de lo que “yo quiero”, y podamos considerar si nuestros actos o decisiones afectaran mi relación con los demás. “por lo tanto, esforcémonos por promover todo lo que conduzca a la paz y a la mutua edificación”.
El que ama la paz va a luchar por ella; quien busca la paz en el matrimonio va a procurar soportar ofensas, perdonar, restaurar algo cuando ese se ha perdido, velará por el beneficio común más que lo que “yo quiero hacer”. ¿es posible que nosotros hagamos lo mismo? Quienes se convierten al evangelio y reciben el reino de Dios se transforman en agentes de paz. Es importante atender a 3 consejos para buscar reconciliación en relaciones que se han quebrado. 3 elementos para aquellos que han ofendido a otros, que le han fallado a otras personas. Humillación, retribución (regresar lo que uno tomo) y la honra. Ejemplo de Jacob y Esaú
Humillación
Humillación
Es necesario que cuando hemos ofendido, cuando le hemos fallado a otros, los más sabio es no justificarnos, sino humillarnos. Reconocer que hemos dañado la relación, que la confianza se ha perdido. Buscar rápidamente recuperar el corazón que se ha perdido. v.4 El que se humilla voluntariamente, abre el corazón que estaba cerrado, se abren puertas cuando pedimos y buscamos el perdón. La humillación es poderosa.
Retribución
Retribución
El que ofende al robar algo de alguien necesita repararlo. Ejemplo de Zaqueo. Una persona arrepentida es una persona que restituye. No solo devuelve lo robado sino que devuelve aún más.
Devolver la honra
Devolver la honra
Si hemos ofendido debemos volver a poner a aquella persona en el lugar que merece. El trato de Jacob a Esaú comenzó a cambiar, vuelve a tratarlo de “mi señor”. Cuando hemos faltado el respeto a un amigo, cuando hemos tratado mal a nuestra esposa/o, si contestamos al a algún jefe en nuestro trabajo, algún familiar en una discusión, además de humillarnos y retribuir debemos devolver la honra, volver a poner a aquella persona en el lugar y con el trato que le corresponde.
El que busca la paz va a recorrer la milla extra con tal de restaurar la relación. Cuando una relación es importante buscaremos como poder restaurar lo que se ha dañado. Ejemplo de la restauración de Pedro
¿Será necesario restaurar hoy una relación dañada? tal vez alguien te ha dañado, te ha ofendido, y a pesar que no es tu culpa ¿podrías tu dar el paso?
¿será hoy el día en que te tengas que humillar y buscar el perdón para recomponer esa relación? Acepte la invitación que hoy Cristo le hace a su vida, y comprométase a ser un embajador, un agente de la paz.