Familias de fe
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Social
Familias de fe
Familias de fe
Instruye al niño en el camino correcto, y aun en su vejez no lo abandonará.
Las metas de los padres en la crianza
Independientes, responsables, exitosos
Las metas principales
Las metas principales
Que conozcan a Dios, que amen y sirvan a Dios
»Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.
Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca;
escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.
Que conozcan, amen y sirvan a Dios
Deut 6:4-9
»Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor. Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas. Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando. Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes. Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.
Deuteronomy 6:
Cuatro pre-requisitos
1. Reconocer a Jehová nuestro Dios.
»Escucha, Israel: El Señor nuestro Dios es el único Señor.
2. Que lo amemos de todo corazón
Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón y con toda tu alma y con todas tus fuerzas.
3. Que atesoremos su Palabra
Grábate en el corazón estas palabras que hoy te mando.
4. Compartamos los principios y valores de Dios
»En el futuro, cuando tu hijo te pregunte: “¿Qué significan los mandatos, preceptos y normas que el Señor nuestro Dios les mandó?”, le responderás: “En Egipto nosotros éramos esclavos del faraón, pero el Señor nos sacó de allá con gran despliegue de fuerza. Ante nuestros propios ojos, el Señor realizó grandes señales y terribles prodigios en contra de Egipto, del faraón y de toda su familia. Y nos sacó de allá para conducirnos a la tierra que a nuestros antepasados había jurado que nos daría.
Deuteronomio nos da dos principios adicionales
El principio de “inculcar-hablar”
Incúlcaselas continuamente a tus hijos. Háblales de ellas cuando estés en tu casa y cuando vayas por el camino, cuando te acuestes y cuando te levantes.
Este principio es la educación formal vs la instrucción informal. En ambos casos, la comunicación de la verdad bíblica ocurre dentro del contexto de la relación padre-hijo.
Los momentos de instrucción formal pueden darse durante el culto familiar, mientras estudiamos la Palabra de Dios con ellos.
La enseñanza informal surge espontáneamente en las circunstancias de la vida cotidiana, y es aún más importante. Los incidentes cotidianos pueden convertirse en vehículos efectivos para comunicar la verdad bíblica
Yo lo he elegido para que instruya a sus hijos y a su familia, a fin de que se mantengan en el camino del Señor y pongan en práctica lo que es justo y recto. Así el Señor cumplirá lo que le ha prometido.»
El segundo principio es de “atar-escribir”
Átalas a tus manos como un signo; llévalas en tu frente como una marca; escríbelas en los postes de tu casa y en los portones de tus ciudades.
La verdad bíblica debe estar ligada a nuestras acciones (mano) y a nuestras actitudes (frente), pero también debe estar inscrita en nuestra vida privada (postes) y pública (puerta). Debe pasar de nuestro corazón a nuestro hogar y de nuestro hogar al mundo.
Los grandes obstáculos
Indiferencia, falta de conocimiento, desánimo, problemas en la familia, la tecnología, falta de valores etc.
Atrapen a las zorras, a esas zorras pequeñas que arruinan nuestros viñedos, nuestros viñedos en flor.
Dios quisiera que nuestras familias fuesen símbolos de la familia del cielo. Recuerden esto cada día los padres y los hijos, y relaciónense unos con otros como miembros de la familia de Dios. Entonces su vida será de tal carácter que dará al mundo una lección objetiva de lo que pueden ser las familias que aman a Dios y guardan sus mandamientos. Cristo será glorificado; su paz, su gracia y su amor compenetrarán el círculo familiar como un perfume precioso. HC, 13.
El hogar hermoseado por el amor, la simpatía y la ternura es un lugar que los ángeles visitan con agrado, y donde se glorifica a Dios. La influencia de un hogar cristiano cuidadosamente custodiado en los años de la infancia y la juventud, es la salvaguardia más segura contra las corrupciones del mundo. En la atmósfera de un hogar tal, los niños aprenderán a amar a sus padres terrenales y a su Padre celestial. HC, 15
El hogar debe ser para los niños el sitio más agradable del mundo, y la presencia de la madre en él debe ser su mayor atractivo. Los niños son por naturaleza sensibles y amantes. Es fácil contentarlos o hacerlos infelices. Por medio de suave disciplina, palabras y actos cariñosos, las madres pueden conquistar el corazón de sus hijos. HC, 17.
La limpieza, el aseo y el orden son indispensables para la administración apropiada de la familia. Pero cuando la madre considera esas virtudes como deberes de la máxima importancia en su vida y para consagrarse a ellos descuida el desarrollo físico, mental y moral de sus hijos, comete un triste error. HC, 17.